advertencia: los personajes de este fic son propiedad de J.R.R. Tolkien y como tal pertenecen a su respectivo autor.
vectriz Ikaros: bien ya tenia tiempo de no estar con ustedes... perdi la contraseña enserio ._. no me regañen.. bueno les dejo esta serie de drabbles xD comicos, me gusta hacer sufrir a Melkor espero les guste
Capitulo 1: cuando nos conocimosAulë era el valar herrero esposo de la valië Yavanna, estaba tranquilo paseando por las costas de una playa que nadie había recorrido en mucho tiempo; sus pensamientos estaban perdidos en el pasado cuando su alumno Mairon, a quien el había considerado alguna vez como un hijo. Se sorprendió de lo lejos que había llegado de Arda "valla que me he alejado tanto" pensó mientras miraba la costa de la playa.
Decidió sentarse en un tronco que encontró solo cerca de la orilla para descansar, se quito su calzado para relajar sus pies luego de la larga caminata. Sintió algo de hambre, pero estaba aferrado a no regresar por un rato; respiro tan profundo como pudo relajándose y dejando su mente totalmente en blanco.
— ¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí?— escucho una pequeña y tierna voz femenina que le llamo y asusto de la misma manera. Abrió sus ojos, encontrándose con unos extraños ojos rojizos claros y el color de la esclerótica (1) era negro… algo que no había visto en valars, maiars, elfos, hombres, enanos o cualquier otra criatura conocida por él.
—Me llamo Aulë, soy un valar y esto aquí para relajarme un poco y ¿tu?— le pregunto curioso mientras admiraba mas a la pequeña, notando que vestía un largo vestido negro con detalles grises, su cabello dorado resaltando; por alguna razón le recordaba a su querido Mairon.
—Me llamo Silmaril— dijo con una sonrisa en su rostro jugueteando un poco con su vestido y un mechón de su cabello dorado, moviendo ligeramente la cabeza de un lado al otro. Esto le pareció divertido puesto que rio algo bajito, cubriendo su risa con su mano derecha.
— ¿Qué es tan gracioso?— pregunto la niña mirándolo de forma acusadora con un tierno puchero, suspiro; de verdad aquella niña le recordaba a su pequeño Mairon, pero al mismo tiempo el porte que la niña mostraba le era igual al de Manwë y al igual que… se regaño mentalmente, no iba a pronunciar ese nombre ni en sus pensamientos.
—pequeña niña, te llamas igual que unas joya— le dijo en una pequeña muestra de cariño y al mismo tiempo divertido por los pucheros que hacia la menor que se aferraba a su pequeña sonrisa en su rostro tan tierna e inocente que le traía unos recuerdos tan añorados y al mismo tiempo tan doloroso.
—mi padre fue quien me llamo así, el dijo que era tan preciada para él como las joyas de su corona— hablo sentándose al lado de él —señor Aulë ¿usted conoce a mi padre, el señor oscuro de Angband?— le pregunto tranquilamente, como si aquello fuera la cosa más normal del mundo.
—lo conozco bien pequeña— fue todo lo que dijo, respirando profundo mientras observaba a la niña que miraba el mar de una manera tierna y sencilla; estirando sus pequeños brazos al frente mientras sus cabellos dorados se mecían con el viento marino que provenía del mar. Sin duda aquello le recordaba a Mairon.
— ¡SILMARIL!— escucho el grito a poco mas de unos metros, una voz que reconocería sin la menor duda de quién pertenecía; los ojos de Aulë se abrieron en sobremanera al ver de quien se trataba.
El cabello largo y dorado agitado por el viento, con un traje negro de cuero y una armadura negra como la oscuridad misma; montada en un caballo negro azabache que galopaba a toda velocidad a donde se encontraban. Por un momento creyó que estaba soñando, pero no, ahí estaba a quien alguna vez vio como un hijo; el caballo llego hacia donde ellos alzándose en dos pies antes de frenar completamente.
— ¡Mama!— exclamo la niña con alegría mientras corría a los brazos del jinete que apenas la miro correspondió a su abrazo feliz de que estuviera a salvo; beso su frente acariciando su cabeza tiernamente sin notar al mayor que estaba prestando toda su atención a la escena frente suyo.
—mira mama hice un amigo, se llama Aulë— le dijo mientras apuntaba al valar que ahora se encontraba nervioso, el jinete que ahora era reconocido como la madre de Silmaril alzo la vista topándose al fin con la mirada ya conocida de su viejo maestro.
—cuanto tiempo sin verte… Mairon— fue todo lo que pudo articular, mientras sentía como unas lágrimas por la emoción querían germinar de sus ojos al verlo ahí nuevamente. Aunque ahora estuviera cambiado, era el mismo Maia que el había instruido por años.
—maestro— susurro aun con los ojos abiertos al ver de quien se trataba la compañía de la pequeña Silmaril —no puede decir nada, si alguien sabe esto…— no termino la frase, cuando uno de los dedos del valar se había colocado en sus labios a modo de silenciarlo.
—prometo no decir nada, siempre y cuando pueda volver a verlos pronto— dijo mientras alejaba sus dedos de los labios del maia —no prometo nada, pero si llego a aceptar, no juro que cambiare de opinión en cuanto a mi elección— fue todo lo que dijo subiendo Silmaril al caballo antes de montarlo y salir corriendo de aquel lugar.
—adiós… Mairon— fue todo lo que dijo mientras veía partir a ambos madre e hija lejos, entonces ahora creía comprender porque es que su amado aprendiz se había ido de su lado.
Tbc…
vectriz Ikaros: espero les haya gustado deje reviews
