Digimon no me pertenece.

.

Petición.

o o

o

Los típicos regalos que se acostumbra regalar cada 14 de febrero son los ositos de peluche, bombones, galletas, chocolates hechos en casa y comprados también; pero también hay otro tipo de regalos que a veces son más especiales, no por el costo en efectivo, sino por el valor sentimental que se deposita en ellos.

Había sido un día verdaderamente tranquilo y a la vez atareado. Estar terminando la universidad y viajar a través del mundo sólo para estar con la persona que amas para pasar un día de felicidad no fue sencillo de planear, pero Yamato Ishida lo logró, y no sólo eso, sino que también preparó una cena especial en un lugar muy especial para una persona más especial. De acuerdo, era una cena romántica cerca de un lago del Digimundo todo por y para su amada Sora Takenouchi (a quien interiormente pedía que su apellido cambiase por el suyo)

Él quería que esa noche fuera inolvidable para ella, y claro que también para él, había tomado una decisión, difícil decisión, la cual no estaba seguro de las consecuencias que pudiera tener en su vida o en la de los demás, pero lo que si estaba seguro es que ya no tenía vuelta atrás.

Todo estaba listo. Sobornando a su hermano y a su amigo Taichi preparó la cena y acondicionó la mesita con algunas velas y flores, los mejores platillos servidos hechos por sus propias manos y una bella melodía como música de fondo. Era la noche perfecta, en el lugar perfecto, la persona perfecta y la decisión más adecuada de la vida; Matt afirmó lo anterior cuando vio llegar a su amada de la manera más espectacular como nunca antes la había visto.

-Hola. –saludó tímidamente. –Me da mucho gusto verte Matt. -dijo después de no harlo visto desde navidad cuando él regreso a America para estudiar.

Yamato seguía con la boca abierta por la impresión, pero contestó y después de un abrazo y un beso para su chica, le ayudó a sentarse y a servirle poco a poco la comida.

-Yamato, esto es… un detalle muy lindo de tu parte. –comentó después de varias platicas durante esa velada. –Pasar de esta manera el día del amor y la amistad es muy dulce. –le dijo Sora mientras acercaba su mano a la de él por encima de la mesa.

-Sí… la verdad es que… preparé esta cena en este lugar porque… quería hablar contigo de algo muy importante… -comenzó con la difícil tarea que tenía meses preparando, pero en ese momento su mente quedó en blanco por motivos de nervios.

-Te escucho. –Sora se hacía una idea de la charla, y es que con 21 años, algunos de sus amigos ya habían dado el gran paso de contraer matrimonio o por darlo, y ese era su más grande sueño. Y en ese lugar tan romántico que conocían de sobra en el mundo digital, con esa cena que había preparado y un manto estrellado de fondo, parecía ser el momento adecuado… pero ella aún no podía cantar vitoria.

-Sora… creo que debemos terminar lo nuestro. –dijo seriamente, antes lo cual Sora entendió que no era una broma y en cuestión de segundos sintió unas ganas tremendas de llorar porque sus ilusiones se venían abajo, ni pensar que segundos antes pensó en un futuro totalmente diferente. –No creo que lleguemos a más con esto de ser novios y yo… la verdad es que quiero intentar algo nuevo…

Crash. Los sueños, ilusiones y el mismo corazón de Sora se rompieron.

-Entiendo Yamato. ¿Ya no me amas verdad? –sus ojos comenzaron a humedecerse girando la cabeza para que no la viera derramar lágrimas.

El plan de Matt daba resultado. –No se trata de eso, yo… quiero algo más que lo nuestro… y yo creo que después de siete años de noviazgo ya es tiempo de intentar algo diferente. –empezó a explicar. –La universidad y próximamente nuestros trabajos así como nuestras familias nos restaran tiempo, por eso creo que nuestra relación ya no puede seguir así.

Sora escuchó atentamente al rubio, tal vez él tenía razón, ya habían durado mucho tiempo en esas condiciones, pero después de todo, nada es eterno. –Como tú quieras. Haré lo que te haga feliz. –susurró mientras limpiaba una lágrima que caía por su mejilla.

Al ver la reacción de Sora, Matt entendió que había dado resultado, que él ya no quería seguir así. De modo que tomando aire, y respirando profundo, habló.

-Por eso yo… quiero pedirte… preguntarte… si… ¿aceptas casarte conmigo? –cuestionó mientras mostraba una cajita con un anillo dentro y lo colocaba encima de la mesa en la que se encontraban cenando.

-¿Qué? –preguntó Sora de manera desconcertada.

El portador de la amistad rió un poco al ver su reacción. –Debiste ver tu cara cuando te dije que termináramos.

-Yamato Ishida… me asustaste mucho. –dijo llevándose una mano al pecho, sin dejar de mirar ese objeto.

-Lo siento, pero es verdad… yo quiero terminar nuestro noviazgo porque quiero que nos casemos… dime… ¿aceptas? –preguntó de nueva cuenta con ojos esperanzadores.

-Matt…

-Este anillo… -lo sacó de la cajita de terciopelo y lo colocó lentamente en un dedo de su mano izquierda. –lo mandé hacer especialmente para ti. Tiene una piedra lunar perfectamente pulida después de mi viaje al espacio. –dijo a la vez que seguía apretando esa delicada mano que ahora estaba temblorosa por las emociones. Tengo varios meses queriendo preguntarte esto, pero no me atrevía a hacerlo… y te lo preguntó de nuevo, ¿quieres ser mi esposa?

-Amor… -Sora estaba con los ojos totalmente acuosos.

-Sora, te prometo que te haré la mujer más feliz del mundo, crearemos una vida, juntos y tendremos muchos hijos. Siempre voy a estar contigo, te voy a apoyar en todo porque sé de sobra que tú lo harás conmigo y… y… te prometo que siempre te voy a amar, porque siempre estaré contigo… Sabes que te amo y te necesito, quiero despertar cada mañana y que tu silueta a mi lado sea lo primero que mis ojos vean, que estemos juntos, demostrarte que te amo, decirte cada día a cada hora lo mucho que te amo y lo mucho que te necesito para vivir. Eres todo para mí mi cielo. Quiero estar contigo para siempre, compartir nuestra vidas es lo que más deseo.

-Yamato… -Sora estaba al borde del llanto.

-¿Aceptas? –preguntó por última vez.

-Sí, Yamato. Acepto. –dijo con una gran sonrisa en su boca sin dejarlo de mirar, acto seguido, Matt se levantó de su asiento y fue a abrazarla para después darse un dulce y apasionado beso de amor.

-gracias, me has hecho el hombre más feliz del mundo. –susurró cerca de su oído.

-Desde que comenzamos a salir, soñé este momento muchas veces. –comentó durante el abrazo. –Y ahora que lo estoy viviendo, es mucho mejor.

Y como era de esperarse, el ansiado beso se hizo presente en la escena de amor. Después de mucho tiempo Yamato había decidido dar un importante paso en su vida, era cierto que tenía malas experiencias por su familia, pero no permitió que las decisiones de otros influyesen en las suyas, después de todo, era una pregunta que sólo él iba a vivir.

Ese día, y no cualquier día, sino un 14 de febrero en el que por su significado compartían la representación del amor y la amistad; Yamato y Sora sellaron otra de las muchas promesas que se habían hecho, demostrando que cuando dos personas se aman, no hay motivos para estar separados.

.

.

.

Owari

.

.

.

Notas de Amai:

Ejem… lamento el fic tan pequeño que ha resultado, la verdad tenía otra idea de fic especial pero por motivos de muuuuuchas cosas ya no tuve oportunidad. Así que aquel fic queda pendiente, y e espero subirlo pronto aunque no tenga que ver con el día del amor y la amistad.

Dedicar este fic a Anael quien el 12 de febrero cumplió quince años.

Gracias por leer y feliz día de Sora y Yamato!, digo… del amor y la amistad!

Dios los bendiga

**Amai do**

14 -02 -11