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Love in Konoha School
Capítulo 1
Como empezó todo
Las escuelas preparatorias y universidades podían llegar a estar a menudo envueltas en secretos. Oscuros y profundos secretos. Secretos de sus estudiantes, pero también de sus profesores. Incluso yo tengo el mío. Una persona nunca puede olvidar fácilmente a su primer amor. El primer amor es algo que guardas para siempre, algo que guardas en lo más profundo del corazón. No importa si haya sido un amor correspondido o no. Simplemente está destinado a ser recordado. Es por eso que yo tampoco podre olvidar el mío…
Rock Lee una linda chica de cabellos azabaches hasta la cintura, grandes ojos negros y peculiares cejas. Caminaba felizmente por la preparatoria Konoha hacia la sala de maestros con una hoja que mostraba lo bien que le había ido en su examen de matemáticas. La joven de tan solo quince años iba en busca de Gaara-sensei, su profesor de historia. Quien se había convertido en su tutor de matemáticas. Ella solo quería mostrarle que sus enseñanzas habían dado frutos en una victoriosa A+.
-De seguro el estará orgulloso de mi...-se decía así misma.-…y, tal vez, ahora que vea que yo también puedo ser inteligente, tal vez pueda enamorarse de mi…-un fuerte rubor se formó en sus mejillas. Agito su cabeza por tales pensamientos. Había llegado a su destino.
-Permiso.-ofreció, mientras giraba la perilla y abría la puerta. Respiro profundo e intento mostrar su mejor sonrisa, pero grande fue su sorpresa al ver a su querido sensei besándose de una manera muy apasionada con la maestra de geografía, Terumi Mei. Se quedó paralizada hasta que el maestro pelirrojo rompió el beso de manera brusca y se giró para mirarla con cara de pocos amigos.
-Etto…etto… ¡Sumimasen!-grito asustada.- ¡Lo siento! ¡Juro que yo no vi nada!-decía cerrando la puerta tras de sí y corriendo lo más rápido que le permitían sus piernas.
Gaara quedo un poco atónito de ver su a pequeña alumna en la puerta del sala de maestros. Cuando menos se dio cuenta ella ya había corrido gritando sabe Dios qué tantas cosas. Trato de alcanzarla pero ya era tarde.-…Lee…-fue lo único que surco por su mente.
Quería alejarse lo más pronto posible de ahí. No quería volver a ver esa tortuosa escena. Su preciado sensei y la profesora de geografía.
-Estúpida.-pensó. Apretó el examen que traía contra su pecho -No debí creer que él podría llegar a enamorarse de mi.-se decía así misma la joven de cabellos color ébano mientras lloraba desconsoladamente recargada en uno de los árboles de aquella preparatoria.-Era algo obvio, yo no soy como esa profesora; No tengo bonito rostro ni cuerpo deslumbrante al igual que ella. Solo soy una colegiala tonta, sin atractivo alguno.-la joven se tapaba y tallaba los ojos en un fallido intento de hacer cesar sus lágrimas.-Un hombre como el jamás se fijaría en una chiquilla como yo, una chica de ojos exageradamente grandes y cejas extrañas…
-Valla, valla.-se escuchó una chillona voz.-Parece que a la inútil de Lee le rompieron el corazón. ¿No crees Sari?-soltó en burla una chica castaña de ojos color negro.
-Tal parece que si.-respondió la otra chica, y al igual que la primera comenzó a reírse de la joven.
-…Sari-san, Matsuri-san…-pronuncio Lee al reconocer las voces de aquellas dos chicas. Levanto el rostro aun con lágrimas bajando por ambas mejillas. También se maldijo por haber dicho lo último en voz audible.
-¿Eso es lo único que dirás?-pregunto Matsuri.-Parece que el que te hayan roto el corazón te pone más tonta de lo que ya eres.-dijo mientras le tomaba un mechón de cabello y de un jalón la obligaba a pararse.
-¡Suéltame por favor!-rogo.
-Creo que ahora si quiere hablar.-hablo Sari.- ¿Eh? ¿Qué es esto?-se preguntó la chica al ver el pedazo de papel que sostenía en sus manos. Le arrebato el papel.-Oh, una A+, debiste haberte esforzado mucho en este examen.-hablo con sarcasmo.
-Déjame ver eso.- Matsuri tomo el papel entre sus manos y una sonrisa perversa apareció en su rostro.-Ah, déjame adivinar. Tú querías mostrarle esto a Gaara-sensei.-se puso un dedo en la barbilla. Lee trago duro, conocía a esa chica y sabía que algo malo le sucedería.-Querías mostrarle esto, pero después recordaste que alguien como tu simplemente no es nada a comparación de él.-Lee trato de huir pero Matsuri se aseguró de no dejarla escapar ya que la había tomado fuertemente del brazo.
-Por favor…para...-dijo entre sollozos la pelinegra. Esas palabras dolían más que el jalón de cabello que la castaña le había dado anteriormente.-…por favor.-insistió. Las lágrimas amenazaban con volver a salir.
-¡Cielos! Eres simplemente patética.-escupió.-Eres tan molesta.-decía con odio mientras rompía el examen frente a la pelinegra.
-¡No por favor!-Lee trato de detenerla pero al momento de intentar acercarse a Matsuri fue golpeada con el puño de esta, haciéndola caer brutalmente en un charco y dejándole una marca visible debajo de su ojo izquierdo.
-Matsuri. Ya es suficiente.-Sari se acercó tomando por el hombre a la castaña. No le gustaba como empezaban a tornarse las cosas.
-No, Sari. Todavía no termino con ella.-Lee seguía en el suelo, así que se acercó y volvió a tomarla del brazo para levantarla. La chica de ojos grandes la miro con temor. Ya la había golpeado y también gracias a ella su ropa estaba completamente mojada con agua sucia. Y aun así no terminaba.-Escúchame bien…-empezó a hablar.-…no quiero que intentes acercarte de nuevo a Gaara-sensei.-advirtió.-O a la próxima te ira peor.
Ambas chicas comenzaron a alejarse. Lee se quedó ahí, parada, viendo como sus dos atacantes se iban sin remordimiento alguno. También se preguntaba que había hecho para ganarse el odio de Matsuri. Ella no tenía nada que ver con Gaara, al igual que ellas, solamente era su alumna, nada más. Entonces ¿Por qué su odio? Se quedó bastante tiempo intentando reflexionar sobre lo que acababa de suceder. Hasta que recordó que tenía clase de historia, con Gaara-sensei. Por un momento agradeció a Matsuri y a Sari el haberla mojado y golpeado, así podría ir a la enfermería y no tendría que ver al joven de ojos color turquesa. Sería una buena excusa. Vio su examen hecho tiras y completamente sucio. Se agacho un poco para poder recoger lo que quedaba.
-¡Lee! ¡Lee!-llamo una chica de cabellos rubios sujetos en dos largas coletas.- ¡Llevo un buen rato buscándote! Dijiste que harías algo rápido y que después volverías…-la chica de ojos azules hablaba y hablaba.-…pero no volviste y gracias a eso no comí de mi preciado ramen ¡Dattebayo! Y ahora ya tenemos que entrar de nuevo a clases, y no recargue energías.-decía dramáticamente.-Probablemente muera en media clase, Lee.
-Lo siento, Naruko-chan.-la pelinegra por fin había hablado. En un susurro. Alzo el rostro para ver a su amiga. Naruko en cambio la miro asustada al ver el estado en el que se encontraba Lee.
-¡Lee! ¿Pero qué ha pasado?-soltó alterada la rubia y agachándose a la altura de ella.
-No ha pasado nada, Naruko-chan.-dijo la pelinegra tratando de esconder su rostro de la ojiazul.-Solo me caí.
-¿Qué no ha pasado nada dices? Tu uniforme está completamente mojado y tienes un golpe debajo de tu ojo.-gruño molesta.- ¡Ahora mismo me dirás quién fue el o la que te hizo esto!-demando. No se tenía que ser un genio para saber que ha Lee la habían golpeado.
-Ya te dije que no es nada.-repitió poniéndose de pie y tratando de irse.
-Pero, Lee…tu ojo...-hablo nuevamente la rubia. Se sentía preocupada por su amiga.-…también puedes resfriarte si sigues usando el uniforme así.
-Está bien, solo tengo que ir a la enfermería.-mostro una sonrisa un poco débil para tratar de tranquilizarla.
-Entonces, por lo menos déjame acompañarte.-sugirió la rubia.
-No. Yo puedo ir sola. Tú debes de ir a clases.
-Demo...
-Por favor, solo ve a clases ¿Si? Naruko-chan.-finalizo mientras le daba la espalda y emprendía su camino a la enfermería de la escuela.
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Uzumaki Naruko caminaba directo a su salón. Se le veía completamente molesta y nadie en su sano juicio se atrevería a acercársele mientras irradiaba esa aura asesina. Llego a su salón, y para su increíble suerte el sensei aún no llegaba, pero todos los alumnos ya se encontraban presentes. Camino al frente de toda la clase.
-¿Quien fue?-soltó con simpleza. Todos se giraron a verla, no entendían a que se refería.- Solo lo repetiré una vez más.-su paciencia se estaba acabando.- ¡¿Quién fue?!-esta vez lo grito.
-¿De qué rayos hablas? Naruko.-pregunto Kiba.
-La golpearon y también la mojaron. ¿Quién?-apretó los dientes.
-Pero.-intervino Tenten.- ¿A quién te refieres?-intentaba calmar la situación.
-¡A Lee, a ella me refiero!-grito, esta vez todo el salón pudo escuchar. Cierta chica rio por lo dicho. Naruko se dio cuenta.
-¡Fuiste tú! ¿Cierto?-soltó con furia la rubia mientras se acercaba al pupitre de Matsuri. Estaba dispuesta a golpearla.
-Yo no fui.-dijo.- La inútil de Lee es tan torpe que de seguro debió haberse tropezado con algo.-sonrió con malicia.
-¡Tu!-exclamo mientras alzaba su puño en contra de la castaña.- ¡Te golpeare! ¡Dattebayo!
La puerta del aula de los de primer ingreso se abrió dejando ver al profesor de historia, Sabaku no Gaara.
-¡Naru-chan!-pensó Hinata.
-¡No lo hagas!-Kiba y Tenten la habían tomado por ambos brazos para inmovizarla. Ino también intento ayudar.
-¡Suéltenme!-grito la ojiazul.- ¡Partiré a esa bruja con mis propias manos! ¡Dattebayo!
-¡¿Qué está pasando aquí?!-se escuchó una voz de ultratumba.
-Sensei.-soltaron al unísono Hinata, Tenten, Kiba e Ino.
-Uzumaki Naruko.-sentencio el hombre de tez pálida.- ¿Puedes explicarme el por qué estabas a punto de golpear a una alumna durante mi clase?
-Por qué… ¡esta bruja golpeo a Lee!-algo muy dentro del pecho de Gaara se estremeció.
-Kurokawa Matsuri. ¿Eso es verdad?-su tono paso de ser de ultratumba a ser infernal.
-Por supuesto que no, sensei.-puso cara de inocencia.-Naruko solo se me acerco e intento golpearme.
-¡Maldita! ¡Estas mintiendo!
-Uzumaki Naruko ¡Basta! ¿Lee te dijo que Kurokawa la había golpeado?
-Humm…bueno…no.-acepto avergonzada.- Pero yo sé que fue ella.
-Eso no lo decides tú.-una vena salió en la cabeza de Naruko.- ¿Dónde está tu compañera?
-En la enfermería.-respondió.
-Bueno.-intento calmarse un poco.- Quiero que todos comiencen a leer la página ochenta y siete de su libro.-ordeno mientras salía del aula. Iría a la enfermería.
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Lee había dudado si debía acudir a la enfermería. Sentía dolor en su mejilla, pero no quería que Shizune-san le preguntara sobre cómo es que termino así. Se encontraba a fuera de la enfermería, estaba a punto de irse cuando Shizune apareció y prácticamente la obligo a entrar. En cuanto la vio le dio otra muda de ropa, unos shorts y una blusa de deportes. También le ofreció una manta para cubrirse. Una vez cambiada le tomo la temperatura y le dio un jarabe para prevenir el resfriado, aunque un poco tarde ya que el resfriado hacia su aparición en forma de diminutos estornudos y enrojeciendo las mejillas y nariz de la joven.
-Interesante golpe el que te diste, ¿eh?-decía Shizune, quien curaba la mejilla herida de Lee.-Y ¿cómo dices que te lo hiciste? Lee-chan.-pregunto nuevamente.
-…Amm…bueno…yo iba en busca de Naruko-chan, que se encontraba en la parte este de la escuela. Se supone que nos veríamos en una de las bancas de por ahí, para almorzar juntas, pero como no iba atenta al camino, tropecé con algo y caí en un charco, y en consecuencia me empape todo el uniforme.-Lee mostro una gran sonrisa, falsa por supuesto, para intentar convencer a Shizune.
-Ajam. ¿Y el golpe en tu mejilla?
-F-Fue debido a la caída, Shizune-san.-la pelinegra comenzaba a ponerse nerviosa.- ¡Fue una gran caída! ¿No me cree?
-Claro que no pequeña pinocho.-hablo la enfermera. La cual ya había terminado su trabajo.-Pero tampoco te presionare para que me digas, pero, si vuelves a tener problemas, puedes confiar en mí.-Shizune puso una mano en su hombro en señal de apoyo y le regalo una sonrisa.-Ahora descansa.- Después se fue.
-Arigatou, Shizune-san.-la mujer se fue dejándola sola en aquella enfermería.
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La joven enfermera salía de la enfermería cuando se topó con el joven de cabellos rubí.
-Shizune-san.-dijo de manera neutral.- ¿Rock Lee está aquí?
-Oh. Gaara-san.-pronuncio a modo de saludo la mujer de cortos cabellos.-Lee-chan se encuentra descansando en este momento. Ya le di algo para el resfriado, también ropa seca, y también ya cure el golpe que se hizo en la mejilla.- ¿Acaso desea verla?
-Soy su profesor y necesito saber si se encuentra bien.
-Bien, en ese caso. Puede pasar.-dijo la mujer mientras se disponía a seguir su camino.
-Shizune-san.-llamo nuevamente el pelirrojo.- ¿Sabe quién le hizo esto?-pregunto.
-No lo sé.-afirmo.-Ella insiste en que se tropezó. Pero no le creo ni una sola palabra.
-Gracias.-con eso último Gaara abrió la puerta de la enfermería y la cerro una vez que se encontraba dentro.- Necesitamos hablar.-soltó de repente.-Lee lo miro con espanto. Centro su atención en el golpe de su mejilla. Que aún conservaba un tono entra rojizo y morado. Frunció el ceño y apretó los puños. Alguien sufriría.
-…Gaara-sensei…-él era la última persona que deseaba ver. Su corazón comenzó a latir de una manera acelerada, podía sentir como estaba a punto de salirse de su pecho.
-Entonces.-se recargo en la puerta de brazos cruzados y miro fijamente a la chica que se encontraba frente suyo. Las mejillas de Lee se pusieron más rojas de lo que ya estaban.-No me obligues a hacerte hablar.
-Yo no diré nada de lo que vi en la sala de maestros, sensei.-se cubrió más con la manta intentando olvidar aquella triste escena.
-No me refiero a eso.-dio un golpe contra la puerta en señal de desesperación. La pelinegra dio un pequeño salto al ver la reacción de Gaara, pero se desesperó más cuando lo vio acercarse a ella.
-Me refiero a esto.-dijo señalando el golpe que le había hecho Matsuri.
-…E-Etto….yo me caí…Gaara-sensei.-explicaba mientras a la vez huía de esos profundos ojos que la miraban fijamente.-solo eso.
-Mientes.-sentencio el pelirrojo.- ¿Quién te golpeo?-su tono de voz era autoritario.
-Y-Yo ya se lo dije, solo me caí.-tartamudeo.
-Ese golpe no es el resultado de una caída.-afirmo.-Alguien te golpeo.
-No es verdad.-decía la pelinegra sin mirarlo a los ojos. No le gustaban los problemas.
-No eres buena mintiendo, Lee. Te conozco.-se le estaba agotando la paciencia. No podía permitir que alguien lastimara a la persona que amaba. Antes no lo hubiera admitido, pero ahora sí. Esa niña se había logrado ganar su corazón. Su frio y oscuro corazón. Ya no le importaba si era mucho mayor, diez años. Él la amaba y se lo diría. La edad no era un factor importante en el amor.
-Dejemos las cosas así, Gaara-sensei.-dijo la joven desde la camilla donde se encontraba sentada.-es lo mejor.
-¿Lo mejor? ¡Maldita sea Lee!-grito furioso. Lee lo miro sorprendida. Rara vez Gaara perdía la paciencia.- ¿Cómo quieres que deje las cosas así cuando están lastimando a la persona que amo?-dijo mientras la tomaba de los hombros. La joven pelinegra se tensó por el repentino contacto y lo miro incrédula. No podía creer eso. Debía estar soñando. Esas no podían ser palabras de su sensei. Debía ser una agridulce ilusión.
-¿Por qué tiene que mentirme Gaara-sensei?-decía mientras volteaba el rostro y comenzaba a llorar.- ¿Por qué tiene que hacer bromas tan crueles cuando sabe lo que yo siento por usted?
-Lee, esto no es una broma.-decía el joven.- yo en verdad te amo.-dijo atrayéndola hacia su pecho con cuidado de no lastimarla. La rodeo con sus fuertes brazos y recargo su barbilla en su cabeza.-yo en verdad te amo.-pronuncio nuevamente.
-Sensei,…yo lo vi besándose con Terumi-san…-decía entre sollozos.-está mintiéndome intento apartarse pero Gaara no se lo permitió.
-Es verdad.-acepto el pelirrojo mientras acariciaba sus cabellos azabaches.-pero no la bese por voluntad propia. Ella me beso a mí.-explico.-A quien amo es a ti.
-No le creo.-soltó contra el pecho del mayor. Él no le vería la cara de tonta. Era demasiada información para canalizarla de un solo golpe.
-Ya veo.-el pelirrojo seguía abrazando a la chica.-Entonces, creo que tendré que probártelo.-dijo, volviendo a tomar a Lee por los hombros y mirándola fijamente. Lee seguía llorando. Eso le partia el alma y más porque él era el causante de esas lágrimas. Limpio sus lágrimas con uno de sus pulgares. Y agacho su rostro hasta la altura de la cara de ella. Sus mejillas comenzaron a tornarse rosadas. Se paralizo un poco, nunca había estado tan cerca de Gaara y menos en un espacio tan estrecho. Sus nervios estaban a flor de piel. El pelirrojo soltó una sonrisa de satisfacción al ver cómo podía poner a la inocente de Lee. Podía sentir sus alientos chocar. Sus labios estaban separados por unos cuantos centímetros. Ella intento voltear su rostro a otro lado pero Gaara no se lo permitió. Su amado sensei había acortado esa distancia. Él ya había atrapado sus labios. Lee opuso resistencia al principio, trataba de zafarse, intento separarlo, pero fue inútil. Sus débiles golpes no hacían efecto en el ojiverde. Al final termino cediendo. Al ver que la pelinegra ya no intentaba escapar, decidió bajar sus manos hasta sus caderas para atraerla más a él. Lee tembló un poco por el repentino toque. Gaara por fin había logrado probar aquellos dulces e inocentes labios que tanto le habían robado el sueño. Podía sentir lo húmedo y placentero de esa pequeña y virginal
boca que le contestaba tímidamente. Era mejor de lo que había imaginado. Una vez que Lee sintió más confianza subió sus brazos hasta el cuello de su sensei para tener una mayor comodidad. El beso se intensificaba más y más. Pero el aire llego a ser necesario para ambos. Se separaron lentamente. Gaara la miraba con una sonrisa de autosuficiencia. Lee en cambio era otra historia, el color rojo se había intensificado por todo su rostro y sus hermosos ojos obsidiana se encontraban entrecerrados. El pelirrojo la volvió a atraer a su pecho.- Lo siento.-dijo mientras la apretaba contra su pecho.-En verdad lo siento, yo nunca quise hacerte llorar.
-Está bien.-respondió ella.- Correspondió el abrazo.-Eso ya no importa porque yo también te amo.-Gaara sonrió ante esas palabras y una vez más se fundieron en un beso. Esa era el principio de una complicada pero muy bella relación…
Continuara…
¿Y bien? ¿Qué dicen?xD
Se que no es la gran cosa, pero no me culpen:v
Fue algo que se me ocurrió a media noche D:
En fin:3
¡Sayonara n.n/ Hasta la próxima!
