Bueno estaba leyendo este fic y como no está terminado (si ya sé soy una floja), realmente no he tenido tiempo. Mi tesis tiene toda la culpa, de hecho debería estar haciéndola pero el programa no me funciona y cómo no tengo una gota de sueño. Bueno el punto es que reescribiré todo el fic.
Que quede claro reescribir no editar, así que habrán cambios.
Se darán cuenta a los que lo han leído ya que este capitulo ya tuvo cambios e iré quitando muchas cosas de los otros capítulos y poniendo otras más acordes a lo que creo que debió ser esta historia y no a la distorsión que escribí hace ya varios años. Jajaja.
A mis nuevos lectores, les prometo que será una historia escandalosa y llena de aventuras y risas. Espero que sea de su agrado.
A todos mis lectores gracias. Sus comentarios me animan a seguir escribiendo. Incluso si es un simple "genial" o un "contiiii", jajaja. Hablo en serio, aunque espero ver su opinión también. Gracias chicos.
Petición: ya la hice arriba pero en serio quiero reviews.
ADVERTENCIA: Hinata es la de Road to Ninja definitivamente.
Manejaré un OoC mínimo en pocas ocasiones, ya lo dije estoy reescribiendo la historia así que reduciré el Ooc al máximo que pueda.
Muchas veces habrá lenguaje vulgar, aunque no patanadas.
Los personajes utilizados en esta historia le pertenecen a Masashi Kishimoto.
Sumario: trata de una niña huérfana, que creció en un orfanato y a sus 16 años una pareja acaudalada decide que serán sus tutores temporales, mientras realizan los trámites de adopción, se la llevan a vivir con ellos, pues quieren ser sus nuevos padres y la trasladan a un colegio de niños ricos, y cosas a las que ella nunca había estado acostumbrada y le parecían absurdas aparecen en su vida, llega como la nueva estudiante modelo, pues a pesar de todo creía que la única forma de ser alguien: era siendo la mejor; aun que no tenía aspecto de serlo, pues llevaba siempre los audífonos puestos y la mirada distraída, unos penetrantes y falsos ojos negros que distraían a los demás de lo que realmente ella era. Se encuentra con un odioso muchacho, que para la vista de ella era un presumido y arrogante que solo le gustaba molestarla y hacerle la vida de cuadros junto a sus amigos… pero descubrirá en él la persona triste y ahogada en sufrimiento por haber perdido a sus padres, que se oculta tras esa mascara de seguridad… algo que ella ya había vivido… y comprenderá que a pesar de ser totalmente diferentes tienen algo en común.
CAPITULO I
Lo desconocido...
Porque los malos días pueden mejorar...
Mis ojos se abrieron tras escuchar la estruendosa voz de cuidadora de turno en el orfanato. —¡Hinata, niña, ya levántate! —me decía la mujer haciendo que de mis labios emitiera un quejido.
Tomé el pequeño reloj que estaba bajo mi almohada y despegué mis ojos para ver la hora eran las 5:00 de la mañana, lo volví a guardar y me tapé la cabeza con la almohada pues la luz ya estaba encendida —¿Cómo puede levantarse tan temprano, si ni siquiera ha salido el sol? —pensaba metida en las cobijas. Le encanta hacerme la vida de cuadritos… vieja insoportable.
Era uno de esos días diferentes en la vida de una chica huérfana, pues este día conocía a mi nueva familia de hecho había algo raro en ello porque me llevarían a vivir con ellos hoy mismo. La idea no me desagradaba porque finalmente salía de este lugar lo cual sería un gran alivio. Al menos así lo veía por ahora… suspiré.
—¡Qué te levantes! —me gritó de nuevo la cuidadora del orfanato, quitándome las cobijas, —recuerda que debes ir a ese prestigioso colegio y que al fin tal vez te adopten y me deshaga de ti, pequeña molestia, pero ¿qué estoy diciendo?; eres una gran molestia no me traes más que problemas, ¿cómo es que puedes vivir siempre en las nubes?... —gruño esa vieja amargada mientras yo la remedaba…
—Bla, bla, bla —decía a sus espaldas. —¡Ya voy! —respondí con mucha pereza, ignorando el final de su comentario pues me lo sabía de memoria.
—¡Apresúrate! —volvió a gritar tirando mis cobijas al suelo.
—¡Que ya voy! —respondí alzando mi voz, desperezándome con una fuerte estirada de brazos y un gran bostezo.
Arreglé mis cosas, extendí la cobija de mi cama y coloqué la almohada. Me di una ducha y me vestí con el uniforme del nuevo colegio al que pertenecería…—¡Esta mierda! Colegio de ricos, lo que me faltaba un montón de niños presumiendo su dinero, ¡como si compaginara allí! —me quejaba mientras me ponía una copia barata de converse negras con cordones rojos y de caña alta, dándole mi estilo personal al uniforme.
Tenía que admitirlo era un buen uniforme, los colores me gustaban y realmente estaba hecho a mi medida, consistía en una pequeña falda de color negro, un buzo rojo de tela ligera con el logotipo del colegio en negro en el pecho y una chaqueta que más bien parecía chompa pues no era tan formal y era un poco larga y en un costado del brazo tenía las siglas del colegio "Academia Estudiantil Wellington" —leía frente al espejo, —hasta el nombre aniñado —refunfuñaba negando con la cabeza y haciendo una mueca de fastidio.
—Hinata ¿ya estás lista? —gritaba una voz que provenía del primer piso de la casa. Puse mis ojos en blanco.
—Bajo en dos minutos —respondí cepillándome el cabello y colocándome un poco, no, no un poco sino mucho delineador negro en los ojos y brillo en mis labios… tomé una mochilita en la que tenía todas mis cosas y baje las gradas.
—Mi amor, se ve hermosa con ese uniforme —dijo una mujer de cabello rojo, la cual tomaba la mano del hombre que tenía a su lado, sus ojos eran verdes y grandes, su tez era blanca y mostraba una cálida sonrisa en el rostro. Mi nueva madre luce tierna.
—Tienes razón —respondió el hombre que la acompañaba, de cabello muy rubio y ojos celestes, muy alto y parecía confiado, tenía una mirada muy tranquila y eso me reconfortó, saber que no era un viejo rígido de cierta manera me alegraba.
—Tienes unos hermosos ojos negros —me dijo la pelirroja con una sonrisa.
—Gracias —respondí incomoda por su comentario y bajando la cabeza pues ese no era el verdadero color de mis ojos…
Cuando tenía 6 años…
—¡Ahh! —gritaba una niña desesperada y llorando, señalándome —no me gustan sus ojos, parece un muerto, son extraños —comentaba ella abrazando a la encargada de la casa que la sostenía en sus brazos.
—Sí, son feos –dijo otro niño —y tú también, pareces un monstro —completó haciendo que mis ojos se llenaran de lágrimas.
—Fea, fea, das miedo, aléjate de nosotros —cantaban el resto de niños mientras yo me tapaba el rostro y lloraba, agachándome en el piso y haciéndome un ovillo; escondiendo mis ojos de ellos.
—Sí, vete —dijeron unas niñas, me caí y al levantarme corrí hacia una esquina muy alejada de allí y me puse a llorar. Odiaba ese lugar, lo odiaba.
Seis años de mi vida soporté burlas, agresiones y golpes debido al extraño color de mis ojos; hasta que pude salir a vender caramelos, lo primero que hice fue comprarme un par de lentes de contacto negros para cubrir su color. Los problemas han disminuido mucho desde entonces.
—Hinata, como sabes ellos serán tus tutores por el momento y cuando se legalicen los papeles serán tus nuevos padres —dijo Mizato que era la encargada de los planes de adopción.
—Sí, entiendo —respondí asintiendo con la cabeza a su indicación.
—Vivirás desde ahora con ellos, como se te había informado. Se ha decidido que sea así para ver cómo te adaptas y dependiendo de eso tu adopción se hará legal. Así que hay condiciones. Genial —comentó ella extendiendo unos papeles a mis nuevos padres, por el momento, para que firmen que yo saldría con ellos.
—¡Oh! Perdón creo que no has escuchado nuestros nombres yo soy Kushina Uzumaki —articuló la pelirroja que sería mi nueva madre con una gran sonrisa.
—Yo soy Minato Namikase —dijo él mirándome a los ojos y esbozando una pequeña sonrisa —supe que tienes muy buenas notas en el colegio y que tocas la guitarra.
—Eso dicen —musité sonrojándome un poco no estaba acostumbrada a que me reconozcan y el rió. Jugué con mis dedos.
—Bueno vámonos se nos hace tarde —dijo levantándose del asiento y su esposa tanto como yo nos levantamos.
—Te presentaremos a tu hermano, está en el auto —dijo Kushina tomándome de la mano algo que me pareció extraño e incómodo, ella era bastante efusiva. Llegamos al auto y allí se encontraba un chico de cabellera dorada y ojos azules —Naruto ábrenos la puerta por favor.
—Ella será tu hermana —dijo el rubio mayor que sería mi nuevo padre y Naruto abrió mucho sus ojos al verme. Contrastábamos bastante, cabello, ojos, piel… la lista era interminable.
—Hola, pasa —dijo abriendo más la puerta del auto, en el que yo subí y él se acomodó a mi lado.
—Te llevaremos al colegio Naruto —dijo su madre mientras yo jugaba a bajar y subir la ventana.
—Hina… no importa que te diga así ¿verdad? —dijo Kushina haciendo que mis ojos se dirigiesen hacia ella.
—No… importa —contesté a su pregunta resignada, me gustaba mi nombre completo.
—Hoy iremos a la casa, conocerás al que será tu nuevo hogar y mañana asistirás al colegio —concluyó la pelirroja volteándose, yo asentí a su comentario pensando que me había vestido con el puto uniforme en vano. Volví a suspirar.
—Está bien —respondí colocándome los audífonos en los oídos. Al cabo de unos minutos Naruto se bajo del auto pues habíamos llegado al colegio, el cual por cierto se veía inmenso parecía no sé un castillo —con que así es un colegio de niños ricos.
Llegamos a la que sería mi nueva casa y eso ¡no era una casa!, era más grande que el orfanato, y además era muy hermosa, cada color, cada cosa parecía estar en el lugar adecuado para que esta resaltara aún más su belleza, yo me asombrada a cada paso, los jardines por los que entramos eran uno más bello que otro, y al llegar a la puerta de la casa veía como los sirvientes salían…
—Te llevaré a la que será tu alcoba, la primera vez que te vi, trate de descifrar tus gustos y por la forma en que te vestías y creo no me fue tan difícil —decía mi nueva madre mientras juntas caminábamos y al cabo de un rato.
—Aquí es —dijo abriendo la puerta y yo me quedaba asombrada por lo que veía.
—Kushina eres muy observadora —elogié sorprendida muchas cosas que siempre había querido tener adornaban mi cuarto.
—¿Te gusta? —preguntó ella emocionada al ver mi reacción. ¡Me encanta!
—Me encanta —sonreí dirigiéndome hacia una esquina de la habitación donde reposaba la guitarra acústica que nunca hubiese tenido de haberme quedado en el orfanato y a su lado una más pero eléctrica, la tome entre mis manos y una lágrima bajo por mi rostro.
—Esa guitarra es un regalo de tu padre —dijo ella sonriendo y acercándose a mí quitando la lágrima con sus manos y yo sonreí.
—Gra-gracias —tartamudeé con la voz entrecortada y sentándome en la inmensa cama, en la cual entrarían unos diez niños.
—Te dejaré para que descanses un poco, cuando quieras bajas y si deseas comer solamente se lo dices a uno de los sirvientes, ellos te atenderán —dijo la mujer saliendo de mi nueva habitación y cerrando la puerta al su paso.
Deje la guitarra a un lado y me puse a inspeccionar la habitación… abrí el armario y entre en el, ¡puedo entrar en el!, este estaba lleno de ropa de color negro aunque había un poco de otros tonos, vi en la pared un gran estantería que tenía cualquier infinidad de zapatos de todos los gustos. Sonreí fijándome en todas las bolsas y mochilas que colgaban de un perchero.
Salí de allí y observé que el cuarto estaba adornado con muchos posters, algunos que no me gustaban los quité; llegué a la peinadora y olí todos los perfumes y me puse un montón de pulseras en las manos y me cambié el piercing que tenía en la ceja. Así poco a poco le fui dando mi toque personal a mi alcoba cuando…
—Señorita la cena está servida —dijo alguien detrás de la puerta.
—Pase —contesté yo para escuchar bien lo que me decía.
—Ok, bajo con usted —dije saliendo junto a la empleada pues no quería perderme esa casa era enorme y no estaba segura de poder hallar yo sola el comedor, mientras íbamos hacia allá memoricé el camino.
~*~ Al otro día…
Eran las 6:30 de la mañana y ya estaba lista, bajé al comedor y mi padre, bueno Minato ya se encontraba en ella…
—Te levantaste temprano hoy —dijo él mientras leía el periódico matutino.
—Más bien algo tarde —contesté un poco más relajada, la conversación en la cena de la noche me había quitado un poco la timidez —estoy acostumbrada a levantarme mucho más temprano —concluí pensando en el orfanato y su horario de 5:00 am.
—Una niña madrugadora —dijo mi padre riendo y yo junto con él sonreí —hoy irás al colegio.
—Sí, pero aún no sé cómo debo tomar el bus —dije un tanto tímida.
—¿Bus?, no querida Naruto o un chofer te llevara —dijo riendo por mi comentario y yo que estaba avergonzada bajé la cabeza, realmente muchas cosas iban a cambiar. ¡Tendría chofer, ahh! Totalmente emocionada.
Desayuné despacio, sintiéndome algo estúpida por mi pregunta anterior y emocionada por lo que vendría en el día, cómo se me ocurrió que debería tomar bus o metro jajá, que tonta, y a propósito estaba deliciosa la comida y luego de una hora Naruto se nos unió ya eran las siete y media y al entrada del colegio era a las ocho.
—Voy al colegio —avisó el rubio menor es decir mi nuevo hermano.
—Naruto lleva a tu hermana al colegio, por favor —dijo Minato mirando al joven.
—Claro —respondió con sencillez concentrado en su comida.
—Vamos Hinata se nos hace tarde —dijo el rubio con mucha naturalidad después de haber terminado.
—Espera voy por mi guitarra —articulé mientras corría a mi alcoba.
—Listo —dije jadeando pues había tenido que correr mucho y el sonrió.
—Te llevo esto —dijo tomando la guitarra y yo mi mochila.
—¿Qué llevas en la mochila? —preguntó el rubio al ver que la tomaba con ligereza.
—Un cuaderno —respondí yo extrañada por su pregunta, ¿acaso no se llevaban cuadernos a la escuela?
—¿Y tu laptop? —preguntó mirándome con cara de en qué rayos estás pensado.
—Pues no la traigo —respondí natural para que quería llevar la laptop al colegio, si podía tomar apuntes en los cuadernos.
—Te espero tráela, eso debería estar en tu mochila y no un cuaderno —articuló moviendo la cabeza en sentido negativo.
Después de las palabras del rubio volví a correr hacía mi habitación y traje la pequeña computadora en su maletita —listo ¿ahora si nos podemos ir? —pregunté ya no quería seguir corriendo iba a llegar sudada en mi primer día. Del asco.
Ambos nos dirigíamos a su auto y me asombré al ver que un chico de colegio pudiese llevar un auto tan lujoso, una vez estuvimos dentro… —Na… ruto ¿cómo es el colegio? —pregunté viendo el piso del auto.
—¡Esto!, normal, como cualquier otro colegio —respondió el rubio simplemente y yo decidí no volverle a preguntar nada, pues prefería eso a que me responda con monosílabos o respuesta como aquella, vaya que eres de ayuda hermanito.
Llegamos al colegio y Naruto me indicó que debía permanecer fuera del aula hasta que la licenciada me presentara… pasaron unos cinco minutos y pasé.
Simplemente no puedo tener suficiente
—Por favor, preséntate —me dijo una mujer de cabello castaño y ojos verdes.
—Claro —respondí y observe que todos me miraban con mucha atención —soy Hinata, fui traslada de la secundaria San Carlos y tengo 16 años —articulé colocando mis manos detrás y jugueteando un poco con mis dedos odiaba las presentaciones, pues yo no tenía apellido.
—Lo lamento no escuchamos tu apellido —indicó la licenciada y yo me puse muy nerviosa no recordaba el apellido que llevaría.
—¡Hummm! —pensaba y ya había pasado un buen rato desde que me lo preguntó y oí a todos reír y algunos murmullos.
—Uzumaki —dijo al fin Naruto y yo solté un suspiro y la licenciada se rió.
—Así que no recuerdas tu apellido —articuló burlándose, para mí eso no era gracioso, así que la miré con odio —puedes sentarte al fondo hay una sitio vacío —concluyó riendo y moviendo su cabeza en sentido negativo, mientras pasaba todos empezaron a burlarse, esas risitas me molestaban, todos tenían su laptop abierta así que hice lo mismo y empezó la clase…
Bueno terminado oficialmente el primer capitulo y esperando que les haya gustado.
Sé que la noticia de reescribir el fic es drástica pero, peeerooo quiero que se centre en lo que presento en el sumary... que fue mi idea central al iniciar el fic y luego fui distorsionando (Que bruta lol)... pero así soy yo jeje que se le hace.
Ustedes ya me conocen y yo amo las preguntas ¿Hinata huérfana... sí es huérfana pero si estuvieran en su lugar que haría en su primer día de clase?
Con esa pregunta me despido y hasta mi proximo capitulo.
XOXO Juls.
