Y si, nueva historia... pero esta vez será algo corta. Es, digamos, algo en lo que me inspiré y creo que esos momentos de inspiración hay que aprovecharlos. Como dije será algo corto, de seis capítulos como mucho, depende de como se cierre. Pero seguro no pasará de los diez capítulos.

Esta vez no es AU, así que espero estar a la altura y que como siempre me dejen saber que les parece con algún review, sea lo que sea :).

Por ahora quedará en rated T, pero bueno ya saben, es una histo mía así que en algún momento cambiará a M jajaja.

Dedicada a mi nenis Sarux porque, bueno, ella sabe porque.

Y nada siempre me extiendo al comenzar nuevas histos... sin mas, enjoy!


Ella siempre había sido una persona racional y lógica. Siempre intentaba pensar de forma calmada, intentando juntar las piezas, intentando que todo tuviera sentido. Intentaba vivir la vida de esta forma porque, desde hacía muchos años, había descubierto que dejarse llevar por las emociones y la adrenalina del momento nunca terminaba en nada bueno.

No.

Dejarse llevar por las emociones solo conduce a un estrepitoso y desastroso final.

Y justo en ese momento, mientras estaba sentada en aquel frío suelo, no podía hacer más que pensar en eso.

¿Por qué? ¿Por qué se había dejado llevar…?

Apenas podía moverse, apenas podía pensar… los pensamientos en su mente se entremezclan. La presión en su pecho se hacía más y más fuerte, y la tensión en los músculos de su cuerpo era casi dolorosa.

Ella era una adulta, hacía tiempo que había asumido eso. Pero en ese momento no podía pensar como una adulta.

Maldición.

Ni siquiera podía pensar en absoluto.

No.

Solo… solo podía recordar.

Recordar el momento en el que había ocurrido… en el que ella… en el que ambos se habían dejado llevar por sus emociones, por el momento… para luego no volver a hablar del tema.

Eso no había sido muy adulto, ni tampoco lógico o racional.

Pero no había podido evitarlo.

Le aterraba hablar del tema, le aterraba hablar de sus sentimientos porque no estaba segura si aquello había sido… si había significado algo. Al menos para él.

Dios.

Su cabeza contra la pared y sus piernas encogidas le recordaban que para ella si había significado algo.

Pero con Castle todo era tan confuso.

¿Por qué era todo tan confuso?

Ella nunca se había sentido así. Desde pequeña, siempre le buscaba una explicación a todo, como cuando había llegado a la conclusión de que Santa Claus no existía pues en su casa no había chimenea y no había forma de que esos regalos llegaran a su árbol de navidad de otra forma.

Pero con él, con Rick… era todo más difícil y confuso.

Kate levantó la vista viendo como su mano temblorosa aun sostenía aquel objeto.

El objeto que lo había cambiado todo.

¿Quién iba a pensar que un simple objeto puede cambiarlo todo?

Pero lo hacía.

Lo hacía porque ahora sabía que estaba embarazada, y ese pensamiento la hacía sentirse jodidamente asustada.

Los recuerdos se entremezclaban en su mente, en donde en un último esfuerzo, ella intentaba darle lógica, intentaba no dejar que una vez más sus emociones nublaran su razonamiento, pero era imposible.

Las manos de Castle sobre su piel, sus labios en la parte de atrás de su cuello, su cuerpo caliente absorbiendo su piel…

-No tengas miedo, Kate, no dejaré que nada malo te ocurra. Y mucho menos mientras estés aquí en mi casa.

Y en ese momento, luego de quedarse sin casa pues su apartamento había volado en miles de pedazos, ella había pensado que quizás había sido una muy mala idea aceptar la propuesta de quedarse en la casa de él.

Ella no temía que alguien le hiciera daño.

Ella temía que él le hiciera daño.

Temía que derrumbara sus barreras exactamente de la forma en la que lo hizo, cuando la acompañó hasta la habitación en la que iba a dormir y no habían podido evitar acercarse, acercarse tanto que sus labios se habían juntado de forma explosiva, de forma erótica, de una forma que la había dejado en blanco.

El cuerpo de Castle se sentía tan bien, sus músculos, sus huesos, todo su ser le gritaba que esto era lo correcto, que debía dejar de pensar… que solo debía sentir, sentir como su corazón martillaba en su pecho, sentir como la sangre se disparaba a todo su cuerpo y como se sentía flotando… flotando hacia las mas exquisitas sensaciones.

Él había abierto la puerta a su espalda y ambos se habían entregado.

No habían dicho otra palabra.

Solo besos, caricias y gemidos.

Solo las manos de él desnudándola y las suyas acariciando su pelo, su pecho.

Solo los labios de él recorriendo su garganta y luego lamiendo sus pechos con devoción.

Solo su cuerpo encima del de Castle, moviéndose, sintiéndolo, sintiendo como el placer y las emociones le nublaban la razón.

Aun recordaba los ojos de él mirándola fijamente, los sonidos roncos de su garganta…

Y como la mañana siguiente, ella había huido cobardemente.

No quería enfrentarse a él, ni mucho menos a su madre o a su hija.

Había pensado que Rick le diría algo al llegar a la doce pero… nada. Ni una palabra.

Se lo merecía. Pensó.

Parecía no estar molesto, y eso de alguna forma la había molestado a ella.

Y orgullosa como era se había dicho que si él no quería hablar, que si de verdad no había significado demasiado para él, ella haría como si tampoco hubiese significado nada para ella.

Y allí estaba.

Ahora daba igual si había significado algo o no… porque más allá de eso, había tenido consecuencias.

Consecuencias que no se podían ignorar.

Su mano tocó instintivamente su vientre.

Era hora de hablar.

No sabía muy bien cómo demonios iba a hacerlo pero debía hacerlo.

Ya no por ella, o por lo que sea que sintiera por Castle (a quien engañaba, sentía muchas cosas por él, pero no estaba preparada para aceptarlo) sino por el bebé…dios un bebé.

-¿Kate?-La voz de Tom la sacó de sus pensamientos.

Sus manos secaron las lagrimas que se habían colado por sus mejillas casi imperceptiblemente, y se puso de pie guardando, no sabía para que… la prueba de embarazado en el estante del baño.

Quizás no había sido la mejor idea hacer esto antes de que Tom llegara a casa. Ella había tenido que dejar la prueba sobre el lavabo mientras le daba el resultado para ir a abrirle la puerta, y luego había tenido que disculparse con él para usar el baño.

Quizás debió esperar a que él se fuese… pero no había podido, necesitaba saber, necesitaba saber si su vida había dado un vuelco.

Y vaya si lo había hecho.

-Si… enseguida salgo-Dijo en voz alta mirándose en el espejo.

Podía ver el resplandeciente miedo en sus ojos y las ojeras producto de los días sin dormir.

Ella había sido siempre alguien racional.

Pero el reflejo que estaba mirando en ese momento no era el de una persona racional, sino más bien el de alguien con miles de sentimientos que apenas sabía como manejar y que tarde o temprano iba a derrumbarse.


Nunca le había costado tanto coger su móvil para avisarle a Castle que había un asesinato… pero esa mañana no era cualquiera mañana.

Había estado despierta toda la noche practicando, ensayando la forma en la que le diría que estaba embarazada y que indudablemente ese niño era suyo… sobre todo por el hecho de que en ese entonces no estaba viendo a nadie más y ahora mismo, aunque estaba con Tom, ni siquiera se habían acostado.

¿Pero como se dice algo así? ¿Cómo demonios sueltas algo como eso?

Las palabras no salían de su boca, ni siquiera cuando estaba ensayando tristemente frente al espejo del baño.

Si no podía decírselo a su propio reflejo ¿Cómo iba a decírselo a él?

Y ahora que ambos estaban caminando por aquel parque su corazón a penas le da un respiro. Podía sentirlo latiendo desbocado, haciendo que se sintiera mareada.

O quizás era parte del embarazo.

Eso decían ¿no?

Mareos, nauseas… joder. Ya no sabía nada.

-Es una tradición. Alexis y yo lo hacemos desde que tiene cinco años-Ella a penas escuchaba la voz de él por encima de sus turbulentos pensamientos y las ganas de vomitar el desayuno de esa mañana. Que apenas había consistido en un jugo de naranja y media tostada-El día de los caídos es sagrado para nosotros. Y ahora ella prefiere… prefiere pasar el fin de semana visitando una universidad y preocuparse por su educación y su futuro ¿puedes creerlo?-Exclamó indignado-¿Kate? ¿Me estás escuchando?

Claro que lo estaba escuchando, y cada vez que hablaba, su voz se clavaba en su pecho y enviaba descargas nerviosas por su espalda.

Sentía que estaba sudando de los nervios.

No se había sentido así desde que había hecho el examen para ser detective.

-Lo que a penas puedo creer es que sea tu hija-Las palabras simplemente salieron de su boca y en ese instante se dio cuenta de que la palabra "hija" le aceleraba aun más el corazón.

-Ya, a mi me pasa lo mismo. Supongo que tuve que hacer algo mal para que Alexis saliera tan madura-Dijo él divertido-¿Sabes qué?-Castle se detuvo mirándola y ella que ya había dado un par de pasos más también se detuvo. Había intentado evitar esos ojos azules a toda costa pero en ese momento le era imposible-¿Por qué no vienes tu?-Le sonrió y en ese momento Kate no pudo hacer otra cosa que odiarle por devastarla como siempre con su sonrisa-Quiero decir, mi casa está cerca de la playa, y tengo piscina… podría ser divertido… podríamos… podrías pasarla bien, relajarte…

Kate se preguntó qué cosas podrían pasar si ella le decía que si.

Deseaba gritarle de todo en ese mismo momento.

¿Cómo era que habían ignorado este asunto por tanto tiempo?

Ellos habían tenido sexo y aparentaban como si nunca hubiese pasado. ¿Cómo se hace eso?

¿Y ahora Castle la invitaba un fin de semana a los Hamptons como si fuesen mejores amigos?

¿Cómo se atrevía?

Estaba indignada con él, pero estaba indignada aun mas consigo misma.

Ella sabía lo que pasaría si aceptaba esa proposición. Probablemente volvería a ocurrir otra vez.

Tendrían sexo y luego no lo hablarían jamás.

Y no quería eso.

Ella quería...

¡Estoy esperando un hijo tuyo!

Eso quería gritar.

Pero todo lo que pudo decir fue:

-No lo creo, Castle-Y siguió su camino hacia donde les esperaba un cadáver.

Bueno, si esto no era paradójico…

-¿Por qué no?-Preguntó él siguiéndola.

Ella se detuvo de nuevo y ambos quedaron frente a frente, la diferencia de tamaño más patente que nunca, a pesar de que ella estaba usando unas botas un poco altas.

Kate miró a un lado en otro intento de evitar los ojos de él.

El parque parecía encantador a esa hora de la mañana, los pájaros cantando y los arboles regalándoles una sensación de bienestar… podría cerrar los ojos y escuchar el sonido de la naturaleza por días.

Pero en lugar de eso, su vista se posó en la de él.

-Tengo trabajo-Es lo que dijo. No, no tenia trabajo, pero últimamente no podía dejar de mentir- Algunos de nosotros trabajamos de verdad.

-Oye, no seas cruel, yo trabajo.

Ella soltó una risita que intentaba sonar irónica. Pero realmente era una risa nerviosa.

-Si claro, trabajas duramente en tu casa en los Hamptons.

-Tú también podrías…

-Déjalo ya- Respondió Kate y fueron interrumpidos por Lanie y los chicos con información sobre el cuerpo que estaba tirado en medio de aquel parque.

¿Cuándo se había vuelto tan cobarde? Pensó mirando de reojo a Castle.

Bueno, quizás a los largo del día encontraría el valor para hablar…


Rick había estado evitando arduamente a Gina quien lo perseguía para la ultima entrega de su manuscrito, no, en realidad había estado evitando arduamente el escribir, en general.

Esos últimos días no le apetecía demasiado sentarse y ver a donde le llevaban sus personajes, porque no estaba seguro de estar del todo satisfecho con el resultado y ciertamente su inspiración también estaba un poco borrosa.

Quizás solo estaba cansado… o quizás tenía que ver con el hecho de que no podía dejar de pensar en ese imbécil de Demming rondando a Kate cada vez que él llegaba a la comisaria.

Él no era nadie para estar enfadado con ella, ellos a fin de cuentas no eran nada… ni siquiera sabía si eran amigos ya. Ella le había aislado últimamente y él… se sentía herido. Pero intentaba no mostrarlo… solo porque quería estar cerca de ella.

Era patético, si. Pero con solo estar cerca y que ella le mirara de vez en cuando, él se sentía feliz, dichoso.

Probablemente era hora de coger el poco orgullo que le quedaba. Se moría por ella, pero estaba claro que ella no sentía lo mismo.

Suponía que invitarla a los Hamptons había sido una mala idea, pero él había tenido la esperanza de que… bueno, de que ella… suspiró deteniéndose en el ascensor.

Haberle tenido una noche había bastado para que él supiera que era ella, ella era a quien quería. Estaba jodidamente enamorado de Kate y no sabía cómo sacársela de la cabeza y mucho menos del corazón.

Quizás si ambos estaban solos en los Hamptons, podrían hablar y… vale si, tenía la esperanza de que lo que había pasado aquella noche dos meses atrás se repitiera.

Quería tenerla una vez más.

Y sonaba de nuevo patético pero…

-Solo una vez más…-Murmuró saliendo del ascensor.

Insistiría, insistiría hasta que ella aceptara.

Tenía que intentarlo por última vez. No podía dejarle el camino completamente libre a ese idiota de Demming…

Y en ese momento les vio.

Ella estaba allí de pie, con un jersey negro que le cubría el cuello y su cabello corto.

Dios estaba tan preciosa. De hecho… estaba más preciosa que nunca.

Pero Tom estaba allí sonriéndole, y él pudo escuchar un poco sobre que hablaban.

-¿Recuerdas esa casa en la playa de la que te hablé?-Ella asintió con una sonrisa tensa-Creo que podré tenerla este fin de semana. Quizás… podríamos ir…

Ella pareció dudar un momento pero luego dijo:

-Yo… si, supongo que podemos…

Él asintió contento y le dio un beso en la mejilla.

Demming caminó pasando al lado suyo y Rick lo saludó cortésmente con la cabeza para luego clavar los ojos en los de ella.

Le había mentido.

Le había dicho que iba a trabajar ese fin de semana… la imagen de Beckett cogiendo su corazón directamente de su pecho y arrugándolo como un pedazo de papel pasó por su mente en ese instante.

Así se sentía. Sentía que Kate desgarraba su corazón cada vez que la veía con Demming y que lo pisoteaba cada vez que le rechazaba.

Ella… ella no sentía lo mismo por él, ahora todo estaba claro.

¿Por qué seguía insistiendo?

Tragó hondo y cogió aire sin dejar de mirarla.

-Casa de la playa ¿eh?-Le dijo él poniendo su mejor cara de "no pasa nada", pero le dolía, le dolía mucho.

Esto tenía que acabarse.

Ella tuvo la decencia de parecer culpable, bajó un momento la vista y se sonrojó lo suficiente como para que Castle se alegrara de haberla pillado en su mentira.

¿Por qué simplemente no le había dicho que no le apetecía irse con él?, eso habría dolido menos.

-Yo… solo…-Carraspeó-No quería que las cosas se pusieran incomodas entre nosotros ¿sabes?, ahora que Tom y yo…-No pudo acabar la frase, no con él mirándola de esa forma acusadora.

-No, claro entiendo-Castle asintió metiendo las manos en los bolsillos y luego ladeó la cabeza-Supongo que es lo mejor. Yo… venía a decirte que este es mi último caso, Kate.

Ella le miró fijamente con la garganta seca y los ojos ardiendo, sintiéndose aun mas rota. Algo se había roto en su interior al escucharle decir eso.

Quería pegarle, quería llorar y decirle que estaba asustada, que no sabía qué demonios hacer con el bebé que llevaba dentro.

Dios sabía que había pensado en no tenerlo… pero ahora ya no sabía...

Sin embargo... calló como siempre.

-¿Tu ultimo…?

-Sí, necesito tiempo para mi, para escribir ya sabes…-Le respondió él simplemente sentándose sobre el escritorio-Y supongo que estás cansada de mi siguiéndote por todos lados.

Siguiéndote como un perro al que le lanzan las sobras y con eso se conforma…

Kate le miró sin saber que decir.

Sentía que si abría la boca explotaría.

Si abría la boca… diría cosas que no estaba preparada para decir.

Se giró apretando la mandíbula y cogió aire, mirando distraídamente la pizarra en donde tenían fotos y una línea de tiempo.

-¿Por cuánto tiempo?-Fue lo que preguntó.

-Supongo que lo que queda de verano-Respondió él mirando su espalda fijamente-Creo que es tiempo suficiente para acabar el libro.

-¿Solo por el verano?-Le inquirió ella, esta vez con la voz cortada.

-Kate… no lo sé.

Ella se giró de nuevo para mirarle y Rick notó que tenía los ojos rojos y que el maquillaje apenas le cubría las ojeras.

Antes no lo había notado.

-Entonces no sabes si regresas…

-¿Tú quieres que regrese?

-¿Tú quieres regresar?

Ambos se miraron en silencio.

-No puedo verte con él-Dijo él de repente, la rabia bullendo en la superficie.

Kate sentía que su cuerpo era un coctel de emociones.

Quería gritarle que solo estaba con Tom porque estaba asustada de lo que sentía por él, y porque no estaba segura de que él le correspondiera.

¿Y ahora él le decía esto?

Era una tortura.

-Tú nunca… tú nunca dijiste nada… luego de lo que pasó en tu casa, nunca hablamos del tema… ¿Por qué?

-¿Por qué?-Preguntó Castle incrédulo-Tu huiste sin decir nada.

Ella apartó la vista.

-Debiste… -Le miró-Nunca dijiste nada-Repitió con un nudo en la garganta.

-Tú tampoco-Fue la respuesta ácida de él-Y si crees que me voy a quedar aquí sentado viendo como tu coqueteas con tu novio, estás equivocada.

-¿Así como yo me quedé sentada escuchando sobre tus aventuras con actrices y demás conquistas?-Escupió ella con los brazos cruzados. Una posición con la que buscaba protegerse. Pero era tarde, ya estaba herida-Nunca te pedí que lo hicieras, nunca te pedí que te quedaras.

-Tienes razón…-Respondió él mirando al suelo-¿Pero como pretendes que hablemos del tema cuando tu estás con otro?-Le preguntó con aparente tranquilidad poniéndose de pie. Pero realmente quería gritar y romper cosas-Estoy cansado de esto, Kate-Negó con la cabeza resoplando-Es mejor si nos damos un tiempo, si yo… me voy por un tiempo luego de este caso.

Ella estaba demasiado dolida como para suplicarle que se quedara en ese momento.

Miles de cosas pasaban por su mente. Pero las palabras no salían, simplemente no salían.

-Vale-Fue lo que le dijo-Como quieras.

Ryan y Espo se acercaron con nueva información sobre el caso, notando que el aire podría cortarse con un cuchillo.

Castle miró hacia otro lado y Kate se quedó mirando fijamente la pizarra.

-Eh… ¿todo bien?-Preguntó Ryan extrañado, dándose una mirada significativa con Javi.

-Si-Respondieron ambos al mismo tiempo.

-Todo bien-Acentuó Castle con media sonrisa.

-¿Tenéis algo?-Preguntó Kate mirándoles.

Espo le explicó que habían encontrado imágenes de vigilancia que eran muy útiles y en donde aparecía uno de los trabajadores que habían entrevistado en el caso, el cual no había mencionado que estaba involucrado en todo el asunto.

Ambos notaban a Kate algo ausente mientras hablaban, pero no hicieron ningún comentario.

Hacía mucho que habían dejado de intentar saber que pasaba entre esos dos.

-Bien…eh, id a buscarle para ver porque nos mintió-Les ordenó Kate con la mirada perdida-Voy a… el baño un momento-Les dijo intentando huir de allí cuanto antes porque si tenía que soportar estar allí de pie junto a Rick por más tiempo iba a derrumbarse, y prefería hacerlo en la privacidad del baño.

-¿Estás bien?-Le susurró Espo cuando pasó a su lado.

Ella asintió sonriendo, pero cuando se giró para seguir su camino hasta el baño las lágrimas salieron sin más.