Capítulo1: Las ocurrencias de mi padre
Ni hablar, otra vez me encontraba en la oficina de mi padre escuchando un largo sermón, en realidad ya me estaba hartando, con cerca de 3.500 años todavía me tocaba aguantar aquellas cosas, vale, reencarnada solo tenía 18, pero él parecía comportarse como el ejemplo de honradez y responsabilidad, mientras había perseguido, seducido, violado y embarazado a cuanta mujer se le cruzara.
"Solamente estaba algo alegre, me pase de copas, lo admito, pero Febo, estaba mil veces peor, y no le dijiste nada"- mi padre me miró encrispado
"Artemisa"- bufó-"no estas aquí solo por eso, necesito que te hagas cargo de algo"
"Y por eso venía el sermón"
"Tu hermana es algo infantil, necesita alguien que la guíe, tiene que hacerse cargo de su responsabilidad de una vez por todas"
"Solo tiene 13 años!!- le espeté- déjala que tenga sus caprichos tranquila"
"tiene que crecer de una buena vez, esta demasiado consentida"
"Pero no tenes en cuenta las mil cosas que hizo en este tiempo, por todos los dioses"
"No discutas más y hacete cargo, alguien tiene que ayudar a madurar a esa niña, a convertirse en mujer, no esperarás que lo haga Hera"
Aquella mañana me encontré rodeada de pequeños saltarines que iban de un lado para el otro, tenían entre 5 y 7 años, y se amontonaban alrededor de un guardia, este me miro extrañado
"Qué hace una hembra tan buena en este lugar"- me preguntó con mirada morbosa
"Vine a convertirme en caballero"- expliqué con seriedad
"La verdad es que ya estas grandecita para esas cosas, aunque estoy seguro que estas a punto para otras"- comenzó a dar vueltas a mi alrededor, deteniendo sus ojos particularmente en el final de mi espalda
"Eso no te incumbe"- le comunique con voz neutra entregándole una nota, al leerla su expresión se transformó, llamó a otro soldado y me entregó una máscara- a partir de ahora vas a tener que acostumbrarte a llevarla- se burló- si algún hombre ve su rostro, deberá matarlo o casarse con él"
"Genial"- comenté con sarcasmo
"Normalmente los entrenamientos comienzan cuando son mucho más chicos"- me explicó señalando a los niños que correteaban de un lado al otro- "tenes que ser un caso excepcional"- otra vez la misma cara de baboso, pensé qué como venían las cosas, me convenía enterarme lo antes posible como sería mi vida a partir de ahora
"Y que es lo que me espera en el entrenamiento"- pregunté jugando coquetamente con mis pestañas, la boca del guardia se degeneró en lo que simulaba una sonrisa seductora
"Los entrenamientos son de sol a sol, pero pueden ser de distintas formas según el maestro, para ser sincero no creo que una belleza como vos dure mucho tiempo aqu
"Eso lo veremos"- comente sonriendo
"Las de tu edad ya suelen ser amazonas y no suelen ser muy agradables"- largué una carcajada coqueta, y volví a jugar con mis pestañas
"No creo que sean tan amargadas, el problema debe ser que ellas no te prestan tanta atención"
"Ellas son demasiado rudas, no son tan femeninas como vos"- en ese instante intentó abrazarme, me aleje unos pasos y sonre
"No quiero meterme en problemas"- expliqué todavía sonriendo, veamos cuanto más podía obtener de este idiota, me coloqué la máscara y pregunte seductora- "me veo bien?"
"Yo te preferiría sin la máscara- intentó sacármela y yo volví a esquivarlo- vamos, no quiero tener que matarte"- en ese instante un caballero bajaba con seria expresión las escaleras, a lo lejos, solo pude ver el brillo de su dorada armadura, mientras se acercaba pude distinguir su largo cabello azul que resaltaba con el brillo del sol, se acercó lentamente hasta nosotros, me miró de arriba abajo y dijo ignorando olímpicamente a los que nos rodeaban
"Soy Camus, caballero de Acuario, tu maestro"- hice una pequeña reverencia, por todos los dioses, este tipo sí que era serio
"Es un placer maestro"- conteste con la voz mas sumisa que pude
"Agarrá tus cosas, ya no hay lugar en el recinto de las amazonas, vivirás en mi casa"-explicó dando la vuelta, tome mi bolso y camine detrás del, al parecer estaba enojado ¿o sería así todos los días? Por lo que había averiguado por el guardia la vida no era muy fácil en el santuario más para mí que ya estaba bastante grandecita. Mi maestro comenzó a subir las escaleras que llevaban hasta un templo con el símbolo de la casa de Aries, lo seguí en silencio, observando con curiosidad el imponente edificio, cuando una monstruosa idea se formó en mi mente, las casas del zodiaco del templo de Atenea eran por de más de conocidas, si todas esas escaleras eran para llegar al templo de Aries...
Un nudo se atragantó en mi garganta ¿Qué había dicho este tipo? ¿Camus de Acuario? maldición, esa era la onceava casa, volví a maldecir mi suerte interiormente, si mi maestro era serió también lo sería yo, no me humillaría quejándome de las escaleras, ese sería un paso en falso que me sacaría del santuario, y yo debía permanecer allí por bastante tiempo
Distraje mi mente con otras cosas, intentando olvidar los escalones, me pregunté por milésima vez que tipo de vida me tocaría llevar con ese hombre, era lindo, es cierto, pero demasiado frío para mi gusto, aunque no debía ser mucho mayor, que yo
Cuando llegamos hasta el templo de Acuario me voltee a mirar, la vista era imponente, el resto de los templos se veían formando un extraño camino, el coliseo, y el recinto de las amazonas se encontraban más allá, el lugar era hermoso, pero pobre de Athena que tenía que subir tantas escaleras hasta su templo...
Mis piernas comenzaron a temblar imperceptiblemente, al parecer estaban en desacuerdo con tantas escaleras, me pregunte cuanto tiempo podría durar allí, lo que había escuchado del aprendiz de Aries no fue muy alentador, el petiso pelirrojo había murmurado algo como
"Una más para Camus, ya van seis en los últimos tres meses"- al parecer mi maestro no era de lo más sociable, no había pronunciado palabra durante el camino, e interiormente algo me decía que era el más estricto
"Odio el calor"- comente por fin saliendo de la habitación que me había asignado
"Entonces elegiste la armadura perfecta- me miro con sus profundos ojos azules, con su inescrutable expresión- ¿por qué una persona de tu edad pretende comenzar su entrenamiento para obtener la armadura de los Hielos Eternos?- suspiré
"No se exactamente porque esto aquí- expliqué- voy a ser totalmente sincera, es una de las locuras de mi padre, de la cual no pude escaparme, pero prometo hacer lo mejor posible para cumplir con sus objetivos"
"Ni los que llegaron aquí con el deseo de proteger a Atenía, duraron mucho aquí, no desarmes tu bolso, no creo que dures mucho"- genial que alentador...
"Espero que no sea así maestro, no estoy aquí por propia voluntad, pero voy a dar lo máximo de mí"- volvió a mirarme con su fría mirada
"Quiero que para esta noche tengas esto leído, y sepas explicar que dice- anunció arrojando un libro frente a mí- yo no me conformo con que mis discípulos sepan luchar, también pretendo que sepan de mitologías y filosofía"- una sonrisa se dibujo en mi rostro oculto por la máscara, tome el libro en mis manos y leí en voz alta
"Fedón o del alma, Platón"
Esta es mi primer historia de Saint Seiya, espero que les guste y me dejen reviews