El parque estaba un poco solo para ser sábado en la mañana, pero la tranquilidad que tenía en ese banco era lo que ella necesitaba.

Sintió que alguien se acercaba a ella, pero el brillante sol no le permitía ver bien quién era, aunque no había necesidad. Esa voz era inconfundible.

"¡No lo puedo creer! Temperance, ¿eres tú?"

"Hannah, ¡tanto tiempo!", profirió Brennan poniéndose de pie. "No creí verte de nuevo por DC".

"Vine sólo por unos días. Trabajo y más trabajo, ya sabes cómo es. ¡Oh, por Dios, Temperance!", exclamó sorprendida, "qué bueno es verte. No has cambiado nada".

Brennan se disponía a responderle, cuando sintió que alguien tiraba por la parte inferior de su abrigo, y al mirar abajo, encontró a su hija de cuatro años con ojos curiosos.

"Mami, ¿por qué ella te dice Temperance?", dijo Christine señalando a Hannah.

"Porque ese es mi nombre, Christine", respondió Brennan con gracia.

"'¿Mami?' ¡Vaya!, ¿a quién tenemos aquí?", comentó Hannah poniéndose a la altura de Christine. "No pensé verte alguna vez con hijos, Temperance", apuntó viendo a Brennan. "Es preciosa".

"No, ella no se llama 'Temperance'", habló la niña ya un poco molesta. "Su nombre es Bones", agregó en tono seguro.

"Hannah, esta es Christine. Mi hija", presentó Brennan un tanto divertida y con una pizca de orgullo. "Christine, ella es Hannah. Una vieja amiga".

"Mucho gusto, Christine", saludó Hannah cariñosamente y extendiendo su mano a la pequeña.

"Eres igual de linda que tu mamá". Christine le sonrió mientras la mujer estrechaba su mano. La reportera se puso de pie rápidamente mirando a Brennan, y dijo "es cierto, Temperance. Es hermosa".

"Gracias, Hannah. Y sí, lo es. Su rostro es bastante simétrico", aseguró Brennan mirando con ternura a su hija. Hannah las miró a ambas con melancolía.

"¿No quieres que vayamos por un café?", preguntó Brennan mientras cargaba a Christine.

"Lo siento, Temperance", apresuró Hannah, viendo fugazmente las manos de Brennan, mientras esta acomodaba a Christine entre sus brazos.

"Me tengo que ir. Cuídate mucho y cuida de esta preciosura", comentó acariciando el cabello de Christine. Hannah empezó a andar, pero a mitad de camino se detuvo, y girándose gritó "¡Christine!"

La niña volteó desde los brazos de su madre prestando atención.
"Dile a tu padre que no pudo haber tomado mejor decisión", y con una sonrisa siguió su rumbo.

Madre e hija se quedaron calladas un rato, viendo a la rubia irse.

"Mami, tu nombre es Bones, ¿verdad?", preguntó Christine con curiosidad. "Papi te llama así. Y papi dice que él nunca dice mentiras".

Brennan, con la mirada aún en el camino que había dejado Hannah hacía unos minutos, sólo sonrió mientras acariciaba con el pulgar el anillo que reposaba en el dedo anular de su mano izquierda.

"Vamos, Christine. Tu papá y hermanos nos están esperando. Esta noche te explicaré qué son los apodos".


AN: en mi mente, Booth y Brennan tuvieron otro hijo después de Christine.