SOLO

Sin sentido, sin conjeturas...

El reflujo permanente de la última imagen que tenía, carcomía cada parte de su cerebro impulsado por el sentimiento roído de la culpa. Amargo, doloroso. Aquellas palabras no lograban describir en completo sintonismo lo que su ser entero quería expresar. Debió quedarse allí, sentado. Guardando la impotencia de sentirse inútil. Una vez más. Recobrando momentos que creyó haber disuelvo dentro de su cabeza, dentro de sus pensamientos, dentro de lo que podría llamar hombre.

La soledad era una envoltura familiar con la cual mucho tiempo llegó a empatizar. Mas después de tanto tiempo rodeado de quienes llamó familia, se le hacia ajena. Una mala compañera. Estaba sólo, consigo mismo y los malos recuerdos, sus malas vivencias las cuales creyó tener en el olvido. Pero no. Renacieron cual fénix renace de las cenizas extendiendo sus alas para captar la atención de todos. ¿Era eso lo que quería? ¿Fama? ¿O era una amante celosa de verlo relativamente feliz? El destino podía ser cruel para algunos, para él siempre lo fue. Y aun que creyó que ésto había cambiando, fue certero en que no era tan así.

Estaba solo. Abandonado. Una vez más. Como un perro.