CAPITULO 1
EL ENGENDRO
DEDICADO A:
BALTHASAR (¿Que haria yo sin él?)
Esa noche había una tormenta espectacular, el cielo estaba prácticamente cayéndose. Durante unos minutos hubo un apagón general, duro tan poco que nadie tuvo tiempo para alarmarse. Un relámpago iluminó un callejón en el fondo de la peor zona de la ciudad, agazapado en un rincón del mismo, estaba un ser de aspecto humanoide, completamente cubierto por lo que parecía un ajustado traje negro y una gigantesca capa roja que se movía mucho, no por efecto del viento sino como si estuviera viva.
La luz regresó. Un pequeño y solitario farol proyectó su luz sobre el ser, que pareció incomodarse un poco. Lentamente comenzó a incorporarse, un leve olor a carne quemada se sintió en el ambiente. Lanzo una especie de gemido, no de dolor, era como si hubiera estado sin moverse durante mucho tiempo y quisiera estirarse y desperezarse después de un largo sueño.
El ser miro hacia todos lados con sus brillantes ojos verdes, no reconoció el lugar, no sabia donde estaba ni por que, no conseguía recordar su nombre, ni donde había estado antes, ni nada. Nada. La lluvia seguía cayendo a raudales y él podía verla y escuchar los truenos pero no podía sentir la humedad ni el frío. De algún modo supo que eso no era normal. Se toco el rostro con las manos, lo tenia cubierto por una tela muy ajustada. Poco a poco la fue retirando y cuando termino de quitársela vio su reflejo en un charco.
Era un monstruo.
Solo era un amasijo de carne quemada, de la que solo se podían distinguir sus enormes ojos que emanaban una extraña luz verde.
- No es una visión agradable ¿verdad?
El ser volteo hacia el lugar de donde salía la voz. Era de un payaso grotesco, gordo, bajo y vestido con una ropa sacada de la basura, una gabardina de tela gruesa raída, zapatos de tela, y una camiseta que le quedaba pequeña y dejaba al descubierto su panza velluda.
- ¿Quién eres? - Pregunto el ser, y el mismo se sorprendió del tono de su voz, ronca y con un sonido de ultratumba.
El payaso sonrió.
- No es esa la pregunta que en realidad quieres hacer, me parece que lo que más te urge saber es quien eres tu.
El ser no dijo nada.
- Comprendo que estés un poco desorientado, después de todo, acabas de regresar...
- ¿De donde?
- Del infierno, por supuesto
- ¿Del infierno?
- ¿Hay eco por aquí? Eso es lo que dije, del infierno. ¿De donde esperabas que saliera un engendro como tu?
- ¿Engendro? ¿Yo soy un...?
- ¿Cuál es tu problema? Eres un engendro del infierno, un Hellspawn.
- Hellspawn... ese nombre no me dice nada...- hizo un esfuerzo por buscar algo dentro de si mismo, que tal vez no se encontrara ahí- no es el mío... no... yo... no era así... antes...
- ¿Antes? ¿Puedes recordar si hubo un antes? Ja, ja, ja, cara de albóndiga, aunque pudieras no te serviría de nada. Nada puede detener tu destino ahora. Spawn (y te llamo Spawn por que es mas corto y cómodo).
- ¿Destino?
- Haces muchas preguntas. Bien te lo diré, en este momento estas entrenando para la próxima guerra, la madre de todas las guerras, la que sostendrá el bien contra el mal, y tu te encargaras de dirigir las tropas de nuestro jefe para que nuestro lado triunfe por fin.
- ¡¿Yo?! ¿Por qué?
- Porqué esta en tu contrato. El que le firmaste a nuestro jefe Zarach.
- Yo no recuerdo haber hecho ningún trato con nadie.
- Como ya te dije, lo que puedas recordar ahora no te sirve de nada. Y te dejo porque han sido demasiadas preguntas para el día de hoy.
Dio la vuelta y empezó a adentrarse en las sombras del callejón.
- ¡Oye! ¡No te vayas!
Un relámpago iluminó el lugar, donde antes estaba el payaso, ya no había nada, y Spawn se quedo solo otra vez.
Habían pasado siete años desde el torneo de Cell, la tierra estaba en paz. Gohan descuido sus entrenamientos por culpa de su madre, quien lo puso a estudiar como si le pagaran por hacerlo. También lo inscribió a clases especiales y lo preparo para el examen de admisión para una preparatoria en Satán City. Le habían puesto ese nombre a la ciudad en honor al héroe de la tierra, el Gran Mister Satán. A pesar de que la batalla fue muy difícil y dolorosa, a Gohan no le molestaba que le hubieran atribuido la derrota de Cell a ese tipo, tenia cosas más importantes de las que preocuparse.
Ese era su primer día de clases. Llego en la nube voladora hasta las afueras de la ciudad y después tuvo que tomar el autobús. Al bajarse todavía tenia que recorrer algunas cuadras a pie. Miro su reloj y se dio cuenta de que ya era tarde así que decidió incrementar la velocidad después de fijarse que nadie lo estaba viendo. Paso hecho la brisa frente a un banco que estaban asaltando en ese momento.
"¡ Oh no!" Penso "Otra vez. Esta ciudad no tiene remedio"
Gohan no podía dejar que los maleantes se salieran con la suya y decidió intervenir.
Spawn se quedo toda la noche en una catedral abandonada que estaba cerca del lugar donde hablo con Clown. En cuanto el sol salió decidió dar una vuelta por los alrededores, no sabía exactamente para que, tal vez solo era por tener algo que hacer. En realidad no tenía muchas esperanzas de encontrar algo que le permitiera contestar sus preguntas. Encontró una gruesa gabardina y un gorro en un basurero. No encontró como quitarse la capa, que estaba fuertemente sujeta a la altura de su cuello por una cadena, pero sorprendentemente la llamativa tela roja parecía comprender la situación ya que se escondió dentro de la gabardina de modo que nadie la notara.
Estuvo caminando mucho tiempo sin rumbo, hasta salir del barrio miserable en que se encontraba y llegar a calles que por lo menos eran barridas de vez en cuando y se veían parques, de pronto, escucho unos disparos y sonidos de lucha. Era un asalto a un banco. Spawn se escondió en una esquina para ver lo que pasaba.
Los asaltantes lanzaban disparos de advertencia contra los policías que se habían refugiado detrás de un carro estacionado en la banqueta de enfrente. Ya se disponían a retirarse con el botín cuando sucedió algo completamente inesperado.
Un joven les hizo frente. Era un muchacho de unos 18 años, musculoso, con ojos verde y el cabello dorado. Con unos cuantos golpes puso fuera de combate a unos de los ladrones, con las manos detuvo las balas de la ametralladora de otro y cuando el ultimo se estaba dando a la fuga lanzo una especie de poder extraño que hizo saltar el pavimento y la camioneta de los ladrones en pedazos.
Spawn estaba paralizado. No tanto por el poder del joven, sino porque lo reconoció inmediatamente.
"¡Un super sayajin!" Penso.
¿Super sayajin? ¿Dónde había escuchado esas palabras?
Una imagen vino a su mente, un hombre tirado en el suelo con una herida en el corazón, alzaba su mano hacia él.
" Kakarotto... tienes que... transformarte en el legendario... super sayajin... para vencer... al maldito de Freezer... acabalo... con tus manos... de sayajin "
Después el hombre dejo caer su mano, estaba muerto.
" ¡ Vegeta! ¡ Ese era Vegeta!"
Podía recordar su nombre pero por mas que intentaba no conseguía recordar que relación tenia con él o como lo había conocido.
" Y él muchacho ¿Quién es? ¿Será el legendario super sayajin que menciono Vegeta?"
Los ladrones habían sido detenidos y el chico rubio no se veía por ningún lado. Spawn penso que lo mejor seria que también emprendiera la retirara.
Por alguna extraña razón Spawn se sentía cómodo equilibrado sobre una gárgola de piedra que estaba en un extremo del techo de la catedral, su capa colgaba y tapaba una parte de los ventanales rotos. Las largas cadenas que tenia sujetas en la cintura se movían de un lado para otro, haciendo ruiditos metálicos, estaban aburridas, o eso fue lo que penso el Spawn, también pensaba en lo que había conseguido recordar y trataba de encontrarle significado.
A pesar de ser parte de la ciudad donde vivía el héroe de la tierra, el gran Mister Satán, era una zona horrible donde solo lo más bajo, ruin y despiadado podía siquiera pensar en entrar. La mayor parte de la gente prefería ignorarlo y hacer de cuenta que no existía. Las Calles de las Ratas eran simplemente un rumor, una anécdota de cuando había nada mejor que decir, o un cuento para asustar niños pequeños.
Esa noche, un hombre corría desesperado por los oscuros y fríos callejones, lo seguía un auto compacto, algo abollado, con marcas de balas en la carrocería y un traje de torerito colgando del retrovisor, que consiguió arrinconarlo contra la barda de la catedral abandonada. Del vehículo bajaron cuatro hombres armados con tremendas pistolas. Uno de ellos se acercó al pobre indefenso que temblaba apoyado de espaldas al muro para no caerse.
- Y bien amigo, ¿por qué corres? No vamos a hacerte ningún daño, claro, si tienes el dinero que nos debes. - dijo con un ligero acento italiano
- Yo- yo - yo... no - no- no lo tengo ahorita, pero si me da un poco de tiempo señor...
- ¡ Oh, querido amigo! Tiempo es algo que ya no tienes
Al decir esto puso el cañón de su arma en la frente del vago y ya iba a jalar del gatillo cuando un golpe en la cara lo derribo, sintió como si lo hubiera arrollado un camión y escupió varios dientes, sus secuaces comenzaron a disparar a la figura envuelta en una larga capa roja. Varias de las balas dieron en el blanco, en el lugar donde deberían estar los órganos vitales, del cuerpo del ser salió una sustancia verde y viscosa. Es obvio que el engendro ni siquiera sintió los impactos, se acerco hacia ellos y les dio una golpiza que nunca olvidarían, también pulverizo sus armas con una mano y los arrojo fuera del callejón como si fueran costales. El primer golpeado seguía en el piso, Spawn lo levanto con desprecio y puso su rostro enmascarado contra el de él.
- ¡ No quiero volver a verte por aquí, ni a ti ni a ninguno de tus amigos! ¡¿ Entendiste?!
El tipo en cuestión solo pudo asentir con la cabeza y lanzar un sonido apagado, no pudo hacer más porque se estaba ahogando con su propia sangre. Spawn arranco una de las puertas del vehículo en el que el maleante había venido, lo arrojo dentro y de una patada los envío a los dos fuera de los callejones.
El pobre que iba a ser la víctima, no daba crédito a lo que veía, ya iba a hacerle alguna pregunta a su salvador (o agradecerle, quien sabe), cuando este ya había vuelto a meterse en la catedral.
Las heridas no habían sido muy serias, cuando quiso examinarlas ya no estaban ahí y hasta la tela del traje se había reparado sola. Le resulto muy extraño pero no le dio mucha importancia.
El desdentado y sus amigos tenían un jefe, no cualquier jefe, era el dueño de una de las dos bandas mas grandes que operaban en ese sector de la ciudad. Cuando le contaron el incidente, él obeso tipo, que ya se sentía el amo de los callejones, penso que estaban locos, pero solo por un momento, porque estaban todos golpeados y luego le mostraron lo que había quedado de su vehículo. Indignado, dijo que esto no iba a quedarse así y mando un batallón de sus hombres contra el "cretino que no sabia con quien se estaba metiendo", una hora después le llego la noticia de que todos sus muchachos estaban en el piso escupiendo sangre.
Nunca creyó necesario que tendría que llegar a este extremo, pero se dio cuenta de que era hora de mandar a la artillería pesada: Un matón profesional. Ese desgraciado al que llamaron tenia fama de comerse los cadáveres y tener una bonita colección de cráneos escondidos en su casa, una colección tan bonita como la de pedacitos de armas que Spawn había comenzado en un rincón de la catedral.
Lo vio llegar desde lejos, mientras estaba encaramado en su gárgola. Hubiera sido difícil que no lo notara, porque era enorme, más grande aun que él mismo, esto lo sorprendió. Bajo con su lento reptar, pegado a las paredes como araña, hasta llegar al suelo; se había acostumbrado a moverse de ese modo para hacer el menor ruido posible. Cuando lo vio más de cerca quedo asombrado, el tipo era en parte maquina, con unos impresionantes brazos mecánicos y la mitad de la cara era una brillante mascara cromada.
- ¿Quien eres y que estas buscando aquí?
Por respuesta obtuvo un golpe, totalmente inesperado, ni siquiera alcanzo a esquivarlo, y fue a impactarse contra un muro a algunos metros de distancia. Estaba desconcertado, pero afortunadamente su traje no. La capa y las cadenas rodearon al gigante. Inmediatamente las cadenas empezaron a estrangularlo, el gigante apareció un pequeño cañón al final de su brazo quitándose una mano y le disparo, el tiro le dio en el abdomen y lo arrojo más lejos, las cadenas soltaron a su adversario y Spawn quedo tirado en el piso y con un agujero por el que cómodamente podía pasar un balón de soccer.
El gigante se acercó hacia él para quitarle la mascara pero no pudo hacerlo, ni siquiera pudo tocarla, porque de pronto, los ojos del Spawn brillaron, todo su cuerpo se cubrió de una luz verde y desapareció. El gigante lo buscó por todos lados. No podía haberse ido muy lejos. Un insoportable dolor en el pecho lo derribó, sus partes metálicas se quebraron como un cascaron y el Spawn surgió de su interior mientras el hombre parte maquina se retorcía en el suelo, emitiendo unos gritos que fueron escuchados por todos y cada uno de los malvivientes de la ciudad.
Spawn recogió los restos metálicos de su enemigo y se los llevo a la catedral, solo dejo lo suficiente para que se entendiera su mensaje.
A partir de entonces disminuyo la seguridad de muchos grupos de mafiosos y creció la de varios pobres diablos que vivían en los callejones. Cualquiera vago que fuera perseguido sabia que estaba a salvo donde viera escrito en la pared, con una sustancia verde: "ESTOS CALLEJONES PERTENECEN AL SPAWN"
Nota sobre la historia: Esta ubicada en lugar de la saga de Boo. Para este primer capitulo me base en la película animada del Spawn. No he leído todos los cómics del Spawn, (ni siquiera he leído todos los que hubiera querido)por lo tanto puedo tener algunas diferencias. Para empezar, no sabia si darle una atmósfera tipo Spawn o Dragón Ball Z, así que decidí oscurecer un poco la trama de DBZ y ponerle un poco de luz al Spawn. En todo caso creo que a final de cuentas no conseguí nada y cada quien le puede poner la atmósfera que se le dé la gana. Tampoco pude hacer que este Spawn del que trata esta historia viniera del infierno y sus enemigos del cielo porque en DBZ se tiene un concepto distinto del cielo y el infierno. Enma daioh sama no pudo haber enviado a Spawn y el supremo Kaioh Sama no pudo haber enviado un ángel o algo por el estilo. También cambie al demonio que hizo el trato con Spawn, para que no digan que me fusile todo. Al fin y al cabo esto es un fan fic por el que no me van a pagar nada así que no pueden demandarme por lucrar con los nombres, situaciones y personajes. Para eso existen las letritas (que deben estar por ahí) que dicen que los personajes (en algunos casos situaciones y los títulos de los capítulos) son propiedad de sus respectivos autores: Akira Toriyama y Todd Mc Farlane. En el caso del titulo del fan fic, en este momento estoy escuchando el tema de "Friends" interpretado por The Rembrandts, no estoy lucrando con la letra y me parece una frase muy buena.
