Cupido
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Necesito hablar contigo cupido, es acerca de tu estúpida puntería.
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¿Por qué precisamente a mi?! Son las dos de la madrugada, debería de estar en mi departamento mientras dormía en mi cómoda cama... ¡Pero no!
Mi maldito hermano me llamo para avisarme que "Una chica loca y drogada se había atravesado una flecha en la garganta y debía acudir rápidamente porque estaba a cargo de la estación de policías" no sé en que momento mi padre dejo a Itachi a cargo mientras estaba con mi madre en su viaje a Londres.
Tenía que lidiar con aquella chiquilla loca que se atravesó esa maldita flecha.
Me termine de un trago lo último que quedaba de café en mi vaso pues tenía que estar alerta, debo aclarar que no soy una persona a la que le guste pasar horas durmiendo, últimamente no he dormido bien por culpa de mi hermano y hoy era mi día de descanso pero como dice mi padre "Los crímenes y accidentes no tienen descanso" en fin, debo llegar rápido para terminar esto lo más pronto posible.
Tomo la avenida principal de Konoha, que, a pesar de ser de madrugada todo parece tener vida.
Me desvió un poco de aquella zona y me dirijo a "Falls" uno de los barrios más inseguros de Konoha, debo recordar ponerle seguro a la puerta del auto cuando salga.
Conduzco unas calle más alejandome de la avenida principal y sigo mi curso por lo que parecen ser cinco o diez minutos.
Llego por fin a mi destino, los paramédicos bajan de la ambulancia con un equipo especial para tratar a la joven... La cual creo que debe de estar muerta ya.
Me encuentro con Karin que me saluda mientras entra con su maletín, de tras de ella Suigetsu, su prometido.
- Uchiha, Me sorprende verte aquí - Escucho decir a Suigetsu mientras me sonríe.
- Calla, tenemos un trabajo que hacer - Sinceramente ni tenía tiempo para escuchar al peli plata.
Veo a Karin entrar a un departamento, en muy mal estado cabe decir. La pintura de las paredes estaba cayéndose por pedazos y estaba tan vieja que no sabría decir si era rosa o rojo carmesí.
Recorro el pasillo que me llevaba al interior de aquel departamento, ahí estaba Itachi de espaldas frente a mi.
Estoy seguro que estaba examinando la escena, observo el lugar.
No era la gran cosa, las paredes estaban teñidas de un color arenoso mientras los pisos eran de un mármol muy maltratado, había un colchón en medio cubierto con sábanas blancas y ahí yacía una persona, no podía ver bien como era porque Itachi me obstruía la vista.
Además de eso había una pequeña mesa de madera, sobre ella había algunas herramientas a las que no le preste mucha atención, había también una silla mecedora de madera, una pequeña estufa eléctrica con una tetera.
Habían varias fotografías colgadas en la pared, todas de épocas distintas, eran de parejas... Claro unas más jóvenes que otras.
Cerca de la única ventana que veía había un ventilador y una mesa, sobre ella había un par de muñecos de madera que se abrazaban.
Al lado del colchón habían un par de botas dr. martens de caña baja en color negro y en un pilar se encontraba recargado un singular arco blanco de madera.
- Por fin llegas Sasuke - Escuche a mi hermano decir con su voz tranquila y pausada.
- Pudiste haber llamado a otra persona - Me acerque un poco a él.
- No hay muchas personas en servicio, además eres mi hermano - En su rostro se formaba una amplia sonrisa, ¿Qué era lo gracioso? - ¡En fin! Ven, necesito que des instrucciones sobre esto... Me adelantare a la estación para preparar una autopsia.
- Hmmp - Fue lo único que le respondí, me acerque más a la persona que estaba sobre el colchón.
Era una mujer, su largo cabello negro azulado se esparcía por las blancas sábanas, su piel era blanca y lechosa y sus labios rosados y carnosos eran tentativos.
Su vestimenta no encajaba con ella, una camisa gris o blanca, no estaba seguro pero estaba muy desgastada al igual que su short negro que dejaba al descubierto sus torneadas piernas, tenía unas medias negras que le llegaban hasta un poco más arriba de la rodilla. Aún así sé miraba preciosa.
Parecía un ángel durmiendo, literalmente... Ella tenía puesto unas alas de ángel y parecía dormir.
Eso pensaría si no la viera con la flecha enterrada en su garganta y la sangre carmesí que cubría una parte de las blancas sábanas.
Observe fijamente a la chica ahí, sentía que la conocía pero, ¿ De dónde?!
-¡Itachi! - Mi hermano voltea a verme esperando a que prosiga - Conozco a esta persona es Hyüga Hinata, la chica que desapareció hace tres meses
- ¿Estas seguro? - Mi hermano me miraba con duda.
- Es ella, puedo reconocerla en cualquier momento... Pase una gran parte de mi vida estudiando con ella.
- En ese caso debemos avisar a Hiashi Hyüga.
Vi como mi hermano se alejaba de el lugar y yo me volví a la chica, la observe un momento ¿Qué la habrá orillado a hacer tal acto? No sé por que pero sentí una punzada en mi pecho.
La observe un rato, de repente sus ojos se abrieron de golpe revelando sus pupilas perladas.
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Aquí estoy, vigilando a escondidas a aquella pareja que se besaba apasionadamente.
La chica enredaba sus delicados dedos sobre la cabellera rubia del chico mientras él se abrazaba de su cintura.
La chica se separo de él y lo miro fijamente, en sus ojos había un brillo peculiar... Los ojos azules del chico mostraban alegría y regocijo al ver la expresión enamorada de la pelirosa que estaba frente a él.
Naruto siempre había amado a Sakura y siempre lo he sabido, pero algo en mi se negaba a creerlo.
Esta vez pude hacer feliz a mi querido Naruto, a pesar de que no fuera yo la que abrazaba, la chica que amaba, que ocupaba sus pensamientos... Eso ya no importaba.
- Te amo - leí en los labios de la chica y la expresión de Naruto fue tan digna de ver.
Después de tanto tiempo la chica de cabello rosado le correspondía su amor.
Tal vez deba decirle a Naruto que me debe una, pero no entendería de lo que hablo y seguramente saldría corriendo al verme así... Tan diferente.
Más bien parecía una pandillera que se drogaba y asaltaba a las personas, mi ropa estaba sucia.
Mi antes blusa blanca ahora era gris, los que antes eran unos lindos pantalones de marca prestigiada eran ahora unos shorts desgastados y sucios.
Observe de nuevo a la pareja que se fundía en otro beso, ¡Las voces! Otra vez esas malditas voces.
Me tome la cabeza desesperadamente, ¿Cuándo terminaría esto?
Trate de calmarme recordando como había pasado tal cosa y luego recordé.
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Suspire por quinta vez, me dolía la cabeza y esa porquería que me había dado el chico de "Troyan's" me había dejado peor.
No debí acceder a drogarme con cocaína, es más ¡No debí de haberme drogado!
Las voces se hacían más fuertes, desde que desperté las había estado escuchado y no parecían parar.
"Cupido me he enamorado" "Cupido ¿Por qué no me hace casó el chico que me gusta?" "Cupido amo a mi mejor amiga en secreto" "Cupido esto" "Cupido aquello" ¡Cupido ya estaba arta!
Tal vez tome demasiado ayer y por eso deliraba con esas voces, todo por estar borracha y reclamarle a Cupido lo estúpido o estúpida que era.
"- Cupido ¡Te estoy hablando cupido! ¿ Qué a caso tu madre no te enseño buenos modales? ¿Eh? ¿Dime en dónde estas?! Sal de dónde quiera que estés... Eres una porquería de mierda ojalá alguien te meta las flechas en el culo para que no la cages de nuevo - Tome la botella de ron barato que le había quitado a quien sabe quien y bebí el contenido, mis piernas temblaban y me sentía cada vez mareada... Probablemente me desplomaría en cualquier momento.
Camine un poco más gritando incoherencias, las personas que pasaban por ahí me miraban como si fuera algún espectáculo, basto mi fría mirada para que salieran corriendo, ¿Qué diría la Hinata de hace tres meses si me viera? De seguro se desmayaría de la vergüenza.
Me apoye en una de las paredes para no caerme y seguí caminando mientras asustaba a los que transitaban por ahí.
Tome un poco más de ron, cuando baje la vista algo me llamó la atención. Era una hoja... Mi foto estaba en ella y arriba en letras grandes decía DESAPARECIDA.
Mi padre seguramente me estaría buscando, después de todo al parecer le importo. Tome la hoja del suelo y la rompí en varios pesados, no dejaría por ningún motivo que mi padre me encontrara.
Seguí caminando, habían más volantes como el que había en el suelo. Como pude los arranque de la pared y los hice bolita tirando por algún lugar de la calle, otros los rompía o guardaba en la bolsa de la sudadera vieja que le había quitado a una chica en el Troyan's.
- Tú familia está muy preocupada, deberías regresar con ellos - Escuche una vos femenina detrás de mi, al principio creí que era por el efecto del alcohol, pero luego caí en cuenta de que no- Hinata, te pido por favor que regreses a casa.
- ¿Tú quien eres? ¿Cómo sabes quien soy? - Voltee a ver a la persona que me hablaba, era una chica muy hermosa, Sus cabellos rizados parecían de oro, su piel parecía de fina porcelana y vestía con un vestido blanco de corte imperial y detalles dorados. Tenía una sonrisa tan grande y hermosa, sus dientes eran blancos como marfil y sus labios eran rosados, tenía una especie de rubor en sus mejilla, parecía una muñequita de porcelana... Aunque tenía unas alas como de ángel.
- He escuchado como te quejas de mi trabajo - su voz era melodiosa y encantadora - Tal vez si tú supieras todo lo que tengo que hacer paras tener estable mi trabajo dejaría de quejarte de mi.
Hizo un puchero como una niña pequeña, era realmente linda pero aún no me respondía la pregunta
- Aún no has respondido a mi pregunta- Ella me observo fijamente y sonrió.
- ¡Oh! Por supuesto, aquí tienes mi tarjeta de presentación - De la nada la chica apareció una tarjeta y me la entrego sonriente, la miré con recelo y leí la pequeña tarjeta.
¿La chica estaba loca o me quería ver la cara?
- ¿Qué pendejada?- Dije molesta, ella se puso sería y algo confusa- ¿Con qué tú eres cupido?
-¡Así es! - Su sonrisa volvió a su rostro- Escuche tus quejas y creí que si tú hicieras mi trabajo por un corto tiempo sabrías lo que tengo que sufrir.
- ¿De qué hablas?- Enserio la chica estaba loca y mucho, o tal vez el alcohol estaba haciendo que imaginara cosas.
- De ahora en adelante tú serás cupido y hasta que no aprendas la lección no dejarás de serlo.
-¡ Espera! ¿Qué?-dije anonada
- La decisión está tomada- de pronto se arranco una pluma de las alas y me la entrego- Toma, cuando todo termine sé la entregarás al chico que ames y el te amara por siempre.
-Estas loca- dije alejandome de ella y comencé a correr lo más rápido que pude,la perdí de vista.
Doblé la esquina y me escondí detrás de un basurero.
-¿De quién nos escondemos?- Salte del susto al escuchar su voz.
-¿Qué quieres?- Le grite asustada.
-Ya te dije Hyüga, hasta que no aprendas la lección no volverás a la normalidad.
Dicho esto me entrego la pluma y desapareció.
Salí corriendo de ese lugar, ni loca me quedaba ahí, comencé a escuchar voces, la mayoría de chicas.
Todas decía algo de "CUPIDO" siguió corriendo y choque con alguien.
Era Sumaru un chico que había conocido en Troyan's .
-Dame algo para calmarlas voces- Suplique.
- Voces ¿Quieres escuchar voces?
-No imbécil ¡quiero dejar de oírlas!- Me tome la cabeza y comencé a tirar de mi larga melena desesperada.
-¡Suave! Ten, esto te ayudara- Me dijo dándome una bolsita con un polvo blanco.
-¿Qué es esto?!- Dije mienta lo miraba con recelo.
-¿Cómo qué que es?! Pues cocaína.
-¡Eso ya lo sé! Pero ¿Esperas que me drogué?!
-Esto sólo te va a relajar un poco, Andale chiquita, será por tu bien."
