::A partir de hoy::
Disclaimer todos los derechos reservados a Rumiko Takahashi
Solo los delirios producto de mi infame mente son de mi propiedad
Nunca pensé que las cosas fueran a ser así pero si algo aprendí a lo largo de mi corta existencia es que no hay modo de luchar contra el destino solo me queda hacer lo que pueda por salir adelante…-ese pensamiento hizo nido en su interior con algo de infantil esperanza en poder estar equivocada, sin mucho interés miraba las gotas de lluvia deslizarse a través de los cristales de la ventana- supongo que así debía ser…-suspiro e intento en vano sonreír lo único que consiguió fue una mueca para sí misma al ver su reflejo finamente distorsionado por la lluvia a través del vidrio..- Inuyasha… espero que seas feliz
En la era feudal (han transcurrido 3 años desde que Kagome Higurashi retorno a su época)
La vida transcurría normal en el Sengoku, bueno si es que podría decirse "normal" Inuyasha junto a Kikyo se habían establecido lejos de la aldea donde aun vivia la sacerdotiza Kaede (Kikyo al ser humana nuevamente así lo había decidido no le hacia ninguna gracia estar estratégicamente cerca del pozo devorador de huesos con su humanidad habían vuelto sus inseguridades para con su reencarnación y aun cuando los años habían transcurrido con cierta rapidez y calma prefería no dejar las cosas a merced de un destino caprichoso así que cuanto más lejos mucho mejor) Por su parte Shipo había decidido que sin la presencia de Kagome no tenía mucho sentido seguir aplazando sus entrenamientos quizás si lograba hacerse muy fuerte pudiera sobrevivir el tiempo suficiente para volver a encontrar a su querida madre en el futuro, Kaede por su parte seguía en su aldea con renovados ímpetus en parte a que su soledad había sido desplazada gracias a las risas y continuas charlas que mantenía con Rin ya que la pequeña había sido como un bálsamo para la anciana logrando así alargar sus días sobre la tierra, la naturaleza curiosa e hiperactiva de Rin no le daban lugar a pensamientos fatalistas o deprimentes con lo cual la vida de ambas se desarrollaba en paz, obviamente no se podía decir lo mismo de Sango y Miroku a pesar de ser esposos y haber iniciado su propia familia con el pequeño Shizo, el monje no perdía las mañas que a través de largos años de soltería había logrado adquirir, por lo que de vez en cuando eran comunes los gritos provenientes de su cabaña seguidos de los alaridos de Miroku solicitando piedad a su querida "Sanguito"
Lejos de allí en las tierras del Oeste un demonio puro descansaba a los pies de un frondoso árbol de cerezo, los pétalos danzaban ante sus ojos a merced del viento descansaba sobre las raíces, su mirada parecía estar puesta en ningún lugar y sin embargo ni aun eso le quitaba belleza a sus orbes de color ámbar, después de haber derrotado a aquel infame medio demonio "Naraku" sus días se habían vuelto rutinarios ya no hallaba placer en torturar a Jaken, y los demás Lords habían tomado conciencia de que nada bueno traería importunar al frio señor de las tierras del Oeste después de saber que ni siquiera el hanyou producto de la ambición de Onigumo había sido suficiente para acabar con él..-cerrando sus ojos por un momento concentrado en su bien amado silencio, un leve sonrisa surco sus labios poniéndose de pie dirigiéndose al interior del palacio con una decisión que sería irrevocable era tiempo de visitar a su humana y quien no quita y tuviera la suerte de importunar a su hermano si las circunstancias eran favorables!
-Jaken! –la voz del señor del castillo resonó con firmeza el pobre demonio sapo quien se hallaba en la cocina del palacio casi se ahoga mientras glotón como era daba buena cuenta a unos deliciosos bollos dulces que momentos antes había sustraído de las alacenas…
Bueno hasta aquí este segundo ya saben si quieren continuación deberán hacérmelo saber -U por ahora algo corto ya después prometo poner mas carne al asador de momento estoy hilvanando ideas aunque jummmm será divertido ya verán
Gracias de antemano y allí abajo hay un cuadradito donde van los reviews!
