Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama.
Escrito en el móvil, errores son sin querer.
Muchas gracias a Yayoi y todos los que leen.
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Capitulo 1 El mago
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Una chica de cabello rosado lee con detenimiento todas las notas de su cuaderno, mañana tiene un examen muy importante, de hecho ha estudiado toda la semana. Normal considerando que se siente insegura, ojalá fuera tan inteligente como sus hermanos Kouen, Koumei y Kouha, por esfuerzo no paramos, pero es complicado para ella. No sirve de nada que se lamente, con ello no conseguirá volverse más inteligente, tampoco es que no lo sea, es solo...es como si no pudiera concentrarse. Puede leer un libro durante horas y al final olvida más de la mitad del contenido. Unas pequeñas lágrimas se asoman por tan bellos orbes, toma la pluma en su mano temerosa, sus labios tiemblan.
-No Kougyoku debes de ser fuerte, recuerda que eres una Ren. Nunca has fallado un examen, todo estará bien. Debes proteger tu honor ante todo.
Intentaba darse ánimos sin mucho éxito, hasta que por fin el cansancio la hizo caer rendida sobre su escritorio.
Aún pérdida en sus sueños alcanzó a escuchar el maullido de un gato lo que le hizo pegar un brinco, limpio sus ojitos con la manga de su pijama, observó por la ventana notando que ya era de noche.
-Soy patética- suspiró-de esta manera no conseguiré nada.
Se puso de pie para dirigirse al cuarto de baño, quizá lavando su rostro con agua fría pudiera quitarse algo del sueño que amenaza con hacerle caer de nueva cuenta.
La sensación fue mucho más reconfortante de lo que esperaba, sin embargo no lo suficiente. Bajo a la cocina en busca de un café, pero antes de poder entrar al sitio vio de reojo a Kouen con algo que parecía ser una taza de chocolate, vaya que poco común en el. Se lamenta porque ahora no hay manera de que pueda llegar a su objetivo, y no porque el pelirrojo la regañe o algo por el estilo, pero en su presencia no se siente cómoda. Siempre termina sonrojándose y moviendo sus manos torpemente, por si fuera poco balbucea cada tontería que ni ella le encuentra significado, si, regresar a su habitación parece una mejor idea.
-Kougyoku.
Dijo la varonil voz del mayor, ella dio un pequeño salto en el sitio tensando su cuerpo, tuvo que salir de la seguridad de su escondite completamente avergonzada.
-¿S-sabías que estaba ahí?
Preguntó primeramente para darse luego un golpe mental. Es obvio que si le ha dirigido la palabra es porque estaba consiente de la situación, pero como siempre lejos de enojarse el pelirrojo le mira con ternura, aunque eso solo pueden verlo les afortunados miembros de su familia.
-Si, me pareció que estabas por aquí. ¿Aún continuas estudiando?
-A-ah...yo...¡Si!
¿Por qué gritó? Un poco de nervios tal vez, no, es seguro de que esa es la razón.
-Deberías dormir un rato, no es bueno sobreesforzarte, terminaras colapsando.
-Muchas gracias por preocuparte onisama, pero si no paso este examen...
-¿Reprobarás el ciclo?
-No, pero podría terminar manchando el nombre de la familia.
-No deberías preocuparte por eso, tu eres tu. Las acciones, logros y metas que cumplas solo te incumben y afectan a ti, no tienes porque cargar con un peso como ese.
-Pero, ustedes son muy inteligentes.
-Todas las personas son distintas, además yo pienso que no solo eres brillante sino además siempre te esfuerzas, aún cuando no hay necesidad de ello. Esa perseverancia es algo que admiro de ti.
La joven cubrió su rostro que ahora estaba coloreado de un intenso carmín.
-Preocúpate cuando seas tan idiota como tu amigo.
-¿Alibaba-chan?
-Si.
-Pero si es muy inteligente, incluso cuando viene a visitarme terminan discutiendo por tal o cual tema, aunque jamás he visto que se pongan de acuerdo.
El mayor frunció el ceño.
-Ni nos pondremos, es un tonto insisto, siempre con sus ingenuos ideales, parece que no conoce la realidad y se la pasa encerrado en un mundo de sueños.
-Aunque no se note ha tenido una vida complicada.
-Lo sé, el mismo me lo ha contado, por eso mismo digo que parece, no logro entender como alguien así puede tener una visión tan rosa de la vida.
-Por eso lo quiero mucho.
-Espero que no te cases con alguien como él.
-¿Irías en contra de ser así?
-No, siempre voy a respetar tus decisiones, pero entonces si terminarías ensuciando el nombre de la familia.
-Ay hermano ja ja ja.
Solo la chica para entender que era una broma...¿en verdad lo era? Pero no, ella no ve al rubio como un galán, es más como un amigo o un hermano menor, a pesar de tener ambos la misma edad. De pronto se fijo que su hermano tomaba en dos tasas lo que pico su curiosidad.
-¿Por qué bebes café en dos tasas?
-Oh, una si es café, la otra es caldo de pollo.
-¿Caldo de pollo en una tasa? ¿Por qué lo pusiste ahí?
-No fui yo, fue Koumei. Ya sabes que en algunas ocasiones suele estar más dormido que despierto, sentí antojo de un café, baje a prepararlo, el se ofreció y terminó por servirme el caldo, no quise tirarlo así que me dispuse a comerlo, aunque no es algo muy recomendable a esta hora.
-¡El café!
-No te preocupes, desconecte la cafetera.
-No es eso, yo también venía por uno para poder continuar estudiando. Con la conversación se me olvido.
-Entonces deja que lo prepare, es lo menos que puedo hacer para ayudarte en tus estudios, además no tiene mucho que lo puse, aún debería estar caliente.
-No quiero ser una molestia.
-Nunca lo eres.
-Entonces por favor.
-¿Cuántas cucharadas de azúcar?
-Cinco.
-En verdad te gusta lo dulce.
La joven solo sonrió, una vez lista la bebida su hermano se la entregó, y dio un sorbo.
-¡Está muy amargo!
-Lo prefiero cargado, al menos así te mantendrás despierta.
-¡Como por un mes!
El pelirrojo le sonrió de manera sutil y volvió a ella el nerviosismo de estar en su compañía, realizó torpes movimientos y no dijo más. Solo contemplaba en silencio la humeante tasa. Pero ni así bajo la pesadez en sus ojos y terminó por quedarse dormida sin saber en que momento ocurrió.
Kouen le miró con ternura, dejó de lado lo que estaba haciendo y tomo a su hermana en brazos para llevarla a su habitación. Ya en el sitio le recostó en la cama, cubrió con las sábanas y salió cerrando la puerta cuidadosamente.
...
El despertador sonó, la peli rosa se sentó de golpe en la cama, tomo el artefacto y se dio cuenta de que eran las seis y media. ¡Se quedó dormida! De nada sirve el que se maldiga. Se alista para el colegio, desayuna, toma sus cosas y sale de casa. Por fortuna llega temprano, lo suficiente para dar una repasada antes del examen. Aunque sus nervios le impiden concentrarse como se debe.
-Es hora del examen muchachos.
Dijo la profesora entregando las hojas a sus pupilos. Comenzó a sudar frío cuando se dio cuenta de que todo estaba en chino, a pesar de ser problemas matemáticos. Respondió lo más que pudo, lo que no fue mucho, que injusto se ha matado una semana estudiando, y no sabe nada ¡NADA! Entrega el documento con pesar, sabe que no la ha librado.
Cuando finalizaron las clases salió casi corriendo de ahí, no quería ir a casa. ¿Con que cara iba a ver a sus hermanos? Camino rumbo al centro comercial, no quería comprar nada. Pero pasando este hay una enorme plaza rodeada de un bello parque, probablemente podría llorar un rato sin que nadie le prestara atención, pues es un sitio muy alegre, por lo tanto ruidoso. Llega al lugar y se sienta en una banca, por fortuna no hay nadie cerca, se dispone a llorar, pero algo llama su atención.
Un joven de larga cabellera azul, realiza algo con sus manos. ¿Qué hace? Sin darse cuenta se acera cada vez más a él, al punto de estar a menos de un metro, le mira con curiosidad mientras el sonríe. Lastima que la peli rosa este más entretenida en lo que hace porque no ha podido admirar tan bella expresión. Las manos del joven emiten un destello.
-Wow ¿cómo le hará? ¿Qué tiene en sus manos? ¿Una lámpara? ¡Ay que tonta soy! ¡¿Cómo se me ocurre semejante tontería sin sentido?!
Sintió su cuerpo estrujado por todos lados, no se había dado cuenta pero el oji azul tiene público, mucho público y no halla lugar en el sitio, por fortuna se encuentra hasta adelante pero incluso sus pies se ven incapaces de tocar el piso, que incómoda situación, pero por alguna razón no importa tanto, solo quiere ver lo que el chico hace.
La luz se hace más y más grande con cada segundo hasta que aparece un ramo de rosas, enorme. Imposible de meter entre sus manos, y no son de papel, son rosas auténticas, el público eufórico aplaude mientras dejan monedas en su sombrero al lado del menor. Este le sonríe nuevamente y esta vez si es capaz de notarlo. ¡Por dios que hermosa sonrisa! Se sonroja sin intención, el peli azul se acerca en su dirección.
-¿A quién mira?
Voltea en ambas direcciones pero no hay indicios de que alguien salude al joven que se detiene frente a ella, y le extiende el ramo.
-¡¿Son para mi?!-casi grita contrariada.
-Solo si las quieres onesan, te vez triste no quiero que llores.
-¡Ah!-se ruborizó con más violencia, su corazón latía con furia, y el calor invadía su cuerpo.
-¿Cómo pudo leer a través de mi? Sus ojos ¡Es como si pudiera observar hasta el fondo de mi alma! No me gusta, me da miedo, mis hermanos son los únicos que pueden entenderme, a el ni siquiera lo conozco, me siento desnuda ¡Me aterra!
-No te ilusiones, no acepto regalos de personas que no conozco.
La peli rosa le enseñó la lengua, se dio la media vuelta y se retiró. El menor quedó pasmado, no tuvo oportunidad de pensar si lo que hizo fue incorrecto, solo miraba los largos mechones rosados pasar frente a sus ojos sin que nada pudiera hacer para detenerla. Sus orbes azules bien abiertos miraban a la distancia mientras el sentía un pequeño dolor en su pecho, su brazo comenzó a temblar y tuvo que tomarlo con el otro para cesar el movimiento, se quedó completamente en blanco.
...
Cuando Kougyoku llegó a casa subió a su habitación y se tiro sin más sobre su lecho escondiendo su rostro entre las almohadas.
-¡¿Por qué tengo que ser así?! El solo quiso ser amable conmigo, y yo ¡lo lastimé! Tenía cara de que sentía deseos de llorar, mis problemas son míos, los demás no tienen porque cargar con mis traumas, debería pedirle perdón. ¡No va a perdonarme! ¡Soy tan cruel!
Lloro sobre su cama hasta que las fuerzas se le agotaron. Una semana entera durmiendo solo un par de horas, estrés por un examen complicado, miedo por poner en ridículo el orgullo familiar, y haber herido a una persona amable por un berrinche, en este momento es más de lo que puede soportar.
...
Cuando el joven pudo reaccionar continuó con su acto de magia sonriendo como si nada hubiera pasado. Mentiría si dijera que la actitud de la chica no le dolió. Pero Aladdin no es alguien que se deje doblegar con facilidad. Ha meditado el asunto, tal vez fue un poco insolente. Es verdad que tuvo la impresión de que la peli rosa estaba triste y que necesitaba consuelo, pero eso no le daba el derecho de meterse donde no ha sido solicitado. No tiene ni la menor idea de si volverá a verla, espera que si, porque debe ofrecerle disculpas. Termina con sus presentaciones y sonríe al notar que ha juntado mucho dinero.
-Hoy podré darme el lujo de comer carne, tiene semanas que no lo hago-casi babea-¡gracias onesan me has traído buena suerte!
Camina por el distrito comercial y se detiene en una tienda de accesorios para el cabello, sus pies le invitan al sitio. Curioso observa los broches, pasadores y demás. Pero sus orbes se quedan fijos en una bella orquilla de exquisito acabado, se ve costosa pero aún así decide preguntar, tal como lo imaginó se llevará la mitad del dinero obtenido. Aún así decide comprarla, será una buena forma de disculparse con alguien que no está seguro de volver a ver.
Pasa por algo de carne ya preparada, es una pena que no sepa cocinar, porque así podría comprar más, y llega a su casa.
-¡Ya llegué!
Gritó con alegría, recibió el frío y crudo eco de su hogar como respuesta. Dejó sus zapatos en la entrada y se dirigió a la cocina.
-Hoy ha sido un buen día mamá-nuevamente silencio-conocí a una linda chica, pero creo que la hice enojar, espero tener la oportunidad de disculparme ¿algún consejo? ¿Debo arreglármelas solo?-bajo la mirada dolorido, casi estuvo a punto de llorar-los extraño mucho...me hacen falta...
Movió la cabeza negando para terminar sonriendo como solo él sabe.
-No deben preocuparse por mi, estaré bien. ¡A comer se ha dicho!
...
La peli rosa se levantó en algún momento, realizó su tarea y volvió a dormir, pues en verdad estaba agotada. Pero como es de suponer jamás llegó a ella el alivio. Fue incapaz de detener la repetición de la escena en su mente una y otra vez. Por la mañana tenía unas enormes ojeras que disimuló con ayuda de un poco de maquillaje...terriblemente. Retiró el producto y decidió bajar a desayunar como si nada, esperaba que sus hermanos se hubieran ido a la empresa. Descendió las escaleras sigilosamente y suspiró aliviada, al menos no tendría que explicar su penosa condición.
Salió del lugar y llegó al colegio, todo el tiempo se olvidó del fallido examen, pues sus pensamientos iban dirigidos a otra parte, al menos hasta que llegó la profesora de dicha materia.
-Voy a entregar los resultados.
La menor caminaba torpemente, tomo el documento entre sus manos y lo giró. En ese momento quería morirse. Ocho no era excelente pero si bastante aceptable, dramatizó la situación e hirió sin razón al lindo mago. Su expresión cambió, denotaba seguridad, con o sin pretextos hoy mismo le pedía perdón.
Finalizaron las clases y emprendió su camino. Se sintió triste al darse cuenta de que el peli azul no estaba en el lugar. No lo culpa ¿cómo podría después de lo que hizo? Miró al cielo como buscando una oportunidad, rogaba por ella, incluso si el otro le decía que la odiaba estaba dispuesta a aceptar sus sentimientos.
-¿Onesan?
Pronunció una voz a su espalda, se giró de inmediato casi en un acto-reflejo. No podía creerlo, su suerte, no algo aún más grande le brindó la oportunidad para redimirse y por nada del mundo iba a desperdiciarla.
-¡Lo siento!-exclamaron al unísono para verse de manera interrogante.
-¿Por qué te disculpas?-dijo la peli rosa.
-Porque dije algo que no debía, no debí inmiscuirme en asuntos que desconozco.
-¡Eso no es verdad! Solo intentabas animarme, fue algo muy lindo, en cambio yo, te trate muy mal.
El chico la miró un momento y sonrió.
-¿Te parece si empezamos de nuevo? Mucho gusto, me llamo Aladdin.-le extendió la mano, la que fue tomada con delicadeza.
-Es un placer, yo soy Kougyoku.
El oji azul no rompía el contacto, era una sensación tan nostálgica. ¿Hace cuánto que no siente esa calidez?
-Ah...Aladdin...mi mano.-dijo al tiempo que se ruborizaba.
-¡Lo siento!
Rieron un momento, luego el joven se veía nervioso por alguna razón.
-¿Qué ocurre?
-Bueno, es que pensé que te había hecho enojar y compré un presente para disculparme, ahora creo que no tiene mucho sentido-desvío unos segundos la mirada-pero puede ser algo que represente nuestra amistad.
-¿Estas seguro? No tienes porque hacerlo.
-Si.
El joven apareció de la nada una pequeña caja de terciopelo.
-¡Wow! ¡¿Cómo lo haces?!
-Un mago jamás revela sus secretos.-guiño un ojo de manera inconsciente.
Eso provocó que Kougyoku sintiera su corazón latir con fuerza, por todo lo acontecido no lo había notado, pero Aladdin es apuesto, bastante.
-Puedes abrirlo.
Siguió la indicación y quedó impresionada, el objeto no lucía precisamente barato además era exactamente de sus gustos.
-Aún puedes decir que no quieres dármelo, se ve costoso.
-Acéptalo.
-¿Estas seguro?
-Completamente.
-¡Gracias!
Ahora el avergonzado era él, algo en ella le hacia sentir extraño.
-¿Hoy no realizaras tu presentación?
-¡Claro que si! Solo se me hizo un poco tarde, además...
-¿Además?
-Era más importante arreglar el malentendido.
Comentario que dejó sin palabras a su ahora amiga, no tenían ni una semana de conocerse y ya le hacia sentir especial.
El chico realizó su acto, de nueva cuenta la peli rosa fue atrapada en un tumulto humano, pero en esta ocasión no sintió molestias, todo lo contrario. Le hizo muy feliz el saber que el arte del muchacho es apreciado. El tiempo se les fue volando, no era muy tarde pero estaba algo oscuro debido a las nubes que ocultaban al astro rey y que amenazaban con provocar la lluvia, algunas gotas comenzaron a caer.
-¡Nos vamos a mojar!-dijo la chica.
-Mi casa está cerca, no pienso hacer nada malo lo prometo, es solo en lo deja de llover.
Acompañar a un perfecto desconocido a un lugar que jamás has visitado es la peor idea del mundo, pero el menor sin duda transmite confianza.
Llegaron al sitio poco después y a penas a tiempo, se escuchaba claramente el sonido del granizo al chocar contra todo.
-Eso estuvo cerca-dijo la oji fiusha.
-¡Ni que lo digas! ¿Gustas un chocolate para entrar en calor?
-¡Si! ¿Te ayudo?
-No en necesario, enseguida vuelvo.
El peli azul se giró para ir a la cocina, pero apenas realizó el movimiento perdió el equilibrio, su cuerpo se precipitó en dirección al suelo, pero la chica lo evito con algo de trabajo, removia a su amigo pero este no reaccionaba, se había desmayado.
-¡¿Qué tienes Aladdin?!-gritó alterada, tocó la frente ajena-¡por dios estas ardiendo!
Articulo llorando al darse cuenta de que el peli azul respiraba con algo de trabajo, él la animó en un momento difícil, es su turno de devolver el favor.
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Notas finales.
Espero que les haya gustado el primer capítulo, como esta historia quiero hacerla de capítulos largos, subiré cada quince días. Y es que tengo varios fics abiertos, pero no podía evitarlo. Ohtaka-sama acaso me quiere matar de emoción?! Si vuelve Canon esta pareja tendrá dotación de papas fritas de por vida de mi parte, los shipeo hace años, desde ese apretón "amistoso" en Balbad no se por qué. Es mi pareja no yaoi favorita junto al Solomon x Sheba, tal vez por eso amo esa pareja, inconscientemente veía el Aladdin x Kougyoku (? Por cierto si alguien deja comentario, no creo considerando la ahora inusual pareja, tengo por costumbre responderlos en las notas finales, por aquello de los que no tienen cuenta. Espero que pronto haya más historias de esta pareja porque es genial! Sin más hasta la próxima que me ando infartando de emoción XD.
