Autor: kallenparms
Titulo: Antídoto
Fandom: Supernatural AU
Pareja: Dean/Castiel
Clasificasion: Pg/13
Descargo de responsabilidades: Nada es mio, todo es de Kripke,y de CW, me tomo la libertad de aprovecharme un ratito de sus nombres sin ningún beneficio.
Resumen: en un mundo donde los vampiros dominan la tierra, los humanos se han ido extinguiendo, ahora las grandes compañías buscan el sustituto de la sangre humana, pero a causa de una coincidencia, el vampiro Castiel se ha dado a la tarea de encontrar el antídoto que les devolverá a su condición humana ayudado por un humano (Dean Winchister). Basado en la cinta Daybreakers
Prologo:
En un mundo de vampiros, los humanos son cazados como animales y puestos a disposición de las empresas farmacéuticas, con el fin de llevar a cabo el sustituto de su sangre.
Debido a la casi extinción de los seres humanos, el liquido preciado comienza a escasear, lo que trae como consecuencia el descontrol de la población vampírica, que se abalanza en las calles y organiza motines con tal de poner presión a los altos mandos y obligarles a desarrollar con rapidez el sustituto que les mantenga en buen estado.
El líder de la empresa farmacéutica más importante en las naciones (Crowley) delegó la responsabilidad de la creación de dicho elixir al mejor de los equipos científicos liderados por el hematólogo Castiel Novak.
Capitulo 1: Extinción (parte 1)
La negra noche cubre por completo la ciudad, la lluvia apenas le permite ver el camino mientras conduce; rumbo al trabajo va escuchando el reporte radiofónico.
Los medios de comunicación no hablan de otra cosa que no este relacionado con el desabasto de sangre y los altos precios de esta en el mercado, además de los enormes esfuerzos de las farmacéuticas por crear el sustituto que les permita seguir siendo inmortales y mantenerse en buenas condiciones.
Aparca en el estacionamiento que le han asignado en la empresa y baja del coche, da un vistazo a su alrededor antes de entrar; estudia con interés a las personas que se guarecen bajo la cornisa de la estructura, su persona refleja seriedad, ladea ligeramente la cabeza y observa con curiosidad, un rastro de melancolía y extrañeza le atraviesa constantemente el rostro.
Camina hasta el ascensor, sube en él y presiona el botón que le lleva hasta su destino. Se detiene en la puerta del laboratorio y su retina es escaneada.
-Jefe de hematología Castiel Novak… admitido – emite la voz robótica dándole acceso al lugar.
Lleva poco mas de ocho años trabajando en esa farmacéutica y aun no se acostumbra a lo que ven sus ojos, pasa junto a tres grandes contenedores, observa las capsulas y a los humanos que hay dentro de ellas, sus figuras son mortecinas y su piel blanca como el papel, se les mantiene en un profundo letargo, con tubos saliéndole por la nariz y manguerillas de ordeña prendidas de sus brazos. La tristeza le invade al mirarlos y se queda absorto en las imágenes hasta que escucha su nombre.
-¡Castiel!
Gira en su propio eje para quedar frente a la persona que le llamó, se trata del director de la empresa, un hombre de edad madura rayando los cuarentaicinco años, ataviado con sobriedad, lleva un traje oscuro de chaqueta, su piel es demasiado pálida debido a la falta de luz solar, cabello ralo y negro, su expresión de autosuficiencia y cinismo en el rostro revelan a simple vista el tipo de persona que es.
-Sr. Crowley – saluda de mano y con un leve asentimiento de cabeza.
-Castiel, tengo al consejo reunido en la sala de juntas, sólo faltas tú ¿Me acompañas?
El científico no le responde, simplemente le sigue hasta llegar a la oficina, decorada al estilo minimalista, al centro una gran mesa con doce lugares dispuestos de los cuales ocho están ya ocupados, frente a ellos una enorme pantalla empotrada en la pared.
Saludan al entrar y Castiel se desprende de la gabardina que aun lleva puesta, esta un poco mojada así que la sacude un poco y la tiende sobre el respaldo de la silla, al terminar toma asiento y la reunión da comienzo.
Uno de los miembros del consejo se incorpora quedando frente a la gran pantalla, esta se enciende mostrando las fotografías de un hombre de mediana edad.
-Experimento 666- comienza a explicar dirigiéndose a los presentes – las imágenes muestran a uno de los vampiros condenados en el pabellón de la muerte, él fue seleccionado para el estudio de la privación de sangre.
-¿Qué? – pregunta el hematólogo observando las imágenes con el ceño fruncido y labios apretados, un tanto desconcertado por la información que esta recibiendo.
El hombre continua con su explicación sin poner atención al cuestionamiento – El sujeto fue sometido a la restricción de sangre durante un mes, los resultados son graves daños al lóbulo frontal.
Mientras daba la información sobre los resultados obtenidos, las imágenes en la pantalla iban mostrando los cambios que el vampiro había sufrido en el proceso de abstinencia día a día.
-La deformación comenzó con el alargamiento de las orejas y las funciones mentales, emocional y la mayor parte del habla se han ido degenerando mucho más rápido.
Las diapositivas terminaron mostrando la fotografía de un ser deforme, de apariencia momificada, con los dientes chuecos, la tez en un color azul pálido y los ojos inyectados de sangre.
-Estas criaturas son denominadas como sub-especies, y están empezando a invadir las calles, debido a que estamos muriendo de hambre; nuestras estadísticas demuestran que sólo un poco menos del 5% de los habitantes son humanos.
Castiel interrumpió el alegato – De lo que estamos hablando es de la desaparición de la raza humana – exclamó con indignación.
-De lo que estamos hablando – rebatió el otro – es que sólo tenemos sangre para sostener a la población hasta el fin de mes.
-Sí no encontramos inmediatamente el sustituto de sangre esto… ¿Nos pasará a todo el mundo? – pregunta uno de los asistentes con angustia señalando hacia la pantalla.
Se miran unos a otros asimilándolo y ninguno responde, Castiel permanece con la cabeza baja, son varias las cosas que le preocupan, mas allá de encontrar el sustituto esta el hecho de la extinción de la raza humana, eso es lo que le acongoja aun más.
-¿Castiel? – el director le llamó sacándolo de su cavilación y obteniendo su atención.
El aludido se vuelve mirándole con seriedad, sus ojos parecen mas azules de lo normal y el mayor le insta con un movimiento de cabeza para que le siga hasta su despacho.
Dentro de la oficina, Crowley permanece de pie frente al ventanal admirando la postal de la ciudad. A sus espaldas el hematólogo se encuentra sentado, con expresión apacible, sosteniendo entre sus manos una taza de café que contiene 2% de sangre humana.
-Nunca te he contado sobre mi hija ¿verdad? – Castiel le mira en silencio y deja la taza sobre el escritorio sin haber ingerido una sola gota del líquido – si, tengo una hija, su nombre es Joanna, Joanna Harvell. Hace poco más de nueve años que me diagnosticaron cáncer en el colon, fue difícil, pero tener que decírselo a ella… - suspira – estaba devastada… y yo necesitaba un milagro… - dijo volviéndose para mirarle de frente – y entonces el mundo cambio, la "inmortalidad" me dio una cura – sonríe de lado
Jo y yo teníamos una vida juntos por delante. Pero ella… ella no lo vio así, no como una solución sino como una enfermedad peor que el cáncer, - baja la mirada apesadumbrado – se negó a convertirse, yo era un monstruo para ella y huyo del sistema… como tantos otros – levanta la mirada y la cruza con los ojos azules del hematólogo que le mira con algo parecido a la compasión – a lo que quiero llegar es… quiero que entiendas que mi situación no ha sido fácil. Tenemos que avanzar con las investigaciones.
Castiel no contesta, sólo le mira fijamente sin expresión alguna.
-Te dan lastima los humanos ¿verdad? – espera a que le conteste, pero al no recibir respuesta continua – a mi también me apena su situación, por eso tenemos que empezar a probar el sustituto de sangre en los de nuestra clase, no podemos seguir perdiendo el tiempo con animales.
La expresión del científico cambió al escucharle, frunce el ceño y ladea ligeramente la cabeza en señal de interrogación.
Es la única forma de ayudar a la raza humana, tenemos que hacerlo por el bien de todos.
Castiel asiente un poco renuente frunciendo los labios.
Las pruebas sugeridas por Crowley dan comienzo, Castiel tiene a su equipo preparado dentro del quirófano esterilizado, un par de enfermeras comprueban los signos vitales y temperatura del voluntario para el proyecto.
Uriel su subordinado le asiste en el proceso en tanto Crowley y otros ejecutivos siguen el procedimiento desde fuera viendo por la ventana.
-Muy bien ¿Estan listos? – Pregunta el ojiazul a su equipo y al hombre recostado sobre la camilla, como respuesta todos asienten con la cabeza – ok – se dirigió específicamente al paciente con voz pausada - vas a sentir un ligero incremento de la temperatura, es normal, debido a las sustancias que están entrando en ti.
-Esta bien señor – contesta el hombre con tranquilidad
Castiel aplica la sustancia vía intravenosa.
Algunos segundos pasaron y no hay reacciones desfavorables, sólo un pequeño incremento en la temperatura del paciente, están por dar conclusión al experimento declarándolo exitoso cuando el hombre sobre la cama comienza a convulsionar violentamente, llagas purulentas se abren en su piel.
Castiel le sujeta de un brazo y Uriel le sostiene por el otro intentando controlarle, le aplican medicamentos que normalizan sus signos vitales y le devuelven la apariencia sana a su piel. Luego de varios espasmos el hombre se tranquiliza y se mantiene quieto; los asistentes respiran aliviados, pero sólo segundos después el voluntario sobre la camilla explota cubriendo de sangre, fluidos y viseras la habitación completa, incluyendo al personal medico.
El experimento fracasó, la desilusión esta presente en todos los asistentes, el tiempo se les viene encima y no logran dar con la formula correcta.
Luego de haberse aseado y de volver a ponerse su ropa normal con la bata blanca encima, se enfrasca de nuevo en su trabajo.
Son ya diez años desde que fue convertido y desde entonces a dedicado su tiempo y esfuerzo en la búsqueda de la sustancia que les permitirá seguir "viviendo" sin necesidad de lastimar a los seres humanos.
Prácticamente vive en su laboratorio, estudiando las encimas y proteínas, comparando entre la sangre infectada y la humana. Su vida social esta reducida a nada, aunque no la hecha de menos, le cuesta encajar con el resto de la población, aunque sea vampiro, no es como los demás, su condición actual no le es para nada grata, por el contrario se siente fuera de lugar; su empatía hacia los seres vivos es algo que al parecer sus allegados y colaboradores no comparten con él, para ellos los humanos son seres inferiores.
El director de la empresa le llega por detrás cuando más absorto se encuentra observando con el microscopio algunas muestras dispuestas sobre las placas de Petri.
-Castiel – el aludido pega un bote sobre su asiento un poco sorprendido por la intromisión.
Crowley tiene una extraña cualidad de llegar y no ser notado por los demás hasta que emite algún sonido, es como si pudiera desvanecerse y transportarse sólo con la mente.
-Si, ¿necesitas algo? – contesta con voz ronca
-Sólo quería comprobar que siguieras trabajando en el proyecto.
-Es lo que hago
-Bien, en ese caso no te quito más el tiempo.
Sin decir mas se retira dejándole solo, el hematólogo no le da mucha importancia a la reciente visita y continúa con su trabajo por un par de horas más.
Ahora que los vampiros conforman la mayor parte de la población en el mundo, la forma en la que se maneja la vida es un tanto peculiar, el trabajo y la socialización, al igual que la educación y demás actividades se realizan por la noche, evitando así morir calcinados por el sol; es por eso que los medios emiten diario como servicio social un comunicado dos horas antes de que se ponga la luz del día, para que la población en general pueda ponerse a salvo.
En realidad los estándares sociales y culturales no han cambiado mucho, los ricos y poderosos, siguen siendo ricos y poderosos, mientras que las clases bajas se siguen manteniendo en su sitio, o tal vez se encuentren aun más jodidos que antes, con la racionalización de la sangre y los altos precios. La mayor diferencia entre el mundo actual y el pasado es el haber invertido el día por la noche.
Cuando la inmortalidad se apoderó del mundo, muchos se inclinaron por esta forma de subsistir, en tanto otros pocos rehusaron completamente convertirse en lo que ellos llaman monstruos, seres antinaturales o abominaciones del diablo, los pocos que prefirieron mantenerse como humanos viven huyendo, escondiéndose y evitando que los capturen y los utilicen como animales de granja.
Pero el huir y mantenerse oculto se vuelve cada vez más difícil, se ha creado un ejército de jóvenes vampiros instruidos especialmente para localizar y capturar a los pocos humanos que quedan.
Forma parte de la evolución el adaptarse, y así como se inventó la luz eléctrica para poder ver en la oscuridad, igual se han adaptado instrumentos para hacer más llevadera la supervivencia de los vampiros, incluyendo coches con vidrios tintados, trajes y cascos con viseras especiales para transitar durante el día, mayormente utilizados por los grupos encargados de dar captura a los humanos.
El ojiazul conduce de regreso a casa, aun rememorando las imágenes expuestas durante la reunión; las del hombre en abstinencia, él igual lleva un par de días sin ingerir una gota de sangre, se siente culpable cada vez que lo hace, piensa que con eso contribuye a la completa extinción de los humanos. Aunque sabe de antemano las consecuencias que le puede ocasionar el no ingerir el preciado liquido, recuerda las orejas alargadas del experimento 666 y se toca las suyas tratando de comprobar que siguen siendo normales; al parecer no queda conforme y baja el espejo retrovisor para chequear la apariencia de estas.
Concentra toda su atención en la imagen que le ofrece el espejo olvidándose por completo de ver por donde va, hasta que una camioneta tipo pickup se le cruza de frente.
Da un volantazo para evitar el choque al escuchar los pitidos del otro conductor, pierde el control y sale de la carretera, afortunadamente retoma la situación y logra detener el coche, el otro vehículo no corre con la misma suerte y se impacta contra el muro de contención.
"Maldita sea" piensa mientras se repone del susto.
Baja del coche y se encamina hacia la camioneta accidentada.
-¿Están bien? – pregunta con preocupación.
Comienza a correr para estar mas cerca y se detiene cuando una flecha de madera le atraviesa el brazo izquierdo.
-Ahaaa – se queja llevando su mano hasta la flecha y sacándola para tirarla al piso, sangra un poco, pero se cura casi instantáneamente – que demonios – sisea
Un joven alto, de tez blanca y cabello rubio baja del vehículo apuntándole con una ballesta.
-¡Retrocede! – le ordena con voz ronca mirándolo con decisión, el verde de sus ojos pareciera relampaguear bajo la luz de las farolas de la carretera. - ¡No te acerques más!
-Espera, espera – le incita Castiel levantando las manos con calma para mostrarle que no esta armado.
-¡Dispárale de nuevo! – aconseja otro hombre gritando aun dentro de la camioneta.
Dos adultos de sexo masculino y un niño salen del vehículo y se colocan tras el rubio, mostrándose asustados y al mismo tiempo dispuestos a luchar para salir de ahí.
-Ustedes son… humanos – titubea atónito
-¡Dispárale! – grita de nuevo el mismo hombre
-No, no dispares de nuevo – exclama con un poco de fascinación en los ojos al ver que el rubio sigue apuntándole – yo puedo ayudarlos…
Los humanos le miran con desconcierto, pensándolo pues una sirena de policía se escucha a lo lejos…
Continuara…
Ok, cualquier duda o reclamación no duden en hacérmela saber,
