The kiss of the dog

En una tranquila tarde, en Desembarco del Rey, al joven Rey Joffrey Baratheon en desmedida proporción le interesó morder los labios de las personas a las que besara, causándoles un increíble dolor. Pero como nunca antes lo hizo y antes de ponerlo en uso, necesitaría practicar. Y el afortunado de ese día fue Sandor Clegane, su mascota favorita.

—Perro, ¿haz besado a alguna mujer? —Preguntó moviendo las manos, sentado en el trono de hierro.

—Sí, su Alteza.

— ¿Las mordías cuando las besabas?

—Nunca lo intente, su Alteza.

—Ven aquí. —Indicó con el dedo índice el lugar que quedaba entre el trono y las escaleras para llegar a este.

Sandor Clegane fue hasta allí, se arrodilló enfrente del rey con el mismo y serio semblante que siempre poseía. El joven Rey le tomó las mejillas, acercando sus rostros y depositando sus labios en los ajenos. No fue de sorpresa de Clegane, era algo que a Joffrey Baratheon le encantaba hacer. Antes de liberar los labios del Perro, el rey mordió el labio inferior de este, con fuerza y nada de gentileza.

— ¿Te dolió?

—No, su Alteza.

Joffrey suspiró, volvió a unir sus bocas y una vez más le mordió el labio a Sandor. Esta vez fue con mucho más ímpetu, en esta ocasión si debía lograr su cometido.

— ¿Y dolió?

—No, su Alteza.

Joffrey Baratheon frunció el ceño, cosa que hizo a Sandor resignarse. En ese momento, Clegane agarró el mentón de su rey y unificó sus labios, de forma áspera. Con los dientes se apoderó del grueso y suave labio inferior de Joffrey, primero lo jaló con delicadeza, no propia de él. Luego de jalarlo lo soltó y al instante lo tuvo de nuevo entre los dientes. Y repitiendo, otra vez lo tironeó, sin embargo, con poco, casi nada de sutileza, sino que con una acrecentada fuerza; con la fiereza con la que se come un pollo.

Sandor Clegane liberó los labios del rey recién cuando un pequeño gritito salió de la boca de este.

—Así debe hacerlo para causar dolor, su Alteza.

El Perro se puso en pie. Joffrey Baratheon temblaba en su lugar tocándose el labio, con la tonta expresión de sorpresa que solía poner. Este alzó la mano, apuntando a la puerta.

— ¡Largo! Vete, déjame solo.


Notas de mi:

Es la primera vez que hago algo de esta pareja. Yo los shippeaba desde siglos legendarios, pero con mi eterno odio a Joff era imposible escribir algo de él. Pero como que ya me fui olvidando y entonces ya estoy en perfectas condiciones para escribir sobre él y su Perro. Además de que me está gustando bastante escribir un fic de múltiples parejas, y aún más cuando utilizo todos mis OTP.

Aun no sé cuál va a ser la siguiente. Todavía no tengo listos los demás capítulos, pero los escribiré sin falta. Tal vez sea un Thramsay o el capítulo de Grenn y Pypar.