Parejas:

Principal: Yuri x Otabek.

Secundaria: Viktor x Yuuri.


La inconformidad estaba marcada en su rostro, sus ojos esmeraldas denotaban su claro desagrado por la situación. Sus labios estaban torcidos en un gesto de desprecio. Los brazos, cruzados sobre su pecho, demostraban que no tenía intención de cumplir o al menos, hacían ver que no estaba de acuerdo con lo que le decían por. Y su pie derecho golpeaba impacientemente el suelo, hastiado de oír lo mismo una y otra vez. Rodó los ojos cuando escuchó la "impertinente" voz del pentacampeón del mundo. Por un momento Yuri Plisetsky se preguntó qué había hecho para merecer eso.

—No quiero ir. — Protestó por milésima vez el rubio, y es que Viktor estaba empeñado en ignorar todo lo que le decía.

—Pero Yurio, tienes que hacerlo. — Había contraatacado el albino cansado de escuchar la misma queja una y otra vez por parte del menor. Si ambos rusos estaban hartos de esa conversación, ni imaginar cómo estaría el japonés que presenciaba la escena con una taza de chocolate caliente y mirando las otras dos sobre la mesa.

—Iré a calentarlas. — Dijo tras decidir que aquella conversación no llevaría a nada. Llevaban así toda la tarde, con Viktor y Yuri discutiendo. Entre el que es un cabezota a más no poder y el que se niega a aceptar que no puede elegir. Desde la cocina, Yuuri podía escuchar a ambos rusos discutir, que habían pasado de hacerlo en inglés a ruso. Así que el de ojos café, que se había cansado también de intentar entenderles, lo cual había resultado inútil, y había ido a preparar unas tazas de chocolate. Las cuales con la cantidad de tiempo que había transcurrido se habían acabó por enfriar. Y ahora, viendo cómo giraban en el microondas, deseaba que acabarán pronto.

Los ojos azulados del ruso mayor se clavaban sobre el verde esmeralda, estaba cansado de recibir negativas por parte del menor, pero no podía dejarlo así. Esa era una de las únicas condiciones que le había impuesto Yakov. ¡Y justamente era la que más le estaba costando cumplir! Mira que podía ser cabezota Yurio. Viktor no llegaba a entender el porqué de sus negativas, tampoco es que el menor las dejase muy claras todo sea dicho, pero la respuesta de "no iré" no era válida. No cuando eso era lo único que tenía que hacer.

—Yurio. Vamos, solo será por unos días. — No sabía qué más hacer para convencerle.

— ¿Y qué? — Sin duda, la causa de esa cabezonería tenía que ser la edad. No podía ser otra cosa.

—Que es tu obligación. — Sí, sabía que se estaba comportando como si fuera su padre. Pero es que ya se estaba cansando de ir por las buenas.

—Viktor. No voy a ir. — Y ahí estaba de nuevo esa respuesta. El japonés carraspeo la garganta para hacerse notar, imaginándose por la cara que portaba su prometido que la cosa no iba muy bien.

—He calentado de nuevo el chocolate. — Dijo el nipón al ver que no le habían prestado atención y que seguían enfrascados en esa disputa. Ambos rusos le miraron unos segundos antes de que el mayor volviera al ataque. El suspiro que dejó escapar Yuuri quedó silenciado por las protestas del ruso menor. Al final optó por ir a sentarse en el sofá mientras "se ponían" de acuerdo. La verdad es que el moreno se preguntaba cómo era posible que ambos pudieran estar aún discutiendo sobre tan banal como si inscribir a Yuri o no en una escuela. Los tres habían decidido quedarse un tiempo en España al acabar el Gran Prix Final, y de alguna forma, Yakov había accedido a ello con tres condiciones.

La primera, la obligación de practicar en alguna pista. La segunda, cuidar del ruso menor. Y la tercera, que continuará sus estudios. La cual era la que más les estaba costando llevar a cabo. Pues al parecer, Yuri no quería hacerlo y de ello trataba la discusión entre ambos rusos. Yuuri no le veía nada de malo a ello, el chico podría continuar con sus estudios y encima "aprendería" a socializar. Cuando encendió la tele, incluso con el volumen más alto de lo que debería, podía escuchar su protesta como si estuvieran pegados a él. Tal parece que quien tendría que poner fin a esa discusión sería él. Cruzado de brazos, se plantó entre ambos frunciendo el ceño en un intento por mostrar su inconformidad de igual forma que lo hacía el rubio.

—Yurio, vas a ir a la escuela. No hay más que hablar, mañana iremos a ver al director. — Dijo dando por acaba esa estúpida discusión que había durado toda la tarde e, ignorando que por un momento se llegó a sentir como su madre, volvió al sofá y señaló las tazas. — No voy a volver a calentarlas. Ambos se quedaron en silencio para acabar yendo hasta el sofá para sentarse también, Uno a cada lado del japonés. El cual ya más calmado se permitió acomodarse en los brazos de Viktor, recostando su espalda sobre el torso de este.

—Iros al dormitorio. — Bufo Yurio desde el otro lado sin mirarles y con el mando en la mano. Sin parar de cambiar el canal, lo que provocó las risas de la pareja. Aunque el menor no lo reconociera, estaba nervioso. A pesar de que se había negado a ir a esa estúpida escuela, había acabado medio aceptando ante el tono con el que les había hablado el nipón. No quería estar rodeado de un montón de adolescentes hipócritas, él preferiría pasar su tiempo patinando que rodeado de cabezas huecas, ah bueno, que de lo segundo estaba siempre.

Al final, Yuri acabó yéndose a su dormitorio dejando a la pareja en el sofá viendo una película. Al principio había estado jugando a un juego hasta que decidió ver los mensajes que tenía en WhatsApp, no eran muchos así que cuando los leyó se puso a cotillear en el nuevo plagio de la aplicación, no había muchas fotos nuevas, la mayoría eran selfies de Phichit y un par de JJ junto a su prometida. Sin poder posponerlo más, le mandó un mensaje a Otabek. Aunque que conste que había intentado no hacerlo al ver que no tenía ningún mensaje suyo.

Yuri: Hey 21:59

Mientras esperaba la respuesta del kazajo, abrió el cajón de la mesilla de noche y sacó sus auriculares para ponerse música.

Beka: Hola. 22:01

Vio la respuesta mientras intentaba desatar el nudo del cable. Odiaba esas cosas hiciera lo que hiciera siempre tenían un nudo asqueroso.

Yuri: Qué tal? 23:03

Beka: Bien, y tú" 23:03

Yuri: Aburrido, qué hora es allí?" 23: 04

Vale sí, era un intento cutrisimo de iniciar conversación. Pero la verdad es que tenía curiosidad por saber la hora de ahí. Haciendo cálculos deberían de ser las tantas de la madrugada.

Beka: Las cinco de la mañana y en España? 23:06

Yuri: Las 22:06, tienen un horario demasiado extraño. Las Tiendas cierran muy tarde. Y todo va así en general. Qué haces despierto tan tarde? 23:07

Beka: Bueno, creo que también abren bastante tarde. Me he levantado pronto 23:07

Yuri: Sí. Oh, Molesto entonces? 23:08

Se estiró en el sitio antes de bloquear la pantalla del móvil para ir a lavarse los dientes y demás cosas. Bostezando, se detuvo de camino a su dormitorio mientras veía a la pareja en el sofá, Viktor estaba acariciando la espalda de Yuuri, que había acabado quedándose dormido en el regazo del ruso. Yuri nunca lo admitiría, pero se veían tiernos así.

— Me voy a dormir, así que más os vale guardar silencio. — Dijo antes de desaparecer del marco de la puerta, dejando a un Viktor confundido que miraba en su dirección.
Miró una última vez su móvil, pero lo dejo cuando no vio respuesta por parte del Kazajo.

._._._.

Los orbes esmeraldas del ruso menor estaban clavados sobre los ambarinos de la directora. La cual estaba contándole a la pareja las asignaturas optativas que podía coger "su hijo" y el único que respondía era el japonés, pues Viktor estaba mirando los cuadros, las condecoraciones y certificados. Yurio rodó los ojos.

— Bien, espero que su estancia sea agradable, Plisetsky.— Dijo la directora una vez que el oriental firmará los papeles de acceso. Él no quería estudiar letras, sin embargo eso era en lo que le habían inscrito ya que le obligaban a terminar sus estudios en una escuela, lo mínimo elegir el mismo las materias. Al menos eran fáciles.

Tras una despedida rápida, los tres se pusieron en marcha para comprar los libros del rubio. Cuando se patearon todo el centro buscando los dichosos libros con las editoriales correspondientes y de que les timarán por el precio desmesurado, decidieron darse un pequeño lujo y parar en una cafetería a tomar algo.

— ¿No estás emocionado?— Le preguntó el albino una vez que el mesero dejó sus pedidos, un café para el mayor y dos chocolates calientes.

— No. — Negó Yuri bebiendo de su taza. Viktor soltó una carcajada apoyándose en su mano y Yuuri simplemente dedicó una sonrisa. Seguramente porque se imaginaba esa sonrisa.

—Pues yo lo estaría. — Comentó Viktor dando vueltas a la taza, seguramente esperando conseguir alguna respuesta positiva por parte del menor. — Estudiar en casa es muy. Aburrido, créeme. Mmh Yuu, tú fuiste a una escuela, ¿no?

El japonés asintió levemente con la cabeza, el no había vivido desde pequeño como patinador. Si bien lo practicaba desde una edad muy temprana, también era cierto que era como decían un retoño perdido.

— No es algo tan malo. — Murmuró finalmente, recordando su estancia en dicho lugar. El sitio en si no era malo, el problema era su dificultad para socializar.

— Ah, mira. Al cerdo no le gustó. — Acusó Yurio al ver su cara, al parecer esta debería de haber expresado lo que estaba sintiendo en ese momento.

—Te acabo de decir que no está tan mal. — Susurró cerrando los ojos, no quería crearle una mala impresión de lo que era la escuela.— El problema era que yo no sabía socializar bien.

—Ves Yurio, no está tan mal. — Apoyó Viktor finalmente. — Seguro que te gusta.

El rubio solo pudo rodar los ojos ante las insistencias de la pareja. Seguro que desde el principio sabía que iba a tener que aceptar. Al poco abandonaron la cafetería ya habían perdido gran parte de la mañana así.

Cuando por fin llegaron a casa, al rubio lo único que le apetecía era tumbarse en la cama y escuchar música hasta quedarse dormido. Le dolían los pies, Yuuri y Viktor no contentos con haber comprado el todo material en el mismo día, habían decidido que podrían renovar su vestuario. Cosa a la que claramente Yuri se había negado, pero eso no sirvió de nada ante las instancias de ambos adultos. Acabó llegando casa con los pies doloridos y un par de bolsas. Ignoraba los comentarios de la pareja mientras se dirigía a su cuarto, lo último que le apetecía era formar parte de esa burbuja de color rosa.

Cogió el pijama antes de ir darse un baño. Cuando salió, miró la camiseta de su pijama, el cual obviamente llevaba un estampado de manchas de leopardo a partir de los codos y la cabeza de dicho animal en el centro, cuando estuvo listo fue hasta el dormitorio y se dejó caer en la cama.

Beka:No, no molestas. Siento no haber contestado antes. 21:40

El ruso vio la respuesta del kazajo de la noche anterior. Tendría que haber cogido antes el móvil. Antes de responder, aprovechó para meterse debajo de las mantas. España, un lugar donde hacía calor. Qué gran mentira, eso sí, no negaría que en comparación con su país no lo fuera.

Beka: ¿Y Qué tal?21:42

La verdad es que el ruso no esperaba que le respondiera, pues había calculado la hora mentalmente y era muy pronto ahí. Suspiro pensando que a partir de ahora hablarían menos, bueno, menos de lo que de normalmente hacían.

Yuri: Bien, pero al parecer la pareja se cree que son mis padres o algo así. 21:43

Beka: ¿Y eso? 21:43

Yuri: Se comportan como si lo fueran. Adivina cuál ha sido la última. 21:44

Beka: No sé. 21:44

Yuri: Me han inscrito en una escuela 21:45

Bostezo antes de frotarse un ojo, sentía su cuerpo cansado. Normal, si le habían tenido todo el día de un lado para otro. Como no estarlo.

Yuri: Beka, me voy a dormir. Hasta mañana 21:46

Al ver que no había respuesta, se levantó para meter en una mochila, obviamente con un estampado de leopardo en el bolsillo pequeño, un cuaderno y el estuche. No podía meter más, no sabía qué materias daría al día siguiente.

No lo diría en voz alta, pero estaba nervioso por cómo se desarrollarían las cosas a partir de ahora, quería ir a una escuela. Estaría con gente de su edad. Y sabía que con estos pensamientos estaba contradiciendo todo por lo que había protestado. Pero tal vez, solo tal vez, no era mala idea.


Esta historia estaba publicada en otra cuenta, pero al final publicare todas mis historias de YOI aquí, así que gracias a quienes dejaron reviews jessicaraya y a Aroa Nehring.

Y de nuevo tomad unicornios de peluche~, Vitya