Título: Espíritus de Fuego
Autor: chibineko
Disclaimer: Todos los personajes de este fanfic pertenecientes a la serie de novelas de Harry Potter son propiedad exclusiva de su autora J.K.Rowling.
Advertencias: Este es un fanfic del tipo slash, lo que quiere decir relaciones chico-chico; si no es de agrado este tipo de lectura, por favor no sigan. Además pongo de manifiesto que aquí solo se toma hasta el quinto libro como referencia para los sucesos acontecidos, el sexto libro no tiene ninguna relevancia en esta historia.
Dedicatoria: A tods ls chics de Media Noche en la Torre de Astronomía, que si no fuese por esta pagina yo no escribiría fics de Harry y Draco tan seguido como lo hago :P en realidad no los escribiría para nada... esto ¡Hufflepuff necesitamos mas puntos! TT andamos de últimos ¡Go Huff, go!
Capítulo I: ReiniciandoDraco Malfoy era un muchacho alto a sus actuales 16 años de edad, era de tez pálida y un cabello rubio platinado que le daba un toque etéreo de alguna manera. Draco Malfoy, actualmente el último de los Malfoy era un chico conocido por todos como poseedor de noble linaje y alcurnia, como un muchacho que derrochaba elegancia y nobleza en cada movimiento que daba, deseado por muchas y muchos y hasta finales de su quinto año quizás aquello fuese el sostén de su día a día... pero desde que comenzó su sexto año ya nada era así.
Draco Malfoy se había convertido en una bella sombra que recorría los rincones ya sin importarle si los ojos del resto estaban o no encima suyo; un deseable espectro viviente a quien las habladurías antaño deseadas ahora le resbalaban de manera olímpica por encima de su costosa túnica.
¿Como había sucedido aquello?
Habría que remontarse a finales del quinto año de Draco Malfoy, momento del año particularmente malo para la familia Malfoy puesto que la cabeza de la misma, Lucius Malfoy, había sido capturado por el ministerio y llevado a Azkaban bajo cargos de traición al Mundo Mágico.
Decir que aquel verano fue duro para Draco Malfoy era decir poco, había pasado las peores vacaciones de su vida y todo aquello gracias a ni más ni menos que su constante dolor de cabeza, el estúpidamente afamado Harry Potter, el niñato que Vivió. La única idea que rondó la mente del joven Malfoy durante esos meses de vacaciones fue, sin lugar a dudas, hacerle la vida miserable a ese estúpido arruina vidas de Potter... así es, nada acerca de buscar la forma de liberar a su padre, nada sobre escuchar a su madre cuando le suplicaba a su hijo que tomara aquello como una posible segunda oportunidad para reiniciar sus ya de por si destrozadas vidas... no. Su pensamiento iba única y exclusivamente a idear la manera como hacerle pagar a Potter por los actuales problemas de su vida.
Lo cual hubiese sido fácil siempre y cuando el supuesto afectado realmente le estuviese haciendo caso, como le había hecho caso los últimos 5 años de sus vidas. Lastimosamente para Draco Malfoy, quien trató de iniciar el sexto año con una reconfortante pelea, de ser posible, a puño limpio con su Némesis; se encontró siendo completa y absolutamente ignorado por el niño de oro de Griffindor a pesar de que con quince minutos insultándolo ya hasta le había mentado a los padres muertos, los padres del Weasel, los de la sabelotodo sangresucia e incluso los del mismo Godric Griffindor.
Tanto insulto le valió ese primer día no solo una pelea a puño limpio y varita con Ronald Weasley, sino también una detención de una semana todas las tardes con el mismo Albus Dumbledore... pero no le valió ni un ápice de atención del moreno. La situación iba para mal.
Y empeoró.
Con el correr de las primeras semanas, y con ellas de los primeros dos meses de colegio, Draco Malfoy se dio cuenta muy a su pesar de que Harry soy-un-estúpido-arruinavidas Potter no solo lo ignoraba a él, sino que pasaba de largo de todo el mundo. No le respondía a Snape, no le hacía caso a sus supuestos mejores amigos, no atendía siquiera a los lastimeros intentos del viejo come caramelos de quien al parecer por alguna razón que Draco moría por saber, Potter ya no confiaba más. En realidad el moreno estaba mejorando en su rendimiento, al parecer de momento muy atento en las clases; mientras que fuera de ellas se abstraía en Merlín supiese que cosa.
Así pues luego de esos primeros dos meses Draco perdió todo interés en seguir buscando pelea y venganza, simplemente por el hecho de que su contraparte no le hacía el más mínimo caso; y mientras Harry Potter se seguía abstrayendo cada vez más en sepa el cielo que pensamientos, Draco Malfoy comenzaba a encerrarse en si mismo al punto de ignorar igualmente al resto del mundo.
Dejó de rodearse de los lamebotas de siempre simplemente porque ya no se sentía cómodo con ellos al lado, siempre hablándole de Potter e intentando insultarlo a partir del hecho de que de pronto desaparecía por largos períodos de tiempo; dejó de pavonearse por allí porque ya no le apetecía que al hacerlo alguien tomase a su padre como punto de inicio de insultos hacia su persona; dejó de causar problemas simplemente porque como ya se expuso antes su contraparte dejó de causarlos también.
Para finales de Setiembre Harry Potter y Draco Malfoy ya no eran los protagonistas de las riñas más encarnizadas de Hogwarts colegio de Magia y Hechicería; sino cualquier otra persona más y aquello si bien alguna vez fue deseado por el profesorado ahora los tenía preocupados. Pero no había nada que hacer, ninguna de las partes quería hablar, era como si se hubiesen echado al abandono.
Un mes más y Draco Malfoy ya no era ni siquiera llamado por su jefe de casa si es que por alguna razón se le encontraba merodeando por algún pasillo desierto y sin compañía. No se metía con nadie, no se metían con él.
En fin, esa era la situación.
31 de Octubre de 1996- Noche de Halloween
Draco Malfoy merodeaba por un pasillo desierto como acostumbraba hacerlo últimamente, la verdad era que no le daba la gana de ir a la susodicha fiestecita de ese año, simplemente no le atraía. Y ya que no tenía que hacer ronda alguna de prefecto esa noche, decidió salir a caminar por allí como ya estaba acostumbrado a hacerlo últimamente.
Sus pasos lo llevaron al primer piso, y de allí a la entrada del castillo, de donde salió quedándose apenas en la entrada aspirando el suave aire frío de aquella noche.
Se hundió en pensamientos hacia su madre y su padre; hacia su propia vida y luego hacia nada en particular, con los ojos posados en las estrellas sintiendo sin sentir el tiempo pasar.
O por lo menos así fue hasta que una sombra que al parecer surcaba la noche desvió su atención, una sombra que se acercaba a él rápidamente. Era... era...
- "¿Potter?."- susurró con incredulidad al ver al chico como montado en algo invisible, o por lo menos estuvo incrédulo hasta que recordó lo que podría estar llevando a Potter- "Thestral..."- por supuesto, él aún no había presenciado ninguna muerte.
Miró a Potter descender de su invisible montura al tiempo que tomaba aire, y se le notaba magulladuras por aquí y por allá y un ceño bastante fruncido.
- "Estúpidos... creer que podrían alejarme de allí solo con unos cuantos hechizos inútiles. ¡JA! Yo les enseñaré que tanto no puedo... van a ver... ya lo verán."- murmuraba el moreno entre otras cosas mientras comenzaba a encaminarse al castillo; tan concentrado que no se dio cuenta de quien estaba sentado en el suelo al costado de la puerta hasta que.
- "Potter..."- fue un susurro nada más, pero el chico paró en seco y respingó como si le hubiesen gritado al oído.
Volteó la cabeza, sus ojos verde esmeralda se encontraron con otros grises de una manera tan profunda como no se había dado en meses. Un estremecimiento recorrió al moreno ante el rostro tranquilo del otro.
- "Malfoy..."
Y entonces Draco Malfoy enarcó una ceja.
Harry Potter caminaba rápidamente pero sin ningún destino en particular, por lo menos no por el momento. La razón, un rubio desteñido y fastidioso que no dejaba de seguirlo desde el momento siguiente a ese bizarro encuentro en el cual si bien el moreno decidió que seguir de largo era lo mejor, el ojigris decidió que seguir al otro también lo era.
Por fin aburrido, Potter paró en seco y el rubio a dos metros detrás suyo hizo lo mismo. La vena que desde hacía rato palpitaba en la sien del moreno palpitó aún más evidentemente.
- "Malfoy... "- exclamó el otro con los dientes apretados- "¿No tienes alguna otras cosas que hacer lo lugar donde ir?."
- "No."- contestó el otro con rapidez y simpleza, y Potter cerró los ojos con fuerza soltando un bufido, mientras se preguntaba si comenzar a desear que Snape apareciese de pronto para ver lo de milagro le quitaba el bulto de encima era sinónimo de locura a temprana edad.
Potter volvió a reanudar su paso con el rubio siempre detrás suyo a aproximadamente dos metros de distancia, sin importar cuanto acelerase o cuantas vueltas diese por cada rincón o pasillo que se atravesase en su recorrido. Otros 15 minutos avanzaron en el reloj y la inexistente paciencia del moreno comenzó a amenazar con darse a conocer de una manera más física. Potter paró en seco de nuevo y esta vez lo hizo encarando al rubio.
- "¡¿Que demonios crees que haces siguiéndome Malfoy? Ve a ser el maldito centro de atención del maldito baile y deja de seguirme!."
Draco Malfoy se le quedó mirando a Harry Potter durante un largo, largo período de tiempo en completo silencio, para finalmente soltar un igualmente largo suspiro cansado.
- "La verdad no me apetece ir al baile para nada Potter, digamos que prefiero... seguir caminando."- terminó con una sonrisita que amenazaba con ser ligeramente burlona.
Harry bufó y miró al otro molesto.
- "¡¿Y es necesario que tu maldito camino siga al mío?!."
Draco volvió a guardar silencio antes de sonreír ligeramente y encogerse de hombros mientras soltaba un
- "Si, ¿por que no?."
Harry ahogó un grito de frustración antes de dar media vuelta y continuar camino.
Por supuesto con el rubio detrás.
¡Bien! pensó el moreno decidiendo por fin ir a su destino inicial, si el rubio tanto quería seguirlo que lo siga, ya terminaría luego él de desencantarse de la idea al ver adonde se dirigía.
Y fue así que pasando pasillos y alejándose cada vez más del ruido de la fiesta que se llevaba a cabo en el castillo, por fin el moreno terminó frente a...
- "¿Un baño de mujeres?."- preguntó con un parpadeo el rubio al ver a Potter comenzar a empujar la puerta para entrar- "No creí que tuvieses tan poco aguante como para usar un baño de niñas, Potter."- dijo medio burlón el otro, ganándose tan solo una mirada muy fea del Niño-que-vivió justo antes de que el mismo desapareciese por la puerta.
Y por alguna razón Draco Malfoy se obligó a si mismo a entrar segundos después. No llevaba siguiendo al 'Cara Rajada' tanto tiempo para de pronto perderlo, y no sabía porque pero algo le decía que justo eso sucedería de no entrar también, así que entró solo para observar al moreno sospechosamente parado a un costado de los lavaderos, como esperando saber si el rubio iba a entrar o no, y al verlo efectivamente entrar una mueca de desazón se mostró en su rostro. Malfoy volvió a enarcar aquella ceja.
- "¿Tan desesperado estás por que te siga Potter que pruebas con los lugares más... ridículos como destino?."- preguntó el rubio recostándose contra la pared mientras recorría con una mirada muy significativa el lugar.
Por su parte Harry volvió a bufar por enésima vez esa noche mientras se alejaba de los lavaderos y se iba hasta el extremo contrario del baño, como buscando marcar la mayor distancia posible con el rubio.
- "¿Que demonios hace un maldito Prefecto en un baño de chicas?."- preguntó Potter en un intento desesperado por hacer que el rubio diese media vuelta y se fuese.
- "¿Que demonios hace el maldito Niño-que-vivió en un baño de chicas?."- preguntó el otro con una voz sumamente tranquila, dándole así un revés a las intenciones del otro, por lo cual al no haber nada más que argumentar se instauró de pronto un pesado silencio de varios minutos, en los cuales un enfurruñado Potter lanzaba miradas cansadas al otro, quien de pronto la estaba pasando mucho mejor de lo que lo había pasado en meses, y no pensaba perderse tan buen momento por nada.
O por lo menos fue así hasta que una chillona voz femenina de ultratumba hizo que el cuerpo del rubio se escarapelara todo.
- "¡Oh Harry!, ¡has venido a visitarme!."- dijo aquella voz emocionada al tiempo que una poco conocida fantasma para Draco hiciese su aparición, aunque eso no quitaba el hecho de que si supiese quien era.
- "Eeeeh... Hola Mirtle, vaya sorpresa."- dijo el moreno visiblemente incómodo de pronto, mucho más de lo que ya se le veía momentos antes.
'Mirtle la Llorona', según había escuchado Draco ella era uno de los fantasmas más impopulares de Hogwarts, y eso era decir mucho. Al parecer su manera de actuar hacia que no mucha gente quisiera su compañía; y sin embargo la fantasmal muchachita parecía no solo conocer muy bien a Potter, sino que estaba más que encantada con el hecho de flotar alrededor suyo. Draco enarcó una ceja curioso.
- "Ni que lo digas Harry, seguro y me llamaste con el pensamiento, después de todo hoy se supone que es la gran fiesta de fantasmas y yo estaba allí."- comenzó a explicar la espectro como si aquello no fuese información ya más que conocida por todo el mundo- "Y mi intención era volver luego de dar un recorrido por mi retrete para poder pensar unos minutos en mi muerte... pero ya que estas aquí..."
Draco miró casi impresionado como las pálidas y fantasmales mejillas casi tomaban un poquito más de color. Aquello era de no creerse ¡Mirtle la Llorona estaba que babeaba por Potter!. Simplemente no pudo evitar meterse con el otro.
- "Vaya, vaya Potter; no te sabía esos gustos tan raros en... mujeres."
Aquello no solo le valió una de las miradas más gélidas que el moreno le había brindado en toda su vida, sino también un respingo del ente que flotaba justo alrededor del Niño de Oro de Griffindor, casi asfixiándolo de paso.
Mirtle abrió grandes los ojos, ¡Por supuesto que reconocía al rubio que estaba en su baño justo en aquellos momentos!.
- "M.. Mal... ¡Malfoy!."- bueno, ciertamente aquella visita era una que no pensaba en tener ni de ensueños, no en toda la eternidad.
- "Bien si, supongo que soy bastante conocido. Y tu eres..."
- "¡Mirtle!, todos me llaman Mirtle, y estos..."- dijo flotando coquetamente junto a Malfoy, a quien comenzaba a borrársele aquella sonrisita del rostro- "Son mis baños. Y tu puedes visitarme... cuando quieras."
Ahora fue el turno de Potter para reírse de la cara del rubio, quien tragando duramente se volvía a preguntar que estaban haciendo allí. Tal vez lo más sensato fuese irse, pero se recordó a si mismo que de hacerlo entonces el estúpido León que estaba al frente suyo ganaba, y esa no era la idea del asunto.
- "Muchas gracias por la invitación mi lady, lo tendré en cuenta."- respondió el rubio con total caballerosidad, logrando que las ya fantasmalmente encendidas mejillas de la espectro tomaran otro poquito más de color al tiempo que una sonrisita boba adornaba su rostro.
Luego de eso Mirtle comenzó a prácticamente monopolizar a ambos adolescentes, lo cual hubiese sido muy gracioso para cada uno si no fuese porque no era solo el otro el coqueteado por la fantasma de anteojos. Y fue particularmente luego de casi media hora de charla incesante de la fantasma, de darse cuenta que pasase lo que pasase Malfoy no se iba a ir... y por sobre todas las cosas del hecho de que de pronto Mirtle parecía a punto de sobrepasarse con él (cosa de la cual ya no estaba muy seguro que no pudiese darse, fuese Mirtle una fantasma o no) que el chico se dijo ¡Basta! y decidió que después de lo que había vivido en el Ministerio de Magia un par de horas atrás y que sin importar cuan peligroso fuese que Malfoy descubriese lo que estaba planeando, no iba a demorar más tiempo la culminación de la siguiente etapa de su plan... además de que estaba, por supuesto, desesperado de zafarse de las ya descaradas insinuaciones de Mirtle.
- "Bueno Mirtle... eh ejem, creo que ya es hora de que nos vayamos... em, si definitivamente es hora. Nos vemos luego."- dijo el muchacho de cabello oscuro, haciendo que el rubio sintiese más alivio del que había sentido nunca en su vida, aunque descolocándolo un poco al ver que en lugar de ir a la salida se dirigía a los lavaderos.
- "No, ¿tan pronto?."- preguntó la otra con un puchero, a lo que el moreno respondió con una afirmación más que efusiva- "Bueno... pero intentaré estar aquí para cuando salgas de nuevo."- dijo Mirtle guiñándole un ojo a Harry y confundiendo a Draco en el proceso.
Y la confusión de Draco se incrementó aún más al escuchar a Potter hablándole en Parsél a uno de los lavaderos, confusión que se convirtió en verdadera sorpresa al ver aquellos lavaderos cambiando de forma hasta crear una especie de túnel. Entonces supo a donde iba Potter.
- "La Cámara de los Secretos de Salazar Slytherin."- susurró el otro casi conteniendo el aliento.
- "Si vas a venir hazlo, de lo contrario puedes dar media vuelta e ir a acusarme con quien te de la gana; no me importa."- fueron las duras palabras de Potter mientras lo sacaba de su ensoñación, justo antes de verlo saltar al agujero desapareciendo por él.
La verdad fue que Draco no se lo tuvo que pensar demasiado para saber que hacer, puesto que unos segundos también y olvidando cualquier precaución hacia su persona hizo lo más Griffindor que había hecho nunca en su vida desapareciendo también de un salto por aquella misteriosa entrada, posiblemente justo a dos metros de distancia de Harry Potter.
Fin del Primer Capítulo
Notas de la Autora:
TT si, ya se cual es la pregunta del millón; ¿que hace chibineko escribiendo nuevos fics si no termina tantos que ya tiene comenzados?. Que puedo hacer ¡No hay nadie dándole puntos a mi casa en la página de Media Noche en la Torre de Astronomía! es más que necesario... es una obligación como tejoncito gatuno en desgracia de puntos.
En fin . esta es una nueva historia que se me ocurrió y será un tantito larga o.o Em... espero que les guste y pues a pesar del inicio es una comedia n.n en serio, una comedia romántica como es mi estilo.
Cualquier comentario, crítica y demás como siempre serán bien recibidas, que se aprende mucho cada día todos los días.
Un beshito felino y nosh vemos... ¡Go Huff go!!!
chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
