¡Hola mis lectoras!
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Este es otro fic, y aquí está el primer capítulo de
Caricias escarchadas
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Caricias escarchadas
Capítulo 1
Vuelve a ser feliz
La nieve empezaba a caer lentamente del cielo mientras la brisa mecía tus cabellos haciéndote temblar ligeramente, la ciudad empezaba a cubrirse de blanco y tu sentías que te congelabas, en tu antigua ciudad no nevaba al contrario era cálido y sólo en épocas decembrinas era cuando la temperatura descendía, te habías mudado precisamente porque en la casa donde vivías te traía mucha nostalgia tras la pérdida de tus padres, ya no era lo mismo, cada mañana al levantarte no había el desayuno habitual servido en la mesa, no se oía a tu padre lavando los platos de la noche anterior, ni a tu madre silbar su canción preferida, no había ningún movimiento, ningún ruido que te hiciera saber que no te encontrabas sola, al llegar de la escuela no estaba tu padre con esa sonrisa en la puerta, sólo silencio, a las tres y media de la tarde ya no llegaba tu madre ni había ese abrazo de bienvenida lleno de sentimientos que le dabas, era muy pronto para ti, los seguías necesitando, una parte de ellos se había ido pero la otra siempre iba a estar en tu memoria.
Tenías un año de haberte mudado a donde se encontraba Jamie, un niño de 10 años al que le guardabas mucho afecto, había estado ahí con su madre cuando más lo necesitaste, empezaste a trabajar en una tienda departamental muy lujosa de prestigio en la que el salario no era poco ni mucho, era lo suficiente como para poder mantenerte a ti misma, te habías convertido también en la niñera de Jamie , su madre te pagaba una cierta cantidad cuando tenía que salir fuera de la ciudad y no podía cuidarlo, al morir tus padres, la empresa de estos te entregó el dinero que habían asignado en caso del fallecimiento de alguno de ellos, con el cual pudiste comprar una casa que se encontraba al lado de la del pequeño por lo cual él podía ir a visitarte frecuentemente.
Una semana antes de Navidad siempre te hacía sentir vacía al ver a gente entusiasmada arreglando el árbol de Navidad acompañados de sus pequeños mientras esperaban ver regalos debajo de él y hoy no era la excepción, sólo faltan cuatro días para ese día tan esperado por las personas, el atuendo de la tienda en la que trabajas te hace sentir cómoda pero no este día, la corta falda negra que deja ver tus tonificadas piernas, la camisa de manga larga blanca y los zapatos negros de tacón de aguja no ayudan mucho con el clima, es día de paga, razón por la cual habías comprado una caja de galletas, las preferidas de Jamie y un nuevo perfume para ti de un aroma encantador, seguiste caminando con algo de dificultad hasta que llegaste a tu casa, antes de poder abrir la puerta sentiste unas manos rodeando tu cintura, volteaste y te encontraste al castaño de ojos color avellana abrazándote, al instante correspondiste su abrazo y le diste un beso en la mejilla.
-¡Jamie! ¿Cómo has estado? ¿Ya de vacaciones?-El castaño asintió con la cabeza y volvió a rodearte.
-¿Te has dado cuenta _? ¡Está nevando!-Gritó emocionado y tirándose al suelo jugando con la nieve.
-Sí, ya me he dado cuenta.-Abriste la puerta introduciendo la llave dentro de la cerradura, el pequeño se levantó del suelo y entró a tu casa, cerraste la puerta después de haber entrado , y lo observaste inspeccionando tu casa.
-¿No piensas arreglar tu casa para Navidad?
-No Jamie, no arreglaré mi casa para ese día-Respondiste sentándote en el comedor frente a él.
-¡_! ¡Por favor! Es uno de las días más especiales y significativas de todo el año.
-Basta Jamie.- Él te miró mientras tratabas de ocultar las lágrimas que amenazaban con caer de tus ojos.
-Lo siento.-Murmuró con tristeza en su voz, mientras te levantabas de la silla para recoger las bolsas del sillón que habías comprado en la tienda, fuiste hasta la mesa una la dejaste en tu silla y la otra se la entregaste a Jamie.
-Toma, un regalo de Navidad, lo he comprado para ti, son tus favoritas.-Mencionaste tratando de sonreír, el abrió la bolsa y gritó emocionado al ver que eran sus galletas preferidas.
-¡Gracias, Gracias!-Te abrazó y tú le diste un beso en la mejilla.- ¿Puedo ir a comerlas con un amigo?
-De nada, Puedes ir, sólo no te alejes.
-¿Puedo comer con él en el jardín?-Tu asentiste, eso te parecía aún mejor, estarían en el jardín y no tendrías que revisar constantemente la ventana, el niño salió corriendo de la casa, su madre te había mandado un mensaje antes de salir del trabajo, tú le confirmaste que lo cuidarías, tu cerraste la puerta y te deslizaste en la pared apoyando tu peso mientras las lágrimas escurrían de tus ojos hasta perderse en tus mejillas, necesitabas que tus padres estuvieran ahí contigo, seguirte sintiendo emocionada al ver nevar y volver a escuchar a tu padre refunfuñar cuando la calle se llenaba de está dificultándole el paso a su trabajo, necesitabas pasar la Navidad con ellos, recuperar todo lo que habías perdido, absolutamente todo, recuperar las ganas de vivir, los motivos y todas las razones para ser feliz, a pesar de todo, habías logrado salir adelante, siempre fuiste de los más elevados promedios de la preparatoria y todos los demás niveles académicos que habías cursado , al morir tus padres, todos los maestros debido a tus destacadas calificaciones empezaron a acomodarte en un trabajo, lamentablemente estaban ocupados, agradeciste todo, te mudaste a tu nueva ciudad, lograste encontrar un trabajo estable, eres simpática con las personas y como siempre, te destacaste entre todos, eres una empleada con un gran futuro por delante, atenta y amable, a veces las personas sólo van a buscar una prenda o un producto pero con tu carisma terminas vendiéndoles otros productos lo cual te hace una empleada sobresaliente , por eso tu jefe te bonifica cada venta con dinero, pero no es que no te gusté la Navidad, ese solía ser el momento más especial de todos, tú y tu familia cenaban, ponían música, se deseaban mutuamente bendiciones y prosperidad, ellos no merecían morir así, tu tenías que admitir que iban a morir algún día, un día cuando ya fueras mayor, cuando estuvieras lista para la despedida, no a tus 19 años, cuando te aferrabas a ellos más que nunca, en la plenitud de tu vida.
Mientras tanto Jamie estaba sentado en el césped comiendo sus galletas con su amigo, no sabía cómo reaccionar, ¿Por qué en esa época que era tu favorita actuabas como si nada? ¿Dónde habían quedado los anhelos que te transmitía la Navidad? ¿Por qué ya no sonreías cuando nevaba? Cuando él te mandaba correos electrónicos antes de que te mudaras cerca de su casa decías que te gustaría ver la nieve, pero eso era antes de la muerte de tus padres.
-Jack.-Murmuró mientras miraba a su amigo que seguía comiendo las galletas mirando al cielo recostado en el jardín, al oír su nombre reacciono y miró al castaño.- ¿Podrías hacer algo por mí?
-Claro Jamie.
-Necesito que una persona vuelva a recuperar el contento en su vida, es una chica muy inteligente, le gustaba salir conmigo a pasear, pero desde la muerte de sus padres ya casi no sonríe, sus ojos se ven cansados de llorar, pero mantiene toda su inteligencia, siempre es el más distinguido promedio en su escuela, trabaja y estudia, yo sé que llora la pérdida de su familia, sé que le duele, sé que necesita a alguien, y tú eres un guardián, necesito que la cuides, que la protejas, que la ayudes a ser feliz.-El peliblanco solo sonrío y aceptó cumplir el favor de Jamie. -Ahora está de vacaciones, en el lugar donde estudia le buscaron una plaza como directora de una importante oficina por sus destacadas calificaciones, la tienda le dará vacaciones porque ella no ha tenido ni un día libre, así que falta para que empiece a trabajar en esa oficina y también en la tienda.
-De acuerdo Jamie, dime como ayudarla.-El castaño empezó a decirle que te gustaba la nieve, la navidad, el estudio y muchas cosas más, ya estaba listo el plan.
Jamie no llegaba así que saliste a ver qué pasaba, el niño al verte aventó a Jack a los arbustos para que no lo vieras.
-Esa chica es _, Jack.-Susurró al peliblanco mirando la expresión que pondría al verte con tu uniforme de la tienda, el solo tragó saliva, una descarga eléctrica lo recorrió de pies a cabeza y su respiración se aceleró al sentir su corazón latir a mil por hora.
-Es muy bonita.-Dijo mirándote con esa dulce sonrisa en tu rostro acercándote a Jamie.
-¿Bonita?-Susurró mirando a Jack quien al oír la voz de Jamie llena de insinuación hacia ti, tornó su rostro de un tono ligero de carmín, iba a decir algo pero tu gritó hacia el castaño lo interrumpió.
-¡Vamos, la cena está lista!
-Voy _, Adiós Jack.-Señaló a tu ventana y en cuanto ustedes entraron, él entró por la venta de la primera planta, subió las escaleras sigilosamente y entró a tu habitación, Jamie y tu cenaron, lavaste los platos y luego subiste a tu habitación cargando tu bolso, el castaño se había quedado en el sillón durmiendo mientras veía la televisión, abriste la puerta y viste que el piso estaba lleno de nieve seguido de un muchacho con una sudadera azul , pantalón café, descalzo, con un cayado en las manos, pelo blanco y unos hermosos ojos azules , bastante atractivo, estaba de pie frente a ti, gritaste alarmada pensando que era un asaltante ,despertando a Jamie.
-No voy a hacerte daño.-Dijo el muchacho intentando que confiaras en él.
-¿Qué está pasando?-Exclamó Jamie subiendo somnoliento las escaleras al oír tu grito.
-De acuerdo, de acuerdo, yo te daré esta bolsa y dinero pero por favor no me hagas daño.-Insististe mirándolo a sus ojos, por unos momentos te perdiste en esos hermosos orbes azules mientras que él se había perdido en tus orbes _ (color de tus ojos), habías estado llorando, se veían todavía los restos de las gotas de agua que habían resbalado en tus mejillas.
-¡_! Él es Jack Frost, Jack, te presentó a _.-El peliblanco tomó tu mano y le dio un suave beso que te hizo estremecer al instante.
-Es un placer conocerte.
-Gracias-Murmuraste.- ¿Cómo puedo saber que eres el verdadero Jack Frost?-El solo te sonrió de manera divertida, golpeó su cayado suavemente en la ventana y está enseguida se llenó de nieve.
-No pensé que pudieras verme, sólo los que creen en mi pueden hacerlo.-Tu seguías sorprendida, no podías asimilar que Jack Frost estaba en tu habitación.
-¿Qué estás haciendo en mi habitación?-Murmuraste mientras mirabas la ventana.
-Tratando de ayudarte, Jamie me pidió que te ayudara.
-¿Ayudarme? ¿Ayudarme a qué?
-Ayudarte a que vuelvas a ser feliz.-Sonrió y tú te estremeciste sin saber lo que pasaba, ¿Por qué te gustaban tanto sus ojos y su sonrisa? ¿Porque cada vez que clavaba su mirada o te dedicaba una sonrisa sentías una descarga eléctrica a través de todo tu cuerpo?
-¿Volver a ser feliz?
-Sí, que vuelvas a creer en Navidad, en los guardianes, que todo el dolor del pasado se esfumé y puedas ver todo lo maravilloso que te ofrece el presente, ¿Aceptas?-Dijo extendiéndote la mano para ver si estabas de acuerdo con el trato que había planeado con Jamie.
-Acepto.- Sonreíste mientras estrechabas su mano, él te devolvió el gesto y Jamie gritó con emoción para después abrazar al albino y a ti.
¡Hola mis lectoras!
Aquí está el primer capítulo de otro fic de
El origen de los guardianes/Rise of the guardians
Caricias Escarchadas
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