He tenido 3 capítulos de esta historia escrita desde hace un buen tiempo, apenas me decidí a terminarla y planeo ir publicando poco a poco. Este primer capítulo es la introducción, por lo que sólo tenemos lo más importante al final :P Espero que les guste.
Usé un poco de información de la serie Young Justice, porque en Teen Titans, sólo tenemos a Kid Flash en dos capítulos. Tengo la esperanza de que no haya incoveniente D:
Disclaimer: Teen Titans/Los jóvenes titanes no me pertenece.
Capítulo 1 "Confianza"
Pequeñas piezas, la vida está compuestas de ellas, de trozos de fe, alegría y tristeza, que se unen en un rompecabezas que muchas veces no tiene sentido hasta el final. El primer gran trozo de vida que le pertenecía a Jinx estaba cimentado en que la mala suerte era claramente eso, mala. El segundo y más pequeño fue cuando decidió dejar a su equipo de villanos y aceptar la oportunidad de que tal vez ser mala no era la única opción que tenía. El tercero también era pequeño y significativamente valioso, pues era la pequeña familia que había formado en una ciudad lejana, un trabajo honesto y el esfuerzo que se había visto florecer en un pequeño apartamento y una linda vida. El cuarto trozo aún se estaba formando y había empezado cuando el chico más rápido del mundo había decidido invitar a la chica de pelo rosa a vivir con él. Al inicio ella se había negado, tenía un lugar donde vivir, personas que la habían aceptado y se alegraban de verla, pero el chico no se dio por vencido, de hecho, él nunca se daba por vencido cuando se trataba de ella. Y es que resultaba que ella vivía en la misma ciudad, en el mismo barrio pero sin las mismas comodidades, que aunque no eran muchas, sí notables. Fue hasta que un rufián destruyó su pequeña base y su bello pero pequeño hogar que la chica de la mala suerte, aceptó su suerte y terminó con una maleta en frente del apartamento de nada más y nada menos que Wally West. Se sintió mal al forzarlo a escuchar un monólogo de quejas que incluía el tema de cómo era posible que justamente cuando él le ofrecía vivir con él y ella se negaba, aparecía un idiota que destruía su apartamento y la dejaba en la calle, con un muy indignado propietario que no aceptó tenerla de vuelta. Pensó que el chico se enojaría ante sus acusaciones pero sólo dijo: "Creo que el destino quiere que estemos juntos." Y sólo recibió como respuesta un golpe de energía rosa que esquivó con facilidad, pero que el sillón no.
Sí, ése era la cuarta pieza de su vida que estaba formándose bajo el techo de un superhéroe que ahora tenía a una ex-villana como compañera de apartamento. La vida no podía ser más extraña.
Así comenzó la rutina sorpresiva, las mañanas empezaban con un muy hambriento Wally que devoraba todo lo que estaba en la mesa, Jinx cocinaba de vez en cuando, pero estaba contenta de que el chico, que era más rápido que ella cocinando, preparara el desayuno la mitad de las veces. Y vaya desayuno, había ocasiones en que ella se preguntaba si sus piernas estaban huecas por todo lo que comía y a veces él parecía leerle la mente porque comentaba "Metabolismo acelerado" sin agregar nada más. Luego cada quien iba a sus asuntos, Jinx al restaurante donde trabajaba y Wally a la escuela, la chica no quería volver a ver una escuela en un buen tiempo. Las tardes variaban de deberes a salvar la ciudad y a finales del mes ambos contribuían con la renta y compra de alimentos. Kid Flash se negaba a aceptar la mitad de la cooperación para comida de Jinx, ya que él era quien más comía en el apartamento, pero ella era igual de terca y ninguno pudo ganar el argumento, por lo que cada fin de mes era una competencia por ver quien compraba la comida. A fin de cuentas, ella estaba feliz, en sus argumentos, pequeñas peleas, desacuerdos y demás, ella se sentía de nuevo en un hogar con alguien que se tomaba el tiempo para escucharla, hablar con ella, hacer de vez en cuando detalles para ella y darle su espacio. La vida era extraña.
Lo más extraño fue un evento que aún mantenía en su mente, cuestionando su significado y lo que le hizo sentir. Una tarde sin mucha acción tenía a ambos aburridos frente a la tele de la sala del apartamento, el sillón, luego de varias discusiones y enfrentamientos, había sido reemplazado con la mitad del dinero de cada uno. Ella seguía asombrada por su administración del dinero, porque a veces parecía que no lograrían llegar a mitad de mes, pero aparentemente ser superhéroe tenía muchas ventajas. Así que en medio de sus contemplaciones Wally se levantó, vestía casual al igual que ella, pero se veía mucho menos forzado en su estilo que ella usando sus pantalones de mezclilla y su blusa rosa con negro. Apagó la tele y se puso frente a una muy confundida Jinx.
"¿Qué?" habló de mal humor.
"Propongo que hagamos algo" dijo un muy orgulloso Kid Flash
"¿Cómo qué?"
"Como una prueba de fe."
"¿Prueba de fe?"
"Sí, ponte de pie, te pones de espaldas a mí, cierras los ojos y te dejas caer hacia atrás y yo te atrapo."
"No"
"¿Por qué no?"
"Porque no le veo el caso de hacer eso."
"Pero es para ver si confiamos el uno en el otro."
"No confiamos. Punto"
"Pero yo sí confío en ti, sólo quiero saber si tú confías en mí."
"Ya te dije que no confío."
"¡Por favor! ¡Sólo hazlo! ¿Sí?" Ahí fue cuando Jinx perdió en contra de unos muy convincentes ojos azules del pelirrojo, que orgulloso por su victoria le regaló una gran sonrisa que casi hace que ella también sonriera.
La chica se puso de pie, giró y cerró los ojos. Esperó una señal que le indicara que podía dejarse caer pero no escucho nada, absolutamente nada. Abrió un ojo y giró un poco la cabeza.
"No puedes hacer trampa Jinxie." Ella bufó ante el apodo que tanto le molestaba que usara para llamarla, pero regresó su cabeza hacia el frente y cerró de nuevo los ojos. Inhaló y se dejó caer. En un segundo sintió los brazos de Kid Flash detenerla para evitar su caída, rodeándola con un abrazo y entrecruzando sus manos al frente. Él apoyó su cabeza sobre su hombro y ella podía sentir su respiración en su espalda. No supo que hacer, se quedaron ahí parados por minutos, él tranquilamente y ella sin saber si moverse o no, porque aún estando de espaldas a él, sentía hasta el más leve movimiento y aunque agradecía que él no pudiera ver su cara sabía que se daría cuenta de que se había ruborizado en cualquier momento. Luego de una eternidad, él deshizo el abrazo y habló antes de desaparecer a una velocidad que ella sabía superaba por mucho su velocidad normal. "¿Ves? Sí confías en mí."
