Capitulo 1: Nueva vida

Las esferas de luz de la habitación se reflejaban en la piel clara de Ron Weasley y resaltaban aún más las pecas de su cara. Una chica de pelo castaño y rizado dormitaba en una butaca junto a la cama con un libro abierto sobre las rodillas. Molly Weasley entró en la habitación y se dirigió hacia Hermione Granger con una bolsa de papel en la mano.

-Hermione, querida- dijo posando suavemente su mano en la de la chica. Hermione abrió los ojos y dio un respingo.

-¡Señora Weasley! Me…me he dormido. Lo siento mu…

-No digas bobadas.- la interrumpió la mujer- Llevas casi una semana al pie de la cama de Ron, debes estar agotada.-Dirigió una fugaz pero preocupada mirada a su hijo, que yacía en la cama con los ojos cerrados.- Te he traído algo de comer... ¡y no me digas que no señorita!-dijo levantando la voz al ver que Hermione hacía ademán de rechazar la bolsa- ¡Si quieres seguir cuidando a Ron tendrás que estar sana tu primero!¡Y para eso tienes que comer! ¿O pretendes enfermar tú también?- la señora Weasley le quitó el libro del regazo y en su lugar puso la bolsa con la comida

-Tiene razón señora Weasley… Gracias. –dijo Hermione abriendo la bolsa y sacando un sándwich.

-Harry envió una lechuza esta mañana, querida.- la mujer se sentó en una silla que hizo aparecer con su varita.- Vendrá a visitar a Ron y a Fred hoy.

-Eshtupenno- dijo Hermione con la boca llena. Avergonzada, tragó rápidamente- Perdón.

-Tranquila cariño. Tengo 6 hijos varones, ¿recuerdas?- dijo la señora Weasley sonriendo.- ¿Por qué no vas a estirar un rato las piernas? Yo me quedaré con Ron.

-Bajaré a ver a Fred.- dijo Hermione. Se metió en la boca el ultimo trozo del sándwich y se levantó. Cogió el vaso de café con leche de la bolsa de papel y su cepillo de dientes de un neceser y se dirigió a la puerta, no sin antes dirigir una última mirada a Ron.

Cerró la puerta al salir y se apoyó sobre ella con los ojos cerrados. Ron llevaba 5 días inconsciente y no había habido ningún cambio que presagiara alguna mejoría. Los medimagos y sanadores de San Mungo decían que estaba como muerto en vida. Hermione pensaba que lo más probable es que estuviera en coma. En las pocas horas de sueño que había tenido desde la batalla no había dejado de ver una y otra vez como hirieron a Ron. El recuerdo la perseguía en sueños cada vez que cerraba los ojos…

Hermione oyó un grito. Por un momento pensó que era Ginny pero entonces escuchó a Ojoloco Moody gritar.

-¡Tonks! Maldita sea, ¿dónde estabas mirando?¡Weasley sácala de ahí o acabarán matándola!

Bill corrió hacia Tonks que había perdido el conocimiento después de una tremenda caída y estaba tendida en el suelo en medio de todo el fuego de maldiciones. Corría con una velocidad increíble, casi como un animal. Disparó con su varita y cogió rápidamente a Tonks en brazos para ponerla a cubierto.

Una gran explosión desde el otro lado del valle recordó a Hermione que Harry estaba luchando sólo contra Voldemort. Un rayo blanco dio en el suelo, muy cerca de los pies de Hermione, produciendo un ruido espantoso. Cuando el eco de la explosión se apagó a Hermione le pitaban los oídos y apenas escuchaba nada de lo que decían sus compañeros alrededor. Sintió un sabor salado en la boca y comprendió que se había quedado sorda cuando la explosión sonó tan cerca. No había tiempo para preocuparse por eso ahora. Fred estaba a unos metros de ella y le decía algo, pero Hermione sólo podía ver como movía sus labios. Lanzó una maldición a un mortífago que pretendía atacar a Fred por la espalda y luego lo ayudó a levantarse. Mientras Fred se incorporaba Hermione vio a Ron correr hacia ella gesticulado y gritando, aunque ella no podía oírlo. Fred también dijo algo pero ella no lo entendía. Un mortífago perseguía a Ron pero él no le lanzaba maldiciones, disparaba con su varita hacia delante. El mortífago disparó a Ron por la espalda y este salio volando por los aires para caer de manera brutal sobre el escarpado suelo. Hermione chilló sin escucharse y apuntó con su varita al mortífago que había atacado a Ron, sin darse cuenta que otro estaba a su espalda y que consiguió darle a Fred, que se desplomó en el suelo. Al desviar su atención a Fred el mortífago que atacó a Ron le lanzó una maldición a ella también y todo se volvió oscuro.

Cuando despertó, Ginny estaba junto a ella. Fred estaba a unos pocos metros de ellas y su herida sangraba mucho. Harry no estaba muy lejos, ensangrentado y exhausto, jadeaba mientras caminaba hacia ellos con una mano en el costado. Hermione intentó incorporarse pero Ginny la apretó contra sí. Buscó a Ron con la mirada, después de esa caída podía haberse abierto la cabeza o roto el cuello… Lo vió, George y Charlie estaban muy serios junto a él. Debían haberlo movido porque ahora estaba tumbado y Hermione lo había visto caer boca abajo. Chilló con todas sus fuerzas pero de su garganta no salía ningún sonido. Al darse cuenta de lo silenciosa de la situación, recordó que la explosión le había perjudicado el oído. Siguió gritando y llorando entre los brazos de Ginny. Harry se acercó y las abrazó a ambas. Le dijo algo a ginny acariciándole la mejilla y ella asintió. Se dirigió a Hermione y le habló pero ella no lo entendió.

-¡Hubo una explosión! -dijo en voz demasiado alta- ¡No oigo nada Harry!

Hermione bajó las escaleras hasta la planta inmediatamente inferior a la que estaba Ron. En la habitación número 25 estaba Fred. Tiró el vaso de plástico en una papelera y llamó a la puerta. Le contestó un jovial "¡Adelante!", abrió la puerta y entró. Fred estaba en su cama leyendo unas revistas. Tenía parte del cuello y la cara vendados pero por lo demás estaba como siempre.

-¿Qué hay Hermione?-dijo Fred sonriente.

-Hola Fred, ¿como estás?

-Estupendamente, ¿no se me nota? No se puede decir lo mismo de ti, tienes muy mala cara. ¿Has comido?

-Si, tu madre me obligó.

-Pero seguro que nunca has probado nada tan delicioso como esto…- se incorporó y cogió una caja verde de la mesita.- Me los ha mandado una …una amiga- dijo tendiéndole la caja a Hermione.

Hermione cogió la caja de mala gana y la abrió.

-¿Qué son?

-Bombones de chocolate rellenos de hidromiel. Sencillamente increíbles.

Hermione cogió uno y colocó la caja de nuevo en la mesa. Se sentó en una silla pero no probó el bombón. Se quedó callada mirando al suelo.

-Ron se pondrá bien.

Hermione lo miró.

-Eso espero. Los medimagos van a su habitación y hablan entre susurros pero no saben lo que tiene.

-¿Tu estas bien? ¿Has dejado de tener molestias en los oídos?

-Si, ya no oigo el pitido. ¿Te duele mucho la herida?

-Casi nada.

Alguien llamó a la puerta y Fred volvió a soltar su encantador "¡Adelante!". Harry entró en la habitación.

-Buenos días a los dos-dijo sonriendo

-Hola Harry. ¿Me has traído lo que te pedí?-preguntó risueño Fred

-Sí. Aquí lo tienes. – tendió un paquete a Fred y lo retiró cuando este iba a cogerlo- Que tu madre no lo encuentre.

-Que siii, pesado…-Fred arrancó el paquete de las manos de Harry, lo abrió emocionado y miró en su interior- Oooooh…, vaya…verás cuando venga George, seguro que también le encanta- dijo Fred y guardó el paquete bajo las mantas de la cama.- Gracias Harry

-De nada-dijo Harry partiéndose de risa

-¿Qué os traéis entre manos?-dijo Hermione recelosa

-Son cosas de hombres Hermione- dijo Fred guiñándole un ojo. ¿Has visto a Ron, Harry?

-No, cuando llegué los medimagos y sanadores estaban allí, así que vine aquí mientras terminan con el reconocimiento. ¿Cómo está tu padre?

-Le va a quedar una ligera cojera pero está bien. Está encantado con los padres de Hermione. Cada vez que viene me cuenta algo que haya visto en la "tetevisón".

-Televisión-dijo Hermione sonriendo.

-Lo que sea. Está fascinado con ella. Y también con el… "cortahierba" –dijo Fred riendo a carcajadas. – Mamá dice que le avergüenza verlo todo el día subido dándose paseos por jardín.

-Como para no avergonzarse. Parece un crío volando por primera vez en escoba.-dijo la señora Weasley entrando a la habitación. – Menos mal que los padres de Hermione tienen paciencia… Si no, nos hubieran echado de su casa antes de que terminara de reconstruirse la Madriguera.

-¿Cómo van las obras señora Weasley?

-Bien Harry, querido, gracias por preguntar. Aunque aún tardaremos un par de meses en poder trasladarnos. He venido a decirte que los medimagos ya se han ido, puedes subir a ver a Ron.

Hermione se puso de pie y se dirigió a la señora Weasley.

-¿Han dicho algo?

La señora Weasley se mordió el labio y acarició el pelo y la cara de Hermione.

-No cariño, aun no saben nada. Lo único que me han dicho es que mientras se mantenga así no morirá- y se echo a llorar tapándose la cara con las manos. –Harry y Hermione la tomaron cada uno de un brazo y la sentaron en una silla.

-Harry sube a ver a Ron. Yo subiré en un minuto-dijo Hermione apuntando con la barbilla a la señora Weasley que seguía llorando.

Cuando Harry llegó a la habitación estaba como todos los días anteriores. Ron estaba en la cama, como si estuviera dormido. Y los pocos efectos personales que había eran de Hermione o la señora Weasley, que eran las que más tiempo pasaban con Ron. Cuando Harry iba a visitar a Ron, la señora Weasley siempre lo dejaba a solas con él. Él sabía que era porque ella intuía que se sentía culpable por lo de Ron y que prefería estar con él a solas. Era cierto, se sentía muy culpable. Casi todos los que habían ido en su ayuda en la última batalla habían sido heridos. Percy había muerto poco después de hacer las paces con su familia, y había sido por salvar a George. Y Ojoloco Moody, que se había encargado de la seguridad de todo el mundo había descuidado la suya y también había muerto. Tonks tenía secuelas en la visión y en la Oficina de Aurores determinaron que ya no podría seguir participando en las misiones como hasta ahora. El señor Weasley probablemente se quedaría cojo para siempre. Fred tenía una cicatriz horrible desde un hombro hasta la mitad de la mejilla. Por suerte Ginny y Hermione habían quedado relativamente ilesas, pues se temió que Hermione no recuperara el oído pero los medimagos finalmente habían conseguido curarla. Y Ginny… bueno… a Ginny la salvaron, y no había sido precisamente Harry. Había sido Snape. Todavía recordaba la incredulidad que sintió cuando vio en el Pensadero de Dumbledore (que ahora era suyo) el recuerdo que demostraba que Dumbledore le había ordenado a Snape que cuando llegara el momento, tendría que matarlo. Apartó esos pensamientos de su cabeza. No le apetecía nada pensar en Snape ahora. La situación era muy complicada ahora que la persona que más había odiado había salvado a Ginny. Por una parte se sentía agradecido, por otra… ¡Todo era tan complicado!

Miró a Ron.

-No puedes irte Ron. No puedes dejar sola a Hermione. Ni a tu familia.-susurro cerrando su mano alrededor de la de Ron.

Después de un rato a solas con sus pensamientos, Hermione entró en la habitación.

-Puedo volver mas tarde si quieres estar más rato con Ron. –dijo Hermione desde la puerta.

-Quédate. Ron no me da conversación.

-No tiene gracia.

-Lo siento

Hermione se sentó junto a él y Harry le pasó un brazo por los hombros. Ella puso su cabeza en el hombro de Harry.

-No quiero que se muera, Harry.

-Lo se, Hermione. Yo tampoco y no lo hará. Encontrarán la forma de curarlo, ya lo verás- dijo Harry, más para convencerse a sí mismo que para consolar a Hermione.

Era más de medianoche y Hermione cerró el libro que estaba leyendo. Se frotó los ojos con el dorso de la mano y miró a Ron. Nada. Ni un solo cambio. Acercó la butaca lo más cerca posible de la cama y recostó la cabeza en el filo del colchón. Mientras acariciaba la mano inmóvil de Ron recordaba la conversación que habían tenido unos minutos antes de que la batalla empezara.

Todos se estaban preparando para la batalla. Se ajustaban capas. Lanzaban chispas con sus varitas. Se hablaba poco. Hermione miraba por la ventana pero la espesa niebla apenas dejaba ver nada. Alguien puso una mano sobre su hombro. Se giró y vio a Ron.

-¿Estás bien?-preguntó él.

Hermione suspiró.

-Todo lo bien que podría estar-dijo Hermione con mirada triste.

-Si tienes problemas… llámame. Estaré a tu lado antes de que termines de decir mi nombre- dijo Ron cogiéndole una mano.

-Gracias-dijo Hermione mirándolo a los ojos. Y de repente lo abrazó por la cintura. – No quiero que te pasa nada.

Ron también la abrazó.

-No me pasará nada, Hermione. Ni a ti tampoco. Y cuando todo esto termine… -se agachó para hablarle al oído.-Cuando todo esto termine quiero estar contigo.

Hermione se separó de Ron lo mínimo para apoyar su frente en la de él y decirle en voz baja.

-¿Lo dices de verdad?- su nariz rozaba la nariz de Ron.

-Si. Te lo digo de verdad. No hay nada que quiera más que estar contigo.

-¿Por qué me dices esto ahora?

Ron bajó la mirada y dijo:

-Por que en el caso de que me pasara algo quiero que sepas que he estado esperando a que todo acabe para estar contigo.

-¿Pero por qué?

-Por que no quería que nos separaran una vez que estuviéramos juntos. Y hubiese podido pasar varias veces y lo sabes. Hemos estado a punto de morir en más de una ocasión. Y no me hubiera gustado morir dejándote aquí o que murieras tu y me dejaras a mi. Si no tenía nada no podían quitarme nada. ¿Lo entiendes? Pero esta será la última batalla. Y después de esta, nada impedirá que esté siempre contigo.

-¿Lo prometes?

-Te lo prometo, Hermione.

-Te quiero Ron-susurró de forma casi inaudible Hermione.

-Y yo a ti.-dijo Ron en el mismo tono. Le dio un pequeño beso en la punta de la nariz la abrazó unos segundos y se fue hacia donde estaba Harry.

La luz del día despertó a Hermione. No quería abrir los ojos. Quería seguir soñando con Ron. Estaba muy a gusto. Los rayos de sol que entraban por la única ventana de la habitación le calentaba la mejilla. Era una sensación tan agradable… pero había algo más. Había otra sensación. Algo… Alguien… ¿le acariciaba el pelo? Hermione abrió los ojos y vio los ojos azules de Ron mirándola. Ron estaba un poco pálido, pero sonreía.

-¡Ron! Te … te has despertado-dijo Hermione con los ojos empañados de lágrimas.

-Eso parece…-dijo Ron sin dejar de sonreír- Tengo hambre. ¿Cuánto llevo aquí?

-Has estado… una semana inconsciente- A Hermione le caían gruesas lágrimas por las mejillas.

-Te prometí que estaría contigo.- Dijo Ron limpiándole la cara. Intentó incorporarse pero puso cara de dolor y se llevó una mano al pecho. – Quería abrazarte pero…-

Hermione se levantó de un salto y rodeó el cuello de Ron con los brazos. Él la abrazó por la cintura.

-Creía que no volvería a hablar contigo.-dijo Hermione sollozando en el hombro de Ron.- Creía… que te había perdido

-Te lo prometí. – repitió Ron, y siguió abrazando a Hermione hasta que ésta se calmó. Cuando ella se incorporó se secó la cara y dijo:

-Voy a avisar a los medimagos que estás despierto.

-No. Aun no- dijo Ron cogiéndole una mano.- Querrán hacerme pruebas y no podré estar contigo. Espera un rato-añadió sonriéndole.

-Está bien-dijo Hermione devolviéndole la sonrisa y sentándose en la cama.

-¿Tu estás bien, Hermione? ¿No te pasó nada?

-Una explosión me destrozó los tímpanos. Por eso no te oí cuando me avisabas que había alguien detrás de mí. Pero me curaron y estoy perfecta.

-¿Y los demás?

Hermione suspiró

-Fred está abajo. Le quedará una cicatriz bastante importante, pero está tan gamberro como siempre. Y tu padre quizás cojee, pero también está bien. El resto de tus hermanos está bien salvo…

-Percy… ¿está muerto verdad?-Hermione asintió con la cabeza- Vi como recibía una maldición dirigida a uno de los gemelos. No tenía muy buena pinta.- Ron se quedó triste y pensativo.- ¿Alguien más murió?

-Solo Ojoloco Moody. Recibió varias maldiciones a la vez y a su edad no pudo soportarlo…

-¿Vold….Voldemort murió, verdad?-preguntó Ron de repente

-Si, murió. Harry lo mató.

-¿Cómo está Harry?

-Bien. Aunque ha estado muy preocupado por ti.

Ron se recostó sobre las almohadas y suspiró.

-¿Entonces, todo ha terminado?-dijo Ron mirando al techo

-Si, Ron.

Ron tiró de la mano de Hermione para acercarla hacia sí.

-Ahora no hay nada que nos impida estar juntos… ¿Tu quieres?

Hermione sonrió

-Claro que quiero Ron.-dijo acariciándole el pelo con la mano que tenía libre.

Ron cogió el rostro de Hermione entre sus manos y lo acercó hasta el suyo. Le quitó un mechó de pelo de la cara y le dio un ligero y tierno beso en los labios.

-Te quiero Hermione. Te quiero con toda mi alma.

Hermione por toda respuesta volvió a besarlo y cuando el beso terminó y abrieron los ojos se sonrieron con cariño. Ella intentó incorporarse pero Ron la retuvo.

-¿Dónde vas?-dijo con una media sonrisa- No quiero que te vayas, te quiero aquí, cerca de mi.

-Tu madre está al llegar… No quiero que piense que te hago el boca a boca para reanimarte…

-Pues debiste haberlo probado, quizás me hubiese despertado antes-dijo Ron sonriendo

-Ron no seas tonto, suéltame… Ya tendremos tiempo para esto….-Ron le puso un dedo sobre los labios para que se callara.

-Un beso. Sólo un beso y te soltaré.-dijo Ron

Hermione no pudo menos que reír. Se inclinó de nuevo sobre Ron y le dio un beso, más largo que los anteriores.

-Me encantan tus besos y sólo acabo de probarlos- le dijo Ron al oído.

Hermione lo besó en la frente, se incorporó y salió al pasillo en busca de los médicos de Ron.

Cuando la señora Weasley llegó se encontró a Hermione en el pasillo.

-¿Qué haces en el pasillo, querida? Todavía es muy temprano.

-Los medimagos están viendo a Ron.

-¿Te han dicho algo?

-No… solo que aunque lleve una semana sin comer no significa que debamos permitir que engulla de esa manera- dijo Hermione sonriendo.

La señora Weasley se quedó paralizada

-¿Hermione…me estás diciendo…?

-Si. Ron se ha despertado. Esta mañana

La señora Weasley se puso a gritar, a reír y a saltar de alegría mientras abrazaba a Hermione.

-Lo has curado tú, cariño. Ron te sentía con él todos estos días.

Hermione enrojeció al instante

-No diga eso señora Weasley. Yo no hice nada. Solo estuve sentada… esperando.

-Pero no todo el mundo lo hubiera hecho, querida- dijo abrazándola de nuevo.

Los medimagos salieron sonrientes y charlatanes de la habitación de Ron y la señora Weasley entró en tropel. Hermione se asomó lo justo para ver como ahogaba a su hijo a besos y a abrazos y luego se dirigió a la escalera.

Entró sin llamar a la habitación de Fred y este escondió rápidamente una revista bajo las mantas.

-¿Qué estabas leyendo?-dijo entre divertida y recelosa

-Nada. -Dijo Fred como si tal cosa.- ¿Qué ha ocurrido para que entres en mis aposentos de esa manera? ¿Dónde están tus modales?

-Ron se ha despertado- dijo Hermione sonriente cuando llegó a la cama de Fred.

-¿En serio?-dijo Fred con una enorme sonrisa.- ¡Eso es genial! ¿Me haces un favor? Llama a la enfermera Gertrud, quiero subir a ver a Ron.

Unos minutos después Hermione hacía entrar a Fred en la habitación de Ron.

-Menuda siesta te has pegado, Ronnie –dijo Fred chocándole la mano a su hermano.-Por lo menos no roncabas…

-Bueno, ahora que estáis aquí con él voy a salir un momento.

-Madre, si mi presencia te molesta volveré a mi habitación.-dijo Fred haciéndose el ofendido.

-No digas tonterías Fred. Voy a avisar a tu padre y a los demás de que Ron está bien. Dentro de un rato estarán aquí todos. Hasta luego.-dijo la señora Weasley y se paró en el quicio de la puerta.-Hermione, ¿has comido algo?

-Eeerm…-empezó Hermione.

-Tomaré eso como un no. Vamos, te compraré algo abajo.

Y mientras Hermione cerraba la puerta logró atisbar como Fred se sacaba algo de la bata y se lo enseñaba a Ron.

Harry no tardó ni 10 minutos en presentarse en San Mungo, después de que la señora Weasley lo avisara de que Ron se había despertado. Entró atropelladamente en la habitación y Fred le arranco algo a Ron de las manos que luego se escondió en la bata.

-Harry… que susto me has dado.-y volvió a sacar la revista y se la dio a Ron.

-¿Todavía estás con la dichosa revista?-dijo Harry acercándose a la cama de Ron.

-Me encanta, amigo… -dijo Fred arqueando las cejas.

Harry se dirigió a Ron.

-Me alegro de que estés de vuelta.

-Y yo-dijo Ron sonriendo.- Anda dame un abrazo, amigo.

Ron tiró de la manga del jersey de Harry para darle un abrazo, al que éste respondió de forma torpe porque no se lo esperaba. Probablemente era el primer abrazo que se daban, sin contar los posteriores a un partido de quidditch. Harry miró a Fred que se partía de la risa.

-A mí no me mires- dijo Fred riendo a carcajadas- Ronnie ha despertado un poco empalagoso.

A lo largo de la mañana pasaron por la habitación el resto de los Weasley, Tonks y Lupin, McGonagall, Hagrid, Neville, Luna, Slughorn, Flitwick y los padres de Hermione.

Hermione estaba hablando fuera con Ginny cuando Harry salió y vio como se abrazaban y daban saltitos.

-¿Interrumpo?-dijo sonriendo.-Si son cosas de chicas….

-¡Harry!-Ginny soltó a Hermione y abrazó a Harry. Le dio un beso en la mejilla y dijo- ¡Hermione y Ron están juntos!

-¡Eso es genial!- y Harry le dio un abrazo a Hermione.- Me alegro por los dos. Ya era hora.- le susurró al oído.

-Gracias- le susurró a su vez Hermione.

Ron estaba en su cama esperando a que Hermione volviera de su secuestro matutino en el que la señora Weasley la obligaba a separarse de Ron para alimentarse ella. Llamaron a la puerta y tras decir "Pase", Víctor Krum entró en la habitación con una bolsa en la mano. El búlgaro se quedó en la entrada parado sin decir nada, y Ron lo miraba estupefacto.

-Hola-dijo Víctor con su voz grave.

-Hola…-dijo Ron.

-Herrrmione me dijo que estabas mal. Me alegrrra que te hayas rrrecuperado.

-Gracias. Puedes…acercarte si quieres-dijo Ron intentando parecer educado.

-Grrracias. ¿Herrrmione no está aquí?

-Subirá en seguida.

Los dos jóvenes evitaban mirarse y permanecían en silencio.

-Trrraje rrregalos-dijo Víktor de repente.

Ron se quedó de piedra.

-No tenías que haberte molestado-dijo intentando parecer indiferente aunque realmente estaba muy sorprendido.

-No es molestia.-Viktor se inclinó sobre la bolsa que había dejado en el suelo y sacó una quaffle que le tendió a Ron.- Hace unas semanas jugué contrrra los Chuddley Cannons y me rrregalarrron el balón. Está firrrmado porrr todos los jugadorrres. Herrrmione me dijo que errra tu equipo favorrrito.

Ron no podía creerlo.

-Vaya…gracias. De verdad no tenías por qué-dijo Ron sonriendo levemente

-No hay de qué-Y Krum sonrió a su vez.- Herrrmione me contó que te hirrrierrron porrrque prrretendías prrrotegerrla. Es una muy buena amiga mía. Grrracias.

-Haría cualquier cosa por Hermione. Supongo que tu también. Ambos… -Ron suspiró- ambos la queremos, ¿no?

-Si… -Krum suspiró y sonrió.-Aunque supongo que tú ganaste.

-Mis años me ha costado-dijo Ron satisfecho de sí mismo.-Tu apenas tardaste unos meses…-dijo con un poco de resentimiento.

-Sólo fue un baile de navidad…-dijo Víctor mirando al techo con media sonrisa, como si recordase aquella noche.

-Que modesto-dijo Ron molesto- ¿Cómo si no hubiera pasado más?

-No pasó nada más-dijo Víctor muy serio.

-¿No?

-No.

-Pero… yo tenía entendido que… bueno, que… ya sabes… os habíais besado-dijo Ron dubitativo.

El rostro del búlgaro se crispó levemente.

-Herrmione me rrrechazó cuando intenté besarrrla. Me dijo que le gustabas tú.

Ron quiso reprimir una sonrisa pero no lo consiguió del todo.

-¿En serio?

-Si. Herrrmione siemprrre te ha querrido a ti. Y como para mi ella es una amiga, quizás tu y yo podamos serrrlo algún día-dijo ofreciéndole su mano para estrecharla.

Ron lo miró durante unos segundos y le estrechó la mano con fuerza.

-Claro, Krum.

Después de un par de minutos más Víctor dijo que tenía que marcharse y le dejó a Ron un regalo para Hermione. Por supuesto el regalo era un libro.

Tres días después le dieron el alta a Ron. Hermione estaba recogiendo las cosas de la habitación cuando vio algo debajo del colchón de la cama. Lo sacó, era una revista masculina, con fotos de mujeres en bikini.

-¡Ron! ¿Qué es esto?-dijo muerta de risa. Ron se volvió y se puso como un tomate al ver lo que Hermione tenía en la mano.- ¡No sabía que te gustaran este tipo de cosas!-dijo Hermione abriendo la revista y viendo páginas al azar.

Ron llegó hasta ella y le quitó la revista.

-Ni siquiera sabía que existía algo así. Me lo trajo Fred.- se excusó Ron.

La señora Weasley, Fred, Charlie, Hermione y Ron entraron silenciosamente en el recibidor de Grimmauld Place. Bajaron la escalera hacia la cocina y cuando entraron les recibió un estruendoso aplauso. La habitación estaba abarrotada de miembros de la Orden del Fénix, profesores de Hogwarts y gente del Ministerio. Todos dieron la bienvenida a Ron y Fred, que llegaban del hospital. Aunque la celebración no significaba solamente que los dos chicos estaban ya casi recuperados. Era una fiesta por una nueva vida. Por el final de la guerra.

Neville y Luna también estaban allí y charlaron animadamente con Ginny, Harry y los demás. En un momento en que Harry y Neville hablaban con Kingsley Shacklebolt sobre la escuela de aurores, Hagrid se le acercó llevando por el hombro a una chica de pelo rubio muy rizado.

-Harry, quiero presentarte a alguien. Esta es Lorraine. Viene de Francia, del colegio de Olympe… quiero decir de Madame Maxime. Su directora la ha enviado conmigo para que le de clases este verano de Cuidado de Criaturas Mágicas antes de empezar a estudiar su carrera.

-Encantada de conocerte, Hagui.

-Lo mismo digo- dijo Harry sonriente estrechándole la mano. –Este es Neville Longbottom.

-Ho.. hola… -balbuceó Neville.

-¿Longbottom? –Preguntó Lorraine. mirando a Haggrid.- ¿Este es el expegto en Hegbología del que me habló señog Haggrid?

-El mismo-dijo Hagrid sonriendo. –Perdonadme un momento, quiero saludar a Tonks.

Lorraine. se volvió sonriente hacia Neville.

-Tenía ganas de conocegte. Le pgegunté al señog Haggrid si él pensaba que las plantas cagnívogas como el Snaggaluff no debeguían seg catalogadas como animales en vez de plantas. No supo guespondegme y me guecomendó hablag contigo.

Neville comenzó a hablar de su tema favorito y como Harry se aburría, se disculpó y se acercó a donde estaban Ron y Hermione que hablaban con Shacklebolt.

-Potter me ha dicho que también le interesaría la carrera de auror, Weasley.

-Si. Estoy convencido. Pero no se si nos admitirían porque técnicamente no acabamos el colegio.

-Estoy seguro de que eso se puede arreglar-dijo Kingsley guiñándole un ojo.-¿Y usted señorita Granger? Como jefe de la Oficina de Aurores, he de decirle que nos encantaría que trabajara con nosotros.

-Aun no se lo que quiero estudiar-dijo Hermione levemente ruborizada.

-Hermione hará bien cualquier cosa que se proponga-dijo Harry sonriente.

-Lo mejor sería que fueras auror, Hermione. Así estaremos todos juntos.-dijo Ron.

-Disculpen.- Rufus Scrimgeour apareció ante ellos- No te tenido ocasión de saludarle señor Weasley.-dijo tendiéndole una mano, que Ron estrechó por educación.- Me alegro de que ya se encuentre mejor.

-Gracias-dijo Ron secamente.

-Quería también entregarles esto-dijo el ministro sacando un montón de folletos del interior de su túnica y tendiéndoselos a Hermione.- Es información sobre las distintas Oficinas y Departamentos del Ministerio de Magia. Tres magos con semejante talento como el vuestro serán bien recibidos en el Ministerio.

-Le echaremos un vistazo-dijo Hermione educadamente poniendo los folletos sobre la mesa.

El ministro inclinó levemente la cabeza hacia los chicos y con una sonrisa se dio la vuelta y se fue.

-Parece que estáis solicitados. No me extrañaría que hoy recibierais más propuestas de empleo de las que una persona recibe en toda su vida.- dijo Kingsley sonriendo.

-Voy a por algo de beber.-dijo Hermione y se alejó de ellos para ir a la mesa de las bebidas.

-¡Hermione!- Ginny la cogió de un brazo.-Mira, este es Allan Thatcher. Es sanador en San Mungo. Estaba hablándome de las diversas especialidades que hay en el campo de la Sanación. ¿Sabes? Quizás estudie eso

-Encantada de conocerle-dijo Hermione estrechándole la mano.

-Ginny- dijo Harry detrás de ellas. Tu madre quiere que subamos un momento.

-Muy bien. Enseguida vuelvo- les dijo a Hermione y al sanador, y salió con Harry de la cocina.

Subieron la escalera de la cocina, y la que llevaba al primer piso en completo silencio, para no despertar al retrato de la madre de Sirius. Entraron al salón más grande y Harry cerró la puerta.

-¿Dónde está mi madre?

-Abajo, supongo –dijo Harry cogiendo a Ginny por la cintura.

-¿Para que me has hecho subir entonces?

-¿No es obvio? Quiero estar a solas contigo. Mientras tu hermano ha estado enfermo no me has hecho ni caso. Te he echado de menos.

-Yo también a ti-dijo Ginny antes de que Harry la besara.

Abajo en la cocina. El señor Weasley intentaba explicarle a Hagrid que era la televisión y el teléfono. Los padres de Hermione intentaban ayudarlo pero sus explicaciones confundían aun más al semigigante.

-En serio Hagrid, tienes que verlo algún día.-dijo el señor Weasley con los ojos desorbitados por la emoción.

-Nos encantaría que viniera a visitarnos alguna vez, Hagrid. Así podrá ver la televisión y todo lo que quiera.- dijo Jane, de forma encantadora.

Los gemelos Weasley se encontraban en un extremo de la habitación con dos atractivas gemelas de pelo negro azabache, muy largo y liso. Ellas les ponían ojitos y ellos las lisonjeaban y le hablaban muy zalameros.

-¿Has visto a esos dos?-dijo Ron sonriendo a Hermione, que acaba de reunirse con él después de una charla interminable con el sanador de San Mungo.

-Es gracioso que dos gemelos salgan con dos gemelas-dijo Hermione riéndose.

-¿Crees que sus hijos serán iguales?-dijo Ron entre carcajadas.

-Tienen los mismos genes…-sopesó Hermione. La verdad es que sería bastante probable. Lo que sí es cierto es que los que tienen gemelos en la familia suelen tener a su vez hijos gemelos. Y con doble ración de estos genes, probablemente tendrás sobrinitos a pares- dijo Hermione riéndose también.

Ron la miró embobado mientras reía.

-Estas muy guapa- y ambos se ruborizaron un poco.

-Gracias. Tu también.-dijo Hermione acomodándole el cuello de la camisa mientras le sonreía.