Reyna se encontraba en su casa. Disfrutaba de una noche tranquila y sin preocupaciones ni obligaciones, algo completamente raro dado que era la pretora del Campamento Júpiter. Estaba decidida a aprovechar toda esa calma.
Y vaya si lo estaba haciendo. No dejaba de sonreir mientras le hacía cosquillas a Octavio usando el extremo de su trenza. El augur se había quedado dormido en el sofá de la casa de Reyna y arrugaba la nariz con cada roze, sin llegar a despertarse.
Octavio se movió en el sofá para cambiar de posición. Reyna se echó para atrás con rapidez, pero en cuanto el chico se quedó quieto boca arriba, todavía dormido, esbozó una sonrisa traviesa -imrpopia en ella-, volvió a acercarse lentamente y se inclinó sobre él para seguir con su divertido entretenimiento.
Dirigió la punta de su oscura trenza hacia la nariz de Octavio, pero rápidamente los brazos del chico la envolvieron y Reyna dio un respingo del susto.
-¡Bu!
Octavio separó los párpados y dejó al descubierto sus ojos azules, que brillaban con diversión. Esbozó una sonrisa. Reyna soltó un bufido, puso los ojos en blanco y le pegó un suave golpe en el hombro.
-¿Te he asustado?
-No.
Octavio no pudo evitar reírse por la respuesta de la chica. Reyna intentó fulminarlo con la mirada, pero le resultó imposible cuando se le contagió la sonrisa del chico.
-¿Te diviertes? - Octavio le arrebató la trenza de los dedos y deslizó el extremo por la mejilla de Reyna, quien sonrió ante el contacto.
-Por supuesto. Deberías ver las caras que pones.
-Que cruel que eres. -Bromeó el augur.- Mira que aprovecharte de un pobre chico cuando duerme.
Reyna sonrió antes de responder.
-Hay que aprovechar las oportunidades.
Bueno, ahí va un drabble de Reyna y Octavio. Llevaba mucho tiempo queriendo subir uno, pero no se me ocurría nada y al final subí este.
Espero que os haya gustado.
