And if you strip me,
Strip it all away
If you strip me,
What would you find?
If you strip me,
Strip it all away
I'll be alright

―Muévete― demandó una voz fría.

―Imbécil ― se atrevió a contestar, recibiendo un latigazo en la espalda. No debió hacerlo, le quemó tanto que tuvo que gemir del dolor.

― ¡Cállate! ― otro golpe sonó en el aire.

Siguió caminando por la vereda llena de rocas, sus pies descalzos gritaban por pisar algo suave no aquellos vidrios junto con guijarros, que de seguro se le clavaban en las heridas abiertas.

Estaban en el maldito siglo de la tecnología y aun así, ¡la vendieron! Otras mujeres iban atrás suyo, ella encabezaba la "mercancía".

― ¡Alto! ― rugió la misma voz fría― esperaran a que pase una furgoneta amarilla y las llevara al lugar que cada quien corresponde, Votir se quedara a cuidarlas para que no cometan estupideces.

El chico la miró con una sonrisa de lado, nada atrayente tenía que decir y mucho menos de su gusto.

―Excepto tú, tú vienes conmigo princesa ― tomándola de la cadena que sostenía sus manos la jaló ― Votir, después regreso ― el susodicho se río tontamente, sí, ella también sabía que iba a hacer el imbécil.

Caminaron un largo tramo, si su mente aun funcionaba lo suficientemente bien, podría decir que alrededor de una hora estuvieron rondando el bosque, ¿para qué? respuesta fácil, violarla.

Llegando a un árbol un poco alto y ancho, la amarro, los enlaces de la cadena los paso por la rama más baja que había, haciendo que se pusiera de puntillas para que los grilletes no la lastimaran.

―Va a hacer rápido, princesa.

Ella no dijo nada, no tenía caso si iba a resultar lo mismo. Se dedicó a ver cada movimiento que hacía.

Blusa abierta.

Pantalones abajo.

Duró.

Cerró los ojos cuando lo sintió dentro, eso había sido rápido.

Unas cuantas caricias vinieron antes de que llegara al orgasmo, tanto ella como él.

―Ves… fue rápido.

Abrió los ojos cuando ya no oyó sonido alguno. Se había ido.

Se había ido.

¡SE HABIA IDO Y DEJADO SOLA!

Esperó unos segundos más, esperó y esperó. Se rindió cuando se empezó a hacer de noche. No la vendría a buscar eso era seguro.

Se estaba cansando de estar de puntillas y las esposas le lastimaban.

Tenía que pensar en como zafarse y lo único que podía que se le había ocurrido era… cortarse la mano.

Sí, claro… ¿y cómo rayos lo piensas hacer Tenten? ¿Con la mente?

Saltó, tal vez así la rama se rompería, error, solo causó que sus manos ardieran aun más.

Moriría ahí, atada a un árbol; si primero no venia un animal y se la comía.

Suspiró. La garganta le dolía de tanto haber pedido ayuda.

Miró la rama del árbol luego sus pies y de los pies a los grilletes y de estos a la rama del árbol.

Sus ojos brillaron ante la idea que se le avecinaba.

Preparándose para lo que tal vez podría traerle dolor o salir de ese maldito lugar; saltó para tomar la cadena, rechinó los dientes al sentir que el metal quemaba.

Tomando aire por dos segundos decidió saltar de nuevo, gimió al sentir que la piel se abría.

Decidió saltar de nuevo, apretando fuertemente el agarre, se sostuvo del tronco con su espalda y pies, miró hacia la rama, tenía que hacerlo, había llegado muy lejos. Dio el paso más grande que había hecho… ese día. Se balanceo hasta que pudiera abrazar con sus pies la rama.

Bien, Tenten, bien, ahora solo trata de largarte de aquí.

Dando la vuelta para poder sentarse sobre la rama, suspiró, quería llorar de emoción, diablos, eso había sido difícil.

Vio las argollas con detenimiento, eran lo bastantes chafas como para romperlas con una piedra.

Crack.

De pronto estaba ya en el suelo.

Abrió los ojos y miro el cielo, naranja, amarillo y azul. Bonitos colores, pensó con una mueca.

Deslizo el metal por el tronco, estaba… semi-libre. El muslo derecho le dolía, al parecer el tronco había caído sobre él. Intento orientarse pero fue en vano, no reconocía nada y tenía dos opciones: volver al camino con piedras o seguir derecho a encontrar… algo.

Camino con piedras o algo. Camino con piedras o algo. Camino con piedras o algo.

Algo.

Suspiró, a veces su mente la traicionaba.

Caminó por horas y lo único que veía al pasar eran arboles y más arboles. Se detuvo a descansar en una zona algo plana, era lo bastante verde para parecer bonito y lo bastante seco para parecer normal.

Grrrrr.

Volteo rápidamente al oír un gruñido y abrió los ojos al ver una pequeña cubeta, abalanzándose lo más rápido que pudo su cuerpo fue hacia ella, casi se cae de bruces al ver un pequeño zorrito a unos metros de distancia.

Grrrrr.

Ahí estaba el proveedor del gruñido.

―Tranquilo, solo quiero tomar la cubeta, solo…quiero…tomarla ― dijo lo último despacio, tratando de que entendiera el animal, dando un paso cada vez que pronunciaba una palabra llegó a la cubeta y vio que tenia agua, tomó de ella como si fuera la última gota que habría probado desde hace semanas, se sentía así.

Si hay una cubeta aquí, quiere decir que hay gente aquí.

Buscó al zorrito con la mirada y lo vio dentro de un pequeño… ¿refugio? No sabría cómo llamar aquello, estaba hecho de ramas y hojas, pero al menos se ve caliente.

Decidió hacer lo mismo. No dormiría al aire libre, no señor.

x.x―x.x

Tras estar varias horas recolectando ramas, hojas y piedras (lo que los grilletes le permitían), su "refugio" estaba hecho, al menos la protegería de cualquier… cosa que pasara por ahí; no se notaba, incluso a veces la perdía de vista.

Estaba hecha un asco, sus ropas sucias, llenas de sudor y sangre.

Lo único que quería era irse de ahí, pero empezaba a darle miedo ir sola por el bosque. Así que se decidió a meterse en su nuevo hogar, mañana seria otro día.

Volteó hacia el pequeño animal, era bonito si lo mirabas detenidamente. Un tanto rojizo con negro, ojos verdes, sí, se los había visto cuando se acerco lo suficiente para tomar una pequeña roca que había cerca de ahí. Había mirado cada cosa que hizo ella, siguiéndola con la mirada cuando iba y venía.

Miró la cubeta. ―Hey, gracias por la cubeta, un poco babosa el agua pero… créeme, gracias.

Truenos se oyeron, tomándola por sorpresa. El cielo se había oscurecido demasiado y los rayos eran los únicos que proporcionaban luz.

Súbitamente agua empezó a caer, tuvo miedo de que su hogar se cayera y tuviera que mojar.

Rezó, pidió clemencia, suplicó por quien sea que cruzara por su mente que pasara esa noche, era lo único que pedía en ese momento.

Lo único que sonaba eran las gotas al caer en la cubeta y los rayos.

Al menos beberé más agua.

I don't need a microphone
To say what I been thinking
My heart is like a loudspeaker
That's always on eleven


Gracias por darme unos minutos de su tiempo.

Natasha Bedingfield - strip me