Hola personitas, hoy como como hace la nada de tiempo fue el dia de los enamorados les trago el primer capítulo de mi segundo fic.
Será un Prumano AU, espero que les gusté y si es así háganmelo saber pls.
Disclaimer: Hetalia y sus personajes le pertenecen a Hima-sama (alabado seas), este fic lo hago solo con el propósito de entretener a otros y a mi misma por la enferma mente que tengo pls.
-¡Dos lasañas a la boloñesa para la mesa 6! —dijo uno de los camareros al entrar a la cocina y dejar el papel con la orden en su respectivo lugar-
-Ya va —exclamó uno de los chefs allí presentes-
Este fue directo a por una gran fuente para la para preparar el platillo solicitado. Le ordeno al que se encargaba de la pasta que le cortará algunos pedazos apropiadamente para la lasaña, mientras, empezaba a crear la salsa boloñesa en una gran olla.
Ese chico era respetado por todos sus compañeros en la cocina, admirado por los camareros e idolatrado por la gente que probaba su comida. No por nada era el chef principal de uno de los mejores restaurantes del sur de Italia.
Tenía el cabello de un café rojizo oscuro y con un singular cabello rebelde sobresaliendo de entré todos los demás, la piel algo tostada por los rayos del sol mediterráneo, ojos verde oliva olivo, no era tan alto pero tampoco era bajo, tenía una contextura delgada a simple vista pero debajo de ese uniforme tenía unos abdominales ligeramente marcados. Su nombre era Lovino Vargas, nieto de Rómulo Roma Vargas el mejor chef en la historia de la gastronomía italiana.
-¡Lista la orden de la 6! —dijo para entregársela al mozo que no espero ni un segundo para que Lovino le pusiera el toque final a cada plato-
Ese era su sello personal siempre le agregaba algo más antes de servirlo, ya sea un toque de orégano o algo de pimienta, cosas muy simples que marcaban la diferencia de cada platillo.
-Se ve muy bueno, mon ami~ —dijo un rubio mayor que él quien se apoyó en su hombro- como siempre, le magnifique.
-Grazie, pero qué esperabas —dijo con soberbia- de los mejores chefs de Francia e Italia en una misma cocina —y empezaron a reír egocéntricamente, el francés con su particular risa y el italiano sosteniendo un bigote falso donde debería ir este-
-Mm... disculpen... Chefs -dijo el camarero llamando la atención de los dos- una mesa les quiere dar las felicitaciones por la comida.
-Tenemos que seguir cocinando, diles que se lo agradecemos —respondió el chef principal-
-P-pero chef, son unos clientes muy importantes.
El chef y su suchef se miraron enarcando una ceja cada uno, pero dejando otras cosas de lado siguieron al camarero que los llevo hasta una de las mesas más cotizadas ya que tenía una de las mejores vistas que se podían ver en Roma. En ella se podía divisar una joven pareja que admiraban el ambiente nocturno. Los dos especialistas se acercaron y el mayor de ellos carraspeo para llamar la atención de las personas que les solicitaron. La mujer se dio vuelta y no pudo evitar dejar salir una palabra muy significativa de sus labios.
-Ve~ fratello, primo Francis, que alegría verlos —dijo la mujer con un notable acento del norte-
-¡Felicia! —dijeron los primos para luego ser abrazados por la menor de esa familia-
-¿Pero qué haces en Roma, mon amour~?
-¿No que terminabas la universidad en Venecia a fin de año?
-Ve~ fratello —dijo frunciendo el ceño- ¿no te acuerdas que la termine el año pasado porque me adelantaron un año?
-Ah! —facepalm- es verdad.
-Ohnonononon, mon ami, ¿cómo te olvidaste de eso? si fuimos los dos con Antonio y hasta llorast-
-Cállate bastardo —dijo con su mirada que intentaba matarlo- a nadie le gustan los boca-floja... ¿capicci?
-Oui oui, mon ami —dijo nervioso por esa aura maligna de mafioso que tenía su primo-
-Ve! fratello, primo Francis! -llamando su atención- no vine a discutir sobre mi graduación... les vinimos a hablar de algo importante.
Y fue entonces cuando Felicia hizo más fuerte el agarre entre ella y su novio que había sido opacado por la "pequeña reunión familiar".
-Estuvo muy buena la comida —dijo tratando de hacer un cumplido a los familiares de su novia-
-¿Qué haces aquí, maldito macho patatas? —le dijo enojado a Ludwig-
-¡Lovino! —dijo Felicia, el nombrado se tensó, ya que cuando su hermana le decía por su nombre así nada más es porque o estaba muy enojada o lo que tenía que decirle era muy serio- te tenemos que contar algo MUY importante, ve~!
-¿Qué pasa, mon amour? —dijo Francis tratando de aligerar el ambiente, él tampoco tenía la mejor de las relaciones con Ludwig pero tenía que hacer el amour no la guerra- ¿qué nos tienes que decir?
-V-ve... Yo —sus mejillas se empezaba a poner de un tono carmesí al igual que las de su pareja- Ludwig me propuso matrimonio hace una semana, nos vamos a casar ¡ve~! —abrazó al alemán y este le correspondió rojo como en tomate-
-Oh~ mon cousine Feli~ pero que buenas noticias, has crecido tanto —dijo arrojándole a los brazos de ella para abrazarla con lágrimas en los ojos, y por que no decirlo, frotando su rostro en los pechos de Felicia y ahí fue cuando el alemán se puso en acción-
-Francis... Por favor —decía con una sonrisa tétrica- deja a mi prometida en paz.
-No hace falta ponerse agresivo.
-Ve~ ... ¿Fratello? —decía Felicia moviendo su mano en frente de los ojos de Lovino pero sin ninguna reacción, la noticia lo tenía en shock- ve... mi fratello no responde —les dijo preocupada a los dos rubios-
-Eh... mon ami Lovino ¿estas bien? —pero no respondió- ahora si me esta preocupando.
-Lovino... —dijo ahora el alemán y ahí fue cuando el italiano reacciono por fin-
-¡Tu maldito bastardo come patatas de mierda! —lo empezó a horcar- ¡¿cómo te atreves a pedirle matrimonio a mi sorella, maldito bastardo?!
-Fratello, dejaba Ludwig que se muere —decía mientras veía como la cara de así ahora ya prometido empezaba a cambiar de colores-
-Sólo espera a que se ponga morado —dijo Francis riendo por lo bajo-
-¡Primo Francis!
-Ya ya... que aburrida Felicia —dijo para luego separar a un furioso euro-sureño de un germano que alcanzaba colores inimaginables- calma mon ami.
Eso era lo único que le decía Francis mientras lo entraba a la cocina para no llamar más la atención. Lo dejo en esa sala que tenían para descansar de vez enviando que estaba atrás de la cocina. Se sentó en una silla mientras dejaba al menor en el piso.
-Baja las revoluciones primo, tarde o temprano se iban a terminar comprometiendo.
-Te juro que voy a volver a La Cosa Nostra sólo para matar a ese bastardo.
-¡Lovino! Que no se te ocurra ni mencionar eso.
-Pero-
-Además —dijo parándole- si te lo quiso decir en persona es porque le importa demasiado tu opinión, después de todo tu eres la única familia cercana que le queda. Tu la vas a tener que entregar en el altar.
-En ese caso no les voy a dar mi bendición.
-¡Sacrè bleu, mon ami! No puedes hacer eso, si en realidad no se los das Felicia no va a querer casarse.
-... Es muy cría aún para casarse...
-Ya tiene 21, tiene la edad suficiente para tomar sus propias decisiones —Lovino lo veía con el ceño fruncido hasta que soltó un suspiro de resignación-
-Si me promete protegerla con su vida quizás lo considere —ya esta, eso traducido en español era "si"-
-Muy bien dicho, mon ami —en menos de un segundo su mirada cambió a una pervertida total- a mi también me dieron gana de consumir el matrimonio.
-Chigi! Cállate bastardo —dijo Lovino seguido de un golpe que le propinó al de ojos azules-
-¿Lovino? —preguntó un rubio alto entrando a la "oficina"- ¿podemos hablar? —y entró completamente con Felicia detrás de él-
-No hay nada que hablar —sentencio-
-Ve, fratello —dijo nerviosa la chica- s-si tu no nos das tu bendición no habrá bo- —pero su hermano la interrumpió-
-Bastardo —dijo el italiano llamando la atención del Rubio de más al norte- si la haces llorar te aseguro que sería tu último acto en esta vida —la pareja sonrió eufórica-
-Fratello, grazie mile —dijo dándole un abrazo asfixiante-
-¡Tenderemos boda! —exclamo el francés- ¿y ya han pensado cómo será?
-Ja —respondió el alemán con una sonrisa sumamente sincera en su rostro mirando a sí futura esposa- la haremos en Alemania en el pueblo donde crecí.
-Quiero que sea lo más pronto posible, ve~ pero hay muchas cosas que planear, invitar a todos, ver la iglesia, la comida ¿tu la puedes hacer verdad fratello? la música, los arreglos, el vestido ¡ah y los anillos!
-Cálmate, sorella —si seguía así su hermana, se iba a marear con tanta palabrería- ya entendí.
-Ti amo, Ludwig —dijo emisiones da abrazándolo por el cuello y dejándolo más rojo que un tomate-
-Mama mia, si van a estar tan empalagosos, mejor salgan de "mi oficina" —Francis río-
La pareja se fue al hotel en el que se estaban esperando a hacer quien sabe qué. Justo a la media noche cerraron la cocina y una hora después el restaurante. Los primos iban caminando juntos hasta que el camino hacia sus hogares los separó, aún que no vivían a más de 10 cuadras del otro.
Lovino estaba caminando por el centro antiguo donde habían edificios con una arquitectura admirable. Entró a uno de ellos y fue al ascensor para marcar el último piso. Llegó a la puerta de su departamento y la abrió, lo único que quería era descansar, estaba cansado tanto física como emocionalmente, sólo tenía ánimo para irse a dormir de una maldita vez.
-Lovi~
Pero al parecer esos no eran los planes de su pareja.
-Hola mi amor~ — dijo un español más alto que él abrazándolo por la espalda aprovechando de toqueteare el pecho y abrirle un poco la camisa para introducir su mano en esta-
-Hoy no Antonio —dijo con cansancio el italiano-
-Ahí, Lovi Love, sabes que no te vas a arrepentir —lo trato de pegar más a sí ibérico cuerpo pero cuerpo, pero el del rizo lo aparto bruscamente-
-Ya te dije que no, bastardo —dijo mirándolo a los ojos y lego masajeandose la cien- deja de molestar por una vez, que menos ganas me dan así.
-Pero Lovi-
-Sólo quiero dormir y nada más —se dirigió a la habitación que ahora compartían. Sólo se quedo con los bóxers, ni se molesto en ponerse el pijama- no seas una molestia y duérmete tu también —dijo ya acostado boca abajo tapado sólo hasta la mitad de la espalda-
El español lo vio enojado, triste y decepcionado. Lovino podía ser muy enojón y todo, pero en el fondo lo amaba (o al menos eso creía hasta ahora), últimamente llegaba más tarde del trabajo y apenas se podían ver en las mañanas antes de la hora del almuerzo, lo que no era mucho tiempo ya que se despertaba tarde, además para poner peor la situación no lo habían hecho hace casi un mes por las razones ya mencionadas.
Antonio se acostó junto a él y lo observo unos minutos dormir. A veces creía que la razón de todo lo que le estaba sucediendo a su relación era porque el menor tenía una amante, Lovino siempre prefirió mas a las mujeres que a los hombres, y antes de hacerse una pareja, el chef le hacía honor a la fama de los italianos como "los mejores amantes". En verdad no le extrañaría que tuviera una, pero si lo destrozaba por dentro.
Con esos pensamientos Antonio dejó caer una lágrima solitaria y se durmió viendo al lado contrario de su amado, cada uno a un extremo de la cama sin tocarse y dejando una brecha entre ellos.
El día siguiente era lunes, el único día libre del ítalo parlante. Él quería disfrutarlo como no lo había podido hacer el resto del mes. Caminando por las calles de su querida Roma y en la noche salir a una discotec o a un pub.
Vio a su lado y pudo divisar a su novio.
Suspiró. La verdad es que este mes lo a dejado de lado un poco, pero él lo entendía, Antonio sabía que a veces tenía que hacer cosas por su trabajo, ese que le costó tanto conseguir. O al menos eso era lo que creía Lovino.
Se estiró y se incorporó para meterse a darse una ducha. Al salir con sólo una toalla amarrada a la cadera amenazando con caerse. Mientras el castaño más oscuro se dio la vuelta en la cama para verlo.
Por dios, le encantaba esa imagen de su pareja con pequeñas gotas en su cuerpo semidesnudo y su cabello mojado. Se quería tirar sobre él, despojarlo de esa única prenda y hacerle el amor, producir suspiros y gemidos con su nombre y la frase que más necesitaba escuchar ahora.
-Ti amo... —eso dejo en shock al hispano ¿había escuchado bien?- se que no e estado muy presente esté último mes, pero ya sabes —empezó a rascarse la nuca- el trabajo —y una risesita que salió de sus labios-
Había esperado tanto para escuchar eso... que lástima que ya no le creyera.
-No te preocupes Lovi —dijo acercándose al susodicho- yo... entiendo —y una sonrisa forzada se hizo aparecer en su rostro, pero el italiano no se dio cuenta- B-bueno, ¿y qué haremos hoy?
-Turistear por la ciudad.
-Lovi, pero ya te conoces Roma como la palma de tu mano.
-Aún así, nunca me canso de ella —Antonio suspiró-
-Vale...
Estuvieron todo el día fuera paseando, viendo, probando y más cosas. Ya casi habían recorrido todo el centro antiguo y los monumentos cuando se hizo de noche, ya estaban los dos muy cansados y sin ánimos de salir a festejar, porque a fin de cuentas, pesaba Antonio, qué deberían de celebrar si para el todo iba de mal en peor.
Se dispusieron a volver a casa cuando un par de chicas se les acercaron, las dos jóvenes y atractivas, pero al mayor nunca le habían interesado las mujeres y no le iban a interesar ahora. En cambio, el del rizo sin más se les apegó un poco y muy caballerosamente portado, de ves en cuando le tiraba algún cumplido que las hacia sonrojar y celar al hispano.
-¿Qué es lo que hacen aquí tan de noche tan bellas siñorinas? —preguntaba con galantería el italiano-
-Íbamos a una discoteca que queda por aquí cerca —decía con un asentó francés la rubia oscura- ¿no nos querrían acompañar? —decía con un tono muy sugerente-
-Lo siento —dijo Antonio tomando la mano de más bajo- pero yo y mi Lovi Love nos íbamos a ver una película en casa, lo siento.
-Ah... —dijo la otra de pelo rojo decepcionada al percatarse de la orientación sexual del par de atractivos chicos- bueno, entonces nos vemos.
-Adiós —decía Toño con una falsa sonrisa-
Llegaron al departamento y el mayor miraba enojado al otro, que no le daba importancia a lo recién sucedido.
-¿Qué?
-¿Cómo que "qué"? Qué acaso no estabas coqueteándoles a esas chicas.
-No te pongas así.
-Pero se supone que tu eres MI novio, Lovino.
-Y por eso mismo ¿acaso crees que yo te engañaría? —dijo divertido pero al no escuchar respuesta del español se dio vuelta para verlo- Antonio... ¿Enserio crees que yo te engañaría?
-Si... —sentencio seguro pero con la voz quebrada sonando como un sollozo-
-Pero Toño —dijo acercándose a el para darle un beso en los labios luego otro en la mejilla y luego bajando hasta llegar al inicio del cuello- sabes que no sería capaz.
-Para —dijo sonrojado con unas lágrimas amenazando con salir de sus ojos- esta noche soy yo el que está cansado —se separó de él- dormiré en el sillón esta noche —Lovino lo vio sumamente extrañado, pero no quiso seguir con la discusión-
-Esta bien... —y se fue a la habitación que compartían para poder dormir-
A la mañana siguiente se despertó tarde (como siempre) sólo le quedaban dos horas para ir a trabajar por lo que se quiso dar un baño de tina relajante y así se fue una hora, después se vistió preparo su bolso y se fue.
El día fue un poco ajetreado pero se dio la libertad de un descanso entre comidas. Entonces se dio cuenta que tenía un mensaje de su pareja.
"Ve a la Fuente de Trevi cuando termines tu jornada hoy, te estaré esperando.
Antonio"
Lovino sonrió, ese lugar era especial para ellos como pareja, allí se hicieron novios hace ya poco más de dos años.
Al parecer Antonio quería arreglar las cosas. Sonrió esperanzado y volvió a su labor.
Yyyy fin.
Ese fue el primer capítulo espero que les hubiera gustado, mañana pasado subiré el siguiente ya que lo tengo casi.
Una cosa, no me gustan muchos los lectores fantasmas :´( asi que si les gusta háganmelo saber, y si no díganme como lo puedo arreglar.
Muchas gracias
Chau chau.
