Estos personajes no me pertenecen sino a la gran Rumiko T. y solo los utilizo para diversión sin fin de lucro alguno.
Capitulo uno
Una hermosa joven corría a la orilla de la playa, su hermoso cabello rubio ondeaba por la fuerza del viento, su vestido de color gris que portaba como uniforme del internado al que pertenecía se ceñía al cuerpo con una exactitud que parecía esculpida para ser venerada por todo humano, era verdaderamente hermosa, reía alegremente mientras era seguida por un caballo, el jinete era un caballero muy joven de fina estampa tenía unos enigmáticos ojos dorados y pelo negro cual noche etérea.
El hombre le dio alcance fácilmente de un brinco bajo de su caballo tomando a la dama de su cintura y después bajándola delicadamente.
—Pensabas que te escaparías mi hermosa flor—beso sus nudillos con picardía
—lo más seguro es que hiciste trampa—expuso la dama.
—Yo jamás hago trampa mi amada Kikyo, y lo sabes—la atrapo entre sus brazos para darle un beso apasionado—No sabes cómo tengo ganas de acerté el amor otra vez.
Kikyo lo separa a regañadientes de si—Basta Inuyasha nos podrían ver—volteo para todos lados— y sabes que esto no es correcto que me fugue del colegio para verte, si me descubren sería fatal para mi reputación.
—No dramatices Kikyo, aquí casi nunca viene nadie, además si nos descubren yo respondería como caballero que soy y me casaría contigo inmediatamente, ¿O es que acaso no te casarías conmigo?
—Por supuesto que si Inuyasha—le dio un pequeño beso en los labios— sabes que te amo, sin embargo somos demasiado jóvenes, tú todavía no tienes un futuro económico y yo no puedo avergonzar a mis padres, imagínate si se enteran que me veo a escondidas con un hombre y aparte me entregue a él, lo menos que me harías seria meterme a un convento—le expuso la ojinegra.
—Si lo sé en todo tienes razón Kikyo y mas que no soy un hombre adinerado que te puede dar los lujos que muy seguramente estas acostumbrada a recibir, sin embargo, por ti soy capaz de tragarme mi orgullo y ir por mi fortuna.
— ¿A qué te refieres con eso Inuyasha? —expreso dudosa por el comentario de su amado.
—Yo solo me entiendo—suspiro—Kikyo te quiero pedir algo si, si yo me fuera a buscar fortuna ¿me esperarías para casarnos?
Kikyo lo miro largos segundos y lo abrazo—si, te esperaría porque te amo, pero porque dices eso —lo miro a los ojos leyendo prácticamente sus pensamientos—oh, Inuyasha ¿harías eso por mi cariño?
Inuyasha la vio con infinita ternura—por ti haría lo que fuera, y eso hare, te prometo volver con fortuna para hacerte mi esposa lo más pronto posible, preparare todo para irme de viaje lo más pronto posible, pero me iré tranquilo sabiendo que me amas y me esperaras.
—Oh mi vida cuanto te amo.
—Yo más querida, yo más que no quepa la menor duda.
Ambos se sentaron en la arena mirando a el sol ocultarse entre el mar, hablando de banalidades y trivialidades.
—No me habías platicado de tu hermana mon amour, solo de tu hermano mayor Sota—le miro, la tenia sujetada de la cintura mientras estaba pegada en su pecho.
—Bueno no me pareció importante, Kagome es mi hermana menor, tiene quince años, es bastante impetuosa y rebelde pero, aunque no he convivido con ella ya que a nos mandaron a distintos internados, a Kagome la mandaron a uno más disciplinario que este donde estoy yo, a veces me da lástima, pero es que ella se busca lo que le pasa por no obedecer a mis padres—expreso en tono despreocupado la joven dama.
Inuyasha se mantuvo callado, prefería hacerlo, de algún modo se identifico con esa hermana de Kikyo, su padre siempre pensó que él era un chiquillo impetuoso y rebelde, su padre siempre lo castigaba de una forma muy ruda para un chiquillo mientras su hermano mayor gozaba de cierta gloria por ser obediente hasta en cosas que para el eran injustas, pero ahora por Kikyo debía tragarse su orgullo y hacer lo que tenía que hacer.
—Te has quedado pensativo mi amor, ¿en qué piensas? —le hablo Kikyo sacándolo de sus cavilaciones.
—eh, en nada importante. —respondió autómata.
—Bueno—suspiro—es hora de que regrese, antes que descubran que no estoy en mi habitación—se levanto del suelo ayudada por el ojidorado—Es hora que nos despidamos, no sé si nos podamos ver antes de que te vayas mi vida, cada vez me vigilan mas creo que sospechan, quiero que sepas que te amo y que siempre estarás presente.
—Y tú en mi mente también lo estarás mi flor pero confía que estaremos juntos pronto—expuso para luego abrazarla con ímpetu.
—Tenlo por seguro—se separaron a regañadientes después de besarse con ansias.
Inuyasha la veía como se alejaba, y sentía como si su vida se pausara en ese momento hasta que volviera a verla, hasta que la tuviera en sus brazos de nuevo inhalando su perfume, la miro hasta que se perdió en el horizonte, solo entonces se retiro con el corazón en la mano, pero confiaba en la promesa de su amada.
Kikyo llego a su cuarto, se quito el calzado y se dejo caer sobre la cama.
—Valla, hasta que llegaste Kikyo por poco te descubren—le inquirió su compañera de cuarto y amiga Tsubaki.
—Si lo sé—suspiro—Gracias por cubrirme amiga te debo una.
—Bueno y que paso con el hombre, sabes Kikyo pienso que te arriesgas mucho amiga para estar con él, será muy apuesto y todo lo que quieras pero es solo un chico sin futuro económico.
—Lo sé Tsubaki, esto lo había tomado como diversión al principio, una distracción a mi encierro, pero me enamore de Inuyasha, —hizo una pausa—ahora que nos vimos él me dijo que iría a buscar fortuna por mí, y me hizo prometer que lo esperaría, no sé qué hacer en verdad que no lo sé—se sobo la cabeza con desesperación.
Tsubaki se rió—sabes tú, hay que admitirlo tu noviecito es tierno, pero como crees que consiga fortuna de aquí a mañana, si llega a hacerlo que lo dudo tardaría muchos años.
—lo sé, aunque me duela y lo ame no desperdiciare mi juventud y belleza esperándolo toda mi vida, si viene pronto con un capital antes de que mis padres vengan por mí me casare con él, si no lo hace dejare que mis padres me busquen un pretendiente adecuado para mí. —concluyo decidida la pelirrubia
—Esa es la actitud que esperaba de ti Kikyo, fría y sensata, sabes muy bien que de amor no se come ni se viste y además eres una dama de alta clase no sabes vivir sin tus lujos, bueno ya hablamos suficiente del tema mejor nos dormimos ya.
Kikyo no agrego mas solo se quito su vestido y se puso el camisón para dormir, para luego volver a recostarse en su cama.
Al día siguiente Inuyasha se había preparado para su viaje, había comprado los boletos de barco con destino a Inglaterra, sabia de la muerte de su padre y se le había citado para recibir la herencia de su finado progenitor, sin embargo había decidido no tocar ningún solo peso de dicha herencia, pero ahora pensaba diferente, ahora no solo debía pensar en él solamente sino también en su amada Kikyo, ella se merecía lo mejor y no por su tonto orgullo la haría pasar vejaciones.
Antes de acudir a abordar dejo una carta para su amada en el correo que muy seguramente le llegaría ese día.
Al subir al barco, su mente solo estaba pensando en su querida Kikyo, en su vida futura juntos, felices, como cualquier pareja enamorada, sabía que tardaría un poco en llegar del puerto de Bilbao a Londres, pero bien valía la pena toda espera, esperaba que futura esposa Kikyo Higurashi recibiera la carta para que no se olvidara de su promesa, pero debía estar tranquilo mantener su cabeza fría porque le esperaban varios problemas al arribar a Londres.
Por otro lado Kikyo había recibido la carta de Inuyasha y la leía bastante incómoda.
Mí amada flor:
Sé que no esperabas esta carta pero decidí escribirte como despedida, pero también para que recuerdes todo este amor que guardo en mi pecho solo para ti, confió que en este viaje me irá bien y podre volver pronto a tu busca, soy tan afortunado al tenerte y que estés dispuesta a esperarme, soy dichoso al saberte mía y de nadie más, aunque ya deseo volver a tener tu cuerpo pegado al mío rodeados por la pasión, hacerte el amor cada noche todos los días, por eso es necesario que nos casemos para que estés a mi lado siempre sin tener que vernos a escondidas, y eso pronto será posible, confía en mí y en este gran amor que te profeso, mi amada Kikyo, cuida mi corazón que hoy lo dejo en tus manos, te prometo volver y sabes que cumplo siempre mis promesas.
ATENTAMENTE
Inuyasha T. Y Castillo
Después de acabar de leer la carta la guardo en su cajonera.
—Perdóname Inuyasha pero me será imposible esperarte yo no estoy ni estaré acostumbrada a la pobreza, y no esperare algo que muy posiblemente no llegue nunca, aunque te ame sé lo que es mejor para mi—se dijo para sí misma la joven dama Higurashi.
Continuara…..
Hola que les pareció déjenme sus comentarios por favor, saluditos.
