Mi nombre es L, y esta es mi segunda entrega: La búsqueda,
Se sitúa en una realidad aparte de la descrita por K.H., una realidad en la cual Sir Integra Hellsing prefirió estar al lado del hombre que amaba a esperar por él 30 años, disfrútenla…
LA BUSQUEDA
Era un hermoso atardecer ingles, una fría y pertinaz llovizna caía sobre la ciudad haciendo el ambiente más helado aun, muy común en esa parte del mundo, era un momento apacible, dentro de un hermoso señorío, descansaba una pareja, cualquiera hubiese apostado que se trataba de dos seres normales o al menos uno de ellos lo era, el hombre era un vampiro, uno de los más mortíferos que habían existido, el cual ahora reposaba sumiso en los brazos de la mujer que , que era el nombre del arma secreta de la organización Hellsing ahora compartía su lecho con su señora, la líder de la organización protestante más poderosa de Inglaterra, Integra W, Hellsing ,que se había ganado primero el respeto de su sirviente y después su corazón. Hacía más de un mes que ella no veía la luz del día, se había acostumbrado a despertar al atardecer y ver el ocaso solamente, pero eso poco importaba ya que el hombre que dormía a su lado era más valioso que cualquier amanecer. Solía dormir en sus brazos en donde se sentía protegida del mundo, de enemigos que deseaban verla acabada, el simple contacto con esos fuertes brazos le hacían ver que no importaba el peligro a lo que se tendría que enfrentar, él daría su vida por ella, por protegerla y cuidarla ,argumento suficiente para comenzar el día amándolo; Ese era su trato, el que despertase primero tenía que comenzar a hacerle el amor al otro, era rutinario inclusive obligatorio y es que el sexo se había convertido en algo necesario, al despertar, al anochecer, a cualquier hora del día, nunca se cansaban de hacerlo, era algo en lo que la joven se había vuelto una experta en el divino arte de amar, tenía un gran maestro y tenía que demostrarle que estaba a su nivel, que era una excelente alumna. Dicho esta demás el decir que él era un gran amante, magnifico, los años lo habían vuelto todo un experto, la hacía sentir la mujer más hermosa del mundo y parecía conocer mejor su cuerpo que ella misma, los lugares donde hacerla vibrar, parecía que la había estado estudiando todos esos años que estuvo a su lado viéndola crecer, convertirse en una mujer, la cual, él sería el único hombre que la tenía que poseer. Recorrer el hermoso cuerpo del vampiro era una verdadera delicia, gozaba verlo en sus manos, había descubierto una forma dulce de domar a Alucard, de hacerlo todavía más su esclavo, de demostrarle que era ella su única dueña. La hermosa joven estaba sentada sobre él gozando del clímax del sexo con su delicada cabeza echada hacia atrás. Con las manos sobre el pecho de su amante recorriéndolo suavemente mientras el recorría el fino cuerpo de su dama recobrando el aliento
-vaya manera de despertarme-decía exhausto
-pensé que te agradaba-sonreía ella
-mas que a nada en el mundo-contesto atrayéndola hacia el besándola con pasión
-te amo-dijo la bella al separarse de sus labios-quisiera quedarme mas tiempo pero mi deber me llama
-quédate 10 minutos mas-le pedía-no va a caerse la maldita monarquía-
-todos los días dices lo mismo y pasó más de 2 horas contigo-
-acepta que te gusta-afirmo él sonriendo maliciosamente aun con su mujer en sus brazos, y besando el delicado cuello
-sabes bien que si-decía ella estremeciéndose al contacto con los hermosos colmillos del vampiro-pero la organización no se maneja sola-
Y muy a su pesar se levanto
-Walter podría manejarlo todo-
-no tan bien como yo-contesto con orgullo-
Esto era muy cierto, Integra era la líder absoluta de su organización y nadie podría nunca ocupar su lugar ni hacer tan bien el trabajo como ella, era una magnifica estratega, un general en toda la extensión de la palabra, una dama de hierro, que no toleraba equivocaciones de nada ni de nadie. A últimas fechas, la Talamasca, la terrible organización rosacruciana que estuvo a punto de acabar con su vida y que había sido derrotada por Alucard al terminar con la vida de sus tres principales senescales, aun se mantenían con vida y en bajo perfil, ahora, el principal objetivo de Hellsing era iniciar La Búsqueda, saber donde se encontraban para poder exterminarlos antes de que se reorganizaran y les hicieran daño. Las fuerzas de inteligencia buscaban por toda Gran Bretaña signos de su resurgimiento, ni la mesa redonda y tampoco la reina deseaban mencionar una palabra de los que habían sido sus aliados, ya sea por temor o porque en el fondo deseaban secretamente acabar con Hellsing.
-En realidad-decía Seras entregándole un reporte de su reciente investigación a Integra, quien se encontraba en su oficina junto al fiel Walter-pareciera que se los trago la tierra, no hay indicios de ellos-
-tienen que estar escondidos en algún lado-leía la joven-debemos buscar en todos los sitios propicios para la magia ya sean antiguos o nuevos de Inglaterra-
-¿y si esperamos a que ellos ataquen primero?-pregunto la chica-
-no, hemos dejado que ellos se adelanten, es hora de que seamos nosotros los que lo hagamos primero, tenemos a Alucard de nuestro lado-
-¿ahora ya confía de nuevo en mi maestro?-pregunto Seras con ironía
-siempre he confiado en el-dijo con honestidad-he puesto mi vida en sus manos-
-me alegra oír eso, Máster-contesto el vampiro apareciéndose en la oficina
-maestro!!-Dijo la chica alegremente-esta noche buscara conmigo a la Talamasca??
-prefiero hacerlo yo mismo, pólice girl-
-y donde buscara Sr. Alucard?-pregunto Walter
-eso déjamelo a mí-contesto con una sonrisa de malicia
-usted hizo tratos con ellos, no es así?? Pidió que le devolvieran a su amante
-es verdad-interrumpió Integra con ironía-ellos confían en ti
-exacto-contesto confiado-puede que tenga la misma suerte
-y revivirá a otra amante??-pregunto sonriendo Walter-
-seria interesante-le contesto mirando a Integra divertido
-solo encuéntralos-hablo con firmeza la joven y con un tono que claramente decía que esas bromas no le agradaban.
Se interno en los viejos suburbios londinenses, eran oscuros como tumbas pero para un nosferatu como Alucard acostumbrado a reinar en las sombras solía notar cada detalle en ellos como si fuera la luz del dia,sabia bien en donde buscar, había lugares que no deberían ser revelados a los humanos, el sabia donde se encontraba la vieja sociedad, entre inmortales existían ciertos códigos de silencio que deberían ser respetados, y no ser revelados jamás a los mortales, aunque él trabajara para ellos, no era porque no confiara en Integra, simplemente, ella no lo entendería siendo aun una humana.
Llego a una vieja gruta en donde se encontraba incrustada un puerta de hierro, tenia labrada encima una hermosa rosa detallada finamente, símbolo innegable de los rosa cruces, raíz principal de la Talamasca, al llegarAlucard a ella la puerta se abrió, el se introdujo al recinto en donde un extraño consejo lo estaba esperando, se coloco en medio de ellos no sin antes preparar su arma, y lentamente le quitaba el seguro, era mejor estar preparados.
-Milord-saludo el senescal principal-es el segundo concilio que le permitimos, ¿acaso viene a acabar con nosotros?
-seria muy sencillo-respondió el vampiro-se bien que no están indefensos-
Alucard miraba en derredor suyo, había decenas de de armas apuntándole, los franco tiradores estaban listos para hacer fuego a la primera provocación
-cierto es Milord, que en cuanto dispare la primer detonación nosotros estaremos muy lejos y a salvo de aquí, a miles de kilometros,asi que seria un gasto inútil de armamento y destreza-
-lo sé, pero me gustaría intentarlo-
-usted no viene a pelear, ya lo hubiese hecho,..Usted viene a preguntar nuestras intenciones para con Hellsing, no es así??-
-aléjense de la organización-ordeno-
-no, hasta acabar con ella
-quien los está mandando??
-nadie, por decreto y por antigüedad nosotros debemos gobernar junto con la monarquía-
-la monarquía hace años que no gobierna la Gran Bretaña-aclaro burlón Alucard-siempre han sido unos inútiles y una simple imagen para los turistas-
-los asuntos de estado no nos interesan, los del inframundo son nuestros negocios
La Talamasca deseaba controlar cualquier asunto concerniente a problemas relacionados a lo sobrenatural como lo había ejercido Hellsing por años, deseaban ser ellos los que cuidarían de la iglesia protestante y a la reina, es por tal motivo que Integra y su sociedad les estorbaba
-si usted Milord-continuo el senescal-se opone a nuestras intenciones, será también destruido a pesar del pacto entre nosotros-
-ese pacto está roto hace tiempo ya-contesto decidido el vampiro, empuñando su arma y apuntándoles –si quieren guerra la tendrán-
-No nos subestime Milord, que nosotros nunca lo hemos subestimado a usted, perdimos tres senescales los cuales han sido ya reemplazados, ¿está usted dispuesto a reemplazar a la mujer que ama?-
-Mina esta en Rumania-dijo con una sonrisa-vayan por ella-
-no hablamos de Mina -
Alucard bajo el arma y miro con extrañeza ¿Qué demonios había querido decir?
-usted sabe bien de quien hablamos, milord-contesto el senescal a sus pensamientos-hablamos de Sir Integra W. Hellsing-
Al oír esto, el vampiro dio un certero disparo al senescal el cual evito con una rapidez sorprendente, todos a una vez, los francotiradores abrieron fuego en el,Alucard contra ataco pero según había dicho el hombre, todo el consejo había desaparecido en cuestión de segundos, terminando el fuego y rodeado solo de los cuerpos de los asesinos que él había liquidado, noto que reinaba un silencio sepulcral en derredor, ahí no había quedado alma con vida..Lo que mas le preocupaba habían sido las palabras del jefe del consejo ¿ellos sabían lo de Integra o solo lo sospechaban?
Al volver al señorío, Alucard fue directo a sus habitaciones en donde se dejo caer en su acostumbrado asiento, tenía muchas cosas en que reflexionar, oyó que unos pasos se acercaban, era ella, Integra, venía a enterarse de las ultimas noticias de sus enemigos
-y bien?-pregunto la joven en cuanto vio a Alucard-los encontraste?
Preguntaba mirándolo directo a los ojos
-no, no los encontré-mintió-pensaba en donde podían ocultarse-
-es inútil-contesto la joven-nunca los encontraremos, hemos buscado por toda Gran Bretaña, solo resta Europa
-Europa es grande-dijo sin ganas y virando la vista hacia otro lado
La joven se sentó sobre la mesa que tenía el vampiro a un costado de su sillón
-debemos encontrarlos, no podemos permitir que vuelvan a mermar nuestras fuerzas-
-Son poderosos-contesto él –mucho
-los conoces muy bien, no es así?-
-no hay nada nuevo para mí, Master,he vivido muchos años y he peleado contra muchos enemigos-
-eso es lo que mas me preocupa-dijo la joven cruzándose de brazos-que tu digas que son poderosos, se que son un peligro si tú los respetas-
-no hay enemigo pequeño, mi padre siempre decía que había que respetar a tu enemigo para crecer con el-dijo Alucard sabiamente
Ella esbozo media sonrisa, no le gustaba esa tensa calma en la que se encontraban, sentía que tenía que hacer algo, realizar el primer movimiento, Alucard la miro, sabía lo que estaba pensando, poso su mano sobre la joven denotando propiedad y trato de animarla
-hemos enfrentado cosas peores, saldremos de esta-
-si tú supieras en donde se encuentran, ¿me lo dirías verdad?-pregunto Integra mirándolo fijamente, el sonrio,esa mujer era increíble, nada se le escapaba, lo conocía demasiado bien, había que reconocerlo, nadie lo había descifrado jamás como ella lo hacía, era ese tipo de cosas lo que había hecho a Alucard amarla como lo hacia
-por supuesto-mintió-nunca voy a abandonarla Máster-
Ella sonrió y se acerco para besarlo, el respondió haciéndolo con pasión
-no me gusta que me llames Máster cuando estamos a solas-
-disculpa, falta de costumbre-contesto en su muy peculiar forma de ser, acariciando la rubia cabellera de la joven y atrayéndola a su regazo en donde comenzó a desabotonar su blusa lentamente,le disgustaba pasar tanto tiempo sin poseerla,esa mujer se había convertido en su obsesion,ella respondió sumisa a sus deseos, él era el dueño absoluto de su cuerpo y podía tenerlo cuando quisiera, además el era su caballero andante, estaba más que segura y protegida en sus brazos, estando con él ,nada mas importaba
-te extrañe-le confesó la bella besándolo ávidamente-
-ídem-le contesto con una sonrisa y sin dejar de besarla
-¿Por qué no fuiste a mi oficina?-
-deseaba que bajaras, me has tenido en tu habitación y yo deseaba tenerte en la mía-diciendo esto la recostaba lentamente sobre la mesa y comenzó a hacerle el amor son ternura.
Continuara…
