Yuri on Ice pertenece a los estudios MAPPA y es escrito por Mitsurō Kubo y Sayo Yamamoto. Aquellos personajes que no conozcan son de mi autoría y no lucro con esto.
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Prólogo
—Recuerda, no dobles mucho las rodillas o...
—Me caeré.
—Y pon cara de tragedia sino...
—Los jueces me bajaran puntos.
—Y no olvides que no debes hacer los saltos...
—Porque me caeré... ¿Cuántas veces me lo tienes que repetir? Suficiente con saber que no podré hacerlos.
—Si podrás pero no podrás exagerar. Recuerda niña, preparación, transición, despegue...
—Suspensión y aterrizaje, no tengo 10 años, Volkov—la joven patinadora comenzó a arreglar su cabello frente al gran espejo—ya tengo 21 años.
—Lo sé, te he visto crecer esos 11 años y te has convertido en una mujer hermosa—el hombre colocó una mano en el hombro de la chica, haciendo que se pusiera un poco nerviosa—estas tensa, ¿necesitas un masaje?
—No, no, no... estoy bien. Repasemos... mejor dicho, en resumen, tengo que clasificar solo usando toe loops y uno que otro lutz junto a un Salchow triple—el entrenador rodó los ojos ante lo dicho por la joven patinadora.
—Y ahí me acabas de demostrar que no escuchas lo que digo.
— ¿Quieres que gane? Entonces tengo que ser excepcional, demostrar más que las otras... sino... todo este tiempo que gastamos entrenando se irán a la basura—la chica se cepilló su cabello rubio platinado y se miró en el espejo, tenía nervios—juro que lo hare bien.
—Más te vale Tara... sino ya sabes lo que pasara—el hombre se retiró no sin antes pasar su mano por la mejilla de la chica con fuerza—cámbiate, iré a ver a Yakov y Viktor.
Tara escuchó como la puerta se cerró de golpe y al ver que su entrenador se había ido sintió más alivio. Fue hasta su bolso y tomó su botella de agua, sentía que estaba a punto de tener un ataque de ansiedad, tenía que aprender a controlar sus emociones. No era una competencia cualquiera, era los juegos de invierno de Sochi, todos en Rusia esperaban un gran esfuerzo de todos sus representantes en todos los juegos.
Todos esperaban que "El cisne de St. Petersburgo" brillara es noche.
Tara se sentó nuevamente en su silla, faltaban unas dos horas y media para que comenzaran con el patinaje artístico femenino. Ella era la numero 4 en pasar.
—Muy bien... Tara, eres buena... muchos te estarán viendo alrededor del mundo, esta es otra oportunidad en la vida... todos confían en ti, todos te apoyan... no lo arruines—Tara se decía a si misma mirando el espejo.
—Toc, toc... —la joven se dio media vuelta a ver quién había entrado, le pareció un poco gracioso que hicieran el sonido con la boca—hola hermanita, ¿Cómo estás? ¿No has vomitado?
—Ieva... gracias a Dios eres tu—Tara se tocó el pecho con alivio—me puedes ayudar con el maquillaje y el cabello... no puedo sola.
—Toda Rusia cree que la gran Tara Lébidieva es de hielo... si tan solo la vieran en los camerinos—la mujer rió y comenzó a peinar a su hermana mientras Tara se maquillaba—papá esta en las gradas con las gemelas.
Tara se puso más nerviosa aun. Su padre era un empresario que comenzó a tener un gran éxito con su compañía de artículos deportivos hace apenas tres años, y tenía la ayuda de su hija que era una patinadora profesional certificada. Lo que significaba que desde hace tres años no iba a alguna competencia a verla.
— ¿Crees que Anya y Tonya se comporten? —Ieva rió y no respondió— ¿y Ajax?
—No pudo venir—Tara se sintió triste que su hermano mayor ni pudiera venir a verla—y Mylo tampoco, Maxine está a punto de dar a luz y están en el hospital pero te están viendo desde el televisor de la habitación.
—Muy bien... al menos puedo contar con su apoyo aunque sea de lejos.
—Estoy segura de que cuando ganes podremos regresar hoy mismo a St. Petersburgo para ir a ver a nuestro primer sobrino—Tara sonrió a medias y terminó de pintar sus labios—Tara... ¿te sientes bien? Ahora que te veo mejor... te ves un poco mal.
—Estoy bien.
—No, no lo estás—Ieva dio vuelta a la silla de la joven y tomó su rostro entre sus manos—hermanita... dime que te pasa.
—... no pasa nada.
—... está bien, no me digas... pero cuando esto termine por favor me tienes que contar que te pasa—Tara miró a su hermana a los ojos sin decir nada— ven, es hora de probarte el traje, no quiero que te sobre ni que te apriete mucho, tiene que ser perfecto.
Ieva sacó el traje del armario que había en el camerino y lo sacó de su forro. Era de color azul marino con transparencias en los brazos y mucha pedrería blanca en los bordes y en las transparencias. Tara miró el tarje y sonrió.
—Mi mejor obra—dijo Ieva con orgullo—mi deber es hacer que "El cisne de St. Petersburgo" luzca como una zarina.
—Y has hecho un gran trabajo desde siempre.
Ambas comenzaron con su trabajo, poner el traje con mucho cuidado. Tara siempre estaba agradecida por tener una familia que siempre la ayudaba con todo lo relacionado a su carrera del patinaje, desde niña la apoyaron y hoy en día lo siguen haciendo. Todos menos su madre que había partido de este mundo hacía apenas dos años por causa de una enfermedad.
—Perfecto... pareces una princesa del hielo. Como Elsa de Frozen.
—No digas eso—Tara rió y vio en el espejo y una emoción momentánea la llenó—es hermoso, Ieva.
El cabello rubio de Tara era un poco largo, hasta mitad de la espada, y ahora estaba en un moño alto, su flequillo hacia atrás amarrado con un cintillo de trenza y algunos adornos brillantes. Le encantaba cuando debía usar traje, siempre se veía muy femenina con todo lo que usaba y eso ayudaba mucho a sus rutinas, y la encargada de hacer que se viera así siempre era Ieva.
—Iré a buscar a Pavlo para que te vea—Ieva fue en busca de su prometido, que era fotógrafo, y la dejó sola en el camerino. Tenía la suerte de contar con uno privado, había insistido mucho en eso... más bien su entrenador.
Tara miró su reflejo y se tocó su brazo derecho, tocó un poco y apretó con fuerzas para sentir un dolor que estaba siendo oculto debajo de ese hermoso traje.
—Te ves hermosa.
Esa voz la hizo volver al mundo real y al voltear se encontró con Viktor, mirándola desde la puerta del camerino. Tara lo miró sin expresión alguna y este solo le silbó un poco en señal de que le gustaba lo que veía.
— ¿Cuántas veces te he dicho que debes tocar la puerta?
—Muchísimas—dijo con voz inocente. Tara no rió y solo se volvió a sentar en su silla con mucha pesadez— ¿te sucede algo?
— ¿Tú también? ¿Por qué todos creen que me pasa algo? —dijo con fastidio la chica.
—Porque mi hermoso cisne esta diferente—Viktor se acercó a ella y la abrazó por la espalda—no puedes ocultarme nada, nuestra relación es muy especial para eso.
—No seas baboso, estoy bien—Tara se soltó del abrazo de Viktor, lo tomó por la chaqueta y lo jaló hasta la puerta de la habitación—dile a todos que no quiero que me molesten hasta que me toque salir.
—Pero Tara... —Viktor quedó con las palabras en la boca y medio sordo por el tremendo golpe que dio la puerta al momento que Tara la cerrara con delicadeza—... rompió un poco el pomo...
—Viktor, pensé que estarías con Yakov y Volkov—el aludido vio llegar a la hermana de Tara con su prometido— ¿viste a Tara?
—Sí, mi hermoso cisne está más hermosa de lo normal... pero la veo extraña.
— ¡Ves! No soy la única que opina igual—dijo Ieva a Pavlo.
—Y no quiere que la "molestemos" hasta que sea su turno.
—... no nos queda otra opción más que esperar entonces.
Las dos horas se hicieron eternas para los familiares de Tara, tanto así que Viktor ya había competido. Hasta que finalmente llegó el momento, ya era su turno, era su momento de brillar y poner su nombre a la altura de otros como Viktor... muchos creían que iba a ser así, que "El cisne de St. Petersburgo" haría volar la escarcha por todos lados, que sus saltos harían sorprender a todos.
—"Y esa fue Tara Lébidieva... no tengo palabras" —dijo uno de los presentadores—"he visto la carrera de esta joven desde que comenzó en junior y..."
—"Sé a qué te refieres... sus actuaciones siempre estaban llenas de sonrisas, magia, amor por lo que lo que patina... y sin que me quede nada por dentro... no sé a quién vi pero esa no era Tara Lébidieva"
—"Con dos caídas en esta presentación y tres tropezones creo que su puntuación no será la más alta"
El temor más grande de cualquier deportista profesional se hacía realidad para Tara, quedar de último lugar, tanto entrenamiento para nada, tantas horas para nada, tanta dieta para nada, tantas reuniones familiares perdidas para nada... había perdido su tiempo.
Su presentación no había sido la mejor, había sido un desastre. Su padre había quedado sorprendido, las gemelas, que eran su más grande fans, estaban sin habla... no podía imaginarse como estarían los otros... como estaría Viktor al verla patinar así tan poco profesional y mediocre. Ella estaba a la altura de los grandes, ahora era notica mundial que su presentación había sido un desastre.
— ¿Dónde está Tara? —el padre de la joven preguntó a su hija mayor.
—No sé, padre. Apenas dieron los resultado se fue corriendo a su camerino—el hombre no estaba decepcionado, estaba preocupado por su hija—no sé si ir con ella, Volkov fue con ella al camerino.
—Deberíamos ir a ver qué le pasó, ella no patina así.
—Está bien, padre—Ieva tomó la mano de su prometido y se fueron camino con su padre y las gemelas de 7 años.
El camino a los camerinos estaba lleno de periodistas para entrevistar a las patinadoras y a sus entrenadores. Una de las cosas que más molestaba a los familiares de la chica era que los periodistas no la dejaran ni un solo segundo en paz, y era así desde que la vieron por las calles con Viktor hace ya unos 3 años.
—Por favor mi hija no está pasándola bien, tengan un poco más de tacto y dejen a mi familia en paz—dijo el padre de la chica tratando de hacer que los periodistas se fueran.
—Señor Lébidiev, ¿Cómo está la relación entre su hija y el cinco veces ganador, Viktor?
—... ¿solo piensan en eso? ¡váyanse de aquí o me encargaré de que se queden sin trabajo... —Aleksandre sintió una mano en su hombro y todos comenzaron a tomar fotos—¿Viktor?
—Ya escucharon al hombre, dejen a su familia en paz. No es momento para esto—Viktor trató de apartar a los periodistas para que todos lograran seguir caminando—por favor, sean considerados con la familia del señor Aleksandre Lébidiev.
Todos los familiares lograron pasar entre la gente hacia el pasillo que conducía hacia los camerinos. Aleksandre quería hablar con su hija, él, al igual que varios, opinaba que algo le pasaba a Tara.
—Entremos de golpe, así no habrá forma de que nos bote del lugar—Viktor intentó abrir la puerta pero estaba trancada—... ¿Qué? —volvió a intentar pero en verdad estaba muy cerrada—Dios... ¡¿Tara?!
— ¡Hija, ábrenos! —Aleksandre comenzó a tocar con desesperación.
—Permiso—Pavlo apartó a Viktor y a Aleksandre del medio. Retrocedió un poco y se lanzó hacia la puerta para tumbarla.
El primer intento no funcionó, Aleksandre y Viktor se unieron a él para tumbar la puerta mientras Ieva tenía a Anya y a Tonya lejos de ellos. Finalmente un último golpe dado por el padre de la chica logro tumbar un poco la puerta y lo que se encontraron adentro no fue lo más alentador de todos.
—...
—... ¡¿Qué demonios le estás haciendo a mi hija, Volkov?!
— ¿Qué suced...? —Ieva intentó acercarse pero Pavlo la alejó enseguida.
— ¡No te acerques Ieva¡ —gritó Pavlo a su prometida—mantén a las gemelas lejos de aquí.
— ¡¿Qué le hiciste?! —gritó Aleksandre nuevamente. Viktor solo puso quedarse viendo la desagradable escena.
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10 meses después
— ¡AAAAAH! —Tara despertó de golpe luego de volver a tener ese sueño, ese en el que su vida se desgració.
Era como un recordatorio de que una sola persona le había quitado todo lo que amaba y que ya nada era igual, que la vida ya no era de colores, sino gris. Ya habían pasado varios meses de aquello.
— ¿Estas bien, Tara? —la joven vio entrar a Viktor a su cuarto con cara de preocupación—¿otra vez el sueño?
—Sí... se repite una y otra vez... una y otra vez... —comenzó a llorar y Viktor la abrazó para que se calmara.
—Ya pasó, fue solo un mal rato.
—No Viktor, fueron varios... el sentir las asquerosas manos de él tocarme, quitarme mi inocencia, cuando pasaba su asquerosa lengua por mi cuello y cuando... —volvió a entrar en llanto al recordar todo—fueron años Viktor, desde que tenía 17 años él me obligaba a todo... no pude aguantar más y perdí todo. Yo siempre era la primera que decía que por qué las mujeres no decían nada... tuvo que pasarme para entender.
—No has perdido todo, nos tienes a nosotros... me tienes a mí que jamás me he ido de tu lado. Vives en mi casa, siempre estas con tu familia y... —Viktor se levantó de la cama y la ayudó a pararse—ven.
Ambos salieron del cuarto y al llegar a la lujosa sala, Viktor la sentó en el sofá y le entregó un periódico que había en la mesa de la cocina. Tara lo abrió y leyó la primera página.
—"Entrenador Vladimir Volkov, famoso por entrenar a Tara Lébidieva, fue acusado por violación y descubierto por los mismos familiares de la patinadora al terminar su participación en los juegos de invierno de Sochi. Se le fue impuesta una multa millonaria y 5 años de prisión. Ahora que después de varios meses de lucha familiar, nos preguntamos todos en la comunidad deportiva, ¿Qué será del futuro de Tara Lébidieva?"—Tara ya sabía el veredicto de los jueces, jamás quiso asistir a un juicio pero aun así estaba muy bien informada—5 años no son nada para lo que me hizo ese desgraciado—Tara tiró el periódico al suelo.
—Yo dije lo mismo pero no saldrá en mucho tiempo, no tendrá libertad bajo fianza y... todos se hacen la misma pregunta que yo—Viktor se arrodilló en el suelo y tomó las manos de Tara— ¿Mi hermosa cisne volverá al hielo?
—... no lo sé, ya casi va a ser un año de todo eso y tú tienes que ir a Japón en unos meses... no sé si tengo algún futuro en esto ya, no lo veo igual. Antes el hielo me daba felicidad, ahora lo veo y recuerdo todo lo que pasó... y también... —Tara se tocó el vientre con dolor y arrugó la frente—Dios no me perdonara por eso.
— ¿Lo querías?
—No tenía la culpa... pero no podía dejar que todos se enterara. Además, el juez lo autorizó.
—No soy nadie para juzgar eso pero lo que sí sé es que mi hermoso cisne no se rendirá. Ven conmigo, Yakov te entrenara junto conmigo y Yuri y así podrás continuar, eres joven y con una carrera prometedora... créeme, no hice que la cerda que antes eras se convirtiera en un cisne por nada.
—Tu como siempre de sincero y con tacto.
—Al menos sé que usas el violín que te di—dijo señalando el instrumento que estaba sobre una mesa— ¿no has pensado en tocar mientras patinas?
— ¿Quién crees que soy? ¿La banda patinadora? No, solo lo hago porque mamá amaba que tocara y eso me mantiene distraída. Te agradezco que todo este problema no pasara a mayores estando en Sochi, gracias por mantener a la prensa bajo perfil... sobre el asunto del bebé... y lo otro. Gracias a ti todo pareció normal, no hubo escandalo ni nada, debiste ser actor envés de patinador.
—Descuida, lo que sea por ti—Tara soltó una pequeña sonrisa—deberías llamar a tu padre y a tu hermana, se casó y no fuiste a la boda. Ieva entendió pero desde que todo pasó no has querido salir mucho y sé que todos han venido pero... deberías salir.
— ¿Para qué? Para que me lleves al hielo... no gracias.
—No, más bien para que dejes de comer y no te coloques como una cerda otra vez—Viktor le quitó un paquete de galletas de chocolate que había agarrado de la cocina—una derrota no es el fin.
—Conozco a más de uno que sí lo fue.
—No tienes remedio—Viktor le devolvió la caja de galletas. Tara le sonrió ampliamente y le dio una beso en la mejilla—mi hermoso cisne, eres muy manipuladora... siempre lo has sido—Viktor le dio una caricia en la barbilla— ¿estarás bien sola? Tengo que ir a entrenar.
—Sí, siempre lo estoy.
—Y no te pongas a ver el video de las competencias de patinaje femenino de Sochi, no te tortures más.
—Está bien, no lo haré—Viktor le dio un beso en la mejilla y tomó sus cosas que estaban en la entrada—buena suerte.
—Alimenta al perro y te doy permiso para comer más galletas pero solo mientras no estoy yo—Tara le mostró un dedo pulgar en señal de afirmación—Adiós, mi cisne.
—Nos vemos... ¡Viktor! —Tara había ido a la cocina a buscar mas galletas de chocolate.
— ¿Dime?
—Eres el mejor de todos. Te quiero.
—Yo también, mi cisne.
Continuara.
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Holaaaa! Buenas tardes, días o noches. Me vi este anime y me encantó tal y como es pero una amiga y yo no aguantamos en crear OCs, ella también tendrá su historia con OC, y a pesar de que adoramos a Viktor y a Yuri así XD también nos gustaría ver algunas OC en este fandom que esta naciendo. Por ahora puede que traiga el capítulo 1 pero el resto será cuando el anime avance mas :3 por ahora me despedido y espero que disfruten esto.
Les mando besos y muchos dulces :3
Althea de Leo.
