Era por fin viernes y los alumnos del colegio Françoise Dupont salían contentos de sus aulas deseando aprovechar su fin de semana.
Juleka salía junto con su mejor amiga Rose y pretendían avisar a unos cuantos de su clase para que hicieran una fiesta en su casa. Mensajearían a todos después, ya que se habían marchado a sus casas tras las clases, menos Adrien y a Nino, que aún esperaban en la puerta del instituto los dos solos hablando de sus cosas.
Ambas chicas se acercaron a sus compañeros de clase, saludándoles, al menos podrían avisar a dos en personas, que siempre era más natural y cercano.
-Hola chicos, ¿queréis venir a nuestra fiesta esta tarde?-Preguntaba Rose, de forma amable y visiblemente contenta. Los dos amigos se miraron entre sí y asintieron.
-No tenemos nada que hacer.-Accedía Adrien.-Pero supongo que debería preguntarle antes a mi padre, es muy estricto y dudo que me deje así porque sí.
-Por mi creo que sí podría ir, ¿quiénes más van?-Preguntaba Nino, colocándose la gorra.
-De momento solo os hemos podido avisar a vosotros.-Comentó Juleka.-Aunque íbamos a invitar a Nathaniel, a Mylène...
-Básicamente a todos los de la clase...-Interrumpió Rose de repente, porque sabía que su amiga iba a nombrar a todos y cada uno de los componentes de la clase.-Menos a Chloé y a Sabrina... Que sintiéndolo mucho serían muy irritables y nos lo fastidiarían todo.
-¿También irá Alya?-Preguntó Nino otra vez, quería saber si su ''novia'' iba a poder estar junto a él.
-Tenemos pensado invitarla también, otra cosa es que acceda. Tenemos que a avisarles a los todos todavía.-Respondía Juleka, sacando el móvil.-Voy a enviarles un mensaje.
La chica de pelo negro escribió un texto con los datos de la fiesta y lo envió al grupo de la clase, por desgracia se olvidó de que Chloé y Sabrina estarían en él y lo verían.
-Mierda...-Susurró la chica.-Soy estúpida.
-¿Qué ha pasado?-Preguntó Rose, preocupada mientras la miraba.
-He enviado el mensaje al grupo de clase y en él están esas dos petardas...
-Míralo por el lado bueno,-Dijo Nino.-Es posible que digan de tener cosas más interesantes que hacer que ir a una ''vulgar fiesta de críos'' y no vengan.
-Tienes razón, suena a algo que diría Chloé.-Contestó Adrien.
-Hombre, no será una fiesta de críos, pero tampoco habrá alcohol ni cosas raras.-Explicaba Rose.
-Ya, pero ya sabéis como es ella y las ideas que tiene de nosotros...-Impuso el chico moreno nuevamente.
-En fin, será mejor que vayamos preparando las cosas.-Anunciaba Juleka, mientras se colocaba de nuevo su mochila al hombro.-Acordaros, esta tarde a las seis en mi casa, los que queráis os podéis traer el pijama y quedaros a dormir, mis padres se han ido de fin de semana por ahí y me han dejado invitar a gente siempre y cuando luego recojamos todo, está detallado todo en el mensaje.
-De acuerdo, cuando sepamos algo te avisamos.-Respondió Nino y se fue por su lado diciendo adiós a los tres.
Los otros también se despidieron entre ellos. Rose y Juleka se fueron a comer juntas y Adrien se metió en su coche, que ya le esperaba frente al colegio como cada día.
Pasaron unas cuantas horas y muchos de la clase confirmaron que podían ir. Dejaron de milagro a Adrien, y los demás que decían por mensaje que iban eran Nino, Nathaniel, Alya, Kim, Max y Alix. Los únicos que no irían eran Mylène e Ivan porque tenían día romántico entre ellos y además les agobiaban un poco las fiestas con mucha gente en un sitio reducido.
Llegaron las seis de la tarde y los que confirmaron ya habían llegado a la casa de Juleka. Esta había preparado una ambientación tenebrosa poniendo manteles negros en la mesa, vasos de plástico morados, serpentinas y globos negros por ahí y más cosas, algo que Rose contrarrestaba con pasteles con glaseado rosa o de colores vivos, era todo muy extraño, sin embargo no quedaba mal, le daba un ambiente genial a la casa.
Nino y Adrien habían llegado juntos. El primero había llamado a Alya para saber cuándo iba a ir, y le respondió que había ido a buscar a Marinette y las dos irían en un rato. Marinette no había confirmado por mensaje porque estaba haciendo algo importante, pero cuando su amiga fue a visitarla para decírselo en persona, pidió permiso y la dejaron quedarse con sus amigos allí, además de quedarse a dormir.
Y una vez llegaron ellas dos, saludaron a los demás y se quedaron hablando, esperando que los demás dijeran algo o llegaran.
Rose pensaba que ya Chloé no iba a ir a la quedada, pero entonces sonó el timbre. Juleka fue a abrir la puerta y se encontró con Sabrina cargando dos mochilas de aspecto bastante pesado.
-¡Hola!-Saludó la chica, visiblemente sofocada por el peso.-Ahora viene Chloé, estaba ocupada pensando en qué zapatos debía escoger... Vendrá más tarde.
Desde dentro los demás escucharon y se quejaron en voz baja, nadie quería a Chloé por allí.
-Pasa Sabrina, deja que te ayude...-Juleka cogió una de las mochilas y se la llevó a dentro, dejando pasar a la recién llegada y cerrando la puerta detrás de ella.
Nadie tenía nada en contra de Sabrina, ella les caía bien a todos, lo malo era cuando se juntaba con Chloé, ya que para impresionarla le seguía el juego y se volvía borde, creída y mala como ella, y eso todos lo sabían.
Se acomodaron los que estaban, charlando cada cual a lo suyo. Alya y Nino se apartaron para trazar un plan para cuando llegara la noche, pues al parecer todos se quedaban a dormir e iban a hacer algo interesante para juntar a sus dos amigos Adrien y Marinette. Estos dos hablaban del tiempo, o al menos era lo que intentaba Marinette, porque no le salía una sola palabra bien de lo nerviosa que estaba.
Sabrina hablaba extrañamente simpática con Kim y Max, quienes merendaban los dulces y bebían refrescos con ella. A su vez Alix y Nathaniel pintaban cosas extrañas en un cuaderno y se inventaban juegos para proponer más tarde con todos. En cuanto a las anfitrionas de la fiesta, ellas preparaban las camas en las distintas habitaciones y decidirían quién dormiría en cual, y tendrían que hacer parejas para dormir o como mucho en grupos de tres.
Después de un buen rato por fin llegó Chloé, que era la que faltaba y nadie quería ver, pero el lado positivo era que estaba de buen humor porque la habían invitado y nunca hacían eso sus compañeros de clase, siempre se colaba en las fiestas y se lo reprochaba a la gente.
-¡Aquí está el alma de la fiesta!-Exclamaba la rubia, entrando con estilo cuando Rose abrió la puerta.-Siento haberos hecho esperar, se me ha hecho muy difícil escoger unos zapatos que conjuntaran con mi fabuloso conjuntito de primavera.
Ninguno le hizo demasiado caso, solo su amiga íntima Sabrina, que corrió hacia ella y le dio un abrazo.
-¡Qué bien que has llegado!-Decía la pelirroja, sonriente, aunque a la vez siendo apartada con indiferencia por Chloé.-Ahora que estamos todos nos lo pasaremos muy bien.
-Desde luego, es que sin mi no hay una fiesta que merezca la pena, habéis hecho bien en invitarme esta vez.-La chica miró a su alrededor para ver a la gente que había acudido, y al divisar a Adrien fue corriendo hacia él y se le tiró encima, empujando bruscamente a Marinette que intentaba hablar aún con él.-¡Oh mi Adriencito! Dime que vas a quedarte a dormir... ¡Quiero que durmamos juntos!
-Uy... Lo siento, pero es que ya he quedado en dormir con Nino...-Respondió el chico, falsamente, quitándose de su lado y juntándose con su amigo, para que le sacase de ese lío.
-Eh... ¡Sí!-Corroboraba Nino, un poco nervioso.-Es cierto, vamos a dormir juntos porque... Nos da vergüenza dormir frente a mujeres...
-Qué patético.-Contestaba Chloé refunfuñando y cruzándose de brazos.-Pero bueno, supongo que me tocará dormir con Sabrina.
-Eso te iba a decir, Chloé.-Habló su amiga pelirroja, colocándose las gafas.-Juleka nos ha elegido una habitación para las dos, he dejado allí tu mochila con tus cosas.
-Esta casa es bastante grande.-Comentaba Alya, que riendo desviar el tema de conversación.-¿Cuántas habitaciones tiene?
Juleka, que estaba por allí cerca también, la miró y se rió.
-Hay cuatro,-Respondió la chica de las mechas moradas.-antes vivían aquí mis abuelos paternos y mi tía, así que creo que nos podremos acoplar bien.
-Por ejemplo nosotras dos dormimos en la habitación de sus padres, que no van a estar.-Informaba Rose, sonriente a más no poder.-Luego Chloé y Sabrina dormirán en la de Juleka, que tiene otra cama grande, y las otras dos están libres para que decidáis quien se queda en ellas.
-Sintiéndolo mucho, algunos de vosotros tendréis que dormir aquí en el salón en el sofá cama y en un colchón hinchable que tenemos.-Volvía a decir Juleka.
-Soy fan de los sofás cama.-Decía Alix, con un bollo de fresa en la mano.-Así que me ofrezco para dormir ahí con quien sea.
-Venga, yo dormiré contigo,-Se ofreció Nathaniel rápidamente.-si de todas formas no tengo acompañante, así que no me importará que compartamos cama.
-Oooh, ¿ya empiezan los ligues?-Preguntaba Kim, riéndose de su compañero.-Juleka, espero que tengas protección, ¡que aquí va a arder Troya!
-Que bruto eres tío.-Rió Max, poniéndole la mano en el hombro.-Debería extrañarte también que Rose y Juleka duerman juntitas en una cama de matrimonio.
-Chicos, no estropeemos la tarde, que estaba siendo muy bonita.-Dijo Alya de repente, queriendo mantener la calma al menos hasta que se hiciera de noche.
-¿Y tú por qué no duermes con Nino? Sois novios o algo así.-Observó Rose, ignorando que Max acababa de sugerir cosas que la implicaban junto a Juleka.
-¿Acaso se me escucha cuando hablo?-Preguntaba el chico de las gafas.-He dicho que me incomoda dormir frente a chicas, además no veo a Adrien teniendo que dormir con Marinette, porque si yo me voy con Alya, ellos dos se quedarán solos y tendrán que dormir juntos.
Al oír eso, la nombrada se puso roja. Ella había estado callada todo el rato porque básicamente no sabía que comentar, estaba irritada desde que Chloé llegó. La rubia de hecho había desaparecido de repente con Sabrina, ambas habrían ido a su cuarto a verlo o a saber para qué.
-Ahora que no está Chloé puedo decir con tranquilidad que realmente solo te incomoda a ti, Nino.-Admitió Adrien.-A mi realmente no me importaría dormir con Marinette, pero es que Chloé se pone muy pesada y seguro que quiere propasarse conmigo...
Marinette no podía creer lo que oía, ¿de verdad ADRIEN había dicho aquello de ELLA?
-Pero... La distribución ya está hecha... ¿no?-Decía tímidamente la chica de las coletas, sin poder creerse nada.
-Sí, aunque no deberías preocuparte.-Comentaba Alya, acercándose mucho a ella.-Seguro que para la próxima podré convencer a Nino para que duerma conmigo.
-¡Alya!
Chloé llegó de vuelta de las habitaciones con cara de oler a estiércol, Sabrina la seguía sosteniendo un tablero de lo que parecía ser una ouija, ella estaba aterrorizada, y a la rubia simplemente le daba igual, pero el mal rollo no se lo quitaba nadie.
-Tu cuarto es muy siniestro, Juleka.-Comentaba Chloé una opinión que nadie le había pedido.-Pero supongo que va a juego con tu alma de muerta en vida.
-Eh, si no te gusta te jodes y duermes en tu puñetero hotel de cinco estrellas, princesita.-Dijo de manera borde la anfitriona, quien estaba harta de ser introvertida, y al estar en su propio terreno sentía que no se podía callar nada que le dijera Chloé.-Encima de que te he dado de las mejores habitaciones y eso que no te la mereces, ¡por mi te mandaría a dormir a la bañera!
Rose miró sorprendida el comportamiento de Juleka, y entonces Marinette, Alya y Nino aplaudieron y silbaron vitoreándola.
-¡Muy buena Jul!-Exclamó Nino.-Le has dado pero bien.
Chloé solo gruñó y dejó el tema de lado para no comerse más puyas.
-Bueno, retiro lo dicho.-Decía con resignación la hija del alcalde.-¿Vamos a hacer algo interesante o esto va a ser un muermo todo el rato?
-Pues a nosotros se nos había ocurrido hacer algunos juegos comprometedores...-Comentaba Alix, dándole una lista con diversos juegos que había escrito con Nathaniel a Juleka.
-Juego de la botella, verdad o prenda, ¡¿siete minutos en el paraíso?!-Leía en voz alta la anfitriona.-Pero... ¿qué te pasa por la cabeza Alix?
-Algunas de esas cosas las ha puesto el pervertido de Nathaniel mientras yo veía su cuaderno plagado de hentai de Marinette con Chloé.
-¡¿QUÉ?!-Gritó de repente Marinette, que entendía lo que quería decir ''hentai'', algo de lo que la mayoría, incluida Chloé, desconocían el significado. Adrien al ser fan del anime y del manga sabía lo que significaba, pero no dijo nada por no meterse, era lo mejor.
-¡Me prometiste que no lo dirías!-Nathaniel se enfadó un poco con su compañera, quedándose más rojo que su pelo y avergonzado.
-¿Qué más da? Si nadie lo ha entendido.
-Lo ha entendido ella...
-Bueno, lo dejaré pasar, pero en serio, ¡deja de dibujarme de esa manera! ¡Y menos con Chloé!-Protestaba la muchacha de las coletas.
-Venga venga, relajémonos jugando a la botella.-Propuso Max, mirando la hoja escrita con las actividades que tenía Juleka todavía en la mano.-Proporcionalmente es lo menos comprometedor de la lista, la cual podemos seguir de menor altura de perversión a mayor, ¿os parece correcto?
-A mi me parece bien.-Dijo Alya, animada, y seguido los demás asintieron, aunque Chloé y Sabrina no parecían muy contentas.
La pelirroja aún tenía la ouija en la mano, nadie se dio cuenta, hasta que al mirarla, la dueña de la casa lo hizo.
-¿Qué haces con mi tablero de ouija, Sabrina?-Preguntó ella, extrañada.
-A Chloé le da mala espina así que me dijo que la sacara de la habitación y no sabía dónde ponerlo... Perdona.
-No te preocupes, la dejaré por aquí.-Juleka cogió el tablero y lo quedó en un estante, fuera de la vista de sus invitados para que no se asustaran.
Después de un rato y tras de ponerse los pijamas, elegir habitaciones y acompañantes, los jóvenes compañeros de clase habían encontrado una botella vacía y se dispusieron a jugar en mitad del suelo del salón, sobre una alfombra. Muchos estaban entusiasmados por ver con quien les tocaba besarse. No había restricciones ni tiempo de duración del beso. De ahí podía salir cualquier cosa...
Continuará!
