Disclaimer: no soy Rowling ni los personajes ni universo de HP son míos.
¡Holaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Sé que tengo parado "Atrapado en el pasado" y que he comenzado otro longfic, pero es que tenía esta historia rondándome por la mente y quería salir a la luz y lo ha hecho ya y no he podido evitarlo y espero que os guste.
Es un Rose&Scorpius pero la trama no queda ahí ni estos son los protagonistas exclusivos de la historia: Lily, Albus, James, Hugo, el clan Weasley, el clan Potter y nuevos personajes tendrán su protagonismo.
Va a ser una historia que comienza normal xro q oscurece con el paso de los años. El mundo mágico volverá a caer y arrastrará a muchos d nuestros protagonistas.
Comienzo con una escena "futurista" y el siguiente capítulo empieza años atrás, cuando ambos van a Hogwarts.
Espero que os guste.
El fuerte viento de una gélida noche de diciembre mecía las copas de los pinos arrancándole sonoros silbidos. Rose tiritaba, sentada en una roca, con los azules ojos anegados en un mar de silenciosas lágrimas. El tiempo lo curaba todo. El tiempo la había curado de espantos. Pero el dolor era intenso, perenne; se había agarrado con fuerza en lo que suponía era su corazón y le golpeaba sin compasión ni piedad.
De repente, escuchó el crujir de unas ramas secas y se volteó rápidamente. Algunos mechones rojos se le quedaron pegados al rostro a consecuencia de las lágrimas y cuando sus dedos rozaron las suaves mejillas, los sintió como témpanos de hielo rasgándole la piel. No se había dado cuenta del frío que se había apoderado de su cuerpo.
—Tú…
Su voz sonó más rota de lo que le hubiera gustado. Con desagrado y rabia, escudriñó el rostro que la miraba a través de unos ojos grises que en un pasado, recordaba, habían tenido otro brillo. Antes de que ella cambiara. Antes de que él mutara a una persona que se le hacía desconocida y despreciable.
—Ponte esto —le dijo el joven acercándose a ella y rodeándola con una pesada túnica—. Te vas a congelar.
—¡No me toques! No… no te atrevas a rozarme con tus asquerosas manos de asesino —gritó Rose dando varios pasos torpes hacia atrás y chocando con el rígido tronco de un árbol.
Ahora el sonido de la copa de los pinos era más fuerte. Y el latir de su corazón también. No podía creer todo lo que había pasado. Desearía tener la fuerza suficiente para sacar su varita, inmovilizarlo allí mismo y llamar a su tío pero esa fuerza se había ido, y en su lugar un fuerte dolor se había instalado en todo su cuerpo. Observó cómo se acercaba. El pelo rubio, lacio, lo tenía más largo de aquella época en que tenerlo frente a frente no le atormentaba. Su nariz, recta y afilada, parecía lo único inalterable de su rostro. Sus labios tenían una expresión seria y dura que le daban un aspecto feroz. La expresión de sus grises ojos era lo más irreconocible.
—No seas idiota, Rose. Vengo a ayudarte.
—¿Ayudarme? —dijo la joven pelirroja, tiritando de frío pero encolerizada por la furia—. ¿Ya se aburrió de ti? ¡No eres más que un títere, un depravado, un ase... a…!
—¿Por qué no acabas la frase, Rose? —dijo el rubio acercándose lentamente a ella y acariciándole la fría mejilla con el dorso de su mano, cubierta por un guante negro. Ahora sus labios se habían curvado en una sonrisa que a la joven se le antojó cínica y burlona—. No es propio de ti quedarte con las frases a medias.
—¡Asesino! ¡Sucio asesino! ¡Sé lo que has hecho! —aulló Rose como un animal herido—. No sé… qué vienes a hacer aquí. No te perdono ni a ti ni a ella y pagaréis.
—No me la nombres, no tienes ni idea —le cortó el joven.
—No quiero volverte a ver, Malfoy, porque entonces… entonces usaré mi varita y lo pasarás muy mal, te lo aseguro.
Rose se recompuso. Recuperó la determinación en sus enormes ojos y con el dobladillo de su jersey se secó la cara. Dio unos pasos, los suficientes para alejarse de Scorpius y lo miró una última vez. Malfoy fue consciente de lo que esos ojos azules decían sin necesidad de que unos labios pusieran en palabras lo que la mente escondía. Decepción.
—Rose… quiero que sepas que lo siento —dijo Scorpius.
Rose no se dio cuenta, por la lobreguez de la noche, que los ojos de su antiguo amante estaban más acuosos de lo normal y que su voz tembló levemente al pronunciar su nombre.
—Siempre te he querido a ti. Solo quería que… lo supieras —terminó Malfoy.
La joven Weasley dejó escapar una carcajada triste y cargada de ironía. Lo miró con dureza y se mantuvo en su lugar, rígida.
—Esta vez, tus trucos no te servirán, Malfoy. La próxima vez no te dejaré escapar y —Rose tragó saliva, levantó el mentón y habló con una seguridad que helaba más que el frío de esa noche— espero que te pudras en Azkaban.
Lo siguiente que vio Scorpius fue cómo Rose Weasley desaparecía y lo dejaba en la más absoluta soledad. Y esta vez sabía que no había vuelta atrás.
Que os parecio?
Por favor, dejad review si os gusta y estais interesados en que continue la historia. Solo diré que tiene varias sorpresitas.
