~Dolor Interno~

Estoy acá con los ojos hinchados de tanto llorar por mi amada, hemos estado con mi suegra por cinco horas esperando a que alguien nos diga que pasó con ella, no puedo creerlo aún, esto no puede estar pasando, hace apenas unas horas estábamos tan felices riendo y ahora estoy acá sola, llorando amargamente en silencio, sin saber su condición, mi mente me repite una y otra vez como me salvó de ese estúpido borracho, mi mente me recuerda una y otra vez que gracias a ella solo sufrí unos raspones pero ella... Ella no salió con tanta suerte, salvó mi vida, si, pero ¿A qué precio? ¿Cómo estará ella? ¿Podrá ser la misma de siempre? ¿Saldrá bien de la operación? ¿Su vida estará en peligro?, mi cabeza se convirtió en un mar de preguntas sin respuestas. Estaba empezando a perder la esperanza que me quedaba, la última vez que vino el doctor para darnos información nos dijo muy malas noticias, ella estaba grave, el atropello dejó muy grave su condición física, nos dijo que su vida pendía de un hilo, hilo que poco a poco estaba siendo mas delgado en mi cabeza. Trató de alejar mis pensamientos por un lado y salgo de la sala de espera hacia un pequeño parque que se encuentra fuera del hospital, de mi bolsa saco un cigarrillo y lo llevo hasta mi boca, sacó un Zippo y una lágrima cae sobre éste.

Ahora me invaden esos recuerdos, ese día donde me sorprendió con esa pequeña caja negra que estaba entre un enorme ramo de rosas rojas.

-Ya puedes abrir los ojos.- Decía dulcemente con emoción en su tono.

-Korra...- Dije en tono de sorpresa quedé en silencio mientras recibía esas enormes y hermosas rojas.- Amooor pero si hoy no es un día especial.

-Asami, junto a ti todos los días son especiales.- Se puso de puntillas mientras besaba mi frente.- Ahora busca lo que está dentro del ramo.

Encontré la pequeña caja y cuando la abrí tenía el zippo donde estaba mi nombre y el de ella en un lado y del otro un pequeño tallado en metal de nosotras dos en un pequeño dibujo simple.

Estaba entusiasmada, Korra siempre me sorprendía con sus obsequios espontáneos y me enamoraba mas cuando me decía que no tenia que ser un aniversario para demostrarme que me amaba. Sabía como derretir mi corazón, sabía todo de mi, como dominarme, como consentirme, enamorarme, elevarme hasta lo mas alto y hacer que me entregara totalmente a ella.

Me conocía muy bien y yo a ella pero habían cosas que realmente me sorprendían, cómo hoy.

Encendí el cigarro y inhale, mi boca y garganta se llenaban del humo que lograba adormecer y alejar un poco el dolor que sentía en mi interior exhalé el humo como si así alejara todo aquello que atormentaba mi corazón.

-Hola Asami te estaba buscando.- Escuché que se dirigían hacia mi.

- Hola Jinora, perdón es que no podía estar más tiempo allá adentro.- Respondí casi quebrándome.

-Tranquila si, estará bien.- Sentí como esos delgados brazos me transmitían tranquilidad y vaya que la necesita.

Terminé mi cigarrillo y hablamos un poco más antes de volver a la sala de espera. Mi mundo lentamente caía en pedazos. El amor de mi vida estaba dentro de la sala se operaciones luchando por su vida cuando debería ser yo quien debería de estar ahí y no ella.

¿Por qué Korra? ¿Por qué tuviste que impedirlo con tu cuerpo con tu vida? ¿Acaso no sabes que no puedo vivir sin ti?.- Lloraba desconsolada mientras abrazaba fuertemente a esa joven de cabello corto, era con quien realmente podía desahogarme.

Luego de un rato el doctor por fin salió de la bendita sala, dirigiéndose hacia nosotros, tenía la esperanza de que por fin tuviera buenas noticias de Korra mi corazón se aceleró rápidamente al pensar en que ella estaba bien y que ya no peligraba su vida.

-Buenas noches ¿Es la familia de la señorita Korra?

-Si diganos doctor ¿Cómo esta mi hija?

Yo lo veía detenidamente tratando de leer su lenguaje corporal, se veía bastante exhausto y podía entenderlo, yo me encontraba muy agotada pero mis pensamientos no me dejaban descansar, no quería descansar hasta saber si ella estaría bien.

Todos estábamos atentos a lo que nos diría el doctor del estado en el que se encontraba Korra, amigos y familia acompañando a los padres de mi amada.

-Verán la señorita Korra sufrió un gran impacto en el accidente, su pierna estaba rota además del brazo izquierdo, pueda que tenga problema con volver a caminar y tenga que hacer terapia pero volverá a caminar.

Mi corazón estaba aliviado y sentía que la vida me volvía a sonreír ella estaba bien y pronto podía volver a ver esos hermosos ojos azules devolverme esa mirada dulce.

-¿Cuándo le darán de alta a mi bebé doctor?.- Preguntó mi suegra con algo de entusiasmo

-Este es el otro asunto señora, lo que más nos preocupa de la paciente es la contusión cerebral que llevó a causa del accidente, por lo que pudimos ver con mis compañeros es bastante grave así que solo nos queda esperar para cuando ella despierte puede que tarde unos días o más... Mil disculpas.- Dijo eso y se retiró de la sala donde todos estábamos.

Mi corazón al escuchar eso se estrujó de tal modo que lo único que quería hacer era estar con ella abrazándola para que despertara. Quería preguntarle tantas cosas al doctor pero cuando reaccioné el ya no estaba, cerré mis ojos lo mas fuerte que pude, no quería que las cosas fueran así, quería verla ya escuchar su voz, sentir su calor rodear mi cuerpo. Me sentía tan impotente, tenía que ser fuerte ahí estaba Senna y Tonraq recibiendo una de las noticias mas fuertes de su vida.

Quería decirles tanto, quería darles palabras de aliento pero ¿Cómo? Si yo estaba al igual de dolida que ellos. Y si despierta en una semana? ¿Y si tarda más? ¿Un mes? ¿Cuánto tiempo se llevará? ¿Estará bien? ¿Podrá sobrevivir? ¿Qué hago con mi vida si me faltas Korra? ¿Qué hago? Dime por favor.

Quedamos un momento en silencio todos los presentes estábamos con un pequeño camino en las mejillas señal de que habíamos llorado además de tener los ojos hinchados.

Acababa de llegar la abuela de Korra, una anciana de semblante usualmente amable pero esta vez sus ojos demostraban que había llorado desde que le avisaron del accidente de su nieta, entró junto con su esposo que le servía de apoyo él era conocido por mantener siempre la actitud positiva pero también tenia su semblante decaído, Bolín estaba junto con la señora Senna abrazándola, el era el mejor amigo de Korra casi su hermano y tenia el aprecio de toda la familia, Tenzin y su familia recibían a los ancianos y señor Tonraq recibía a Mako el estúpido ex novio de mi novia que por alguna razón nunca dejaba de tirarle indirectas cuando nos lo encontrábamos en diversas reuniones familiares, era muy querido por MI SUEGRO y eso implicaba ver como le tiraba los perros a MI NOVIA.

Llegó una joven enfermera con cabello negro corto hacia todos nosotros. Mi corazón se hizo pequeño y mis nervios emergían desde mi estómago esparciéndose por todo mi cuerpo haciéndole temblar.

-¿Los padres de Korra Wolff?.- Dijo buscando entre todas las personas.

-Por acá.- Se levantó don Tonraq junto con Senna.

-Muy buenas noches, sólo pasaba a informarles que pueden entrar a ver a la paciente, pero solo en grupos de tres.- Dijo viendo al resto de nosotros.

-Muchas gracias señorita.- Senna abrazó a la joven.

Hicieron los grupos que entrarían a ver a Korra, yo hablé con Senna y Tonraq para que me dieran permiso de poder poderes quedarme con ella de último y a solas, soy una persona muy celosa con mi privacidad y no quiero que nadie me vea quebrada, no puedo sobrellevar ese dolor en público y ellos amablemente accedieron aproveché el tiempo para buscar al doctor y poder hablar con el y el administrador del hospital privado. Quería quedarme a cuidar a mi novia y haría lo que fuera para conseguirlo, el buen apellido de mi padre hizo que todo se me facilitará, después de las visitas la trasladarían a una habitación más cómoda y privada. Me haría cargo de que a ella no le faltara nada, quería ayudar a sus padres pero lo hice todo por amor. Amor a esa mujer que le dio sentido a mi vida, le dio alegría a mis días y me brindó amistad sincera, lo que después se convirtió en amor, amor totalmente correspondido.

Después de haber arreglado todo ya faltaba sólo el ultimo grupo para que terminara la visita.

Hablé con los abuelos y padres de mi Korrita. Me agradecieron la atención que le brindaba a su pequeña y que de alguna manera me pagarían el "favor" pero les insistí que solo quería que ella estuviera lo más cómoda y bien atendida posible. Me abrazaron y se despidieron, ahora podían ir a descansar, saber que la vida de ella no peligraba les quitó un gran peso de encima, sólo espero poder sentirme igual al verla. Salió el último grupo integrado por Jinora, Bolín y Mako. Los dos primeros se despidieron de mi dándome ánimos y fuerza en esos abrazos que me calmaron y transmitieron mucha seguridad.

Giré mi cabeza hacia la enfermera que estaba esperándome para guiarme a ella, estaba muy nerviosa así que intenté entablar una conversación con ella para calmarme poco.

-Enfermera...- Hice una pausa.

-Opal, mucho gusto.- Me regaló una dulce sonrisa.

-Enfermera Opal ¿Ella estará bien?.- Pregunté con miedo a escuchar la respuesta.

-Señorita...

-Asami.

-Señorita Asami, ella está en un estado delicado, esa contusión que sufrió debido al accidente puede que le afecte un poco en su recuperación, pero tenemos que ser pacientes. Hay probabilidades que ella despierte pronto pero eso dependerá mucho de la gravedad del golpe.

Ahí estaba mi peor temor, sabia de lo que hablaba el doctor había conocido a alguien que tuvo un amigo que sufrió un accidente parecido y despertó a los ocho meses, realmente tenia miedo, mucho miedo en mi interior. ¿Realmente podía aguantar tanto a no ver su sonrisa? ¿A no escuchar su hermosa voz? ¿A sentir su mirada? Mi estómago y toda yo era un enorme nudo de nervios y estos aumentaron cuando nos detuvimos en la habitación.

-Ella la necesita fuerte señorita.- Me dijo la enfermera con una sonrisa amable y abrió la puerta para que pudiera ingresar.

Lo que vi me derrumbó totalmente. Ahí estaba, la mujer que alegraba mis días con un simple mensaje de buenos días, la chica que robó mi corazón con tan sencillos gestos, la que me cautivó con su forma tan peculiar de ser, ahí estaba esa mujer que me parecía inquebrantable a simple vista, acostada en una camilla de hospital, conectada a un tanque de oxígeno, con un catéter en su brazo donde pasaba una delgada manguera transparente que contenía un líquido transparente dirigiéndose a sus venas, de seguro era algo de medicina o suero, no tengo ni la menor idea pero no solo eso me derrumbó, ver su pierna recientemente operada con ligeras gazas con algo de sangre de seguro por las heridas y su brazo moreno vendado y sus párpados totalmente cerrados.

La enfermera me explicó lo que habían hecho en sus operaciones y de los exámenes que le hicieron, me explicaba las cosas pero apenas si podía escuchar y entender cada cosa que decía, hasta parecía que hablaba en otro idioma. Estaba tan sumida en mis pensamientos de como un día tan "Perfecto" como hoy pudo terminar tan trágicamente.

Opal salió de la habitación y yo me quebré en ese instante, mis piernas me fallaron y me derrumbaron hasta caer en el suelo de rodillas con mis ojos como cascadas, llenas de lágrimas de dolor y rencor en contra del idiota que atropello a mi vida, quería que pagara todo lo que mi amor estaba pasando. Ver a mi Korra así en ese estado me llenó de sentimientos diversos, odio hacia ese tipo, dolor al verla así, impotencia por no poder hacer nada, agradecimiento por poder tenerla ahí con vida frente a mi.

Me arrastré como pude hacia su costado derecho vi su pequeña mano morena llena de moretones por los pinchones que quizá le habían hecho. Lentamente incliné mi cabeza hacia su hombro y lo besé ligeramente. Me puse sobre mis pies y observe si rostro estaba lleno de moretones, el labio partido, su nariz raspada, sus ojos moreteados, sus mejillas raspadas y con pequeñas cortadas. Un sin número de lágrimas empezaron a derramarse sobre mis mejillas, sentía tanto dolor verla de esa manera.

Decidí irme a casa un rato para descansar y llevar algo de ropa para quedarme junto con Korra, estaba demás decir que no estaba preparada mentalmente para una situación así, donde el amor de mi vida estaría en coma. Lloré, lloré amargamente, interpuso su vida para salvar su vida no pensando si podía ser su último respiro, lo único que me queda es cuidar de ella no importa el costo, solo importa su recuperación, ansio el día que nuevamente pueda abrir sus ojos y que estos me vean, me llenen de amor, de ternura y paz. Entré a la tina que contenía el agua caliente y me adentré. Recosté mi cabeza en la orilla y cerré mis ojos de donde brotaban infinidad de lágrimas que contenían dolor, frustración, enojo, resignación, inquietud, inseguridad y muchas emociones que no me ayudaban en nada a controlarme. Recordé cada momento que pasé con Korra desde que le pedí que fuera mi novia hace ya un dos años tres meses siete días y no sé cuantas horas, recordé nuestro primer beso, tan tímido y lleno de muchas emociones, habían pasado ocho dias desde que nos volvimos pareja y nadie daba ese paso así que tomé toda la seguridad que estaba oculta en mi ser y toda la fuerza que se escondía en los rincones inexplorados de mi cuerpo y lo hice, la fui a dejar a su casa esa noche después de ir al cine y pasar un buen rato juntas, sabia que quería besarme pero claro era tan apenada que no lo haría y eso me frustraba.

Diez minutos en el carro...

-Fue un día increíble increíble Asami me gusta compartir contigo.- Sonrió enamorada.

-Y a mi contigo Korra.- Devolvió la mirada que contenía alegría y amor.

-Bueno creo que tengo que irme mis padres me están esperado.- Hacían un pequeño puchero.

-Si ¿Nos vemos mañana?.

-Si a la misma hora.- Guiñó su ojo y dirigía su mano derecha hacia la puerta.

El interior de Asami gritaba que la detuviera y ésta entendió.

No supo como fue que giró a la morena hacia su dirección pero ahí estaban las dos pensando una y mil cosas hasta que Asami se acercó al rostro que tanto quería e hizo que sus labios se hicieran uno sólo con los de su novia quedaron estáticas por un instante hasta que entendieron que eso era lo que querían, esos besos tan deseados que una y otra vez ensayaron por sus mentes era más de lo que esperaban y les encantó sólo rozaron sus labios pero con cada roce aumentaban el amor que ambas se tenían, amor que no habían expresado con palabras. Al terminar ese ansiado beso los dos rostros estaban rojos como tomates, habían dado un gran paso, uno de tantos que les esperaba en el enorme camino por recorrer, estaban felices de corresponderse mutuamente, de encontrarse, de haberse dado la oportunidad de caminar justas tomadas de la mano apoyándose a pesar de las represarías.

Su alma se tranquilizó al recordar ese momento que guardaba la perfección en su memoria, agradeció tanto que la vida le diera una oportunidad más de tener a su amada con vida, como habló con el doctor, pudo haber sido peor así que agradecía el pequeño gesto de la vida.

Estuvo toda la noche arreglando papelería de su empresa ya que tenía que firmar papelería, cheques de pagos, unos planos se quedaría a dormir en su casa esa noche, arreglaría todo mañana para estar mas tiempo al lado de su amada, quería que cuando despertara fuese lo primero que viera, su rostro y su sonrisa dandole la bienvenida nuevamente a la vida.

La abuela de Korra era fuerte, ella sabía que estaría bien y que solo era un escalón más en la vida de su nieta, los padres de la morena estaban muy afectados, su única hija estaba en estado vegetal, eso no era fácil de digerir, su pequeña, la niña de sus ojos estaba en esa habitación pasando sin duda alguna la lucha mas grande de su vida hasta ahora, Senna trataba de ser paciente pero aun no asimilaba el estado de su hija pero Tonraq él era caso aparte, el le agradaba la idea de que su hija fuera feliz con su novia pero sabia que lo que había pasado pudo pasarle a otra persona y no a su bebé, una parte rencorosa de él estaba despertando y todo era provocado por la pelinegra de ojos verdes. A él le importaba un carajo que ella se hiciera cargo de todo lo del hospital, sabía que Asami tenía cierta culpa por lo ocurrido pero le era molesto ver a esa chica tan atenta con su hija, no era que él no pudiera pagar el hospital pero dejaría que la CEO de Industrias Futuro quizá así podría pagar la deuda de que su hija impidiera su muerte, ese golpe de seguro la habría dejado sin vida. Le irritaba ver a esa chica pero se limitaba a demostrarlo, era la preocupación la que lo invadía y no quería llegar a hacer algo de lo cual se arrepentiría.

-Hola Señores Wolff ¿Ya entraron a...- No terminé la frase.

-Ya y estamos por retirarnos con permiso.- Dijo Tonraq tomando de la mano a su amada esposa.

Asami se quedó con la boca abierta, presentía que el señor Tonraq la culpaba por lo sucedido pero no lo juzgaba, hasta ella misma se culpaba por no ser ella la que estaba ahí en esa cama.

Todo pasa por algo Asami.- Se repetía entre dientes mientras se dirigía a la recepción, pagaría lo que de la habitación nueva y demás cosas que pidió para que ella estuviera cómoda.

Por la mañana toda la familia y amigos de Korra llegaron a visitarla aunque lastimosamente ella no se enteró, según el doctor se mejorarían sus heridas pero aun no sabían cuando despertaría.

Terminé de hacer todos los trámites para que atendieran muy bien a mí Korra además de ver el lugar era bastante grande, no podía esperar más del mejor sanatorio de Ciudad República, ansiaba que ella despertara para poder enseñarle los hermosos jardines del lugar eran muy lindos y coloridos sin duda alguna eso le subiría el ánimo. Pero nuevamente los demonios de depresión le invadieron todo su ser, haciendo que sus ojos esmeralda se apagaran y llenaban de lágrimas hasta trazar un camino húmedo que llegaba hasta su barbilla.

-Señorita Asami.- Me habló con pena la enfermera que me daba el recorrido.- Me informan que ya salieron los amigos de la señorita Korra de su habitación.

-Vamos para allá por favor.- Limpié mis lágrimas y la evidencia de éstas que se encontraban sobre mi cara.

La enfermera me dejó en la puerta de la habitación que se encontraba cerrada y si decir nada se fué. Tomé aire para calmar mis nervios y con la mano temblorosa la dirigí hacia la perilla y lentamente la giré, empujando la puerta, pero mis nervios rápidamente se convirtieron en enojo al ver al estúpido de Mako acariciarle el rostro a Korra, MI NOVIA.

-¿Qué rayos haces acá?.- Pregunté sin meditar palabra, solo quería respuestas.

-Puedes calmarte ¿Quieres?.- Volteó a verme con una mirada fulminante.- ¿Acaso ya no puedo venir a ver a la persona que más me importa? ¿Tengo que recordarte que es por tu culpa que ella está acá? Y que también es tu culpa que esté en ese estado.- Señaló a Korra y sus ojos ámbar se llenaron de lágrimas y reflejaba irá en contra de mi.

Mi corazón se estrujó ante las palabras que decía ese estúpido chico pero sabía que tenia razón, yo debería de estar ahí no ella, no Korra, no el amor de mi vida. Un enorme nudo en mi garganta apareció para impedirme contestarle a ese tipo así que lo uno que hice fue cerrar la puerta y correr hacia el parqueo donde se encontraba mi satomóvil, entré a este y lloré, lloré amargamente por todo.

Todos decían que hacía sido mi culpa pero ¿Acaso también fue mi culpa que ese estúpido estuviera borracho? Yo también estoy sufriendo carajo, apuesto que más que todos, yo pasaba siempre el tiempo con ella, vivíamos cerca, comíamos juntas todos los días, salíamos por las noches a caminar a la playa, entrenábamos juntas aunque nunca pude ganarle, me dejaba en su motocicleta cuando salíamos de paseo, a veces dormíamos juntas no importaba mucho en el apartamento de quién nos quedaramos era agradable estar juntas y eso nos encantaba.

Pero ¿Ahora? Cuando regrese a casa ¿Qué me espera? Hoy por la mañana te extrañé tanto amor, extrañé tus ojos, tu sonrisa, tus chistes cuando desayunábamos juntas, tus pucheros, tus actitudes tan infantiles que llenan mi corazón de alegría, tu voz, tus besos, tu calor, tus te amo ¿Hasta cuando? ¿Cuándo podré verte? ¿Cuándo podré sentir tus brazos rodearme de nuevo? ¿Cuándo podré ver de nuevo esos ojos azules que llenan mi vida de alegría? ¿Cómo podré sobrevivir si no estás conmigo Korra? Aprendí a vivir hermosos momentos junto a ti, tus ocurrencias, tus malos chistes, sentir tu mirada sobre mi cuando estaba ocupada, cuando cantabas cualquier cosa sin tener una linda voz pero lo hacías con pasión, extrañaré todo eso y más, extrañaré todo de ti, apenas llevas dos días así y ya me estoy volviendo loca, no podré soportar verte en ese estado, me duele tanto que no puedas devolverme la mirada, verte tan vulnerable me hace sentirme tan insegura, insegura de todo...

/V\

Hola si llegaron hasta acá se los agradezco mucho. Escribí esto hace ya un rato y espero les guste 3 gracias por su apoyo con mi otro fic.