Disclaimer: Todo de Stephenie Meyer

Llegar al cielo

Lo había encontrado. Ese aroma que me volvía loco. Sangre, pero esta vez especial, un aroma mucho más atrayente de lo común.

Las últimas veces que había salido a cazar, había buscado víctimas inconcientes, moribundas o con deseos de morir. Porque ya me había cansado. Me había cansado de sentir.

Ver las caras de horror y pánico no se compara con sentir un corazón inexistente haciendo eco en tus oídos, o esa presión en tu pecho que no deja pasar el aire que al fin y al cabo no necesitas. Tampoco se compara con esa sensación de caída, cuando sentís que el alma literalmente cae a tus pies.

Pero más que todo, no se compara con esa sensación de tristeza infinita, cuando sientes que tu vida se acaba y todavía hay tantas cosas que no hiciste. O esa furia hacia uno mismo por haber salido de casa solo, sin testigos para tu final, que de todos modos no se podría haber evitado.

Y ésta vez no iba a ser la excepción. Sentía la curiosidad y la precaución a flor de piel. A cada paso que daba, las sensaciones se iban tornando más intensas e iban adquiriendo otras formas. Miedo. Pánico. Una mano en su hombro y una sonrisa forzada. Todo mi esfuerzo en tranquilizar a mi víctima. Siento como se relaja.

-¿Cuál es tu nombre pequeño?- me mira a los ojos.

-Tommy.-

-¿Y qué hacés a esta hora solo por la plaza Tommy?-

-Estoy esperando a mamá.-levantó un brazo y señaló un edificio lleno de carteles luminosos, contrastando con la calle oscura y escondida en la que se encontraba. Un prostíbulo.-Sale de trabajar en unos minutos.- me sorprendí de que una madre pueda dejar así a su hijo. Si no era yo, seguro ya lo iba a encontrar otro. Y capaz no tenía tanta suerte. A veces, la mayor amenaza para los humanos no son los vampiros precisamente.

-¿Y tu papá? ¿Por qué no está con vos?-

-No tengo papá. Mamá siempre me deja con la tía Susy mientras ella trabaja. Pero a veces la tía Susy está rara y habla cosas chistosas. Esos días me escapo y vengo a esperar a mamá para irme con ella. Esos días la tía Susy me da miedo.- me atravesó una ola de desamparo y tristeza con su respuesta. Realmente no sabía si las emociones eran mías o del niño.

-Yo te puedo llevar a un lugar mejor Tommy. Un lugar donde la tía Susy no exista.-

-¿Y mamá?-

-Mamá va a venir más tarde.-

-¿Cuánto tiempo más tarde? ¿Hay dulces?- su mueca infantil me hizo gracia, sólo un niño puede preguntar si hay dulces en el cielo. Porque estaba seguro que era ese al lugar donde iba.

-No mucho tiempo. Sí, seguro que hay dulces.-

Lo llevé de la mano hasta que los árboles tapaban la vista a los pocos peatones que pasaban por la plaza.

-Tu mano está fría.- Lo miré a los ojos y le sonreí. Sentí pena por todo lo que le quedaba vivir a ese niño que estaba delante de mí. Sin embargo mi sed y mi razón fueron más fuertes. El chico no tenía futuro.

-Porque la noche está fría.-

Cuando acerqué mi boca a su cuello, la única sensación que recibí fue expectación. Capaz el niño no era tan ingenuo como había creído. Podía ser que Tommy de verdad estaba esperando llegar al cielo.


... Me salió drámatico... no era la intención, bueno sí... no sé porq ando escribiendo estas cosas, odio los dramas. Debe ser porq falta poco para q se me acaben las vacaciones :S, sí, seguro que es eso... Espero que les guste! Besitos :)