DE AMOR Y TRAICIÓN
PRÓLOGO: El reino de los hielos perpetuos.
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Breves notas de la autora y co–autora:
Ala, pues estamos aquí de vuelta después de un largo tiempo. Primero: Créditos financieros a Disney, a Marvel, a Stan Lee, a blá, blá, a los nórdicos por supuesto y a blá, blá. O sea, los que se llevan la pasta. Nosotras hacemos fic sin sentido de lucro, por mera diversión y porque nos gusta hacerlo.
Trabajamos meses en la trama del fic, no crean que estamos cebándonos al sol, esperamos que les guste. Debo hacer la aclaración que esto es la continuación de: DE ARDIDES Y MENTIRAS. El prólogo se entiende bastante bien sin la historia previa (Thor está casado con Loki y tuvieron un hijo, ese es el mega resumen del fic anterior) pero de todos modos quería anticiparlo para los nuevos lectores. (Pueden buscar DE ARDIDES Y MENTIRAS en mi perfil)
Sin más, empecemos este nuevo viaje a través de los Nueve Reinos. Y nos vemos la próxima semana.
ADVERTENCIAS: M, JötunLoki, AU.
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Prólogo:
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–Thor –le susurra Loki cuando éste casi se ha quedado dormido. Thor ya sabe que Loki le dirá algo importante que además lo tiene preocupado. Su consorte no suele decirle las cosas de frente durante el día, sino que siempre espera a la noche, como si necesitara que las sombras lo cobijen para poder abrir el corazón y hablar. Eso le es aún más fácil si Thor le hace el amor primero, como esta noche. Yacen relajados, Thor sujetando a Loki por la espalda como es su costumbre, desnudos, somnolientos después de la pasión. –Thor.
–Te escucho –le responde.
–Me vino a la mente una cosa. En Jötunheim existía una ceremonia llevada a cabo cuando nacía un príncipe. –Thor se espabila cuando lo escucha mencionar su reino natal. Loki casi nunca habla de su pasado, salvo por las ocasiones en que le dan arrebatos violentos contra su padre Laufey. Oculta esa parte de sí mismo con férrea tenacidad. –Era algo muy sencillo, privado, donde sólo estaba presente la familia más cercana. Era un rito de aceptar al príncipe en la familia pero también era una prueba.
–¿En qué consistía? –Pregunta Thor habituado a que Loki le hable con rodeos antes de llegar a lo que realmente le preocupa.
–El rey levantaba a su hijo en brazos y lo ayudaba a poner una mano sobre el cofre de los antiguos inviernos. Si el príncipe poseía una fuerza considerable el cofre se iluminaba con su magia, pero si no… –La voz de Loki se apaga, guarda silencio prolongado que le hace creer a Thor que ese es el final de la historia. Loki no puede o no quiere seguir, se está acomodando entre los brazos de Thor dándole a entender que se dispone a dormirse, posiblemente está arrepentido de siquiera haber hablado.
Sólo que Thor no lo dejará esta vez. Él acepta a Loki, pues no hay otra forma de amarlo, pero para variar quiere saber. Quiere que Loki lo deje saber, como nunca le permite a nadie más.
–¿Quieres efectuar esta ceremonia con Hërin? –Loki se crispa y se gira entre los brazos de Thor. –Tenemos el cofre aquí en Valaskialf. Ya tuvo una celebración de presentación a la manera aesir, podría tener una a la manera jötun.
–¿Por qué? Es del linaje de Bor, no necesita…
–Ni siquiera va a recordarlo pero tú sigues siendo un jötun, tal vez tú quieras…
–¿Cómo te atreves? –Thor casi encuentra entretenida la forma en que Loki se molesta. –Soy el dios del engaño –título que antes no defendía por nada –no un inicuo gigante. –Thor lo abraza aunque Loki lo empuja, se cuida por si le clava una daga de hielo. –Te lo conté tan sólo porque me vino a la memoria, de ninguna forma quiero que Hërin pase por esa prueba, no necesita honrar ese tipo de tradiciones.
A veces a Thor se le olvida que Loki es un gigante de hielo. Sabe que la vida de Loki en Jötunheim no fue precisamente sencilla, pero la forma en que se obstina en negar su pasado a veces preocupa a Thor. Es como si Loki guardara dentro demasiados demonios y a Thor le gustaría poder exorcizarlos.
–Si lo necesita –Loki se queda sin aire ante el tono sereno de Thor y lo que dice. –Esos tatuajes de tu raza, me dijiste una vez que significan: honra a tus ancestros.
–¿Ancestros como Laufey? –Thor asiente.
–Me lo dijiste porque quieres estar en paz y porque tienes curiosidad por hacerlo. –Thor se imagina que hay algo respecto a esa ceremonia que tiene a Loki en ascuas. –¿Hildetand y tú pasaron por ello?
– Hildetand… –Loki esboza su sonrisa más cínica que Thor distingue en la penumbra de la habitación –déjame contarte algo; todo Jötunheim conoce la historia acerca de la presentación de Laufey. Mi abuelo Helblindi, lo puso ante el cofre y cuando Laufey lo tocó, la reliquia le respondió con tanta fuerza que encegueció a todos a su alrededor e inmediatamente comenzó a nevar sobre la capital del reino, Utgard. Durante mi infancia alguien cometió la indiscreción de contarme que cuando Hildetand nació y Laufey lo presentó ante el cofre, cuando lo ayudó a tocarlo… –Loki se está riendo– no pasó nada –es una burla. Thor no se inmuta por el hecho de que Loki disfrute con una cosa así. Le acaricia el cabello.
–¿Y tú? ¿Qué pasó contigo? –La risa se le corta.
–Nada –responde –cuando nací le resulté tan decepcionante a Laufey que ni siquiera hizo tal rito conmigo.
Thor se muerde los labios, su punto de vista acerca de Loki siempre es de lo menos objetivo pero está seguro, demasiado seguro de que si Laufey se lo hubiera permitido hubiera nevado en Jötunheim en honor de Loki también.
–Eso en sí mismo casi equivalía a que me desconociera como su hijo, de hecho intentó primero matarme y después negarme pero mi madre no le permitió ni una cosa ni otra. Desconozco los detalles pero Skadi me lo contó así. –Loki vuelve a callarse.
–¿Quién es Skadi? –Loki nunca había mencionado ese nombre. El hechicero está verdaderamente comunicativo esa noche y Thor se encuentra fascinado por ello.
–Ella es… fue quien me crio –responde y vuelve a enroscarse no sólo en las sábanas sino en su habitual secretismo.
Thor empieza a impacientarse. Se endereza en la cama, las luces se encienden. Agarra a Loki y lo ayuda a acomodarse sobre su pecho.
–¿Qué haces? –Le pregunta su consorte.
–Cuéntamelo –le exige, –claramente quieres hablar de ello así que cuéntamelo todo.
Loki suspira pesado.
–Creo que no había vuelto a pensar en ella hasta esta noche. Es una historia bastante estúpida –Thor no pierde interés aunque esas palabras claramente pretenden desanimarlo. –Los jötun son una raza longeva, casi tanto como los aesir aunque se codean demasiado con la muerte y muchos no alcanzan a vivir todos los años que les corresponden. En mi caso aquella pelea empezó cuando nací. Aquella historia no es ningún secreto, repetida hasta el cansancio en Feigefossen, no me extrañaría que se supiera hasta en Midgard, todos saben que mi padre sufrió la más terrible decepción cuando vine al mundo. Yo, el hijo cuyo nombre escogió de antemano similar al suyo pues estaba seguro de que sería un poderoso y temible gigante – Loki hace una pausa y se ríe de la ironía. –Ahora sé que Laufey perdonó mi vida pues mi madre, Járnsaxa, le juró que yo sería un hechicero poderoso y además de todo un foreldrar –magia que Thor y Loki ya experimentaron de sobra. –Laufey mató a mi madre un año después de mi nacimiento. No tengo ningún recuerdo de ella pero sé que poseía cabello negro y ojos verdes.
A Thor se le ilumina la mirada, entiende porque la forma aesir de Loki es tal. Loki ha vuelto a callarse pero es tan sólo para acomodarse mejor entre los brazos de Thor, retoma lo que decía, apoyado en el pecho del dios del trueno, hablando sin mirarlo a la cara.
–Entonces llegó Skadi a mi vida. No sé porque la eligió Laufey para ser mi guardiana, yo creo que fue porque la tenía a la mano, ella era un eyjafjajökull –la palabra fluye de labios de Loki con un acento cascajo que le da a Thor la sensación de hielo quebrándose. Intenta repetirla pero aquello descoyunta la mandíbula.
–¿Un qué? –Loki se ríe.
–¿Sabes? Yo he estudiado con ahínco para ser tu consorte –Odín se había ocupado de formarlo –se me ocurre que debería exigirte lo mismo.
–¿En verdad? Y ¿en qué deseas instruirme?
–Para empezar un poco de historia de Jötunheim no te vendría mal, así no me preguntarías cosas tan básicas. –Thor le da un beso entre los negros cabellos, la reticencia de Loki a aceptar su mundo se va desvaneciendo.
–¿Y para seguir? –Loki se ríe y Thor lo siente vibrar pegado a él.
–Diría que en técnicas amatorias pero me temo que en ese tema tu sapiencia me supera.
–Te cambio una lección en la cama por una lección sobre Jötunheim –la carcajada brota de Loki espontanea, sólo Thor parece capaz de hacerlo reír de esa manera.
–Acepto –le dice a Thor. –Escúchame entonces, se nota que cuando luchaste contra ellos en la última guerra no prestaste atención –dice Loki pero no pincha demasiado esa herida en su relación. Claro que Thor no se fijó en la formación de combate o en el tipo de guerreros pues cuando aconteció aquella guerra, el hijo de Odín creía que Laufey tenía secuestrado a Loki, quien además estaba por culminar su gestación. Aquella guerra Thor la libró con el alma llena de dolor y de furia. Loki no quiere enviar los pensamientos de Thor en esa dirección así que imita el tono que su mentor en Valaskialf, Stánic, utilizaba para aleccionarlo. –Estaban los domadores de bestias, los snaefellsjökull, ellos son los menos numerosos, cada uno puede controlar cinco o más bestias de ataque. Había diez grupos de ellos, con mil unidades cada uno. Luego están los vatnajökull, la infantería pesada, combaten en facciones de cien, todos los jötun pueden luchar en este grupo, menos yo como Laufey siempre me recordaba. Por último están los eyjafjajökull, los magos de hielo; de estos siempre hay muy pocos, su dominio del hielo va más allá de generar espadas y picas o congelar mediante el tacto, ellos pueden controlar el viento gélido, generar incluso estructuras completas, no sólo armas; y además pueden congelar el agua a su alrededor a niveles escalofriantes.
Thor ha visto a Loki hacer cosas así.
–Entonces tú eres el único mago de hielo que conozco.
–No –replica Loki en el acto. –Laufey –le recuerda y la memoria de Thor vuela a la guerra en Alfheim y sus últimos terribles días, recuerda ese reino vuelto tundra y gente muriendo apresada en hielo.
–Pensé que esa era la magia del cofre únicamente –Loki niega.
–Acabo de decirte que no cualquiera puede usar el cofre, Laufey era un eyjafjajökull.
Thor conoció en parte a Laufey, recuerda su risa cínica, sus palabras certeramente hirientes, y ahora su magia. Piensa en la única ocasión en que ha visto a Loki usar el cofre de los antiguos inviernos y en como su amado revirtió gran parte de su poder. Toma a Loki de los hombros y lo gira hacía él para mirarle bien los rasgos. El extinto rey jötun debería haber valorado más a su segundo hijo. Quizás Loki tenga los colores de Járnsaxa pero lo afilado de su rostro le recuerda a Thor a Laufey. ¿Acaso Loki y Laufey nunca se percataron de lo similares que eran? Aquel pensamiento es en algo molesto, pues está comparando al gran amor de su vida con aquel que trató de destruir a su familia.
–¿Acaso ya es mi turno de aprender una lección? –Le pregunta Loki confundiendo el interés con que Thor lo observa y se abalanza por un beso. Thor lo prueba despacio, se besan lánguidamente, se da cuenta de que Loki le está siguiendo el ritmo y aquello le gusta, conforme la lengua de Loki busca la suya, y abre la boca dándole espacio a Thor de tomarlo, al dios del trueno se le nubla el pensamiento; pues si Loki está haciendo eso con su boca, no puede imaginarse lo que podría hacer con sus caderas.
Se sueltan y Thor respira despacio obligándose a recobrar el control.
–Mañana, prometo enseñarte mañana –Loki lo está embrollando con aquello pero él ya lo conoce y se percata de que lo está alejando del punto. –Dijiste que Skadi era una bruja de hielo.
Loki frunce el ceño.
–¿En serio prefieres gastar nuestra noche en una historia ridícula?
–Si.
–Por Siofua, debo estar perdiendo mi atractivo –Thor se ríe y lo besa en la frente.
–Nadie me provoca tanto como tú Loki y te aseguro que la lección pendiente hará que jamás vuelvas a cuestionarte lo mucho que me atraes –a Loki se le eriza la piel de pensarlo e intenta volver a provocar a Thor quien lo besa breve. –Sé que me adoras pero intenta concentrarte un poco.
Loki bufa.
–Skadi, bien, ella era algo así como Sif, una guerrera en un pueblo donde los mejores combatientes son todos hombres, aunque sus particulares dones le granjearon algo de respeto. Era más baja que…
–¿Tu hermano Hildetand?
–Thor, todos en el reino son más bajos que Hildetand. Iba a decir que Ull. Aunque las féminas jötun en general suelen ser más bajas.
–¿Iba medio desnuda? –Interrumpe Thor.
–Estamos hablando de mi madre adoptiva –la voz de Loki deja de ocultar su afecto por aquella mujer pero al siguiente momento vuelve a retomar el control y su voz fluye monocorde. –Se cubría con una piel de oso de los hombros a las caderas, usaba brazaletes de plata en las muñecas y por lo demás, sí Thor, iba medio desnuda, descalza, sin pantalones o mantos, como todos nosotros.
–Cuando llegaste a la corte y te conocí, llevabas una túnica y…–Thor no recuerda si Loki entró en la corte de Asgard descalzo.
–Estaba más vestido. Fue por diplomacia, no es que los aesir sean los más recatados pero no queríamos que se malinterpretaran las cosas y que tu padre, su corte y tú, pensaran que yo era un exhibicionista de baja moral o peor, que era tan barbárico y pobre que no podía o no sabía cómo vestirme. Pero en Jötunheim iba apenas con un quitón corto y… nada más. –Thor le frota los brazos como si le diera frío de pensarlo. –Skadi me cuidó durante toda mi infancia y me instruyó lo mejor que pudo hasta que empecé mi fallida instrucción militar. No sé qué más quieres saber.
Con lo elocuente que Loki puede ser, sobre todo cuando quiere ganar alguna discusión, va y resume algo tan íntimo en tan pocas frases. Sin embargo Thor no está dispuesto a caer por su afilada lengua.
–¿Ella fue tu único preceptor? –Thor ha tenido docenas de ellos. Maestros de esgrima, de equitación, de estrategia militar, de idiomas, de historia de Asgard, de política, de economía, inclusive de topografía y alguna vez Frigga lo obligó a tomar lecciones de jardinería pero eso fue por cierto destrozo en sus jardines privados.
–Si. Ella me enseñó a leer y escribir en nuestra escritura cuneiforme, me enseñó asgardiano pues para todo efecto es la lengua común y siempre me aconsejaba sobre cómo comportarme. Era muy seria y estricta aunque como ya sabes soy un alumno ejemplar, no tuvo problemas conmigo lo cual fue bueno para ambos pues podía perder fácilmente la paciencia. Cuando empezó a cuidarme era muy joven, no tenía esposo ni hijos así que encontrarse con la responsabilidad de un infante del cual todos se burlaban, no debió serle agradable –Loki se ríe al final, una triste sonrisa que Thor le ve pues no volvió a darle la espalda luego de que se besaron. Le acaricia el cabello como si fuera por casualidad para no alertar en Loki su sentido de la dignidad. –Me dijo: debido a tu deformidad te espera una vida dura, así que debes ser fuerte.
Thor niega. Le resulta injusto, igual que le pasó hace ya tiempo cuando Loki le habló acerca de su infancia junto a Hildetand, se siente impotente por no poder borrar aquello.
–En palacio me iba mal junto a los otros infantes: Hildetand, Vill y Ull; y Riodhr. Hijos del arquitecto real y de señores mineros. No paraban de meterse conmigo, así que Skadi se tomó la libertad de sacarme de Utgard y llevarme con ella a su ciudad natal, Hérdubreid. Se trataba de un poblado dedicado a la pesca y a la poca agricultura que llegamos a tener. Crecí en ese lugar.
–¿No creciste en Feigefossen? –Thor siempre lo pensó así. No se puede imaginar a sí mismo creciendo fuera de Valaskialf, alejado de sus amigos y de sus padres, pero es claro que para Loki las cosas fueron muy diferentes.
–No. Skadi quiso protegerme y me alejó.
–Pero, ¿nadie le impidió llevarte con ella?
–No. Mi padre no fue como el tuyo, no estaba al pendiente de mí. Pasé años sin verlo y créeme fue mejor.
–Lo siento, continúa.
–¿Con?
–No lo sé, ¿te gustaba vivir en Hérdubreid?
–Recuerdo que la gente me miraba extraño, me trataban como si mi tamaño fuera una discapacidad pero respetaban mucho a Skadi. Ella creaba barreras con su magia, barreras contra el viento frío y aunque no lo creas, su dominio del hielo y del agua contribuía a que en el poblado hubiera algo que tú difícilmente llamarías cultivo pero que para nosotros era casi selvático. No me enseñó a hacer eso pues lo pensó inútil para mi rango aunque si me enseñó su demás magia de hielo. Me acostumbré a esa vida y no ambicionaba mucho más pues ella siempre me dejó en claro lo indigno que era de ser hijo de Laufey. Pero claro, él no iba a dejarme en paz por siempre. Se acordó de mí eventualmente y nos convocó de vuelta a la corte. Cuando regresé estaba entrando en la adolescencia, todavía crecí varios palmos más pero Hildetand en cambio ya había alcanzado todo su potencial. Era absurdo vernos juntos y nombrarnos hermanos. Él llevaba años de instrucción como guerrero y ya se decía que era sumamente poderoso, por mi parte dominaba los hechizos de Skadi pero no tenía idea ni siquiera de como empuñar una espada. Nunca olvidaré el día en que volví a ver a mi padre, aunque como era muy pequeño cuando me fui de la corte casi no lo recordaba, así que para mí fue como verlo por primera vez. Skadi me preparó para ello, me rapó el cabello para hacerme menos dispar de Hildetand y en general de todos; y me ordenó, ella nunca me pedía nada, siempre me ordenaba, que no lo tratara con familiaridad, debía llamarlo su majestad pero no padre. Así que finalmente me presente en el salón del trono. Recuerdo que el heraldo anunció mi nombre como si yo fuera cualquiera pidiendo audiencia y no parte de la familia real; recuerdo los cuchicheos acerca de mi aspecto y sobre todo lo recuerdo a él sentado en el sitial. No le tuve miedo, tampoco diré que lo quería, pero si recuerdo que su presencia me fue tan imponente que sentí que estaba frente a un dios. Lo saludé como Skadi me indicó y le hice una reverencia. "Loki, a pesar de que al parecer lo has olvidado eres mi hijo", recuerdo que me dijo. "¿Cuentas con habilidades dignas de tu rango?"
Loki se ríe en el presente pensando que tembló al responder en su pasado.
–"Sí su majestad. Soy muy inteligente y poseo habilidades mágicas".
El rostro de Farbauti riéndose pasa por su mente.
–"Si eres o no inteligente está por verse, y si aquello se puede considerar algo de lo cual presumir está aún más en duda. Iniciarás instrucción militar a la par de tu hermano. Quiero que sepas que no se te tendrán consideraciones especiales debido a tu… condición. Sería injusto darte tal ventaja. Es todo".
Las memorias de Loki vuelan hacia la maldita instrucción militar. Recuerda su obvia debilidad y su incapacidad para estar a la par de los otros o mínimo para defenderse. Recuerda a Hildetand derribándolo una y otra vez hasta que Loki quedaba tan adolorido y agotado que no podía ponerse de pie por sí mismo. Y entonces su hermano siempre le ordenaba lo mismo: ponte de pie o te pondré en pie a golpes. Ambas opciones implicaban que la paliza continuaría hasta que alguno de sus maestros se compadecía y paraba aquello. Su magia de hielo de la que estuvo por tanto tiempo orgulloso no recibió ningún elogio. Loki esperaba que pudiera seguir aprendiendo a ser eyjafjajökull pero aquello estaba prohibido si no aprendía primero a ser vatnajökull, hasta Skadi tenía ese entrenamiento. Cada día se sintió débil e inútil; se sintió inferior.
–Loki –la voz de Thor lo saca de su ensimismamiento. Loki le aprieta una mano al rubio y vuelve al presente donde ya no es nada de eso como se repite para sus adentros.
–Skadi –balbucea Loki. –El entrenamiento era terrible pero ella no podía evitármelo, no podía hacer nada por mí, aunque una vez trató de confortarme a su manera. –Ella dijo que como Loki nunca sería un fuerte guerrero como Hildetand debería fortalecer aquello en lo que era hábil. –Me enseñó un hechizo para generar luz.
Thor nunca le ha visto tal hechizo a Loki y él levanta una mano que se ilumina un instante.
–Un hechicero es un avatar de la magia. La magia usa al hechicero y no al revés. Nuestro seidh es la fuerza que fluye en el universo nacida del mismísimo corazón de Yggdrasil, se encuentra en todos los seres pero sólo unos cuantos pueden darle diversas manifestaciones. Somos jötun y nuestro seidh es gélido–… Recita Loki de memoria.
Además de eso Skadi había dicho que ellos dos tenían un seidh más fuerte que los demás de su raza y que por eso su magia podía ser más que hielo. No se lo cuenta a Thor pero recuerda las palabras con las que Skadi acompañó la revelación de su magia de luz:
"Esto lo aprendí hace muchos años de una vanir", Loki creía secretamente que esa vanir fue Járnsaxa.
Tras decirle eso Skadi había apretado el puño derecho y cuando lo volvió a abrir Loki vio un destello en él, como una pequeña estrella. Magia de luz.
"¡Skadi! Es asombroso". Su pupilo por poco y la ovaciona. Muy a su pesar ella sonrió y luego lanzó aquella luz al suelo congelado evaporándolo en parte, ella movió una mano y el agua liberada de su fría prisión se levantó como un geiser y danzó en torno a ellos hasta que con otro movimiento Skadi la congeló convirtiéndola en escarcha. Loki estuvo más arrobado que nunca.
–Con aquella luz empecé a colarme por las noches en la biblioteca de Feigefossen –la primer sonrisa sincera desde que empezó a contarle todo aquello se dibuja en el rostro de Loki.
–¿Qué pasó con ella? Dijiste que dejó de ser tu guardiana cuando empezaste la instrucción militar.
–Eso fue impreciso de mi parte, estuvo conmigo unos meses luego de que la empecé y…– Loki suspira. –En verdad no quiero seguir hablando de esto Thor.
–Si te es doloroso podemos parar.
–No me duele nada, pero es absurdo –Loki no ha parado de decir cosas similares. –El último día que estuvimos juntos fue durante la festividad de Ymir, la cual ocurría en el solsticio de verano. En esa festividad el rey usaba el poder del cofre de los antiguos inviernos ante su pueblo. Yo nunca lo había visto. Y además se esperaba que ese año Hildetand sostuviera la reliquia del reino. Ya había fallado en eso al nacer pero ahora era el más alto y fuerte de todos así que finalmente tenía la oportunidad de resarcirse. El pueblo se había congregado, habían venido desde lugares lejanos llevando ofrendas para nuestro dios creador, en forma de pieles de animales, esculturas talladas con la magia de hielo y piedras preciosas de las minas. En aquellas fechas era factible ver inclusive embajadas de otros reinos. Recuerdo que había una delegación de enanos y unos que nunca me presentaron, porque a Laufey le daba vergüenza llamarme su hijo delante de extranjeros, pero ahora que he viajado a tu lado, estoy seguro de que eran alfh, los recuerdo pelirrojos como el príncipe tubérculo –dice Loki y le sonríe a Thor pero aquello es más una mueca y aunque la boca sonríe sus ojos no.
–Durante el día hubo un largo banquete. Skadi estaba conmigo, estábamos apartados de la mesa de honor. Yo estaba ansioso porque cayera la noche y poder observar la magia del cofre. Cuando todos empezaron a moverse a la explanada fuera del castillo casi corrí junto con Skadi para apartar lugar. Laufey apareció con el cofre en sus manos y Hildetand a su diestra. Sostuvo nuestra reliquia y conjuró su poder el cual se desató como un rayo de luz que surcó el cielo despejado. Sentí su poder envolverme. La luz del cofre oscureció el cielo con densas nubes y entonces empezó a nevar sin viento. Mi padre estaba muy concentrado y súbitamente alzó el cofre por encima de su cabeza y esta vez ante su poder el cielo se tiñó de colores que cual sublimes estelas ondularon iluminándonos. Se trataba de las luces de la aurora que se podían observar sólo en las noches de invierno pero también en el día de Ymir. Se decía que aquellas luces contienen las almas de los antepasados muertos con honor. –Loki estaba seguro de que Járnsaxa debía estar entre ellos. Ese día rezó por su alma pero su atención estaba depositada en su padre. Anheló con todo su corazón que el rey alguna vez le enseñara a usar la magia del cofre.
Loki se ve emocionado mientras intenta describirle a Thor aquello. Se separa un poco de él para mover las manos con inquietud, sus sentimientos fluyen desbocados.
–Laufey bajó el cofre y se lo tendió a Hildetand quien ahora que lo pienso se veía aterrado. Lo sujetó y aunque la reliquia brilló en sus manos no pudo mantener la aurora la cual poco a poco se disolvió en medio de un silencio denso. –Skadi había mirado a Hildetand y luego a Loki a su lado, y él estuvo seguro de que su madre adoptiva pensaba que él sí que podría manejar el cofre. Aquella mirada de orgullo le dio valor a Loki para cometer tremendo desatino. –Volvimos al banquete, Hildetand se perdió de vista. Yo acabé acercándome al rey y lo llamé "Padre" por primera vez. Que necio fui. Le dije que si me daba la oportunidad yo podía sostener la magia del cofre. "No eres más que mi hijo deforme. No me digas que tienes mayor fuerza que tu hermano. Desde que naciste tengo decidido tu destino y ese destino no incluye que llegues siquiera a ponerle un dedo encima a nuestra reliquia más sagrada".
Loki recuerda que cayó en la desesperación e intentó convencerlo logrando con ello enfurecerlo más al punto en que Laufey le había dado un empellón que lo derribó. Toda la corte y los embajadores los miraban y Skadi se acercó a defenderlo. Levantó a Loki sin muchos miramientos.
–Skadi me apartó de él y le pidió que me perdonara, le dijo que yo sólo era un niño y que aquellas palabras provenían de ella; que había errado en su juicio hacía mí y me había convencido de pedirle una oportunidad de esgrimir el cofre. Se echó la culpa de mi insensatez.
–No fuiste insensato –Thor lo interrumpe. –Eras… por Frigga, estabas buscando el aprecio de tu padre, en algo en que eras endemoniadamente superior a todos esos que se la pasaban llamándote deforme.
Loki ríe por la forma en que Thor se indigna haciendo propia la afrenta. Siempre le ha dicho a su esposo que no necesita que lo defienda pero esta vez lo dejará pasar pues está luchando con su pasado, una batalla de antemano perdida. No debió permitir que las cosas llegaran tan lejos, habló de más y el rencor anidado en su alma supura, y claro lo dirige contra Thor.
–¿En verdad? –Loki sabe cómo seguir la historia de manera que le cale al rubio. –Skadi me sacó de ahí y me llevó de inmediato a nuestra habitación. Déjame contarte lo que me dijo: "Eres un paria Loki, entiende que desde el punto de vista de tu padre ya hizo mucho dejándote vivir y reconociéndote como su hijo. No le exijas más porque te llevarás una decepción" ¿Y sabes qué? Ella tenía razón.
La mirada de Thor es indescifrable para Loki, se esperaba otro rapto de heroísmo por parte del rubio pero su silencio lo lastima.
–Un heraldo nos interrumpió, Laufey mandaba por ella. "Ya vuelvo" me dijo y yo, me sentía tan abrumado por lo sucedido que recuerdo haberle pedido "no tardes" –Loki se ríe derrotado. –Nunca volvió, nunca volví a verla. Me quedé dormido y cuando desperté me dijeron que se había ido.
–¿No intentó despedirse de ti? –Loki se encoge casi imperceptiblemente pero Thor que lo está mirando con cuidado lo nota, extiende una mano hacía el cabello de Loki para acariciarlo pero su consorte se aparta huraño. –¿No la buscaste después?
–¿No has entendido como era ella? – hay amargura en su tono de voz –no nos dijimos adiós, y buscarla hubiera sido contradecir lo que me enseñó.
El dios del trueno no es dado a las reflexiones profundas pero en ese momento se percata de que está tan habituado a tener a Loki en su vida que se olvida por completo de que el hechicero no nació el día en que se conocieron. Thor se da cuenta por primera vez de que esa forma de ser de Loki, esquivo, irónico y mordaz fue algo que enraizó en él a fuerza de ser abandonado, de ser menospreciado y de tener que defenderse de las mismas personas que debieron amarlo.
–Loki, lamento que hayas tenido que pasar por todo eso.
–No me importa –Loki le sonríe y se ve perturbado y peligroso. –Al final no la necesitaba, no necesito a nadie. Te dije que era una historia estúpida. –Thor extiende los brazos para alcanzarlo. –No necesito que me consueles. –Loki se ve obcecado pero su semblante poco a poco recupera tranquilidad aunque su cuerpo se nota tenso. No va ceder a sus sentimientos; no puede hacerlo ni siquiera delante de Thor, no, sobre todo delante de Thor, pues es su opinión la que más le importa en los nueve mundos y no quiere darle tal demostración de debilidad.
–No hagas esto –le susurra Thor y lo alcanza de una muñeca. –Conmigo no tienes que pretender que no sientes nada.
–¿Por qué insistes? ¿Por qué quieres verme sufrir?
–No me malinterpretes. –Thor lo envuelve en sus brazos y Loki se deja.
–Pareciera que quieres que me derrumbe entre lágrimas y que me deje abrazar por ti para que me consueles. ¿Eso pretendes? ¿Ser el héroe salvando a la damisela en desgracia?
Thor no le dice nada, lo sujeta con cuidado y le acaricia el cabello; hasta que siente que Loki se relaja poco a poco. No va a presionarlo a hablar más o a mostrarse más vulnerable de lo que ya lo ha hecho. Thor no pretende quebrarlo, tan sólo quiere que le comparta eso que le duele tanto. Loki se queda dormido entre sus brazos, mientras que el dios del trueno sigue despierto cavilando.
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Ásta ve llegar a Thor, ella acaba de cambiar a Hërin. Thor se lo pide y ella lo envuelve en una mantita y se lo pasa. Va a seguirlo pero Thor le da la mañana libre. Después de tomar a su hijo, Thor busca a Loki en su biblioteca donde ha ido a encerrarse luego de todo lo que hablaron en la noche. Lo toma de una mano y le pide que lo acompañe. Loki lo sigue un poco desconcertado al principio y después cuando se da cuenta de a donde lo lleva Thor intenta escapársele pero el rubio le aprieta más la mano, sin hacerle daño, y no le permite evitar la confrontación con su pasado.
Porque Thor lleva a su esposo y a su hijo a la bóveda de los tesoros, aquella asentada en el centro de Valaskialf. Las puertas se abren para Thor quien además les pide a los einheriar que los dejen solos. Loki no se resiste pero está terriblemente silencioso mientras se plantan ante el cofre de los antiguos inviernos. Sin decirse nada Thor le pasa al pequeño y luego rodea a Loki por los hombros. El ojiverde ayuda a su hijo a poner su mano sobre la reliquia de su mundo. Thor ve la piel de su hijo cambiar ante el tacto del cofre, tornarse azulada y surcarse de tatuajes, no sabe interpretarlos pero está seguro de que sus nombres y los de Odín y Bor están plasmados en esos signos, junto a los de Laufey y Helblindi de Jötunheim.
–Por Ymir –susurra Loki con la voz quebrada. El cofre brilla para Hërin y súbitamente un viento surgido de la nada los abrasa y cubre de escarcha toda la habitación. Loki aparta a Hërin y la escarcha se quiebra tornándose en finísima nieve. Loki abraza a su hijo y Thor los abraza a ellos dos. Loki se está riendo, su risa de cuando está de verdad feliz, contento de corazón. Aunque Thor sabe que esa risa también contiene una revancha.
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Thor entrena diariamente. No sólo porque sea su obligación hacerlo, sino también porque lo disfruta. Ese día, después de dejar a Hërin en manos de Frigga, y a Loki lapidado bajo varios libros; se va a la arena. Fandral y Volstagg están en Nornheim vigilando ese reino conquistado, mientras que Hogun y Sif están en Alfheim haciendo otro tanto. Sin embargo no le faltan contendientes para luchar. Se encuentra con Sköll, el capitán de la guardia de la reina madre; el general de los hired Bran y con algunos de los ulfhednar que estuvieron bajo sus órdenes. Todos se ofrecen a practicar con él y Thor escoge a Sköll. Al hombre le falta el brazo derecho, lo perdió durante la guerra en Alfheim enfrentando dragones, hubiera muerto si Loki no hubiera usado su magia para salvarlo. Cuando Thor era niño, Sköll le enseñó esgrima. Claro, su primer maestro fue su propio padre pero las responsabilidades del trono no le dejaban demasiado tiempo libre a Odín y Sköll tomó el relevo. Thor no ha probado las habilidades de su mentor ahora que es zurdo pero es un buen momento para ello.
Sköll le hace una reverencia y Thor sonríe conforme ambos toman sus espadas, son de hoja roma, y se lanzan al ataque. Sköll lo finta por un costado y cuando Thor quiere reaccionar lo tiene a su espalda, es rápido con las piernas como Fandral, intuye el golpe antes de que lo alcance y logra desviar el cuerpo y evitarlo. Sköll cambia su postura de ataque hacia una de defensa en cuestión de un parpadeo y bloquea el tajo que Thor le lanza aprovechando que lo tiene cerca, el maestro retrocede con pasos veloces y ágiles poniéndose fuera del alcance de otra estocada por parte de Thor; y, aprovechando el espacio para tomar impulso se lanza al frente con lances veloces. Thor está retrocediendo por instinto pero cuando se da cuenta planta firmemente los pies y usa su considerable fuerza física para parar el embate de Sköll. Resiste y bloquea cada golpe y cuando ve un espacio para atacar lo hace. La punta de la espada de Thor toca a Sköll en el pecho, de ser un combate real lo hubiera atravesado cual brocheta; pero Thor tiene la espada de su rival en el cuello; en la realidad se hubiera quedado sin cabeza.
–Me parece que debe practicar más, su majestad –le susurra el manco y se aparta. Thor le agradece la práctica. En una pelea de verdad hubiera usado el Mjölnir desde un principio, pero no quiere pensarse oxidado en el uso de la espada. Ojalá todas las batallas fueran así. Ahora Thor sabe que hay cosas que no se pueden vencer a golpes.
Pierde a Loki de vista durante el día, no es que se la pasen pegados uno al otro pero tienden a encontrarse o a buscarse, Thor no lo ve durante la comida, ni cuando se pasa por el cuarto de Hërin, tampoco está en la biblioteca cuando se asoma. No lo manda a buscar con los siervos y lo deja estar.
Esa noche cuando llega a la habitación que comparten lo encuentra ahí, como si nunca se hubiera movido de ese sitio. Loki está echado boca abajo en la cama con un libro apoyado sobre las sábanas; nada más usual en él salvo por el hecho de que está desnudo mientras lee. Los ojos de Thor se abren desmesuradamente al notar las curvas del trasero de Loki, las piernas largas, la espalda inmaculada y el cabello negro cayéndole sobre los hombros. Thor está seguro de que Loki ya se ha percatado de que está ahí y que además lo está devorando con los ojos, pero el ojiverde se porta como si no fuera así. Casi como una presa indefensa bajo el escrutinio de un depredador. Thor tuvo una amante que hacía algo similar, le gustaba pasearse desnuda por la habitación después de hacerlo, no se vestía hasta que no era estrictamente necesario; a Thor le gustaba esa confianza que se tenían pero acabó por habituarse a su desnudez. En cambio con Loki…
Thor sonríe y se acerca quitándose la ropa de antemano. Podría simplemente hincarse sobre ese cuerpo tan blanco, sujetarlo de las caderas y hundirse en su interior a gusto hasta explotar; pero hay algo de desafío en la actitud de Loki que lo provoca a hacerle más que eso.
Lo alcanza desde los tobillos y hace camino a mordiscos suaves, uno sobre el trasero algo más fuerte, hasta llegar a la espalda de Loki. El ojiverde finalmente se gira a mirarlo sobre su hombro y Thor lo besa.
–Ah, eres tú –le dice como si fuera un accidente que Thor esté ahí. –Pensé que te habías olvidado del trato que hicimos: una historia de Jötunheim a cambio de… –Loki sonríe y se muerde los labios. Hay cierto brillo en su mirada que le gusta a Thor y que lo insta a besar a Loki casi con devoción. Se pone duro sintiendo la piel de Loki debajo suyo. El rubio rompe el beso. Mira a Loki y lee su deseo cincelado en sus ojos verdes; Loki gime suavemente conforme las manos de Thor lo acarician despacio, bajando por su espalda. Thor desliza un dedo entre las nalgas de Loki y lo folla despacio. Loki cierra los ojos y se deja consentir. El rubio desliza la otra mano debajo del cuerpo de Loki, le toca los pezones y luego le busca la polla, se la acaricia lento sintiéndola endurecerse, están muy pegados uno al otro y hay poco espacio pero Thor se las arregla para sobar a Loki en la punta. El ojiverde contiene el aire cuando Thor le mete otro dedo. El rubio hace presión y empieza a tocarlo más fuerte. Loki jadea y su cuerpo se tensa conforme su excitación crece.
–Thor…– gime obnubilado y deseoso de algo más grande, algo como la hombría de Thor, dentro de él.
El rubio necesita más también, libera a Loki y lo gira sobre las sábanas.
–Separa las piernas –le pide y Loki obedece abriéndolas amplio y dejándose ver en todo su esplendor. Loki alcanza a Thor de los hombros y lo hala hacia sí pero Thor no lo penetra. –Aguarda –le dice Thor aunque se nota que quiere, en su mirada y en su miembro endurecido.
En cambio Thor le mete dos dedos de nuevo y traza círculos dentro de Loki encontrándole el punto preciso que hace que sus piernas tiemblen y que eleve las caderas buscando más. Thor nota la forma en que Loki contiene sus gemidos. El rubio suspira mientras sus dedos entran y salen dentro de la abertura de Loki, y entonces, desliza un tercer dedo. Loki grita y la otra mano de Thor ciñe el miembro de su amado y comienza a masturbarlo al tiempo que lo folla con los dedos.
–Thor, por favor –le suplica Loki y se endereza para mirarlo.
Thor está hincado entre sus piernas ignorando sus ruegos de que lo penetre antes de que pierda hasta la capacidad de hablar. Loki mira a Thor sudando y concentrado en no ceder a sus impulsos, dedicado por completo a darle placer. Thor lo toca más fuerte y lo incita más rápido, Loki echa atrás la cabeza y vuelve a gritar. Siente cuando Thor saca los dedos y en cuanto se ve libre se le lanza encima antes de darle la oportunidad de que continúe torturándolo. Agarra la polla de Thor y la guía a su interior, se monta sobre él desesperado por tenerlo. Thor se le desliza dentro y Loki gime de puro gusto, clava los dedos en los hombros de Thor quien lo tumba de espaldas y lo agarra de los muslos. Él tampoco puede más. Empieza a follar a Loki, persiguiendo el orgasmo viciosamente. Loki abre los ojos y mira a Thor mientras se lo hace, lo siente temblar de placer y embestir pero también hay algo más. Siente que Thor no sucumbe del todo, que lo tiene a él, a Loki, al borde de la locura pero no se permite ir a su par.
El cuerpo de Loki envuelve a Thor dejándolo adentrarse y salirse sin desgarrarlo, acoplados de una forma bestial que manda a ambos a placentero limbo. Thor ve y siente como Loki desliza sus manos hasta su propio miembro y como empieza a tocarse al ritmo que Thor lo embiste. Mira la forma en que Loki empieza a gemir más alto y la manera en que su abdomen se tensa. Está al borde. Le murmura lo mucho que le gusta mirarlo así, le abre más las piernas y se le hunde más duro.
–Thor –Loki grita y se viene manchando su abdomen. Thor cede por fin y estalla gimiendo ronco y colmando a Loki con su semilla, para caer a su lado un segundo después.
–¿Ya estás convencido? –Le pregunta Thor entrecortado mientras trata de recobrar el aliento.
Loki tiene un brazo sobre el rostro y su cabeza parece que empieza a funcionar al cabo de un minuto.
–¿Convencido de qué?
–De lo mucho que me atraes –dice Thor aludiendo a su conversación del día previo. Loki se relame los labios como saboreando el encuentro. Su respiración empieza a normalizarse y se gira hacia Thor apoyando el rostro en una mano.
–No, no lo estoy –le dice cínicamente. Thor se ríe por no ofenderse y le acaricia el cabello, lo mira con absoluta adoración. –Siento que te estás refrenando –le dice Loki suspicaz. –Tú quieres que yo confíe ciegamente en ti pero no haces lo mismo. –Thor lo mira serio.
–Quiero que disfrutes.
–Y lo hago, que no te quepa duda, pero quiero todo de ti Thor, tu gentileza y tu afecto pero también esta otra parte tuya –Thor siente que la sangre se le acelera conforme Loki lo mira mientras habla. –Vamos, enséñame. –Thor sabe, e inclusive han bromeado a propósito de ello, que la experiencia de Loki en cuanto al sexo ha sido con Thor y sólo con él. –Tómame cómo quieres.
Thor siente un ramalazo de deseo sacudirlo. Aprieta los ojos y al abrirlos, agarra a Loki con brazo de hierro y lo hala hacía él. El ojiverde lo sigue con el corazón acelerado y la piel afiebrada.
Empuja a Loki contra las almohadas de la cama; Loki lo mira a la expectativa y pasa saliva en grueso cuando Thor se hinca con las piernas a horcajadas a ambos lados del rostro de Loki y su miembro frente a él. Lo ve mientras se toca para endurecerse. No puede moverse aprisionado bajo el cuerpo de Thor que prácticamente está montado sobre él.
–Lámelo –no se lo pide, se lo ordena. Loki le succiona la punta con devoción. Thor gruñe de placer y mueve las caderas acomodándose y guiándolo para que Loki se lo haga tal como quiere. El ojiverde le lame de la base a la punta, succiona y muerde suave hasta que Thor la tiene completamente dura y húmeda por su saliva. –Loki, abre la boca –ahora si se lo pide. Loki obedece y Thor se le hunde hasta que lo siente tocarle el fondo de la garganta. Thor lo folla y Loki siente que se atraganta pero resiste. No puede ver la expresión de Thor pero lo escucha gemir y decirle cosas que no le ha dicho antes. Thor le entierra los dedos en el cabello y lo sostiene contra las almohadas, ondula las caderas y se lo da como quiere. –Tenía tantas ganas de esto, oh Loki –gime Thor. Loki le siente la polla palpitante entre su boca, el sabor de Thor que lo inunda por completo. Se siente sometido, un instrumento de placer y nada más.
El rubio se interrumpe antes de venirse. Libera a Loki y se pierde entre sus piernas, empieza a besarlo, a prepararlo para alojarse una vez más. Loki siente que Thor lo penetra con la lengua y aprieta los dedos de los pies involuntariamente, gime y se pone duro.
–Thor por favor, no me tortures esperando demasiado –le dice pero es Thor y sólo Thor quien tiene el control. Le lame entre las piernas pero también los testículos y finalmente la polla. Loki clava las manos en las sábanas pero luego se relaja y disfruta de estar a la merced de Thor.
El rubio sigue hasta que Loki empieza a respirar agitado y a empujar sus caderas hacia la boca de Thor buscando más. Thor pasa su brazo bajo la pierna de Loki enganchándola, se yergue a medias sobre la cama. El cuerpo de Loki queda de costado, sus piernas separadas a todo lo que dan. Loki grita cuando Thor se lo mete en esa posición, deja salir un gemido profundo y gutural conforme lo penetra. El rubio lo sostiene usando su considerable fuerza y empieza a embestir. Loki siente que Thor pretende partirlo en dos, se lo está haciendo tan fuerte que lo deja sin aire cada vez que se lo hunde hasta el fondo. No puede moverse, ni tocarlo, ni resistirse de ninguna manera, no puede hacer nada más que disfrutar de las embestidas inmisericordes que Thor le da. Gime y deja que su cuerpo se desmadeje, permite que sea Thor quien lo sostenga, que sea Thor quien lo traspase profundo; sin hacer nada más que sentirlo.
–Thor –Loki nunca se ha puesto en manos de nadie de esta manera, en ningún aspecto de su vida. Nunca ha podido confiar ciegamente más que con él y por eso es que es capaz de entregarse de esa manera. Se siente excitado de manera indescriptible, torturado deliciosamente, no puede pensar y apenas puede respirar. –Thor –empieza a desesperar por alcanzar el orgasmo, es demasiado, necesita correrse. Atina a observar el rostro de Thor y su expresión de deleite. Loki alcanza a ver la lujuria en la mirada de Thor, que embiste todavía más fuerte sacándole un grito a Loki. El ojiverde se siente que está sujeto con grilletes de acero por la forma en que los brazos de Thor lo sostienen.
–Loki, voy a…– Thor se lo dice y se corre de nuevo colmándolo otra vez. Loki sucumbe un instante después.
–Thor… –ojalá tuviera fuerzas para seguir follando. Loki se le echa encima y lo besa probando su propio sabor. Respiran el aire uno del otro, fundidos en perfecto caos.
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Thor acaba tendido en el regazo de Loki, quien se pone a acariciarle el cabello. Es en momentos como ese que sin que tenga que decirlo en voz alta, Thor está seguro de que Loki lo quiere.
–Yo también te quiero –le dice para que el hechicero se sepa correspondido. Loki ríe, una risa serena.
–No dije nada.
–Te escuché pensándolo –le dice Thor, le besa una mano y Loki no lo niega. Thor se siente tan en confianza con Loki, tan en perfecta armonía que por eso le pide: –cuéntame otra historia sobre ti, sobre tus días en Jötunheim.
–¿Por qué debería? Mejor cuéntame alguna sobre ti, estoy seguro de que has vivido varias aventuras dignas de ser narradas –lo adula Loki. Thor sonríe. Él no se hace del rogar.
–Una vez Sif y yo dejamos de lado el entrenamiento y nos escapamos a un festival en Harokim. Se trataba de una celebración por el tiempo de la cosecha. Había comida como para regresar más corpulentos que Volstagg, y vino en abundancia. Ella quería ir porque había un torneo de esgrima pero ese año tenía la peculiaridad de ser sólo entre doncellas, un reto que parecía hecho a su medida. Yo quería ir porque anhelaba, obviamente, ver a todas esas doncellas guerreras y también por la comida de reputación tan sonada que ha ido más allá de Asgard.
–¿Te refieres al festival de Høstblót? ¿Ese en el que se permite la entrada de todo tipo de extranjeros?
–Ese mismo. Mientras no seas un criminal eres aceptado, así seas un troll –sonríe Thor viendo que tiene razón sobre su fama.
–¿Y tuvieron que escaparse? ¿Por qué no simplemente pedir permiso?
–Cerca de la fecha del festival, Oleg, tú recuerdas a Oleg– el que quiso matar a Loki y acabó en prisión –dijo que Sif no debía ser un ulfhednar, dijo que en todo caso podía aspirar a ser einheriar y quedarse en palacio. Ella y yo nos molestamos tanto que empezamos a discutir con él, se le sumaron otros de opinión similar y hubo una reyerta en la arena de entrenamiento. Todos fuimos sancionados. Cuando pedimos el permiso nos lo negaron de inmediato. Sif ni siquiera pudo convencer a Starkag, y eso que su padre suele consentir a sus deseos. Cómo te iba diciendo, Volstagg, Fandral, Hogun, Oleg y no me acuerdo quien más, nos escapamos…
–¿Te llevaste a los tres guerreros y al primo de Sif? Por Odín, ¿alguna vez eres discreto en algo de lo que haces?
–No los invité por desfachatez sino por sentido de justicia.
–Como en: ¿sería injusto que se perdieran el festival?
–Exactamente. –Loki niega en actitud reprobatoria pero Thor no se inmuta y sigue el relato, –Sif venció en el torneo, nosotros nos emborrachamos por una semana y al final nos arrestaron a todos. Expulsaron a Sif del ejército, fueron más estrictos con ella que con los demás. –La voz de Thor adquiere un matiz serio. –Tuve que hablar con mi padre y rogarle que disminuyera la gravedad del castigo, en gran medida fue mi culpa y no era correcto que ella se llevara la peor parte. Resulta que Starkag le había pedido a mi padre proceder de tal forma, porque quería comprobar que tan fuerte era su deseo de convertirse en guerrera.
–Y al final todo terminó bien.
–Creo que no soy un cuenta cuentos como tú.
–Está bien, cada quien tiene sus talentos –dice Loki y Thor se ríe con ganas. –Me asombra tu modestia –censura Loki pero su voz no es severa. –En Jötunheim mi padre mínimo los hubiera hecho azotar por una cosa así –bromea Loki pero algo en su tono no le gusta a Thor. Jamás le ha visto a Loki ninguna cicatriz en la piel, pero su talento previo de curar le permitiría borrar cualquier marca que le hubiera quedado.
–¿Lo hizo? –No puede evitar preguntar el dios del trueno. –¿Te hizo azotar alguna vez?
–No seas tan dramático Thor. Por supuesto que no –el rubio se incorpora para mirarlo a los ojos. –No estoy mintiendo. Yo nunca recibí azotes pero Hildetand sí, una vez y fue por mi culpa.
–¿Qué te hizo?– Loki se ríe y hay burla en esta risa.
–Por Fimbulvert, creo que he logrado que pienses lo peor de mi padre y de mi hermano. Hildetand no me hizo nada tampoco, pero no me impidió hacer algo. –Loki guarda silencio un momento pero sus palabras son tan intrigantes que Thor no deja de mirarlo y él entiende que espera por aquella historia. Loki suspira. –¿Por dónde empiezo? Un poco de contexto supongo. Ayer te dije que recibía instrucción militar junto a Hildetand, Vill y Ull y Riodhr. A los tres primeros los conociste, Riodhr era hijo de un señor minero muy amigo de Laufey. Aunque estos tres aspiraban a seguir los pasos de sus padres, todos los jötun reciben entrenamiento vatnajökull sin excepción. Riodhr era bastante alto y fuerte; durante las prácticas si Hildetand no me hacía pedazos él tomaba el relevo y se ocupaba. Ninguno de ellos me llamaba "alteza" o algo parecido debido a mi rango oficial, pero él en particular me trataba con desprecio. Se burlaba de mí y yo le hacía bromas para desquitarme. Derretía sus armas de hielo ablandándolas justo antes de que luchara con los demás; alteraba el alcohol que bebía, le enviaba mensajes "oficiales" convocándolo ante mi padre cuando en realidad el rey estaba en audiencia con su concejo y así. Él odiaba mi debilidad y yo su altanería pero no tenía más remedio que tolerarlo. Las cosas cambiaron cuando Hildetand me rompió las piernas.
–¿Qué cosa? –Thor se crispa súbitamente enfurecido.
–No inicies otra guerra con Jötunheim –le dice Loki serenamente y obliga a su amado a acomodarse de vuelta en su regazo y sigue acariciándole el cabello. –Ese incidente hasta podría considerarse como afortunado pues en medio de mi dolor y de la desesperación ante la perspectiva de quedar lisiado mi magia curativa se activó. Cuando Laufey lo supo suspendió la instrucción con lo que mejoró mucho mi vida. Ahora sé que hizo eso porque sin duda aquello le confirmó que le podía ser útil, ya sabes para qué. –Thor asiente, él no maldice aquel plan de Laufey, de usar a Loki para obtener un heredero digno de su trono, pues fue gracias a esa maquinación del rey jötun que ellos terminaron juntos. –Entonces me quedé sin nada que hacer aunque de vez en cuando acudía a ver los entrenamientos para ver si aprendía algo. Skadi ya se había ido para esos momentos y no tenía un mentor. La sensación de estar ahí sin un propósito simplemente vegetando me resultó sumamente amarga.
–¿Por qué no estudiabas por tu cuenta? –Pregunta Thor, que ya sabe que Loki posee una gran inteligencia y además una mente curiosa.
–La biblioteca de Feigefossen poseía tres mil cuatrocientos veinte siete ejemplares, y ya los había leído todos. No tenía preceptores y nadie quería demostrar simpatía para conmigo que pudiera irritar a Farbauti o a Hildetand. Entonces aparecieron los elfos oscuros.
–¿Elfos oscuros? ¿Laufey les permitió entrar en su reino? –Aquello no cuadra con la concepción que Thor tiene del fallecido rey Jötun, de que era sumamente feroz e intolerante.
–Estos no eran elfos oscuros dedicados al pillaje y a la piratería, de lo contrario se hubieran echado encima la furia de Laufey, por el contrario fueron invitados a la corte por el mismísimo rey. No sé si hayas oído hablar de él, porque sé que tienen prohibido entrar en Asgard excepto durante Høstblót.
–Por eso conoces del festival –deduce Thor. –Heimdall me dijo que alguna vez han acudido elfos oscuros a Høstblót, tuvo que vigilarlos constantemente y salvo uno que se robó las joyas de una dama algo bebida, no hubo incidentes con ellos.
–En efecto, uno de ellos me contó sobre el festival.
–Perdona, te interrumpí, me ibas a hablar de aquel que fue invitado por tu padre, ¿fue el mismo que te contó de Høstblót?– Loki niega.
–Estás embrollando todo. Hrimthurs, el elfo oscuro, ese fue nuestro invitado. Claro que con él llegó toda una flota de su gente.
–Hrimthurs –a Thor le suena de algo. –Hjörtur y Hrafn mencionaron ese nombre una vez –los gemelos soberanos de Vanaheim.
–No eres tan distraído como a veces te pienso –reconoce Loki, Thor niega, pues Loki le resulta más mordaz cuando le da cumplidos que cuando se burla de él. –Hrimthurs es un célebre arquitecto.
–Claro –Thor ahora recuerda más cosas sobre él. –Es el que diseñó el palacio de veraneo de Vanaheim. Estuve una vez nada más y me contaron esos detalles.
–Igual participó en la construcción de Rondeslottet –el castillo de Nornheim que Odín había destruido por completo en la última guerra –y también era de su diseño gran parte de Ijósálfar en Alfheim –una fortaleza donde Loki y Thor lucharon hombro con hombro por primera vez.
–Claro, si, he oído de él –concluye Thor y Loki se está riendo de su satisfacción. –Perdona, de nuevo te interrumpí.
–No recuerdo bien por donde iba.
–Cuéntame lo que quieras. ¿Te cayó en gracia Hrimthurs? –Loki se carcajea doblándose y sacando a Thor de la cómoda posición en la que estaba.
–Oh Thor, te recuerdo que yo no era más que el hijo deforme de Laufey; y Hrimthurs el invitado de honor, así que ni siquiera me lo presentaron. Cuando llegó al castillo lo vi desde lejos, subido en un escabel que me hice con hielo para poder vislumbrarlo. Recuerdo que me gustó su aspecto. Llevaba el cabello castaño y lacio sujeto en una trenza, las orejas eran puntiagudas tal como cabría esperar, tenía la piel tostada seguramente debido a las largas horas bajo la intemperie que su oficio requería; y sus ojos eran bicolores, el iris azul pero la esclerótica negra, azul sobre fondo negro. –Thor sabe cómo son los elfos oscuros. –El gran arquitecto le hizo reverencia a Laufey y le dijo que le construiría una obra de tal magnificencia que sería digna de nuestra raza, pero seguro le decía lo mismo a todos los que lo contrataban. Me impresionó mucho la forma en la que hablaba y la forma en que se conducía, porque aunque no era de la realeza no actuaba como un ser inferior, y aunque se dirigió a mi padre con perfectos modales no había lisonja en su voz. Hrimthurs trataba a todos como sus iguales.
Y Loki había querido ser así. Encontró a Hrimthurs digno de su admiración por su talento y su porte pero también por el hecho de que era libre de ir a donde quisiera y ser respetado aun siendo extranjero.
–El arquitecto iba acompañado de un gran séquito, aunque en Feigefossen sólo entró su esposa, su hijo y sus maestros constructores. Laufey lo había llamado para construirle el muro exterior del castillo. –Thor recuerda tal muro. Casi lo matan frente a él durante el último conflicto, vio morir a muchos soldados leales contra aquellas paredes blancas. Cuando la guerra concluyó Odín había dejado Feigefossen derruido y lo que se conservó en mejor estado fue precisamente ese muro. –Los elfos llegaron en temporada cálida, la cual sólo nos duraba unos cuatro meses y su principal característica era que no nevaba. El contrato de Hrimthurs, del cual me enteré después, estipulaba que trabajaría todo ese verano y si no concluía la obra se retiraría y volvería el siguiente año y así hasta culminar el proyecto. Pero Hrimthurs era porfiado y le dijo a mi padre que no necesitaba tales clausulas encadenantes pues cuatro meses eran perfectamente suficientes para él. Mi padre no le creyó, nadie en su sano juicio lo haría pues las dimensiones del muro eran excesivas. Y apostaron. Laufey le iba a pagar con nuestro recurso más preciado: gelgja, y ofreció duplicarle la paga si Hrimthurs lograba aquello pero si no… bueno, el arquitecto no podía condonar el precio de sus servicios pero accedió a llevarse sólo el gelgja que lograse excavar por sí mismo de una mina designada.
Thor sigue el relato esperando el momento en que Loki dirá: y así me hice amigo de Hrimthurs. Pero su consorte no lo dice aunque es obvio que se hizo cercano a los elfos, como para conocer todos los detalles sobre su contrato de trabajo. Es seguro que no fue Laufey quien le contó todo eso.
–Antes de seguir, ¿qué sabes de los elfos oscuros? –Pregunta Loki tomando desprevenido a Thor que de repente se siente en pleno examen sobre historia de otras razas.
–Espera algo sé de ellos. Hace eones los elfos oscuros vivían en Svartálfheim, el cual era su reino, gobernaban sobre los elfos de luz y los enanos, eran mucho más poderosos que estos dos pueblos debido al aether. Sin embargo aquello tornó en tiranía cuando el último de sus reyes, Malekith, no se conformó con que las otras dos razas le rindieran vasallaje y los esclavizó. Uno de los elfos de luz se rebeló en su contra, fue Eyrikur, el bisabuelo de Eyvindur. Pidió al padre de todo, Bor, que interviniera en su favor. Entre elfos de luz, enanos y aesir, derrotaron a Malekith y le arrebataron el aether. Nadie sabe dónde quedó aquella reliquia ni tampoco se sabe del destino de Malekith; pero su pueblo fue desterrado de Svartálfheim y condenado a vagar entre mundos.
–Pues sí, a grandes rasgos eso pasó. A lo largo de la historia decantaron por la piratería, el mercenarismo, el contrabando y otras profesiones poco más que deshonrosas. Su gran mérito es saber navegar el cosmos como nadie. Hrimthurs es la gran excepción. Su flota, unos dos mil, viajan en drakares surcando el espacio. No ve su destierro como un castigo sino que lo ha hecho un modo de vida. Los drakares de su flota eran asombrosos, embarcaciones de trescientos pies de eslora, recubiertas de algún misterioso material que reflejaba su entorno y que hacía difícil distinguirlas. Hrimthurs los diseñó. –Thor rueda los ojos, resulta que Loki está enamorado del arquitecto. Su consorte retoma su historia. –Los elfos se pusieron a trabajar en el muro y avanzaban sumamente rápido. En un principio no tuve mucho interés en su trabajo hasta el día, al cabo de apenas seis semanas, que salí del castillo y me encontré con los cimientos puestos donde antes no había más que hielo y nieve. Vill y Ull estaban también ahí, me contaron que les gustaba observar los avances del monumental trabajo. Los elfos tenían una serie de andamios altísimos dispuestos, trabajaban enfundados en gruesas parkas que no permitía verles ni los ojos, pero eso no les dificultaba avanzar porque aunque no podían moverse mucho de todos modos no trabajaban con las manos. Recuerdo que vi a varios de ellos levantar vigas que eran cinco veces su tamaño pero las movían con su seidh. Había uno…– Loki no es particularmente emotivo con su propia historia y ciertamente su voz no cambia de inflexión cuando llega a ese punto pero hace una breve pausa y mira a Thor como evaluando sus respuestas –lo vi de pie en la parte oeste del castillo, la que da hacia el mar congelado Öskjuvath. Tenía alrededor suyo varios bloques y vigas, lo vi quedarse muy quieto y luego todo a su alrededor comenzó a danzar y a adquirir forma velozmente. No sabía quién era pero pensé que me gustaría que me enseñara su magia.
–¿No era Hrimthurs?
–No. Él no trepaba a los andamios. Se quedaba en tierra, por decirlo de un modo, y desde ahí dirigía a su gente. Ull me dijo que ese que vi armar el muro como quien arma un mecanismo de relojería era Svadilfari, su hijo.
–¿Y te enseñó?
–No. –Loki se ríe. –Lo intercepté para explicarle que necesitaba un maestro pero me dijo que no tenía tiempo para jugar conmigo y que aun si lo tuviera no me enseñaría nada pues tienen prohibido compartir los secretos de su pueblo.
–Un sujeto encantador –Loki asiente.
–¿Sabes qué me dijo primero cuándo me le acerqué? –Habla Loki.
–Déjame adivinar, "no pareces un gigante de hielo"– siempre todos le dicen eso.
–Casi. En realidad si parecía un gigante de hielo, ¿recuerdas? En esa época yo lucía siempre mi piel azul y los tatuajes, e iba, cómo dices tú, medio desnudo y descalzo. Lo que cautivó la atención de Svadilfari de mi aspecto fue mi tamaño, mi delgadez y mi cabello largo, después de que Skadi se fue no me lo volví a rapar nunca más y lo llevaba trenzado hasta media espalda –a Thor se le forma una imagen mental de una versión de Loki cargada de exotismo. Le hubiera gustado verlo. –Me dijo: ¿eres una giganta?
Loki se ríe; Thor bufa y niega. Él cometió el mismo error, es que Loki desentona demasiado con los suyos.
–Me presenté y lo acusé de ofenderme, luego traté de comprar sus conocimientos, como fuera nada de lo que dije lo hizo cambiar de opinión. –Mientras habla Loki se sienta en la cama y le pasa un par de almohadas a Thor para que se apoye contra la cabecera. El rubio se deja que Loki lo acomode y cuando ha terminado el hechicero se recuesta sobre las piernas de Thor. –Me despachó con negativas cargadas de retórica. Me resultó más odioso que tu querido Eyvindur –Thor se ríe, ya sabe que esos dos no se llevan bien. –Aunque al final terminamos siendo amigos –dice Loki guiando una mano de Thor hacia su cabello, indicándole con ese gesto que quiere que lo acaricie. Thor se queda quieto un momento y luego enreda sus dedos despacio en el cabello de Loki. – Dos días después de abordarlo Svadilfari se cayó del andamio y aunque sus dones eran asombrosos no incluían la capacidad de volar. ¿Sabes? Los elfos acusaron a los jötun de haber provocado el accidente para demorar la construcción pues Svadilfari era el mejor empleando su seidh.
–¿Y era cierto? ¿Laufey ordenó aquello? –Thor lo creía muy capaz.
–No lo sé. Si lo hizo no me lo iba a contar precisamente a mí. El problema es que aquel accidente no sólo demoró la construcción sino que casi la suspende. Hrimthurs adoraba a su hijo y parecía que iba a enloquecer de dolor. Laufey me convocó para curarlo, aunque, me pidió que tratara de retardar su recuperación lo más posible. "Lo quiero vivo pero incapaz de ayudar a su padre" –Loki niega. –Me condujeron a él, estaba en su campamento.
–¿No alojaron a los elfos en Utgard?
–No. Si vinieran, ¿los alojarías en Valaskialf? –Thor niega sin meditarlo, esa raza tiene una reputación que la precede y nadie en su sano juicio los pondría cerca de un montón de reliquias y tesoros.
–Luego de desembarcar armaron un campamento cerca de la ciudad. Sus tiendas eran bastante amplias y cómodas, con la calefacción a tope además. Más que un asentamiento transitorio parecía una pequeña urbe. Fui llevado a la tienda de Hrimthurs que era muy amplia y que estaba al centro de su campamento. Yo aún no tenía mucha experiencia con mi magia curativa, pero aun así cuando lo vi supe que estaba muy grave. –Loki recuerda a Svadilfari en su cama, inconsciente y afiebrado. –Bjarni, su madre, estaba con él tratando de auxiliarlo –ella se había ocupado de quitarle la parka empapada de sangre y de entablillar una de sus piernas. Loki hace una mueca al recordar la forma grotesca en que los huesos de los brazos de Svadilfari, sobresalían de su carne. –El pobre desgraciado estaba hecho pedazos. Harma –el maestre supremo de Asgard– me enseñó que mi magia curativa no es omnipotente, sobre todo cuando se trata de fracturas, es necesario que todo sea acomodado correctamente antes de que yo vuelva a unirlo para que quede bien, sé que es una forma un poco burda de explicarlo. Para abreviar esta parte de la historia, Bjarni era la encargada de cuidar a los heridos, me relató eventualmente que cada vez que iniciaban un proyecto era normal que alguien se lesionara o se matara, aunque nunca imaginaron que el poderoso Svadilfari pudiera ser una de las víctimas; ella supo cómo reacomodar el cuerpo de su hijo y yo me ocupé de sanarlo. Aunque… –Loki mira a Thor. –No sé si decirte…
–Loki, por favor.
–Está bien, es tu culpa si descubres cosas de mí que no te gustan. Empecé arreglando las heridas que ponían en peligro la vida del elfo pero no reparé las fracturas de brazos ni de piernas y dejé a medias el sanar sus órganos internos, excepto pulmones y corazón. Le dije a Bjarni que mi magia no alcanzaba para hacerlo todo en un día pero que volvería al día siguiente. Lo hice así por la orden de Laufey sin que me importara el sufrimiento de Svadilfari o si lo ponía en peligro de quedar lisiado. –Thor no mira mal a Loki, no hace comentarios ni emite juicios condenatorios. –No soy una buena persona.
–Lo sé –le dice Thor pero se inclina a besarle la frente. –¿Qué pasó entonces?
–Me tomé un par de semanas en rehabilitar al elfo, para el tercer día despertó y… pasábamos demasiado tiempo juntos, yo no tenía nada más que hacer, y él tenía varios libros interesantes con él, incluidos libros de magia. No podía enseñarme la magia de su pueblo pero me regaló este libro, era vanir, su lenguaje es similar al aesir y pude entenderlo y… –el relato de Loki se vuelve algo confuso. Eso no le gusta mucho a Thor pero evita hacer algún comentario– tenía sólo dos hechizos aquel libro, uno era para crear una barrera contra seres que pudieran observarte mediante su seidh –como Heimdall– y el otro era para cambiar tu apariencia. –Thor recuerda, que cuando Loki llegó a Valaskialf cambió su aspecto jötun por la forma aesir que le gustaba tanto, nunca se preguntó dónde había aprendido eso tomando en cuenta que llevaba toda una vida recluido en Jötunheim. –Además conversábamos bastante, la disposición de Svadilfari hacía mí había mejorado mucho luego de que le salvé la vida, él me habló de Høstblót y de otras muchas cosas que había visto durante sus viajes.
Loki se recuerda escuchando a Svadilfari casi con reverencia mientras él le hablaba de los otros reinos, era buen orador y dado que no podía ir a ningún lado, y dado que era claro que Loki lo halagaba con su atención, nunca escatimaba en detalles. Se explayaba sobre todo en lo referente a la arquitectura aunque también le gustaba hablar de la vegetación de muchos lugares. Le dijo a Loki que Hrimthurs siempre se olvidaba de planear los jardines y los espacios abiertos, él sentía que eso le faltaba a la arquitectura de su padre para alcanzar la perfección. Loki le preguntaba por la magia de otros mundos y Svadilfari le contaba de algunos hechiceros con quienes se había topado y de las cosas que eran capaces de hacer.
"Sé que antes fui descortés contigo pero espero entiendas que no fue personal" le había dicho y luego le indicó desde su cama de inválido un baúl que tenía en su habitación, "ahí están todos mis libros, no son muchos pero hay uno que sé que te va a gustar, búscalo, es tuyo con mi agradecimiento". Svadilfari ya conocía de memoria su contenido, se lo habían dado en pago por su talento, coleccionaba ese tipo de cosas. Loki no tenía forma de comprobar el primer hechizo, el cual algún día sería muy apreciado por su padre; pero el segundo… Ardía en deseos de probarlo pero al transformarse por primera vez, se requería de tocar a alguien con el aspecto similar al que se deseaba.
"Voy a tocar tu rostro" le informó Loki al elfo y además no pidió permiso para ello, lo agarró y los dos quedaron sorprendidos con el resultado, con la forma en la que Loki iba cambiando poco a poco a partir de las yemas de sus dedos, ahí donde tocaba a Svadilfari. Loki había buscado en qué reflejarse y acabó por congelar la palangana de agua que tenían en la habitación para mirarse. Había adquirido el aspecto de un elfo oscuro. Loki tenía un talento nato, qué más tarde sabría que se debía a que era un cambia formas, aquella magia le resultó natural y al instante se concentró modificando sus ojos y orejas por instinto.
"Pareces un aesir", le dijo el elfo observándolo con cuidado. "Me gusta que tu cabello no haya cambiado" Loki se sintió extraño en aquella piel, volvió a imitar al elfo y luego al aesir. Aunque iba modificando su aspecto, sus iris eran siempre verdes pero no dedujo el porqué. Sentía que llevaba puesto un disfraz así que volvió a su forma original.
"Así que te gusta mi cabello".
"Sí, pienso que es hermoso". Svadilfari era muy directo y Loki se sintió turbado pues no estaba habituado a recibir cumplidos y menos por su aspecto físico.
–¿Cómo era Svadilfari? –Pregunta Thor a Loki quien no está muy seguro de no haber dejado traslucir su apego por el hijo de Hrimthurs.
–Muy similar a su padre –se niega a decirle que era similar pero más atractivo y de porte más altivo.
–¿Qué edad tenía?
–Era algo joven, cuando nos conocimos acababa de alcanzar la mayoría de edad para su pueblo, todavía tenía rasgos adolescentes aunque se te olvidaban al cabo de un rato.
–¿Y tú? –Loki se percata de que Thor está tratando de imaginarlos juntos.
–Era menor que él, acababa de empezar mi larga adolescencia, aun así ese infame a veces me trataba como un niño.
–¿Y seguiste frecuentándolo después de que terminaste de curarlo? –Loki calibra lo que Thor quiere decir más allá de sus palabras. No está seguro de que haya celos en la voz del dios del trueno, tal vez es sólo que Loki es paranoico así que se decide por la verdad.
–Sí. Nos volvimos amigos. Una vez me ayudó a fastidiar a Hildetand y a Riodhr. A los elfos estaba por acabárseles el plazo y el muro avanzaba rápido aun sin Svadilfari; por esas fechas Hildetand recibió nombramiento como capitán de su propia unidad de vatnajökull así que Farbauti invitó a Hrimthurs y su familia al banquete en su honor. Estábamos todos, yo, sentado con los elfos en vez de con mi familia. Hildetand estaba bebiendo con Riodhr, aunque usualmente Hildetand no bebe. Embrutece cuando lo hace y todo el mundo incluido él lo sabe. –Thor asiente, se acuerda del concilio de los reyes donde coincidió con Hildetand, recuerda que el gigante era el único abstemio del grupo de príncipes. –Los jötun brindábamos con algo llamado blindhet pero a los invitados de otros reinos siempre se les servía cevenerio, un vino de palma algo suave. Hildetand se acercó a nuestra mesa y Svadilfari notó que las bebidas eran distintas. "Un extranjero no tolera la bebida local" le dijo Hildetand que ya sabía que mi amigo era bastante orgulloso y que por supuesto querría probarla –Loki se ríe. –Riodhr le pasó su copa y bueno, Svadilfari no pudo tragar aquello.
"Por Urd, ¡¿qué es esto?!" habló ronco con la garganta abrasada luego de escupir sin muchas ceremonias. "Sabe a alcohol con agua".
"Es porque es alcohol puro rebajado con algo de agua" le aclaró Loki. Todos los jötun, e inclusive Bjarni, se rieron a gusto. Svadilfari igual se rió dejando correr el asunto.
–Al día siguiente me acompañó a verlos entrenar, estaban practicando hechizos de hielo sobre el mar Öskjuvath. Hildetand me ordenó no ser un haragán y entrenar con ellos dado que era hábil en aquello. Svadilfari se sentó a mirarnos y yo hice lo que me pedían. Vill y Ull me felicitaron por mi dominio sobre el hielo, luego de que los dejé congelados en un bloque de hielo por horas. Andaban algo resentidos con Hildetand porque no los escogió como parte de su unidad de cien vatnajökull. Eran demasiado bajos de estatura para que mi hermano los considerara dignos y además Ull había tenido un combate de práctica con Hildetand que se volvió tan rabioso que mi hermano por poco lo mata. Hildetand no se metió conmigo frente al invitado pero a Riodhr no le importaba eso. Seguramente haz visto a los jötun clavar su mano en el hielo y hacer que estalle en picas a los pies del contrincante –Thor asiente con gravedad, esa técnica casi se cobra la vida de Fandral en la última guerra. –Pues eso fue lo que el bastardo hizo y lo dirigió contra mí. Lo esquivé, me precio de ser ágil y se lo devolví. No le gustó nada. Hizo la espada de hielo y fue a por mí, cuando ese tipo de cosas pasaban normalmente yo corría pero…
–Svadilfari te estaba mirando y no querías quedar como un cobarde –aclara Thor.
–Así que tuve que quedarme donde estaba con la esperanza de no terminar demasiado avergonzado y entonces… –las picas de hielo que el propio Riodhr había generado antes salieron volando en su contra. El amigo de Hildetand las esquivó por los pelos y se giró furioso. –Svadilfari se metió.
–¿Tenía magia de hielo?
–No, pero su seidh le permitía mover objetos, ¿recuerdas que los bloques de construcción lo seguían? Fuimos buena mancuerna. Yo formaba proyectiles de hielo y él los manipulaba. Hildetand trató de ayudar a Riodhr, parecía que iban a ganarnos pero se me ocurrió una idea. Nos fuimos adentrando en el mar hasta que llegamos a una capa delgada y entonces él hizo saltar el hielo a los pies de mi hermano y su amigo; y cayeron al agua. Volvieron calados a Feigefossen –Loki se encoge de hombros. –Ese día no me aparecí en el castillo pues no quería ponerme al alcance de Hildetand, así que me fui a pasar la noche en el campamento élfico. Hrimthurs estaba molesto de que Svadilfari no se hubiera presentado a trabajar, lo reprendió enfrente de mí –Loki sonríe rememorando la escena. –Bjarni era muy amable conmigo, por haber salvado a su retoño, me colmaba de galletas y otras golosinas –hay fastidio en el tono de Loki. –Te digo que a veces me trataban como un niño.
–Pero igual te comías todo lo que te ofrecían –añade Thor.
–Y la dejaba contarme historias, trenzarme el cabello y regalarme libros.
–¿De cuentos? –Loki se sonroja.
–No tenía mucho de donde escoger Thor, nadie me hacía regalos en esa época –se defiende. Thor se ríe muchísimo y Loki hace como que va alejarse de él pero el rubio lo atrae de vuelta y lo abraza. –Me quedé con ellos varias semanas. Svadilfari se iba a trabajar y yo me quedaba leyendo, Bjarni tenía muchos libros, me regaló uno, que no era de cuentos, sino de medicina. Era aesir por cierto, explicaba como curar muchas heridas propias de la guerra. Svadilfari igual me dejó su escasa biblioteca, tenía un libro que se volvió mi favorito, se llamaba "las crónicas de Bjaldifr", me dijo que los aesir consideraban al autor un mercenario y timador pero en realidad era un gran explorador de mundos. Además de eso, era su abuelo. Todo un personaje.
–Mmmm –Thor tiene tensos los labios.
–¿Qué?
–O sea que Svadilfari salía a trabajar y tú te quedabas en casa como esposa atenta, a mí no me dispensas tales cortesías. –Loki mira a Thor afilado, entre la broma le parece que se asoma una verdad que rima con celos.
–Estaba a gusto con Bjarni –dice Loki y omite que dormía en la habitación de Svadilfari, no en la misma cama, el elfo era friolento, pero en un sillón junto a él. Se aseaban frente al otro y cuando el elfo insistía Loki le permitía trenzarle el cabello, esa peculiar fijación que tenía. –Quise escaparme con ellos –eso si lo admite.
–¿Qué cosa? –Thor reacciona como si aquel cuento no fuera pasado. Loki se ríe de su expresión.
–Pues eso, tenía mi nueva habilidad de cambiar de forma, que Laufey desconocía; y además tenía la cabeza inflamada de historias de sus viajes, admiraba a Hrimthurs, me gustaba ser consentido por Bjarni y era amigo de Svadilfari. Estaba listo para irme de aventura con ellos disfrazado de elfo oscuro. Además pensé que Laufey estaría encantado de deshacerse de mí.
–Sabiendo lo que quería de ti seguro te hubiera cazado por los nueve reinos.
–Muy cierto, pero en ese momento yo no sabía lo que se proponía. Me contó que debía casarme contigo una semana antes de enviarme a Asgard. –Thor arquea las cejas –y además hubieras visto como me lo dijo: "te casarás con Thor Odínson, ya he dispuesto todo".
–Mi padre me lo dijo parecido –admite Thor.
–Y ¿Odín te pegó un puñetazo cuando le dijiste que no? –Loki estaba seguro de que Thor se habría anegado en un principio.
–No –admite –pero me dio un discurso sobre mis deberes. Pero no cambies el tema, has llegado a algo muy interesante. ¿Qué dijo tu familia élfica cuando les contaste tu plan?
–Thor, eres pésimo disimulando. Lo que quieres decir es: ¿qué dijo Svadilfari acerca de llevarte con él? –Thor asiente. –Dijo que no. –Una respuesta lógica dado que Loki terminó casado con Thor y no vagando con los elfos oscuros por los nueve reinos.
–¿Y luego?
–Le pedí que entonces me ayudara únicamente a salir de Jötunheim y yo me las apañaría sólo; también dijo que no a eso. Reñimos y lo mandé a pasear a los infiernos. Volví al castillo. Muy a tiempo pues el plazo para la construcción del muro había vencido y los elfos no habían logrado terminarlo. Laufey ganó la apuesta y le dijo a un muy furioso Hrimthurs que le permitiría excavar en Hvergelmir. Lo que los elfos no sabían era que aquella mina había colapsado siglos atrás, por eso mi pueblo ya no la ocupaba. Laufey se la cedió a Hrimthurs pensando que con sus habilidades la rehabilitaría para volverla a usar. –Thor niega de la forma en que Laufey se aprovechó de los elfos oscuros. Ahora está más convencido de que el accidente de Svadilfari no fue tal. –Nos mandaron a Hildetand, a Riodhr y a mí como guías de los exploradores elfos. –Thor sabe desde ya que uno de esos elfos era Svadilfari.
Loki recuerda que en el camino no le dirigió ni una palabra a Svadilfari que iba con otros dos elfos. La mina estaba a un día de camino de Utgard. Los elfos tendrían que darse prisa en reclamar su pago pues el invierno estaba por caer y cuando la temperatura disminuyera les sería imposible realizar la tarea. La entrada estaba bloqueada, los elfos los maldijeron en su propia lengua que Loki ya dominaba. No dijo nada a su hermano y a Riodhr. Svadilfari se plantó en ese lugar y dejó que su seidh fluyera. Loki lo recuerda, un monigote debido a la parka, levantando las manos y moviendo las rocas con sólo pensarlo. Hasta le perdonó su negativa de llevarlo con él cuando vio su despliegue de poder. El grupo entró iluminado por antorchas. Se adivinaba el trabajo que los jötun realizaron previamente pues una vez dentro había un largo corredor cuyas paredes terminaban en un arco perfectamente definido. Avanzaron por una galería que parecía interminable hasta una cámara tan amplia como un templo sostenida por columnas.
–Aquel mineral que buscábamos, gelgja, es duro pero además tiene la cualidad de absorber la energía de su entorno, es ideal para fabricar objetos y embrujarlos. Los enanos de Svartálfheim lo pagan muy bien, y su exportación era la base con la que comerciaban los jötun y los enanos.
–Lo sé – dice Thor. –Eyvindur me dijo que las luces de Steindor están hechas con ese material –el rubio se recuerda que Loki nunca ha visto ese palacio. –Esas luces parecen pequeñas estrellas incrustadas en el techo, Eyvindur dijo que Tryggvi –el príncipe de los enanos –y él las habían forjado y hechizado para retener la magia de luz de los svartá –Loki asiente. –Y también lo usamos aquí en Asgard.
–¿Qué uso le dan?
–Los enanos forjaron esposas y grilletes para contener prisioneros que tengan magia –aclara Thor. –Al ponérselos absorben el seidh del hechicero e inutilizan sus poderes.
–Un uso bastante astuto –dice Loki y continúa con su historia. –Entramos en esta cámara y yo usé la magia de luz que Skadi me enseñara. Había gelgja incrustado en las paredes y el techo, reflejó mi magia de luz iluminando la estancia. Era algo maravilloso de ver. Había un recinto de agua congelada, un río subterráneo, Hildetand puso cuidado de no pisar sobre hielo delgado pues aun mi raza puede ahogarse en agua helada. Desde esa cámara se abrían más y más pasillos, todos derrumbados. Y claro, pasó lo que Laufey quería. Svadilfari usó su seidh para desbloquearlos. Él movía los escombros y los alineaba dándoles nuevamente forma de arcos y de muros, cuando terminó se veía endeble así que yo use hielo para congelar la estructura y afianzarla. Riodhr me miró de esta manera como si yo fuera un traidor a nuestra raza por ayudarlo. Nos separamos en dos grupos, yo fui con los elfos, exploramos la veta. Era un lugar asombroso Thor, ahí donde yo iba y usaba mi magia, el gelgja me devolvía la luz. Algunos lugares eran más difíciles de acceder pero con la magia de los elfos seguramente encontrarían una manera. Escuchamos una explosión y volvimos al punto inicial. Más de la mitad de los túneles se habían derrumbado pero supe y los elfos igual que aquello fue obra de mi hermano y de Riodhr.
Loki recuerda el rostro de Svadilfari y los suyos, su expresión de decepción y de ira ante la traición. Recuerda al elfo increpando a Hildetand dominado por un orgullo ciego y el golpe que le lanzó Riodhr.
–Svadilfari no entendía que Hildetand y Riodhr podían liquidarlo a él y a sus compañeros impunemente. Se atrevió a decirles lo que pensaba de ellos –la mirada de Loki se torna ausente, perdida en el recuerdo.
–¿Le hicieron daño?
–Nada grave, apenas una patada. El caso es que él y los suyos no eran guerreros, pero tampoco eran tan confiados como mi padre pretendía. Sacaron ballestas y apuntaron a mi hermano y su amigo; ellos por su parte crearon la espada de hielo –y Loki estaba en medio de ese desastre. –Me acordé de aquel día de entrenamiento sobre Öskjuvath. Lo único que se me ocurrió fue quitarle la ballesta a Svadilfari, tomarlo de un brazo y obligarlo a ir sobre el río congelado. Los otros dos elfos nos siguieron; Hildetand no se movió pero Riodhr pensó… la verdad no sé qué estaba pensando, nos persiguió. Yo iba a amedrentarlo respecto al riesgo de que alguien con su peso intentara adentrarse en esa superficie endeble pero… –Loki no tiene que contarle a Thor el desenlace para que él lo deduzca. El hielo delgado se habría quebrado engullendo a Riodhr.
–¿Logró salir?
–Casi, logró asirse de la orilla y me alcanzó de un tobillo. Svadilfari se agarró de mí y caímos, los tres. No sé nadar Thor –se acuerda de decirle. –Svadilfari nos frenó dentro del agua –lo recuerda abrazado a él usando su seidh contra la corriente, y a Hildetand y los otros elfos abriendo un nuevo boquete para sacarlos. –Los otros nos salvaron, por lo menos a él y a mí.
–¿Y Riodhr?
–La corriente lo arrastró –Thor no se percató de en qué momento Loki se alejó de él pero está sentado en el borde de la cama.
Volvieron sin poder hacer nada, ni siquiera se podría hablar de recuperar el cuerpo. Svadilfari tuvo que quitarse la parka empapada y seguramente habría muerto de hipotermia pero resultó que la magia curativa de Loki igual podía frenar ese tipo de daño. Hicieron el camino de vuelta sujetos el uno al otro. Se separaron en el campamento élfico y Hildetand y Loki siguieron hacía Feigefossen.
–No fue tu culpa –le susurra Thor.
–Lo sé –dice Loki un poco ausente. –Mi padre dijo que fue culpa de Hildetand, que él era el líder de la expedición. El padre de Riodhr, Reidun, era amigo de Laufey. Por eso mi padre lo hizo azotar –Loki se acuerda de que aquel fue el inicio de tan larga historia. –A mí no me pasó nada, ahora sé por qué –por ser un peón útil y que debía conservarse intacto hasta que llegase su momento. –Los elfos cobraron su paga, Laufey les dio sólo una semana bajo amenaza de que al vencer ese plazo los declararía enemigos. El día de su partida fui a ver a Svadilfari para despedirnos. No me prometió nada ni se disculpó por dejarme atrás, él nunca hacía ninguna de esas dos cosas –Thor le está prestando más atención que nunca y Loki se va volviendo más y más parco en los detalles que le cuenta. –Intercambiamos una prenda de amistad y luego él se fue. No volví a verlo.
–¿Qué te dio? –No puede resistirse a preguntar Thor.
–Era hábil dibujando porque se la pasaba haciendo planos. Me dio un retrato mío, algo pequeño en blanco y negro, me dibujó de espaldas, con el cabello suelto –como lo había visto cuando despertaban juntos en las mañanas. –Lo quemé antes de venir a Asgard –dice Loki y no hay ni un ápice de arrepentimiento en su voz.
–¿Por qué?
–No quería aferrarme a nada de mi vida anterior ahora que tenía oportunidad de empezar una nueva –igual que con Skadi tampoco había pensado en Svadilfari.
–¿Y nunca lo extrañas? No a él, me refiero a tu vida en Jötunheim –Loki niega y se vuelve a acercar a Thor. Lo besa breve sonriendo contra sus labios.
–No. Este es mi hogar y además tú me entretienes bastante –Thor lo abraza y se tumban en la cama a dormir.
Loki se acuerda de Svadilfari, el día antes de que se fuera, diciéndole que:
"Nos vamos a Vanaheim, el rey Audün nos ha contratado para bruñir y reforzar las torres de Hreyfingin, su castillo. El invierno está por caer en ese reino, está colmado de vegetación y los árboles mudan follaje en esa época. Es una vista hermosa". Y Loki le había dedicado su mirada más envenenada por el hecho de que le restregara una cosa así en la cara. Hasta que su amigo añadió: "creo que va a gustarte".
"¿Qué dices?"
"Dije que va a gustarte Vanaheim. Te enseñaré a cabalgar y lo recorreremos juntos. Debo presumirte que tengo cierta habilidad como jinete aunque aquí es un talento inútil. Cambia de forma, disfrázate y ven conmigo". Svadilfari lo tomó de las manos y además de todo lo besó. El primer beso en la vida de Loki. Él le dijo que sí, y recibió otro beso y otro más. Nunca había visto a Svadilfari tan transparente y atento con él, ni pensó que fuera capaz de comportarse de esa forma tan cariñosa.
Esa noche habría un banquete de despedida. Hrimthurs y Laufey iban a hacer como que no se odiaban. El muro exterior había quedado completo salvo por el emplazamiento de torres para los vigías, Laufey se dio por satisfecho, no quería que Hrimthurs volviera el siguiente año, ni nunca, a terminar su obra. Loki debía estar presente en aquella despedida diplomática pero acordó con el elfo que lo alcanzaría en el campamento ya bajo su disfraz. Svadilfari no le había dicho nada ni a Hrimthurs ni a Bjarni, pensaba que era mejor mantener el secreto durante la partida y revelar las cosas cuando estuvieran lejos.
Estaba tan nervioso que Loki no pudo pasar bocado y cada dos por tres volteaba a ver a Svadilfari, sentado junto a él, el cual cenaba tenso también, sin hablar con nadie y dándole ésta sonrisa de cómplices. Hildetand estaba dolorido físicamente por los azotes, y su ánimo también sufría debido a que había perdido a un amigo; no le había recriminado nada a Loki pero era claro que pensaba que había sido su culpa, suya y de Svadilfari. Por ello no paraba de lanzarles miradas cargas de rencor a ambos. Y claro, al observarlos notó la forma en que se miraban, en que se sonreían y en que se tocaban. Habituado a que todos los ignoraban, el elfo le había tomado una mano a Loki; había sido apenas un instante pero Hildetand lo vio. Se le pegó a Loki y no se le separó durante el resto del banquete, y luego, cuando Loki fue a sus aposentos fue tras él. Loki lo había subestimado, nunca pensó que se percataría y menos pensó que le importaría. Seguro estaba pensando que Svadilfari y él eran una pareja a punto de fugarse en plan romántico o algo así.
"Loki" le dijo su hermano siguiéndolo. "No sé qué traman ni quiero saberlo pero mi respuesta es no" le dijo como si su hermano menor hubiera pedido su consentimiento. "No voy a permitirlo" no dijo por qué y Loki no tuvo el coraje de ordenarle que lo dejara en paz, ni el valor para luchar contra él por su libertad.
Al día siguiente acudió a despedirse de Svadilfari con Hildetand a la saga. El elfo miró a su hermano mayor largamente mientras Bjarni le besaba las mejillas a Loki. El menor notó cuando el elfo sacó una daga, negó. Agredir a Hildetand era una pésima idea. Svadilfari se veía derrotado cuando le dio aquel retrato que había esbozado durante la noche, una noche que pasó en vela esperando que Loki llegara.
"Buen viaje" le dijo Loki con frialdad. "Gracias por todo".
Svadilfari miró de nuevo a Hildetand y luego a Loki. Y luego había abrazado a Loki y lo había besado sin importarle que su pueblo lo viera y que Hildetand soltara una maldición; y además, con ayuda de la daga que tenía en la mano, le había robado.
Loki no podría decir que se enamoró de Svadilfari pero a veces se acordaba de todos esos viajes y todas esas cosas que se suponía que harían juntos; lamentó eso por un tiempo pero después enterró todo con la misma determinación con la que se había olvidado de Skadi y de Járnsaxa.
Thor percibe el momento en que Loki se queda dormido. Lo besa suave para no perturbar sus sueños y le mete un mechón de cabello detrás del oído, entonces cae en cuenta de algo. El cabello de Loki le llega a los hombros pero él dijo que había tenido una larga trenza que le fascinaba a Svadilfari. Siente la punzada de los celos.
"Intercambiamos una prenda" había dicho Loki. "Me dio un retrato" y Loki le había dejado su cabello, estaba seguro.
.
CONTINUARÁ…
