Mi Capitán
Por: Trinity
El viento se mecía suave y salado sobre la abadía de Viena, una ciudad llena de grandes construcciones, cerca del mar y rodeada de grandes y altas montañas coronadas en su punta con suave nieve. Cerca de estas grandes montañas, se encontraba en un cerro verde donde crecía suave pasto, recostada una linda joven vestida con un austero vestido negro, que hacía resaltar su belleza intacta, de ojos profundos y verdosos repletos de energía, cabello corto y brillante. Delante de ella apoyado en esa verde cama, extendía un cuaderno donde escribía ágilmente. Sus ojos brillaban cada vez que la tinta se derramaba en el papel y la delicada brisa parecía ser su inspiración. Se detuvo y fantaseó con lo que ya había escrito, llena de pasión y inocencia.
De pronto, a lo lejos se escucho el conocido sonido que la hizo despertar de su viaje por otros mundos, la campana del convento. Despabilando grito como si Dios en las alturas la escuchara.
Dios! Se me pasó la hora! Estoy retrasada! - gritó cerrando de golpe su libro.
Corrió unos cuantos metros cuesta abajo, cuando se detuvo, en un ademán de haberse olvidado de algo. Dio media vuelta y cogió un remendado velo, se lanzó a la carrera.
***
El centro del convento, era un patio techado y dentro de este mismo. Con muchas columnas de por medio, por donde se paseaban monjas de hábito austero y cuello apretado, lo que marcaba la época cerca de 1930, cuando se cocía en no lejos de ahí, en Alemania, los principios de la segunda guerra mundial. Las viejas señoras, comprometidas con el señor, se paseaban silenciosas por el patio evitando conversaciones y entregándose a la reflexión.
Todo se vio interrumpido cuando se escucho un estruendoso cerrar de puertas y un correteo agitado. Pasó corriendo el patio, la joven de verdes ojos, como un bólido, se acercó a la fuente de el patio y bebió un largo trago de agua para luego continuar su ruidosa carrera. Las mojas se miraron desaprobando aquella conducta y negaron con sus cubiertas cabezas.
***
La joven - ahora con su velo puesto - esperaba en frente de una oscura puerta, aparentemente nerviosa. A los pocos minutos salió una monja de avanzada edad, que la miro con superioridad. Pero desde adentro escuchó un voz que la llamó.
Pase, Frolyn Sakura.
La novicia, entró temblorosa a la oscura estancia. La recibió una monja religiosa de aspecto imponente. Se acercó a besar su mano luego de inclinarse.
Tome asiento - dijo con una sonrisa delicada.
Si madre superiora.
Luego de que la imponente señora hubo tomado asiento, cruzó sus dedos sobre su escritorio, y le habló con voz cálida.
Frolyn, le he mandado a llamar, por un aspecto muy puntual, quisiera hablar con usted sobre su verdadera vocación.
Pero madre, yo no tengo ninguna duda al respecto, pertenezco a la abadía, es mi hogar y mi familia. También sé que conozco al hombre de mi vida, él es Dios, sé que pertenezco a el.
Todas le pertenecemos Frolyn, eso lo sabe bien. Entonces que paso hoy por la mañana?
Madre, usted sabe bien como adoro las montañas, son mi inspiración y mi calma, en ellas está mi alma - dijo ella excusándose
La abadía no es una retención, Sakura, en ella debe estar su inspiración, y si su vocación es verdadera su alma debe estar aquí
Y es cierto, pero bien sabe que me crié en las montañas, ellas fueron las que me trajeron a usted cuando niña.
Aun así Frolyn, le daré un tiempo, que estoy segura tomará con calma, para que reflexione todo esto.
Reflexionar?! Madre, no necesito eso!
Aunque no lo necesite, debe seguir mis ordenes Frolyn, se dirigirá hoy mismo a las afueras de Viena, irá a la casa del capitán Li, un ex marino viudo.
Pero que haré yo en esa casa?
Será la institutriz de sus 7 hijos.
Siete?! Pero madre, no se tratar con pequeños.
Pero que dice Frolyn si usted adora a los niños!
Pero madre.... no deseo apartarme de usted ni de la abadía - dijo ahora suplicante.
Usted sabe el aprecio que le tengo Frolyn y sepa que lo hago por su exclusivo bien pero no está en su deseo lo que yo le ordene hacer, irá a ese hogar he instruirá a los hijos del capitán Li, cuando crea necesario mandaré a buscarla.
Momentos después, la novicia Sakura se encontraba reuniendo sus pocas pertenencias en su austera claustro, suspiraba de amargura, no quería enfrentar a el desconocido mundo para ella, pero se demostraría fuerte ante esos pequeños, ella no era una cualquiera y debía ser tratada con respeto.
Calmándose un poco, miró las montañas a través de su ventana.... ahora le parecían lejanas....
Cuando el señor cierra una puerta, en algún lugar, abre una ventana - se dijo en un suspiro.
NOTAS:
Hola! Esta es mi nueva propuesta, la dejo a su alcance. Es mi propia versión de "La novicia rebelde" ojalá que les guste, y si no, bueno, tendré que pensar en algo mejor para satisfacerlos.
Frolyn : (fro-laine) Estado de preparación de una novicia para ser religiosa, no es privada de cosas aún.
Esto está ambientado en Austria y les prometo más acción en próximos capítulos. Ansió que les guste, y si está a su altura... pueden dejar un par de mensajes x ahí.
Por: Trinity
El viento se mecía suave y salado sobre la abadía de Viena, una ciudad llena de grandes construcciones, cerca del mar y rodeada de grandes y altas montañas coronadas en su punta con suave nieve. Cerca de estas grandes montañas, se encontraba en un cerro verde donde crecía suave pasto, recostada una linda joven vestida con un austero vestido negro, que hacía resaltar su belleza intacta, de ojos profundos y verdosos repletos de energía, cabello corto y brillante. Delante de ella apoyado en esa verde cama, extendía un cuaderno donde escribía ágilmente. Sus ojos brillaban cada vez que la tinta se derramaba en el papel y la delicada brisa parecía ser su inspiración. Se detuvo y fantaseó con lo que ya había escrito, llena de pasión y inocencia.
De pronto, a lo lejos se escucho el conocido sonido que la hizo despertar de su viaje por otros mundos, la campana del convento. Despabilando grito como si Dios en las alturas la escuchara.
Dios! Se me pasó la hora! Estoy retrasada! - gritó cerrando de golpe su libro.
Corrió unos cuantos metros cuesta abajo, cuando se detuvo, en un ademán de haberse olvidado de algo. Dio media vuelta y cogió un remendado velo, se lanzó a la carrera.
***
El centro del convento, era un patio techado y dentro de este mismo. Con muchas columnas de por medio, por donde se paseaban monjas de hábito austero y cuello apretado, lo que marcaba la época cerca de 1930, cuando se cocía en no lejos de ahí, en Alemania, los principios de la segunda guerra mundial. Las viejas señoras, comprometidas con el señor, se paseaban silenciosas por el patio evitando conversaciones y entregándose a la reflexión.
Todo se vio interrumpido cuando se escucho un estruendoso cerrar de puertas y un correteo agitado. Pasó corriendo el patio, la joven de verdes ojos, como un bólido, se acercó a la fuente de el patio y bebió un largo trago de agua para luego continuar su ruidosa carrera. Las mojas se miraron desaprobando aquella conducta y negaron con sus cubiertas cabezas.
***
La joven - ahora con su velo puesto - esperaba en frente de una oscura puerta, aparentemente nerviosa. A los pocos minutos salió una monja de avanzada edad, que la miro con superioridad. Pero desde adentro escuchó un voz que la llamó.
Pase, Frolyn Sakura.
La novicia, entró temblorosa a la oscura estancia. La recibió una monja religiosa de aspecto imponente. Se acercó a besar su mano luego de inclinarse.
Tome asiento - dijo con una sonrisa delicada.
Si madre superiora.
Luego de que la imponente señora hubo tomado asiento, cruzó sus dedos sobre su escritorio, y le habló con voz cálida.
Frolyn, le he mandado a llamar, por un aspecto muy puntual, quisiera hablar con usted sobre su verdadera vocación.
Pero madre, yo no tengo ninguna duda al respecto, pertenezco a la abadía, es mi hogar y mi familia. También sé que conozco al hombre de mi vida, él es Dios, sé que pertenezco a el.
Todas le pertenecemos Frolyn, eso lo sabe bien. Entonces que paso hoy por la mañana?
Madre, usted sabe bien como adoro las montañas, son mi inspiración y mi calma, en ellas está mi alma - dijo ella excusándose
La abadía no es una retención, Sakura, en ella debe estar su inspiración, y si su vocación es verdadera su alma debe estar aquí
Y es cierto, pero bien sabe que me crié en las montañas, ellas fueron las que me trajeron a usted cuando niña.
Aun así Frolyn, le daré un tiempo, que estoy segura tomará con calma, para que reflexione todo esto.
Reflexionar?! Madre, no necesito eso!
Aunque no lo necesite, debe seguir mis ordenes Frolyn, se dirigirá hoy mismo a las afueras de Viena, irá a la casa del capitán Li, un ex marino viudo.
Pero que haré yo en esa casa?
Será la institutriz de sus 7 hijos.
Siete?! Pero madre, no se tratar con pequeños.
Pero que dice Frolyn si usted adora a los niños!
Pero madre.... no deseo apartarme de usted ni de la abadía - dijo ahora suplicante.
Usted sabe el aprecio que le tengo Frolyn y sepa que lo hago por su exclusivo bien pero no está en su deseo lo que yo le ordene hacer, irá a ese hogar he instruirá a los hijos del capitán Li, cuando crea necesario mandaré a buscarla.
Momentos después, la novicia Sakura se encontraba reuniendo sus pocas pertenencias en su austera claustro, suspiraba de amargura, no quería enfrentar a el desconocido mundo para ella, pero se demostraría fuerte ante esos pequeños, ella no era una cualquiera y debía ser tratada con respeto.
Calmándose un poco, miró las montañas a través de su ventana.... ahora le parecían lejanas....
Cuando el señor cierra una puerta, en algún lugar, abre una ventana - se dijo en un suspiro.
NOTAS:
Hola! Esta es mi nueva propuesta, la dejo a su alcance. Es mi propia versión de "La novicia rebelde" ojalá que les guste, y si no, bueno, tendré que pensar en algo mejor para satisfacerlos.
Frolyn : (fro-laine) Estado de preparación de una novicia para ser religiosa, no es privada de cosas aún.
Esto está ambientado en Austria y les prometo más acción en próximos capítulos. Ansió que les guste, y si está a su altura... pueden dejar un par de mensajes x ahí.
