Un verano diferente
Harry acababa de llegar a casa de los Dursley, durante el trayecto su tío Vernon se había comportado como de costumbre, como si el no existiera, cosa que a Harry no le molesto en absoluto, estaba demasiado ocupado intentando aclarar todo lo ocurrido en el anterior curso y sobre todo al final de la tercera prueba, en la que para su horror Lord Voldemort había renacido y ahora si podía atacarlo. Con esas ideas llego pronto a Privet Drive, le pareció un trayecto muy corto apenas había empezado a recordar y ya había llegado a casa de sus tíos que para nada consideraba como suya.
- Chico ya eres mayor para bajar tu solo tus cosas, así que subelas a tu cuarto y luego baja a saludar a tu tía - Gruño su tío que era mas gordo y viejo de lo que lo recordaba, además de que su bigote era ya blanco totalmente.
Harry simplemente hizo lo que le dijeron, aunque ya le hubiera gustado usar el hechizo levitador pues a el no le pareció ser tan mayor y mucho menos fuerte para poder con el baúl. Aunque desde que iba a Hogwarts su alimentación había mejorado y había crecido el seguía siendo flacucho y débil para su edad aunque la cosa había mejorado bastante gracias a los entrenamientos de quiditch que Wood les había impuesto en años anteriores.
Cuando entro a su cuarto observo que estaba exactamente igual a como el lo había dejado en septiembre del año anterior a excepción de algunos restos de juguetes de su primo Dudley que habían ido a parar a su cuarto cuando este los rompió o simplemente se aburrió de ellos. Había restos de una videoconsola, lo que parecía haber sido el mando de esta en un pasado muy remoto, un par de balones de rugby rotos, ¿balones de rugby rotos? Penso, Dudley no era muy amigo de los deportes excepto de pegarle a alguien aunque se dio cuenta de que el rugby era el deporte adecuado para su primo excepto por que hay que correr. Lo demás eran mas restos de cosas que Dudley había dejado inservibles.
Cuando iba a ordenar algunas cosas para tenerlas mas a mano durante el verano oyó la petulante voz de su tía, que seguía siendo tan desagradable como el grito de una banshee.
A CENAR!!! Como tardes te quedas sin comer chico, date prisa. - Grito su repelente tía en una mezcla entre el grito de una banshee y el relinche de un caballo.
Harry se limitó a bajar las escaleras y sentarse a la mesa sin siquiera saludar, cosa que sus acompañantes no echaron en falta ya que seguían actuando como si no existiera, intento volver a pensar sobre lo que venía debatiendo con el mismo en el coche pero de nuevo una interrupción se lo impidió parece ser que todos se han propuesto de acuerdo para interrumpirle hasta en los pensamientos.
¿Qué edad tienes ya chico? - Espeto su tio Vernón intentando no gruñir. Catorce hasta el treinta y uno de julio - Respondió Harry al cuál no le extrañaba demasiado que no supieran ni su edad. Pués ya va siendo hora de que te busques un empleo durante los veranos, por que no vas a recibir mas pagas de nuestra parte, si al menos estudiaras en un colegio normal, llegarías a ser un hombre de provecho e incluso podrías trabajar en la empresa de tu tío - Solto de repente su tía Petunia, aunque a Harry no le molesto el comentario posterior a la orden de buscar un empleo ya que había pensado en ignorar completamente el a los Dursley ya que estos hacían eso con el.
¿ Y dónde voy a trabajar ? - Respondió Harry intentando hacer ver en su tono que no le hacia ni pizca de gracia la brillante idea de su tía.
Vernon ha hablado con el dueño de una Heladería que hay a tres manzanas de aquí, trabajaras de camarero, deberías agradecernos que lo hayamos buscado por ti, si no, ¿ quién te contrataria con ese pelo y esa horrible cicatriz? Y además sin saber hacer nada de provecho - Siguió su tía Petunia como si Harry fuera el asesino mas cruel de la humanidad mientras este era uno de los que mantenían el orden, aunque ahora le sería mas difícil tras el renacer de Voldemort.
Por supuesto trabajaras por las tardes solo, por las mañanas cumplirás con tus tareas aquí - Esta vez Vernon no disimulo y gruño lo que dijo.
Bueno lo de trabajar en la heladería no creo que le importe a mi padrino ya que aprenderé algo útil - y de paso me libro de estar aquí un buen tiempo - pero que también tenga que trabajar aquí quizás le parezca excesivo, le escribiré para preguntarle.
Mientras Harry decía estas ultimas palabras, en su interior saboreaba el resultado de las mismas, TíoVernon se había puesto blanco, Tía Petunia había tirado el plato que llevaba en las manos y Dudley ni corto ni perezoso había salido corriendo de la habitación. Harry había pensado durante el curso anterior en buscar un trabajo de verano, no por que tuviera problemas de dinero si no por apartarse de los Dursley pero claro con todo lo ocurrido con Voldemort durante las últimas dos semanas no le hacia ni pizca de gracia abandonar Privet Drive ya que sabía que ahí estaba protegido por los hechizos que Dumbledore puso cuando el fue a vivir allí. En cuanto terminara de cenar, con la discusión zanjada escribiría a Dumbledore para preguntarle y mas tarde a Sirius, considero que primero tenía que avisar a Dumbledore ya que lo mas probable fuera que Sirius además de ocupado con la orden de Dumbledore lo enviará a preguntarle al último.
Esta bien..... no tendrás que trabajar aquí pero tendrás que ayudar como todos - Continúo Tío Vernon a la vez que recuperaba el aliento y su color natural. Como quieras, ahora subiré a mi habitación estoy cansado del viaje - Dijo Harry ¿ No irás a escribir a tu padrino, no chico? - Dijo tía Petunia sin intentar disimular el terror Puede..- Pero inmediatamente fue cortado por tío Vernon algo menos asustado que su esposa pero aun con una gran inseguridad en la voz Bueno chico no hace falta que trabajes también aquí, estas de vacaciones y el empleo fue por que Petunia y yo creíamos que te serviría para ser un hombre de provecho y saber lo que cuesta ganarse el dinero, si quieres puedes mencionarle esto a tu padrino, supongo que le interesara saber que nos preocupamos por ti, ahora ya puedes subir.
Harry no dijo nada, prefería saborear la victoria. Cuando subía las escaleras un grito lo detuvo ¡¡ Chico ¡! comenzaras la semana que viene, mientras no tendrás nada que hacer así que puedes ....- Pero se detuvo y no dijo nada, aunque Harry se alegro de tener una semana para poder pensar tranquilamente mientras llegaba la hora de ponerse a trabajar.
Pensándolo mejor, no era mala idea salir de Privet Drive para variar, exceptuando el riesgo de mortifagos por supuesto. Tendría que escribirle al profesor Dumbledore para pedirle permiso.
Cuando llego a su cuarto sacó del baúl un par de pergaminos y una pluma, escribiría la carta mientras esperaba que Hedwig volviera de un paseo nocturno de reconocimiento del lugar. Tardo solo cinco minutos en escribirla aunque le parecieron eternos ya que no sabía como explicarle la situacion a Dumbledore, la carta quedo mas o menos así :
Querido profesor Dumbledore:
Ya se que usted estará ocupado preparándose para lo que nos espera, espero que las cosas vayan a buen ritmo y como usted planea, pero al llegar a casa mis tíos me han dicho que tengo que trabajar en una heladería muggle (parecido a las tres escobas pero muggle) que esta cerca de Privet Drive y me gustaría saber que opina acerca de que deje la casa de mis tíos.
Espero su respuesta, Harry Potter
La carta era bastante formal, pero aunque Harry conociera un poco al profesor Dumbledore no dejaba este de ser el mayor mago de todos los tiempos y el director de Hogwarts. La dobló encima de la mesa y se asomo por la ventana para ver si Hedwig volvía. La noche era clara, no había nubes, algo raro en Inglaterra, se veían las estrellas y Harry miro al cielo pensando por fin en todo lo que había pasado, se pregunto si los caídos en la lucha contra Voldemort estarían hay, en el cielo observando todo y dándonos ánimos, como le habían contado de pequeño en el colegio muggle acerca de los que dormían eternamente, de los muertos, no solía soñar mucho desde que iba a Hogwarts, ya que lo que allí hacía le parecía un sueño pero de vez en cuando deseaba recuperar algo de la inocencia que tuvo de pequeño, cuando creía que sus padres lo miraban desde el cielo, y cuando aun no sabía que era mago, pero el había madurado demasiado rápido para su edad, todo había sucedido muy pronto, todo le había venido de golpe y eso le borro la inocencia, ahora tenía que estar alerta a las cosas raras y como le prometió a Sirius no se separaría de la varita, por si ocurría algún imprevisto, aunque tuviera la magia prohibida nadie le podría negar el haberla usado en defensa propia, pero en aquel momento el quería olvidar lo ocurrido y soñar, soñar por un momento que aunque muertos estuvieran ahí, cerca de las estrellas observándolo y dándole ánimos, siendo felices y deseando que ganaran los buenos. Algo lo sacó de u ensimismamiento, un pequeño mordisco en un dedo, lo devolvió a la realidad, era Hedwig, su lechuza, regalo de Hagrid en primer año que siempre le había sido fiel. Recordó que Voldemort había renacido y que tenía orden de Dumbledore de quedarse en casa de sus tíos y que no lo habían dejado a pasar el verano a la Madriguera y que pasarían dos mese hasta volver a su verdadera casa Hogwarts. Cogió la carta y se la ató a Hedwig a su pata.
Llevasela al Profesor Dumbledore rápido, y traeme su respuesta es muy importante....gracias - susurro a su lechuza mientras esta se alejaba por la ventana, y cruzo los dedos esperando que llegara pronto la respuesta.
Después se echo sobre la cama para pensar sobre lo ocurrido pero de nuevo no lo logró, esta vez por el cansancio, se había quedado dormido.
Harry acababa de llegar a casa de los Dursley, durante el trayecto su tío Vernon se había comportado como de costumbre, como si el no existiera, cosa que a Harry no le molesto en absoluto, estaba demasiado ocupado intentando aclarar todo lo ocurrido en el anterior curso y sobre todo al final de la tercera prueba, en la que para su horror Lord Voldemort había renacido y ahora si podía atacarlo. Con esas ideas llego pronto a Privet Drive, le pareció un trayecto muy corto apenas había empezado a recordar y ya había llegado a casa de sus tíos que para nada consideraba como suya.
- Chico ya eres mayor para bajar tu solo tus cosas, así que subelas a tu cuarto y luego baja a saludar a tu tía - Gruño su tío que era mas gordo y viejo de lo que lo recordaba, además de que su bigote era ya blanco totalmente.
Harry simplemente hizo lo que le dijeron, aunque ya le hubiera gustado usar el hechizo levitador pues a el no le pareció ser tan mayor y mucho menos fuerte para poder con el baúl. Aunque desde que iba a Hogwarts su alimentación había mejorado y había crecido el seguía siendo flacucho y débil para su edad aunque la cosa había mejorado bastante gracias a los entrenamientos de quiditch que Wood les había impuesto en años anteriores.
Cuando entro a su cuarto observo que estaba exactamente igual a como el lo había dejado en septiembre del año anterior a excepción de algunos restos de juguetes de su primo Dudley que habían ido a parar a su cuarto cuando este los rompió o simplemente se aburrió de ellos. Había restos de una videoconsola, lo que parecía haber sido el mando de esta en un pasado muy remoto, un par de balones de rugby rotos, ¿balones de rugby rotos? Penso, Dudley no era muy amigo de los deportes excepto de pegarle a alguien aunque se dio cuenta de que el rugby era el deporte adecuado para su primo excepto por que hay que correr. Lo demás eran mas restos de cosas que Dudley había dejado inservibles.
Cuando iba a ordenar algunas cosas para tenerlas mas a mano durante el verano oyó la petulante voz de su tía, que seguía siendo tan desagradable como el grito de una banshee.
A CENAR!!! Como tardes te quedas sin comer chico, date prisa. - Grito su repelente tía en una mezcla entre el grito de una banshee y el relinche de un caballo.
Harry se limitó a bajar las escaleras y sentarse a la mesa sin siquiera saludar, cosa que sus acompañantes no echaron en falta ya que seguían actuando como si no existiera, intento volver a pensar sobre lo que venía debatiendo con el mismo en el coche pero de nuevo una interrupción se lo impidió parece ser que todos se han propuesto de acuerdo para interrumpirle hasta en los pensamientos.
¿Qué edad tienes ya chico? - Espeto su tio Vernón intentando no gruñir. Catorce hasta el treinta y uno de julio - Respondió Harry al cuál no le extrañaba demasiado que no supieran ni su edad. Pués ya va siendo hora de que te busques un empleo durante los veranos, por que no vas a recibir mas pagas de nuestra parte, si al menos estudiaras en un colegio normal, llegarías a ser un hombre de provecho e incluso podrías trabajar en la empresa de tu tío - Solto de repente su tía Petunia, aunque a Harry no le molesto el comentario posterior a la orden de buscar un empleo ya que había pensado en ignorar completamente el a los Dursley ya que estos hacían eso con el.
¿ Y dónde voy a trabajar ? - Respondió Harry intentando hacer ver en su tono que no le hacia ni pizca de gracia la brillante idea de su tía.
Vernon ha hablado con el dueño de una Heladería que hay a tres manzanas de aquí, trabajaras de camarero, deberías agradecernos que lo hayamos buscado por ti, si no, ¿ quién te contrataria con ese pelo y esa horrible cicatriz? Y además sin saber hacer nada de provecho - Siguió su tía Petunia como si Harry fuera el asesino mas cruel de la humanidad mientras este era uno de los que mantenían el orden, aunque ahora le sería mas difícil tras el renacer de Voldemort.
Por supuesto trabajaras por las tardes solo, por las mañanas cumplirás con tus tareas aquí - Esta vez Vernon no disimulo y gruño lo que dijo.
Bueno lo de trabajar en la heladería no creo que le importe a mi padrino ya que aprenderé algo útil - y de paso me libro de estar aquí un buen tiempo - pero que también tenga que trabajar aquí quizás le parezca excesivo, le escribiré para preguntarle.
Mientras Harry decía estas ultimas palabras, en su interior saboreaba el resultado de las mismas, TíoVernon se había puesto blanco, Tía Petunia había tirado el plato que llevaba en las manos y Dudley ni corto ni perezoso había salido corriendo de la habitación. Harry había pensado durante el curso anterior en buscar un trabajo de verano, no por que tuviera problemas de dinero si no por apartarse de los Dursley pero claro con todo lo ocurrido con Voldemort durante las últimas dos semanas no le hacia ni pizca de gracia abandonar Privet Drive ya que sabía que ahí estaba protegido por los hechizos que Dumbledore puso cuando el fue a vivir allí. En cuanto terminara de cenar, con la discusión zanjada escribiría a Dumbledore para preguntarle y mas tarde a Sirius, considero que primero tenía que avisar a Dumbledore ya que lo mas probable fuera que Sirius además de ocupado con la orden de Dumbledore lo enviará a preguntarle al último.
Esta bien..... no tendrás que trabajar aquí pero tendrás que ayudar como todos - Continúo Tío Vernon a la vez que recuperaba el aliento y su color natural. Como quieras, ahora subiré a mi habitación estoy cansado del viaje - Dijo Harry ¿ No irás a escribir a tu padrino, no chico? - Dijo tía Petunia sin intentar disimular el terror Puede..- Pero inmediatamente fue cortado por tío Vernon algo menos asustado que su esposa pero aun con una gran inseguridad en la voz Bueno chico no hace falta que trabajes también aquí, estas de vacaciones y el empleo fue por que Petunia y yo creíamos que te serviría para ser un hombre de provecho y saber lo que cuesta ganarse el dinero, si quieres puedes mencionarle esto a tu padrino, supongo que le interesara saber que nos preocupamos por ti, ahora ya puedes subir.
Harry no dijo nada, prefería saborear la victoria. Cuando subía las escaleras un grito lo detuvo ¡¡ Chico ¡! comenzaras la semana que viene, mientras no tendrás nada que hacer así que puedes ....- Pero se detuvo y no dijo nada, aunque Harry se alegro de tener una semana para poder pensar tranquilamente mientras llegaba la hora de ponerse a trabajar.
Pensándolo mejor, no era mala idea salir de Privet Drive para variar, exceptuando el riesgo de mortifagos por supuesto. Tendría que escribirle al profesor Dumbledore para pedirle permiso.
Cuando llego a su cuarto sacó del baúl un par de pergaminos y una pluma, escribiría la carta mientras esperaba que Hedwig volviera de un paseo nocturno de reconocimiento del lugar. Tardo solo cinco minutos en escribirla aunque le parecieron eternos ya que no sabía como explicarle la situacion a Dumbledore, la carta quedo mas o menos así :
Querido profesor Dumbledore:
Ya se que usted estará ocupado preparándose para lo que nos espera, espero que las cosas vayan a buen ritmo y como usted planea, pero al llegar a casa mis tíos me han dicho que tengo que trabajar en una heladería muggle (parecido a las tres escobas pero muggle) que esta cerca de Privet Drive y me gustaría saber que opina acerca de que deje la casa de mis tíos.
Espero su respuesta, Harry Potter
La carta era bastante formal, pero aunque Harry conociera un poco al profesor Dumbledore no dejaba este de ser el mayor mago de todos los tiempos y el director de Hogwarts. La dobló encima de la mesa y se asomo por la ventana para ver si Hedwig volvía. La noche era clara, no había nubes, algo raro en Inglaterra, se veían las estrellas y Harry miro al cielo pensando por fin en todo lo que había pasado, se pregunto si los caídos en la lucha contra Voldemort estarían hay, en el cielo observando todo y dándonos ánimos, como le habían contado de pequeño en el colegio muggle acerca de los que dormían eternamente, de los muertos, no solía soñar mucho desde que iba a Hogwarts, ya que lo que allí hacía le parecía un sueño pero de vez en cuando deseaba recuperar algo de la inocencia que tuvo de pequeño, cuando creía que sus padres lo miraban desde el cielo, y cuando aun no sabía que era mago, pero el había madurado demasiado rápido para su edad, todo había sucedido muy pronto, todo le había venido de golpe y eso le borro la inocencia, ahora tenía que estar alerta a las cosas raras y como le prometió a Sirius no se separaría de la varita, por si ocurría algún imprevisto, aunque tuviera la magia prohibida nadie le podría negar el haberla usado en defensa propia, pero en aquel momento el quería olvidar lo ocurrido y soñar, soñar por un momento que aunque muertos estuvieran ahí, cerca de las estrellas observándolo y dándole ánimos, siendo felices y deseando que ganaran los buenos. Algo lo sacó de u ensimismamiento, un pequeño mordisco en un dedo, lo devolvió a la realidad, era Hedwig, su lechuza, regalo de Hagrid en primer año que siempre le había sido fiel. Recordó que Voldemort había renacido y que tenía orden de Dumbledore de quedarse en casa de sus tíos y que no lo habían dejado a pasar el verano a la Madriguera y que pasarían dos mese hasta volver a su verdadera casa Hogwarts. Cogió la carta y se la ató a Hedwig a su pata.
Llevasela al Profesor Dumbledore rápido, y traeme su respuesta es muy importante....gracias - susurro a su lechuza mientras esta se alejaba por la ventana, y cruzo los dedos esperando que llegara pronto la respuesta.
Después se echo sobre la cama para pensar sobre lo ocurrido pero de nuevo no lo logró, esta vez por el cansancio, se había quedado dormido.
