Resumen completo: "En éste mundo, es aplastar o ser aplastado."

Sonic negó frenéticamente con la cabeza. Indispuesto a creer aquello. Tomó del brazo de aquella erizo de púas rosadas y la atrajo hacia él en un abrazo.

"Estás mal en eso." Fue lo que respondió Sonic, apretando a la joven Rose entre sus brazos. La menor se removió entre los brazos del Héroe de Mobius, buscando la liberación.

6 Años de miseria, corrupción y destrucción no serían olvidados de la noche a la mañana de la mente de la pequeña Amy Rose.

Pero Sonic daría su mejor esfuerzo para conseguirlo.

Pareja Principal: [Sonamy][Sonic/Amy]

Clasificación: Para mayores de 13.

Advertencias: Hetero [Hombre/Mujer], Universo Alternativo [Los personajes han sido cambiado de Roles de manera drástica], Malas palabras, Abuso Físico, Abuso Psicológico, Posible OoC [Out of Character-Fuera de Personaje]

Aclaraciones: Sonic the Hedgehog y sus respectivos personajes le pertenecen a Sega.


Despertó adolorido.

Sonic apretó fuertemente los párpados, sintiéndose encandilado por la fuerte luz que emanaba de aquél cuarto. Su primer intento fue levantarse, pero descubrió que estaba incapacitado. Sus manos estaban atadas detrás de su espalda, y sus piernas sufrían el mismo efecto, dejándole bastante vulnerable.

Algo no andaba bien.

Abrió los ojos.

Era un cuarto oscuro, con unas gruesas rejas alrededor de él en forma de jaula –De ésas que parecían para aves-, impidiéndole su escape. Unas chispas azules salían de aquellas barras de acero cada momento, advirtiéndole al erizo que sería fuertemente electrocutado si intentaba escapar.

Intentó recordar qué había pasado.

¿Qué había causado su situación actual?

No. Nada llegaba a su mente. Recordaba haberse despedido de Tails antes de irse a su cuarto, dispuesto a disfrutar una tranquila noche de sueño. El despertar en una celda, atado, indispuesto a liberarse lo había dejado algo extrañado.

¿Eggman lo había capturado mientras dormía? Vaya, aquél doctor jamás lo había hecho antes. Tampoco le había atado antes sus extremidades. Ya había sido capturado en una jaula, pero nunca le había atado adentro de una jaula.

Sonic no pudo evitar sonreír. Él ya estaba pensando que Eggman se estaba quedando sin ideas. Pero ahora, con aquél secuestro le había dado a pensar que quizás aquél humano estaba finalmente usando sus mejores armas e ideas contra él.

Estaba comenzando a emocionarse.

Usó la poca movilidad que poseían sus rodillas y sus codos para poder levantarse, fallando miserablemente cada vez que estaba a punto de conseguir ponerse de pie. Tuvo que conformarse con quedar arrodillado, esperando pacientemente.

Se encargaría de enfadar al Doctor hasta que tocase fondo. Ya estaba mentalmente preparándose para soltar sus mejores bromas e insultos ligeros.

Oyó varias voces detrás de la puerta que estaba a varios metros de la jaula, puerta de metal que significaría su escape si conseguía pasar detrás por ella. Mientras oía con cautela, pudo comprender que se trataban de tres voces diferentes.

Pudo reconocer dos con facilidad. Eran voces robóticas y sumisas por naturaleza. Orbot y Cubot.

La tercera le parecía tremendamente familiar, pero no podía reconocerla del todo. No le sonaba a la voz arrugada y nasal del Doctor Eggman. ¿Estaba ignorando algo importante?

"Así que los resultados salieron positivos." Dijo aquella voz desconocido.

"Sí, mi señor" La voz que era indiscutiblemente de Cubot respondió de manera sumisa. Oyó un chasquido de lengua, y unos murmullos que sonaban bastantes molestos. Después escuchó algunas palabras malsonantes, tan groseras que tuvo el impulso de taparse los oídos. "Hicimos las pruebas varias veces para comprobar los resultados."

"¿Cuántas veces? Si me llegase a enterar que esto es una muy mala broma juro que-…"

"Siete veces." Fue ahora Orbot quien contestó. Éste sonaba verdaderamente aterrado. Sonic se lo imaginaba cubriéndose con sus manos su rostro. "Hicimos siete veces las pruebas y todas salieron positivas."

"Muy bien." La voz que le parecía familiar parecía menos enfadada, pero tampoco muy complacida. "Lárguense. Y será mejor que empiecen a lustrar mi base, ratas inmundas." Advirtió aquella voz. Sonic escuchaba varios sonidos, lo que más le parecía acertado era que aquél extraño estuviese pulsando varios botones, posiblemente para abrir la puerta.

"Sí mi señor." Los dos robots respondieron al mismo tiempo.

"Cuando termine de hablar con ésa rata de azul quiero ver todo el lugar rechinando de limpio. O si no, juro que el castigo que les pondré será mucho peor que la muerte."

"Sí amo."

Sonic oyó un chasqueo de lengua y un golpe repentino. Escuchó un chillido proveniente Orbot. Posiblemente había sido golpeado por su "amo". Cubot había exclamado el nombre de su amigo robot, antes de que él fuese al parecer callado con otro repentino sonido seco –Parecía que el desconocido les daba una clase de paliza. A Sonic no le agradaba aquello. Eggman los maltrataba, pero él no era tan malvado como para de manera directa herirlos-.

"Ustedes chatarras malagradecidas, más les vale que se pongan a limpiar o si no el castigo que les daré será mucho peor…"

"S-Sí, mi señor…." Cubot dijo con voz queda, totalmente horrorizada. Sonic no podía soportar oír aquello. Le molestaba y dolía que se maltratase a alguien que no hiciese nada malo.

"Mírame a los ojos cuando te hablo, escoria."

"S-S-Sí, señor."

"Lárgate de mí vista."

Hubo varios momentos de silencio. Y, mientras Sonic sentía su cuerpo temblar por producto de la rabia, aquél desconocido terminó de hacer el muy complicado proceso de abrir aquella puerta.

La puerta se abrió, y, después, una figura delgada entró a la habitación, cortándole la respiración al Héroe de Mobius.

"N-No puede ser." Masculló Sonic, totalmente sorprendido.

El desconocido era un erizo.

Su figura era delgada y su porte elegante. De púas rebeldes de tonalidad azul y ojos de un muy hermoso color esmeralda, fue capaz de robarle toda cordura al otro erizo atado e incapacitado.

"Muy buenas tardes." Fue lo que le dijo aquél erizo. Su voz sonaba burlesca y cruel en toda la extensión de la palabra. Una sonrisa llena de malicia estaba mostrándose en su rostro.

La vestimenta que aquél llevaba no le era desconocida al Héroe de Mobius, ya que su captor llevaba exactamente las mismas ropas que Eggman siempre solía llevar. Esa chaqueta ridícula, sus botas exageradamente largas, los ridículos lentes, los pantalones negros y por supuesto, los guantes blancos. Claro que las ropas estaban ajustadas para aquél erizo. Eggman le doblaba fácilmente el tamaño y grosor a cualquiera de sus amigos.

"¿C-Cómo es esto posible...?"

El erizo fuera de la jaula ladeó la cabeza, en un gesto que le dejaría inocencia a cualquiera menos a él. "¿Enserio crees que yo lo sé?" Preguntó aquél malvado erizo. Aporreó un pie contra el piso, impaciente. "Yo sólo sé que, tu sólo presencia me fastidia." Entrecerró los ojos, enfadado. "Y que, si no me eres útil, simplemente morirás."

Sonic apretó los dientes, frustrado. "Nadie sería tan cruel como para hacer algo como eso."

Su captor se cruzó de brazos.

"¿Enserio?" Se mofó con burla el otro erizo de azul. "Es muy hipócrita que digas eso, peste. Después de todo, ambos somos la misma persona."