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Ningun personaje es mío todo pertenece a JK ROWLING
Nunca digas te amo.
Esa frase resonaba en mi cabeza, era la primera lección que debía aprender un Malfoy. Antes siquiera de saber lo que significaba tener sentimientos te obligaban a borrarlos de tu mente y de tu corazón, aprendías a ser frío y distante y a mantener el honor y el respeto del apellido aunque eso conllevara a aceptar un matrimonio concertado. Yo Draco Malfoy nunca había osado contradecir esa lección siempre había mantenido el honor de la familia intacto e incluso acepté el compromiso con una bruja sangre limpia hija de una importante familia a la cual no había visto en mi vida solo para que mi padre siguiera tan orgulloso de mi como siempre.
Pero todo eso cambió el día que discutí con ella en la biblioteca, con la sangre...con Granger, diablos ya no puedo ni insultarla. No suelo ir mucho por allí, en realidad solo aparezco cuando es estrictamente necesario como lo fue aquel día. Teníamos que hacer un trabajo para pociones así que decidido a ganarme una buena nota y un comentario de aprobación por parte de Severus fui pero no encontré el libro que buscaba. Estaba por irme cuando la vi, ella estaba usando el libro que yo necesitaba esa rata de biblioteca estaba a punto de fastidiarme el trabajo usando la misma información que iba a usar yo, eso no podía permitirlo.
Flashback
-eh sangre sucia y tus guardaespaldas?-pregunté intentando hacerla rabiar, si conseguía que la echaran de allí por gritar podría llevarme yo el libro.
-pierdete hurón- susurró
Entonces cogi su pluma y su tintero y empecé a garabatear en unos pergaminos en blanco que tenía encima de la mesa, ella solo me miraba y cuando ya me cansé de intentar hacerla enfadar con aquello ella solo tuvo que pronunciar la palabra in blanquo
Y todo volvió a estar limpio y el tintero lleno.
Ahí ya me irritó ¿se creía mejor que yo?
Pero entonces la ventana que ella tenía detras recibió de lleno un rayo del sol que me hizo quedarme estatico, la sangre sucia dejó en ese momento de ser una sangre sucia para convertirse en Hermione, nunca la había observado, visto si pero no observado. Su pelo tenía un color brillante y aunque pareciera una esponja no le quedaba mal, se amoldaba perfectamente a su rostro y sus labios de repente se convirtieron en los que más deseos había tenido de besar en toda mi vida, los necesitaba. En alquel momento ella alzó la vista dispuesta a decirme algo hiriente pero al ver mi cara de sorpresa se quedó muda, aprovechando ese momento me acerqué a ella poco a poco, para mi sorpresa ella ni se movió de su sitio y al final pude juntar sus labios con los mios con un tímido beso que ella gustosa correspondió de inmediato. Me quemaban, sabía que lo que estaba haciendo era lo ultimo que debería hacer un Malfoy , besarse con una sangre sucia era algo humillante y disfrutarlo era peor aún, Pero sabía que si me separaba de ella en ese momento dolería mas que un cruciatus. De repente sus manos aprisionaron mi nuca atrayéndome más hacía su cuerpo y mis manos buscaron su cintura envolviéndola. Fue la voz de la bibliotecaria anunciando que iban a cerrar lo que nos sacó de ese trance separándonos de inmediato y mirándonos con las mejillas sonrosadas y respirando entrecortadamente por falta de oxigeno.
-Necesito ese libro sangre..Granger- ¿que me pasaba!?
-Olvidalo Malfoy este me lo llevó yo- ahora si estaba molesta, se sentía derrotada y humillada por haberse dejado llevar por mi.
Diciendo eso ultimo recogió sus cosas ante mi mirada y salio con el libro por la puerta.
Esa noche fue el comienzo de las muchas que pase sin dormir pensando en esos labios y odiándome por mi debilidad.