Aclaraciones previas:

En cierto momento se menciona un "incidente", éste se refiere alo narrado en el drama CD: Primo Family -Proof of friendship, en donde los guardianes deciden seguir a Giotto para averiguar qué planea.


+ PRIMAVERA+

-[+]-

Primo suspiró. La primavera había comenzado y las cosas estaban tranquilas por esos días. En realidad no había nada qué hacer, así que salió a dar un paseo y terminó en la parte del pueblo donde no había casas, tan sólo árboles. Cuando encontró un lugar apropiado, se acostó en el pasto a la sombra de un árbol frondoso.

―Ojalá siempre fuera así de tranquilo ―dijo mientras observaba el cielo despejado.

Se sentó y, tomando el cuaderno que había traído consigo, escribió algo rápidamente para luego recostarse de nuevo. Suspiró de nuevo y dijo para sí:

―¿Me pregunto que estarán haciendo los demás? Esta vez no me siguieron… Pff, fu, fu… ―Rió al recordar el incidente.

―¿Te ríes solo, Giotto? ―Lo sorprendió una voz que se coló de repente.

―¿G?

De entre los arbustos apareció el aludido, fumando como de costumbre.

―¿Qué haces aquí solo?

―Hmmm…, nada en realidad ―dijo recostándose de nueva cuenta―. ¿Cómo supiste que estaba aquí?

―Cuando éramos niños siempre corrías aquí cuando querías estar solo ―le contestó G sentándose a su lado―. ¿Hay algo que te molesta?

―No, sólo que… ―Sin terminar la frase, sonrió y luego añadió―: Ya es primavera, G.

―Tsk, ¿qué demonios quiere decir eso?

―Ja, ja, no te enojes.

G guardó silencio un instante, luego vio el cuaderno de Giotto, y sin pedir permiso lo tomó.

―¿Qué es esto?

―Oi, G ―lo llamó Giotto sentándose de pronto.

―¿Qué? ¿Qué es que no puedo verlo? ―Esperó un momento, pero al ver que Giotto no estaba dispuesto a decir nada, abriendo el cuaderno empezó a hojearlo―. Veamos…

―¡G!

―¿Qué?

―¡No hagas eso! ―pidió Giotto tratando de quitarle el cuaderno, pero G se dio la vuelta para evitarlo―. ¡G!

―Ya deja de hacer escándalo. No he leído nada ―se justificó el aludido cerrando el cuaderno, y poniéndose de pie―. Dime qué es, y no leeré nada.

―Eso… no es justo, G.

―Por favor, no me digas que son cartas de amor ―se burló el pelirrojo.

―¿Ah? ―Un ligero sonrojo se posó en las mejillas de Giotto―. ¡No!

―Con que eso es ―dijo G en tono burlón mientras de nuevo el cuaderno―. Veamos, "Domingo 16. Hoy no..."

―¡G! ―Poniéndose de pie Giotto de nuevo intentó quitarle el cuaderno, pero G era más alto que él, y no logró alcanzarlo.

―"Hoy no pude decírselo" ―continuaba leyendo el pelirrojo―. "Quizás mañana..."

―¡Giiii! ―insistió Giotto―. Deja de leerlo en voz alta.

―No hay nadie más aquí ―señaló G reanudando su lectura―. "Quizás mañana podamos hablar a solas y..."

Antes de que pudiera seguir, Giotto recurrió a su única posibilidad y tacleó a G cayendo ambos sobre el pasto, y el cuaderno a unos centímetros de las manos del pelirrojo.

―¡Giotto! ¿Qué demonios haces? ―reclamó G dándole un ligero golpe en la cabeza.

―Fue culpa tuya ―le contestó recuperando el cuaderno.

―¿Y?

―¿Eh?

―¿A quién ibas a decirle qué?

―A-Ah…

―A solas…

―B-Baka…, deja de hacerlo sonar extraño.

Se hizo el silencio, y G encendió otro cigarro. Se acomodó recargándose en un árbol, luego miró a Giotto que había empezado a anotar algo en el cuaderno.

―Oi, ¿cómo se supone que ignore eso? ¿Estás escribiendo algo que no quieres que vea enfrente de mí?

―Te mostraré si prometes no reírte.

―Prometo intentarlo.

―¡G!

―Bien, bien. No me reiré…

Tras un instante de duda, Giotto extendió su brazo entregándole el cuaderno a G. Éste lo tomó y vio que estaba en la misma página que había tratado de leer.

―"Domingo 16" ―empezó a leer―. "Hoy no pude decírselo. Quizás mañana podamos hablar a solas, y pueda hablarle de esto, de la inevitable sucesión que se acerca." ―Hizo una pausa―. ¿Sucesión? ―preguntó, y luego continuó leyendo―: "Creo haber entendido, demasiado tarde, las intenciones de Daemon. Veo el pasar de los días más rápido que nunca. Cozart, pronto será primavera, y entonces ya no habrá vuelta atrás. Daemon no piensa cambiar de parecer, ni yo tampoco, así que tendré que ser fuerte y aceptar lo que sea que ha de venir".

―Hace tiempo que dejé de mandarle cartas a Cozart ―explicó Giotto―. No quiero que Daemon sospeche nada.

―¿Por qué no me habías dicho de esto?

―Planeaba hacerlo, lo acabas de leer. Pero no quería preocupar a nadie, además no sabía cómo hablarte de ello. ―Mirando el cielo, hizo una pausa―. Fue tan difícil armar esta familia que el simple hecho de pensar que quizás termine pronto hace que…

―Giotto, no acabará. Para eso tienes a tus guardianes.

―Pero Daemon también es mi...

―No importa lo que haga ese maldito ―lo interrumpió G―. Si no le he hecho daño es porque tú me lo pediste, si no fuera por eso yo… ―Negó con la cabeza―. Daemon es un traidor, eso lo sé, pero no permitiré que destruya tu sueño, el sueño de tus guardianes y el mío..., el sueño de Vongola.

―G... ―Giotto se había quedado sin palabras, aún así, sonriendo dijo―: Es cierto, no podemos dejar que lo haga. ―Poniéndose de pie añadió―: Vamos, G, debo pedirle un favor a Alaude, y también a Talbot. Debemos informar a los demás de la situación.

G sonrió. Ese era el Giotto que había decidido seguir un día, al que todos ellos habían confiado sus vidas y que sabía con seguridad que jamás les fallaría.

―Desde luego, Primo ―le contestó, y tras una pausa añadió―: No sabía que escribías un diario de cartas para Cozart.

Giotto no contestó, y en su silencio, comenzaron a recorrer el camino de vuelta a casa, mientras G rompía su promesa de no reírse. Avanzaron juntos por el sendero que les deparaba un futuro, que quizás no fuese el mejor, pero sí el que habían elegido.


Francamente me parece que Giotto quedó un poco OOC, pero digamos que es una percepción muy personal que tengo de él :v

Gracias por leer!

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