La Hoja del Gran Bosque Verde III - Amistad y Pasión

Autora: Annariel

Sumario: Años de tranquilidad donde Legolas Thranduilion, experimenta y explora los placeres de la vida, y profundiza amistades recién hechas con elfos fuera de su reino. También conoce al misterioso Mithrandir.

Disclaimer: La mayoría de los personajes pertenece a Tolkien. Solo los presto por un rato.

Review son muy bienvenidos.

Prólogo

46 de Quellë del año 2505, los salones subterráneos del Rey Elfo

La puerta se abrió estrepitosamente, dejando pasar una rápida y dorada figura que con un gracioso brinco, se tiró sobre la cama, rebotando varias veces hasta quedar cómodamente sentada en el centro, con las piernas cruzadas, mientras recuperaba el aliento.

Dos pares de oscuros ojos miraron al intruso con asombro mientras sus finos labios dibujaban sonrisas reflejando su diversión ante tal muestra de falta de propiedad y respeto hacia el ocupante de la habitación.

Soltando una pequeña risita al ver los sorprendido rostros ante él, Legolas, calmando su respiración acelerada en su prisa por llegar a sus amigos, habló en alegría. "¡Ada al fin me ha dado su permiso para viajar. Partiré con ustedes cuando vuelvan a su hogar!" Exclamó con una gran sonrisa en su bello rostro, no pudiendo evitar rebotar varias veces más sobre el lecho en su excitación.

Esta vez las sonrisas que se pintaron sobre los rostros de los otros dos elfos fueron enormes, compartiendo la alegría de su joven amigo como si fuera suya, y era en verdad, porque los hijos de Elrond, Elladan y Elrohir, habían querido mostrar su hogar al joven príncipe del Bosque Negro ya algunos años atrás.

Hace dos años, en el año 2503, los gemelos de Imladris habían vuelto a visitar el reino de Thranduil, los elfos silvanos recibiéndolos con sorpresa y alegría, porque en la cuenta de los elfos era corto el tiempo desde que último los hijos de Elrond habían estado en sus tierras.

Los más alegres en ver volver tan pronto a los elfos de Rivendell fueron Legolas y Miredhel, la última reiterando su invitación a los gemelos de que volvieran también para su Mayoría de Edad, mucho para la desesperación de su protectivo padre.

Los hijos de Elrond no permanecieron mucho más que unos pocos días ese tiempo, pero los súbditos de Thranduil, en especial las ellith, disfrutaron de las atenciones del mayor de los gemelos. Elladan siempre prefiriendo la dulzura del género opuesto al suyo, al poder de su propio género, degustó plácidamente de las bellas doncellas de la corte de Thranduil.

Legolas había bromeado con Annael, que con Elladan de visita ya no tenia que esmerarse tanto en complacer a las ansiosas doncellas, pero que necesitaba ayuda con los ellyn, a lo que el temperado Annael solo había sacudido la cabeza ante la veleidosa personalidad de su mejor amigo.

Entretanto, la amistad del joven príncipe del Bosque Negro con los hijos de Elrond se había fortalecido, ambos gemelos disfrutando de la compañía del joven hijo de Thranduil, y acompañándolo en una que otra broma que el principito gustaba de jugar a sus amigos.

Más esa visita de los hijos de Elrond también había traído otra previsto desenlace, y es que el joven príncipe del Bosque había pasado una noche en el lecho del más joven de los gemelos. Elrohir.

El principito le había contado a Annael que solo fue una noche, y que todo seguía igual que antes, más el joven guerrero había visto las veladas miradas que Elrohir lanzaba en la dirección de su mejor amigo, y no había entendido porque su príncipe y el hijo de Elrond no continuaron viéndose de ese modo; claro que razonó más tarde que debió haber sido porque los gemelos tuvieron que partir no mucho tiempo después.

Durante la permanencia de los noldor, Legolas había pedido venia a su padre para viajar a Imladris y conocer el Valle Oculto, bajo invitación expresa de los gemelos, más el rey se había opuesto. Aunque no dio suficientes excusas como para convencer a su joven hijo de porque no podía ir, Thranduil fue firme en su decisión, solo levemente aplacándose para prometer a su decaído principito que en la próxima visita de los elfos de Imladris su deseo se vería cumplido.

Claro que el noble rey no contó en que esa visita llegaría tan pronto.

Entretanto durante los dos años que habían transcurrido, Legolas había recibido correspondencia de sus amigos del valle mediante halcones peregrinos, a quienes no les importaba volar tan larga distancia como un favor al príncipe del bosque. Uno de ellos asegurándole al joven elfo que el valle era en verdad hermoso, así elevando las ansias de Legolas por conocer la tierra de sus amigos.

Ahora los hijos de Elrond llevaban casi dos semanas visitando a sus amigos del bosque, y sabiendo que pronto sus amigos partirían, Legolas había hecho valida la promesa de su padre, y había pedido venia a su rey para partir con Elladan y Elrohir cuando estos volvieran a su hogar.

Como un rey nunca falta a su palabra, el permiso había sido concedido, y Legolas había volado como un águila de la presencia de su padre para contar a sus amigos de la feliz nueva; y estos lo habían recibido con la alegría que tan esperada noticia merecía.

Legolas conocería el valle oculto de Imladris.

"¿Cuánto debo empacar? Debemos partir pronto, antes de que la nieve empiece a caer. Rhîw está tan cerca." Continuamente rebotando sobre la cama, Legolas empezó a gesticular con sus manos. La enorme sonrisa nunca titubeando de su fino rostro. "Ada me dijo que es mejor que permanezca todo Rhîw en el valle, y que regrese para mi Nautha Edinor. ¡Eso significa que estaré pasando casi dos meses en Imladris¡Dos meses¿No será un inconveniente para el Señor Elrond?"

Antes de que los gemelos, quienes habían abierto sus bocas para replicar, pudieran emitir una sola palabra, el principito saltó de la cama, y rebotando sobre sus pies se dirigió presuroso hacia la puerta sin dejar de hablar. "Estaré feliz de ver a Glorfindel de nuevo, y conocer al Señor Elrond y a la Dama Celebrian, y a Arwen de quien tanto me han contado, y también al sabio consejero de quien ustedes hablan con respeto. Erestor¿no? Sí, ese es el nombre." Se respondió a sí mismo Legolas, tomando con una delgada mano la perilla de la puerta, girándola y disponiéndose a salir. "Y las cascadas. En mis sueños he visto las caídas de agua de Imladris, y los arco iris, y los árboles..." Saliendo sin mirar a uno ni otro gemelo, el joven elfo empezó a cerrar la puerta detrás de él, nunca habiendo escuchado una sola palabra de las bocas de sus amigos al estar en la habitación, y aparentemente no dándose cuenta de ello. "Será mejor que empiece a empacar. No quiero que nos demoremos más de lo necesario."

Las últimas palabras fueron escuchadas detrás de la puerta por los gemelos que se miraron el uno al otro con asombro en sus rostros, con todo muy grandes sonrisas también. El entusiasmo de su joven amigo era contagioso.

Al fin, Elrohir dejó de mirar a la puerta por donde había salido su entusiasmado joven amigo, y con un suspiro se sentó al borde de la cama, sobre la cual el principito había estado rebotando sin cesar.

Elladan, con una risa, se dejó caer en su cama al otro lado de su hermano, estirándose cuan largo era, apoyando su oscura cabeza sobre sus manos cruzadas detrás.

Decidiendo que ya era tiempo de volver al hogar e informando a Legolas la noche antes, ambos hermanos habían estado comentando la posibilidad de que el joven príncipe emprendiera el viaje de vuelta con ellos esta vez. Elladan convocando a su hermano a su cuarto para ver si ambos podían convencer al rey; solo para ser interrumpido cuando el dorado torbellino había explotado intempestivamente en medio de su conversación.

Eran tan parecidos el uno al otro los hijos de Elrond, pero con todo muy diferentes.

Elladan, el mayor por solo unos minutos, era de carácter alegre y despreocupado, de fácil palabra y fácil amistad, haciendo amigos de todos los que lo rodeaban, aunque eran pocos los que podían contarse entre sus amigos cercanos. Recibía los eventos que llegaban por su camino con buen talante y optimista disposición. Fiero y leal, el mayor de los hijos de Elrond era un preciado aliado y sin par camarada, apasionado amante y experto guerrero.

Elladan era un elfo digno de admiración.

Con cabello negro como el ébano y largo como el de su hermano, Elrohir tenía los ojos grises con un destello de plata, donde en los de su hermano se apreciaba un reflejo azulado en las grisáceas orbitas, pero era la única diferencia física entre ellos, además de que Elladan tenía el cabello levemente ondulado donde el de Elrohir era totalmente liso, cayendo por la espalda como una sedosa fuente oscura.

La más destacada diferencia entre ambos gemelos siendo colocada en sus personalidades.

Devoto y fiel si alguien ganaba su confianza, el menor de los hijos de Elrond era un incomparable amigo para aquellos quienes ganaban su respeto y amistad. Noble y elegante, orgulloso hasta la médula y altivo de su distinguido linaje, lo único que Elrohir no soportaba era la traición, en acto o palabra, su fiero temperamento desatándose libre mucho para el temor de a quien iba apuntado.

En Imladris y Lothlorien se disputaban la amistad y el amor del menor de los gemelos de Elrond, tanto como por Elladan, pocos eran los que habían ganado lo primero, y ninguno lo último.

El joven príncipe del Bosque Negro sin darse cuenta, con su encantadora sonrisa y exuberante espíritu, había ganado dos incomparables y fieles amigos ya en su joven vida.

Viendo que estaban solos de nuevo, y que su conversación anterior ya no tenía sentido ahora, Elladan miró a su hermano sonriendo ampliamente, pensando en la súbita entrada y salida de su joven amigo. "Creo que tenemos un invitado después de todo. ¿Me pregunto que adar dirá de esto?"

Al no escuchar respuesta, pero ver la sonrisa aún en el rostro de su hermano, el mayor de los gemelos arqueó una elegante ceja. "Veo que los efectos de las actividades de la noche te duran aún. ¿Es Legolas tan bueno como para que tengas aún esa aturdida sonrisa en tu rostro, Elrohir?"

La sonrisa transformándose en un ceño, Elrohir giró sus ojos gris plateado para mirar desaprobadoramente a su hermano. "No he pasado la noche con nadie, y no hables de Legolas así. Él es nuestro amigo."

Levantando ambas cejas ahora ante el levemente airado tono de su gemelo, Elladan jaló su cuerpo hacia arriba para sentarse sobre la cama con su espalda apoyada contra la cabecera, cruzando sus pies frente a él. "No fue mi intención ofender a Legolas con mis palabras. Yo lo aprecio tanto como tú, hermano. Solo fue una observación al ver su alegría y la tuya en las noticias. Además asumo que si la víspera no la pasaste con nuestro principito, entonces habrá sido uno de los anteriores días de nuestra visita, conociendo tu anterior relación..."

Hubo un momento de silencio antes de que Elrohir hablara, y eso fue después de que su hermano lo animara con un gesto de su cabeza. "No hay ninguna relación entre el joven príncipe y yo, Elladan. Y no he pasado ni una sola noche con él durante esta visita."

Sorprendido, Elladan se sentó más derecho en la cama, inclinando sus piernas, para girar y mirar a su hermano de frente. "Pero yo pensé, con lo que pasó antes..." Mirando fijamente a su hermano, el mayor de los gemelos frunció levemente su sosegada frente. "Nunca me has contado exactamente que pasó antes. Yo asumí que Legolas y tú habían alcanzado un... digamos... entendimiento, al ver cuan ansioso estabas de volver a visitar el reino del bosque." Confusión tiñendo su voz, Elladan cuestionó. "¿Qué pasó entonces?"

Suspirando profundamente, sabiendo que su hermano no se aplacaría hasta que le contara todo lo que había pasado, Elrohir fue esta vez el que se inclinó hacia atrás para descansar su espalda contra la cabecera de la cama de su hermano. "Te contaré entonces, gwanur. Solo promete no hablar hasta que termine."

Al ver el firme asentimiento de la cabeza de su hermano, Elrohir sonrió al fin.

"Solo te conté que había pasado una noche con Legolas, y nada más porque mi mente estaba confundida por los sucesos de esa noche. Mi corazón se alegró que no insististe en que revelara más, pero nunca he tenido secretos contigo, muindor nin, y ya es hora que te cuente que pasó."

"Esa noche, de nuestra más última visita, que bebimos Dorwinion con Legolas, Tathrenlas y otros elfos y doncellas cercanos a los príncipes. Si recordaras, el Dorwinion corrió en abundancia, y no fueron muchos quienes lo hicieron a sus respectivas camas esa noche. Tú y yo tenemos resistencia al fuerte vino, habiendo probado la potente cerveza de los enanos muchas veces, más esa noche la cantidad me afectó si bien no mucho, y a ti también por lo que recuerdo. " Dijo Elrohir con una sonrisa burlona, mientras miraba a su hermano.

Elladan solo sonrió, impenitente.

"Cuando Tathrenlas nos echó, mandándonos a nuestras habitaciones, tú saliste con esta elleth... no recuerdo el nombre, y yo salí con Annael y con Legolas. Tú sabes que Legolas siempre me pareció fascinante, y quería hacer un movimiento hacía él, más no recuerdo si fui yo quien hizo el movimiento esa noche. Los dos estábamos demasiado afectados por el vino, más Legolas que yo, pero ambos finalizamos en mi lecho."

Al ver que su hermano se quedaba callado, Elladan urgió con palabras. "¿Eso es todo? No hubieras callado estos últimos dos años si eso fuera todo."

"Me conoces bien, muindor." Sonriendo Elrohir ligeramente palmeó a Elladan en un brazo, solo para mirar a otro lado, murmurando en voz baja. "No fui yo quien hizo el tomado."

Habiendo girado sus ojos para observar distraídamente sus manos, Elladan abruptamente lanzó sus ojos a su hermano al escuchar la susurrada confesión. "¿Qué!" Su cabeza procesando lo que su hermano había dicho, Elladan sacudió levemente para aclarar sus pensamientos. "Si escuché bien, quiere decir que fuiste tú quien fue la vaina a la espada. ¿Entendí bien, gwanur?"

"Sí." Inclinando levemente su oscura cabeza, Elrohir sintió su bello rostro tiñéndose levemente de rubor ante las palabras de su gemelo. A pesar de que los hermanos no tenían secretos para cada otro, y eran frecuentes los cuentos de sus respectivas conquistas entre ellos, el menor de los gemelos se sintió incómodo narrando lo que sucedió entre Legolas y él esa noche.

Sorprendido, Elladan se acomodó mejor en su cama. "Por Elbereth, Elrohir. Tú no te doblegas ante nadie. Eso mucho yo sé." Volviendo a sacudir su cabeza, sus largas trenzas negras volando ligeramente en el aire, el mayor de los hijos de Elrond suspiró. "Sabes que yo prefiero la dulzura de las ellith, aunque no me opongo a un fuerte ellon de vez en cuando, y Legolas es uno con quien con seguridad compartiría mi lecho. Me gusta tomar tanto como recibir, más sé que tu no piensas igual. Tu orgullo no lo sufriría." De pronto, quedándose petrificado en su lugar, Elladan miró a Elrohir con sus grandes ojos grises amplificados en estupor. Su mente habiendo alcanzando una súbita conclusión. "Tu primera vez..." susurró en voz queda.

No fue una pregunta sino una aseveración.

"Sí." Fue la musitada respuesta.

Elladan soltó un bajo grito de jovial descreimiento, solo para convertirse en alegres repiques de sonora risa ganando un ceño de su cabizbajo hermano. Palmeando a su hermano gemelo levemente en la espalda en condescendiente comprensión, Elladan puso a su rostro una sonrisa de oreja a oreja. "Después de más de dos milenios, ese pequeño bribonzuelo... quien diría..." No pudiendo evitar soltar otra sonora carcajada, continuó. "Me gustaría ver la cara de ese capitán de Lorien si se entera que un elfito tomó lo que él no pudo..." Terminó con otra carcajada.

Consciente del profundo ceño desfigurando el fino rostro de su hermano, Elladan se apresuró a agregar. "Claro que por mí nadie lo sabrá, muindor." Su voz desapareciendo en una asfixiada risita, mucho para la exasperación de Elrohir.

Y Elrohir sabía que era verdad. Su hermano jamás diría a otro ser lo que ahora estaba contándole, justo como él no diría nada que su hermano no quisiera que los demás supieran.

Eso no lo preocupaba.

Calmando su ataque de hilaridad, Elladan tomó un profundo aliento para abatir la risa que aún pugnaba por salir libre de su pecho. En vez, preguntando más sobre la supuesta noche de su hermano con el príncipe. "No pediré detalles, hermano. Porque sé que no los darás, así estés bajo tortura. Pero, ruego me cuentes¿Si fue solo una noche, y porque no continúan su... familiarización con cada otro ahora?"

Mirando morosamente a su hermano, pero pronto una sonrisa escapando de sus labios a pesar de él mismo, Elrohir suspiró profundamente. "Pese a todo disfruté grandemente la noche que pasé con nuestro principito, y lamento que no se haya repetido. Legolas no me ha comentado ni una sola vez sobre esa noche, ni por escrito ni por palabra, más por gestos entendí que él no es adverso a una repetición, pero no ha habido oportunidad." Inclinando su oscura cabeza hacia atrás, para apoyarla más firmemente contra la cabecera, el joven gemelo fijó sus grises ojos en el techo de dura roca de la habitación; su mirada desenfocándose mientras parecía pensar en voz alta. "Y no entiendo completamente que quiso decir con esa frase." Murmuró.

"¿Con que frase?" Su curiosidad picada, Elladan volvió a fijar su mirada en su gemelo.

Girando su rostro para mirar a Elladan, Elrohir habló. "Al parecer, me estaban esperando."

"¿Qué?"

"Eso fue lo que dijo: 'Al parecer, me estaban esperando'. Fue justo después de enterarse que él era el primer ellon al cual yo permitía tenerme de esa manera."

"Interesante." Murmuró Elladan, acariciando su barbilla por mayor medida. "Apuesto a que no eres el primer elfo inexperimentado con el que se ha topado." Dijo, antes de explotar en una serie de asfixiadas risitas a expensas de su hermano, recibiendo un almohadazo de Elrohir por su molestia.

"Eres insufrible." Gruñó el joven gemelo al ver que las risitas de su hermano no disminuían, es más, su gemelo rodando en su cama de lado, tratando de ahogar su diversión por presionando su rostro contra las cubiertas de la cama.

Hallando, después de todo, nada de que preocuparse y mucho de que deleitarse, Elrohir se unió a su gemelo en su alegría, dando otro almohadazo a Elladan por buena medida, sin ningún otro motivo solo por que él podía.

Después de todo, Legolas iba a Imladris; y Elrohir tendría muchas oportunidades para hablar... y hacer más que eso, una vez dentro de la seguridad del refugio del Valle Oculto.

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Mañana del 47 de Quellë del año 2505

"¿Estás seguro de que has empacado todo lo que necesitas, Hojita?

Por la undécima vez, Legolas respondió lo mismo. "Sí, ada. Tengo todo lo que necesito."

"Pensándolo bien, sería mejor si Tathren fuera también. Después de todo ambos no conocen Imladris."

"¡Ada!" Casi chilló Legolas. "Ya estamos listos y eso nos retrasaría más. Yo estaré bien, y antes de poco estaré de nuevo en hogar."

La gente reunida en el patio para despedir a los viajeros frente a las mágicas puertas del palacio subterráneo vieron con asombro no exento de ternura como un preocupado Thranduil acompañaba a su hijo hacia su caballo, ayudándole a montar como si fuera tan solo un elfito, mucho para la exasperación del joven príncipe.

Colocando una mano sobre la rodilla de su hijo, Thranduil, sus ojos reflejando su profunda preocupación y tristeza donde su rostro nada indicaba, se inclinó hacia su niño hablando bajo. "No olvides escribir frecuentemente, lass tithen. Y sé cuidadoso. Recuerda mis antiguas palabras." Dijo, sintiendo su corazón latir en temor por la seguridad de su pequeño niño, y arrepintiéndose ya de haberle otorgado permiso para partir.

Su mente, en efecto, buscando las palabras que su padre le dijo cuando ambos habían visto a los visitantes de Lorien e Imladris partir por primera vez, y hallándolas donde las había guardado profundo en su corazón, Legolas sonrió colocando una gentil mano sobre la mano sobre su rodilla. "Las recuerdo perfectamente, ada. Sé tranquilo que escucharé a ellas." Inclinándose su cabeza hasta alcanzar el rostro de su padre, colocando un casto y dulce beso sobre los bien formado labios de su rey, el principito se enderezó con una sonrisa en su bello rostro. "Además llevo conmigo a Avorn así tendrás noticias mías pronto."

Como si en pista, un hermoso y elegante halcón peregrino, con plumaje castaño y crema, aterrizó pulcramente sobre el hombro derecho de Legolas, dando un altivo chillido, haciendo sonreír al noble y bello rey al fin.

Dando un final ondeo con su mano, hacia la gente reunida, a su padre, hermano y amigos, y a Miredhel que parecía al borde de las lágrimas al ver partir por primera vez a su amigo favorito; Legolas giró su corcel Nimloss, y puso rumbo hacia el camino del bosque, con Elladan y Elrohir a cada lado, siendo seguido por una pequeña escolta que estaría acompañándolo en su visita al Valle Oculto.

Legolas volteó su rostro para sonreír a su padre una vez más antes de desaparecer mientras ramas y hojas y corteza engolfaban la pequeña partida de la vista de todos.

La Hoja del Gran Bosque Verde dejaba por primera vez los árboles bajo los que había crecido y la vigilante protección del profundo amor de su padre y familia.

Su padre y rey se quedó frente a las grandes puertas élfica hasta que el sonido de los cascos de los caballos ya no podían ser escuchados, y más...

TBC

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Notas

46 de Quellë – 12 de noviembre

Ellith – Doncellas élficas.

Ellyn – Elfos

Rhîw – Sindarin para el quenya Hrívë, invierno.

Nautha Edinor – Aniversario de concepción, cumpleaños.

Adar – Padre

Gwanur – Hermano.

Muindor nin – Hermano mío.

Lass tithen – Hojita, pequeña hoja.

Avorn – Rápido, veloz.