Nota: Reto para Crack and Roll.
No sabes consolar
Estaba sentada frente a Katie, en silencio, esperando a que le dijera algo o que por lo menos la mirara. Pero tiene la cabeza escondida entre los brazos, probablemente los ojos cerrados y la memoria repitiendo una y otra vez la escena en que le quitan la quaffle, con la cual hubieran ganado de no ser porque un Slytherin sucio se la quitó. Katie Bell es así, se martiriza y luego se supera, siempre con el recuerdo de su último fallo.
Hermione siempre había pensado que eso estaba mal.
-Vamos, es sólo Quidditch –intentó animarla, hablando con suavidad-. Además, siempre juegas bien. Por un día que juegues horriblemente no pasa nada...
Están solas, los vestuarios están vacíos. Fuera había un sol radiante y a lo lejos se escuchaba el bullicio de los chicos de Hogwarts. Era increíble lo mal que lucía Katie, y también era increíble lo feo que podía mirar en ese estado de depresión.
-Yo también te quiero, idiota –casi escupió la cazadora, molesta. Hermione le dio una sonrisa de disculpa y Katie volvió a meter la cabeza entre las piernas-. Animas genial, Hermione, no sé por qué estoy abatida ahora, ¿sabes? –se burló Katie, sin moverse.
Hermione suspiró y se sentó al lado de Katie, sin saber que hacer más que pasarle un brazo por los hombros y darle su calor, su apoyo.
-A veces me pones de los nervios –confesó suavemente momentos después cuando se aburrió del silencio-. No sé como animarte, ¿está bien? ¡Pero por lo menos lo intento!
Katie rió apoyando la cabeza en el hombro de Hermione, quien no dejaba de acariciarle el cabello y que aún tenía la mueca de fastidio en la boca. De repente la morena se acercó más a Hermione y comenzó a besarla con suavidad. Hermione no tardó en responder, pero Katie fue subiendo lentamente el tono del beso.
Para cuando Hermione se dio cuenta, Katie ya intentaba pasar sus manos por la túnica de Hermione y le mordía el labio.
Se paró de golpe, alejando a Katie de ella, que la miró con cara de cachorrito abandonado.
-No es una buena idea –opinó sin moverse-. Esto es público y cualquiera podría vernos, ¿sabes? Lo mejor es que... es que vayas a comer algo porque luces bastante pálida –añadió para darse más seguridad.
Katie sonrió maliciosamente.
-Vamos, Hermione. Necesito que me animen, y ya que, para ser sinceras, tienes bastante poco talento para eso... –Hermione frunció el seño- ¿Por qué no...?
-Oh, está bien. Pero sólo porque se supone que estás triste por haber perdido ese estúpido partido de Quidditch –la cortó la castaña, sabiendo que de todas formas perdería.
Y siempre era así, porque Katie ya tenía experiencia. Sabía que Hermione no se resistía a esa carita y menos aún cuando estaba triste (cosa que no pasaba a menudo, pero bueno) y que ella también quería, sólo que era más recatada.
Mientras lentamente metía una mano por debajo de la blusa de su novia, pensó que de todos modos, perder contra Slytherin no era tan malo. Al menos no si Hermione la consolaba como estaba haciendo ahora.
