Awakening
By Mavalu
Me siento extrañamente tranquila. Es como si flotara aunque no soy capaz de distinguir lo que me rodea.
¿Esto es el cielo? si no lo es se le parece bastante. O, al menos, a lo que siempre describen esas personas que dicen haber tenido experiencias cercanas a la muerte.
Vuelvo a mirar a mi alrededor pero no veo niguna luz. ¿Eso significa que no estoy muerta? Se que me han disparado pero no me duele nada, tampoco me dolió cuando la bala impactó en mi pecho. Tan solo perdí el equilibrio porque mis piernas, de repente, dejaron de sostenerme. Y vi a Castle correr hacia mi pero no sabía el motivo.
Él. Todavía recuerdo el miedo reflejado en su rostro.
Le oí. Le oí tan claro como oigo mis pensamientos. Sus palabras sinceras y dolorosas se clavaron en mi corazón al mismo tiempo que la bala destruia mi pecho. Y todavía retumban en mi cabeza.
No se si soy capaz de afrontar algo así. No puedo darle el amor que desea porque esa no soy yo. Yo no vivo en un cuento de hadas. La realidad me golpeó hace muchos años y me convenció de que la felicidad es una utopía que salpica de vez en cuando la dura vida que nos ha tocado vivir.
No creo que tenga derecho a ser feliz. Al menos hasta que el asesino de mi madre pague por lo que hizo.
Tampoco me merezco que me quiera. Y él no se merece que yo le quiera de la manera tan dolorosa con que le quiero. Él necesita un amor puro, reconfortante y sano, no uno retorcido y autodestructivo como el mio. No le convengo aunque él crea que sí.
Pero le quiero. De hecho, es la persona a la que más he querido en toda mi vida. Y él lo sabe y está convencido de que todavía puede sacar algo bueno de mi.
Soy la peor elección que ha podido hacer.
Respiro con resignación y miro hacia el infinito. Algo llama mi atención.
Ahora sí que diviso la luz en el horizonte. Es tenue pero increíblemente llamativa.
Y siento que debo ir hacia ella...
Abro los ojos y me encuentro con su mirada azul cobalto.
Su rostro muestra inseguridad, desconcierto y alegría a partes iguales. Duda de si le he reconocido.
Lo que no sabe es que le reconocería en cualquier parte.
- Bienvenida - susurra levantándose de la silla y dando un paso hacia mi.
Intento hablar pero no puedo. Por primera vez desde que tengo consciencia de mi misma siento dolor en el pecho. Un dolor agudo y pesado. Aunque no es lo único que me impide hablar.
La emoción que siento al verle a mi lado me impide expresarme con palabras. Levanto mi mano y busco la suya. Necesito tocarle, sentir el calor de su cuerpo para sentirme viva de nuevo. Él lo comprende inmediatamente y me la sostiene entre las suyas mientras sonrie aliviado. Su tacto me reconforta. Me acaricia la muñeca y acerca su cara a la mía hasta que deposita un suave beso en mi frente. La suave caricia me atraviesa de arriba a abajo como una inyección de adrenalina. Y cierro los ojos para absorberla y disfrutar del pequeño regalo que me acaba de hacer.
Abro los ojos y le miro. Y él sonrie complacido. Estoy segura de que ha sentido lo mismo que yo.
Está tan cerca que observo la arruguitas que le aparecen alrededor de los ojos cuando sonríe de verdad y respiro aliviada. Si soy capaz de identificar sus emociones estando tan débil, se que saldré de esta.
Tengo algo por lo que luchar.
El pecho deja de dolerme y la presión se aligera. Lo último que veo antes de cerrar los ojos es su mirada tranquilizadora y sincera.
Me está diciendo "estaré aquí cuando despiertes de nuevo"
Y yo le creo.
Fin
