Hola, no me aguante la tentacion y me atreví a subir este nuevo fic, espero que les guste.
Te necesito:
Era un viernes por la mañana, Ryusaki Sakuno se dirigía a su escuela, para ella es un día especial ya que estaba de cumpleaños y lo mejor era que sus padres estarían presentes en su celebración, ¡Cuanto los extrañaba! Hace tiempo que no los veía ya que por sus trabajos ellos residían en Londres y la dejaron a cargo de su abuela, rara vez la llamaban y en vacaciones nunca venían, por eso se sorprendió cuando Sumire le comentó la noticia, la chica estaba realmente feliz.
— "Hoy será un gran día, por fin mis padres vendrán"—se dijo para si misma, con una gran sonrisa.
—¡Sakuno!—le gritaron, se dio vuelta y vio a su amiga acercándose, mas bien corriendo.
—Tomo-chan—Saludo la castaña alegremente, moviendo su mano eufóricamente.
— ¡Feliz cumpleaños amiga!—la abrazo fuertemente—oye—dejo de abrazarla y la miro con desaprobación—ya tienes diecisiete y ¿todavía usas trenzas?—se burlo la chica.
—Mi madre me las hacia cuando era pequeña—respondió con dulzura y mirándose las trenzas—siempre me recuerdan a ella—añadió con nostalgia— ¡Ah! A propósito, mis padres vendrán esta vez.
— ¡Que bien! Me alegro por ti amiga—le abrazo de nuevo, el timbre sonó y las chicas se dirigieron al aula donde todos la felicitaron, incluso Ryoma (lo obligaron).
—"Ryusaki está mas alegre de lo normal, se ve más lin…"—.Ryoma interrumpió sus propios pensamientos, no podía seguir pensando de esa manera de la nieta de su entrenadora, hace días que estaba extraño y todo por ella, por sus constantes atenciones que lo hacían sentirse extraño, como si esa chica le gustara. Desechó ese pensamiento, ella no podía entrar así como así en su vida y alborotar su rutina.
—Ryoma-kun, ¿Te sientes bien? —le preguntó la chica, mirándolo desde su pupitre contiguo al de el.
—Si—respondió secamente, tratando de no verla.
—Entiendo—susurró algo triste por su actitud para con ella.
Ryoma no entendía porque tenía que fijarse todas las clases en Ryusaki cuando ella sólo era una chica más del montón, no comprendía como es que llegó al punto de no dormirse en clases sólo para ver los gestos que ella hacía al tomar apuntes, de ver sus sonrisas al hablar con Osakada, suerte que nadie lo notaba porque la veía a través del reflejo de la ventana.
—"Ella definitivamente altera mi mundo" —pensó resignado el chico oji-dorado.
Al final de la tarde Sakuno y Tomoka fueron a las canchas para ver a Ryoma y a los demás titulares, diviso a su abuela que miraba la nada con preocupación y suspirando tristemente. Decidió ir a preguntarle que le ocurría.
—Hola abuela—le saludo curiosa.
—Hola Sakuno—le miro con compasión—tenemos que hablar—comento seriamente.
— ¿Qué pasa?—pregunto, el silencio de su abuela le causo angustia.
—Abuela me estas preocupando—dijo Ryusaki— ¿te sientes bien?
—Sakuno, hija, escucha—posando sus manos en los hombros de la chica—tus padres no vendrán.
— ¡¿Qué?—Exclamo sorprendida—pero dijeron que iban a venir, no me pueden hacer esto—empezó a sollozar.
—Surgieron algunos problemas en la empresa y no llegaran—dijo—pero estoy segura de que vendrán en cuanto solucionen el pro…
— ¡Ya es suficiente!—le interrumpió, llamando la atención de los titulares—estoy harta de sus excusas baratas—le grito, sentía tanta impotencia, solo quería huir de allí.
— ¡Sakuno, espera!—la llamo, Ryoma y los demás veían como Sakuno corría torpemente dejando un rastro de lagrimas, de un momento a otro observaron como desaparecía por la entrada.
—"¿Qué le habrá dicho Sumire-sensei para que se vaya así?"—pensó Ryoma; quien la miraba desde que se había acercado a Sumire. De pronto un estruendo se escucho en la calle, el sonido de un choque al parecer, Sumire pensó lo peor y corrió al lugar.
Los titulares soltaron sus raquetas y se dirigieron raudos para ver una escena desagradable: Sakuno estaba en el piso, inconsciente y derramando mucha sangre, el que la atropelló estaba llamando una ambulancia.
—Sakuno despierta por favor—la llamo desesperadamente su abuela, zarandeándola suavemente.
—Ry...usaki—se acerco a la chica sorprendido, jamás se imagino que le pasaría esto, el verle así le produjo una sensación de gran tristeza y un dolor agudo en su pecho.
— ¡Nya! Ryusaki-chan—exclamo Eiji, los demás lo mantuvieron a raya del asunto.
—Resiste Ryusaki—le dijo Ryoma, no era tan frio como para no inmutarse cuando algo le pasaba a alguien, más siendo ella, aunque sus sentimientos no estaban del todo claros—esta muy mal—comentó angustiado, le acaricio su pálido rostro.
La ambulancia llegó y se llevaron a la chica, entro a urgencias y ha estado ahí hace 6 horas, todos estaban allí, Tomoka era consolada por Eiji, Horio, kachiro y Katsuo, mientras que Tezuka, Oishi e Inui acompañaban a Sumire. Kaoru, Kawamura y Fuji fueron a buscar café, en tanto Ryoma y Momoshiro hablaban.
—Pobre Sumire-sensei—comento Momo—Ryusaki-chan esta muy mal.
— ¿Por qué tengo que estar aquí?—dijo molesto para sí—"debería estar con ella ahora".
—No puedes ser tan desconsiderado—le regaño—Ryusaki es tu novia.
—Es mi compañera de clases—ratifico—"aunque yo la considere como una amiga o algo más…"—Pensó.
—Es igual, Ryusaki-chan es la nieta de la entrenadora y una gran persona, debemos estar aquí—respondió muy molesto.
— "¿Por qué me regaña si no he dicho nada malo?" Me da igual lo…—dijo, pero una sonora cachetada lo sorprendió.
—Eres un insensible Ryoma-sama—le dijo Tomoka—Sakuno puede morir y tu como si nada
—Pero… ¿Morir?-susurro sorprendido, tocándose la mejilla—ella no…
—Ella no morirá—dijo Sumire muy decidida—se que es fuerte y lograra salir adelante.
—Los familiares de Ryusaki—nombro un doctor que apareció en la sala.
—Yo—se levanto Sumire, ayudada por Tezuka—dígame Doctor, ¿Cómo esta Sakuno?
—Debido a la gravedad de su estado la tuvimos que inducir a un coma para estabilizarla, a demás perdió mucha sangre y tendremos que hacerle transfusiones—menciono el doctor—lo siento—añadió—sus posibilidades de sobrevivir son pocas.
—Esto no esta pasando—se dejo caer la entrenadora—mi nieta no…
—Ryusaki—dijo Ryoma—no puede ser—apretó sus puños, se sentía un inútil por no poder hacer nada.
—Cálmate Echizen—le tranquilizo Momo—ella estará bien—Ryoma le miro y pudo ver que mentía—"Si estaba preocupado por ella después de todo"—razonó Momoshiro con una sonrisa triste.
—Ryusaki—la nombro una vez mas—"quiero verla"—pensó.
En la habitación en donde Sakuno se encontraba podía observarse a la pequeña rodeada de muchas sondas, se veía tan tranquila pero, eso le causaba mucho dolor a Sumire, lloraba silenciosamente, culpándose de lo ocurrido.
—Mi pequeña nieta, lo siento mucho, todo es mi culpa—sozolló, tapándose la cara con las manos.
—Ryusaki-sama, si desea puedo hacer pasar a otra persona para que vea a la pequeña—comento la enfermera revisando el estado de la joven Ryusaki.
—No se moleste, conmigo basta—dijo la anciana secamente, sentándose en un sillón.
—Es que hay alguien que necesita con suma urgencia ver a la jovencita—contesto algo nerviosa con la actitud de la abuela.
— ¿Alguien?...—murmuró sorprendida.
Mientras que en la sala de espera…
—Oye Momo—llamó Kawamura— ¿A dónde fue Echizen?—pregunto.
— ¿Eh? No lo he visto hace rato—contesto Momo—de seguro fue a comprar una ponta—comento.
—Yo vengo de la cafetería y no lo he visto—intervino Kaoru.
—No me digas que…. —se sorprendió Momo—podrá ser…
En la habitación…
— ¿Qué hacen aquí?—se levanto sorprendida Sumire—creí que estaban en Londres.
—Lo sentimos Sumire—respondió la pareja que se encontraba en la puerta.
—Sakuya, Kyoshiro—nombro la anciana— ¿Cómo supieron?—pregunto, aun asombrada.
—Eso no importa—contesto fríamente Kyoshiro—vinimos a pagar la estancia de la mocosa.
—Además tenemos cosas mas importantes que hacer—añadió Sakuya—recuerda que esta niña esta a tu cargo.
—Ya lo se—contesto la anciana con tristeza—pero Sakuno puede morir.
—No nos importa—contestaron ambos—es hora de irnos—dijo el hombre—mi secretario se encargara de todo, adiós Sumire—dijo para luego marcharse, al salir observaron a un chico cabizbajo; el cual estaba apoyado en la pared, no le dieron importancia y se fueron, el joven susurro algo y golpeo la estructura, al sentir la puerta se fue rápidamente dejando una marca en la pared.
—Echizen, ¿Dónde estabas? Pensábamos que te habías ido—comentó Momo.
—Fui a comprar un ponta—dijo mostrando el envase.
Sumire apareció con la mirada triste y cabizbaja, al ver a sus alumnos no pudo contener su llanto. Tezuka la fue a consolar.
—Sakuno se ve muy mal—mencionó la anciana cuando logró calmar su llanto.
—Lo sentimos Sumire-sensei—murmuró Tezuka.
Cuando se empezaron a retirar, Sumire los despidió, Sólo quedaban Tezuka, Momo y Ryoma acompañando a la anciana.
—Sensei, ¿puedo ver a Ryusaki? —preguntó Ryoma, la anciana lo miró y se fijó en la mirada de suplica de Ryoma, ella asintió.
Echizen caminaba por los pasillos mientras intentaba controlarse, los padres de Sakuno eran muy crueles y ella tenía que soportarlos, nunca la veía triste hasta hoy. El verla así le dolió. Cuando entró en la habitación tuvo que sentarse inmediatamente, en el estado en que estaba parecía que estuviera muerta. Suspiró tratando de calmarse y se acercó a su cama, la llamó sabiendo que no le respondería, pero aún así quiso hacerlo.
—Ryusaki somos amigos desde que tenemos doce, se que no hablamos mucho, bueno yo no te hablo mucho, pero tu siempre estas a mi lado tratando de sacarme alguna palabra y que cuando salimos a encordar nuestras raquetas te trato un poco mal, pero quiero que me disculpes por eso, la verdad es que me agradas mucho—dijo, tomó la mano de la chica y la acarició— ¿Sabes? Desde la primera vez que te vi, me pareciste una persona muy interesante, eres torpe, despistada, pero esforzada y alegre. Me gustan tus almuerzos y cuando te sonrojas—.Se rió de si mismo al escucharse decir esas ridiculeces, pero aún así continuó—me gustan tus trenzas y tu manera de hablar, eres una de las pocas personas que quiero y…—.No pudo continuar porque se dio cuenta de que estaba llorando.
Momo había ido a buscar a Echizen porque Nanjiro lo había venido a buscar y de paso hablar con Sumire, cuando abrió la puerta sigilosamente y escuchó a Echizen hablarle a Ryusaki se detuvo y se sorprendió cuando vio las lágrimas de Ryoma, decidió esperar unos minutos más para no molestar a su amigo.
—Realmente la quiere—murmuró sonriendo tristemente.
Los días pasaban con lentitud, luego los meses y consecutivamente…los años. Pasaron tres años y los pocos avances que Sakuno había logrado eran que su condición seguía estable, pero todavía estaba en coma. Ryoma; que ahora tenía veinte años y estudiaba kinesiología (lo hizo por ella) en la Universidad de Tokio, junto con los del ahora ex equipo se turnaban para ir a verla y cuidarla, le hablaban para mantenerla al tanto de todo, de tenis, de la universidad, de las tonterías de Eiji para animar al ex equipo Seigaku y los saludos que le mandaban los miembros de antiguos rivales de tenis.
—Ryusaki, cuando despiertes te voy a enseñar una de mis técnicas—mencionó Ryoma; quien le tocó el turno de la tarde—y también me voy a disculpar por todas la veces que te hice sentir mal, hablaremos más y saldremos más seguido, pero despierta, ¿si? Te…te necesito—apretó sus nudillos para controlar el temblor de su cuerpo. De pronto las sondas comenzaron a sonar y Ryoma se desesperó, un medico ingresó rápidamente y la enfermera sacó a Echizen de la habitación.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué esas máquinas sonaban? ¿Qué tenía Ryusaki? Estaba angustiado, desesperado y con ganas de gritar, si a Ryusaki le pasaba algo, el no se lo perdonaría jamás, pudo detenerla, pudo hacer algo, pero no lo hizo. Todo era culpa de los padres de Ryusaki, esos no merecían ser familiares de ella, los maldijo miles de veces. Llamó a Sumire-sensei y a los chicos.
—Echizen—Llamó Momoshiro al ver a su amigo parado frente a la puerta de la habitación de Sakuno—Ryoma—llamó al ver que no había contestación. Ryoma apretó sus nudillos y reaccionó.
— ¡Tienes que despertar! — gritó enfurecido— ¡¿Me oyes, Sakuno? ¡No dejaré que mueras!—.Momoshiro trataba de detener a Ryoma mientras los demás miraban con tristeza la escena— ¡Si mueres no te lo perdonaré! —concluyó agitado, se dejó caer y su amigo vio como su cuerpo comenzaba a temblar, divisó unas pequeñas lágrimas que amenazaban con salir.
La puerta se abrió, Sumire se levantó enseguida y Ryoma miró al medico desde el suelo. Momoshiro lo levantó y todos esperaron a que el profesional hablara.
—Su estado empeoró, pero logramos estabilizarla—dijo el medico—las siguientes horas serán cruciales para su vida. La estaremos observando—concluyó para luego retirase.
—Pueden pasar a verla—anunció la enfermera—pero sólo por un momento.
Echizen entró rápidamente a la habitación, se colocó al lado de Sakuno y le tomó su mano, la contempló por varios minutos, su piel estaba pálida, su cabello había crecido y su faz se veía más madura, era toda una mujer.
—Disculpa por gritar, es que me desesperé—.Suspiró y apretó su mano—Sakuno, tu me gustas mucho, sé que debí decírtelo antes, pero no tuve la confianza suficiente. Esperaré tu respuesta—dijo, Tomoka entró a la habitación.
— ¿Sabes, Ryoma-sama? Se que no debo decirte esto, se lo prometí a Sakuno pero la situación lo requiere—habló la chica de pelo castaño, estudiante de periodismo y novia de Horio.
—Dime Osakada, estoy seguro que Sakuno te perdonará—le alentó Ryoma.
—Ella te ama desde los doce—confesó.
—…—.Ryoma sonrió, luego rió, para seguir con una carcajada—estoy tan feliz que me da risa.
—Ryoma-sama—dijo en un suspiro Tomoka, riendo también.
Pasaron otros cinco años más, Sakuno ya mostraba avances, poco a poco su cuerpo se fue sanando y ya no necesitaba tantas sondas. Ryoma ya era un destacado kinesiólogo que trabajaba en el mismo hospital en que estaba Sakuno. Tomoka decidió hacer un reportaje sobre Sakuno, ya que era su cumpleaños número veinticinco y Horio se encargó de reunir al ex equipo.
Todos estaban en el restaurante de Kawamura, después de independizarse, tuvo su propio restaurante llamado "Ángel carmesí" en honor a Sakuno. Tezuka era un gran Medico junto con Fuji, ambos especializados en cirugía general. Eiji era un jugador profesional de tenis e Inui su entrenador personal. Oishi era un abogado de excelencia mientras que Kaoru y Momoshiro eran profesores de educación física en Seigaku y entrenadores del equipo de tenis. Todos se reunían cada vez que podían y nunca faltaban para celebrar el cumpleaños de la "novia no oficial" de Echizen.
—Ha pasado tiempo, Ochibi—dijo Eiji, abrazando a Ryoma hasta casi asfixiarlo.
—Eiji-sempai, aire—suplicó Ryoma casi azul. Kukimaru lo soltó.
— ¿Cómo está Ryusaki-chan? —preguntó Oishi.
—Mejor, el doctor dice que puede despertar en cualquier momento—contestó alegremente.
—No te hagas ilusiones Echizen, el coma es algo impredecible—comentó Tezuka.
—Y tampoco sabes cuando pueda despertar—intervino Fuji—pero si he visto mucho avance en Sakuno-chan, pronto podría salir de coma—añadió al ver la mirada de desaprobación de los chicos.
—No necesito que me des falsas esperanzas Fuji-sempai, sé lo malo que es ilusionarse—dijo Ryoma parándose de su asiento—iré al baño.
Los demás miraron a Echizen irse y reprendieron a los dos médicos en cuanto se fue, se suponía que no debían hablar de ese tema, ya que Ryoma se volvía un poco sensible con eso.
— ¿Por qué? Sakuno, ¿No te das cuenta que te necesito? —. Ryoma golpeó el espejó con su puños y sus ojos se llenaron de lágrimas que no querían salir. Su celular sonó y lo contestó sabiendo que era Sumire.
—Ryoma, Ryoma…ven al hospital…Sakuno ha…—.Cortó la llamada y corrió por su chaqueta, los demás; al verlo con la expresión angustiada supieron al instante, Momoshiro le ofreció llevarlo en su auto y Ryoma enseguida aceptó, los demás se fueron en sus autos. Camino al hospital, Ryoma estaba tenso, le pedía a Momo que acelerara y los nervios del chico crecían, cuando se bajaron, Echizen corrió a toda velocidad hacia la sala de espera, allí se encontraba Sumire caminando desesperada de un lado a otro.
—Sumire, ¿Qué paso? —preguntó Ryoma.
—Muchacho tonto, me cortaste—le regaño, pero luego sonrió—Sakuno despertó.
— ¿Enserio? Increíble—dijo Echizen dejándose caer en un asiento, Momo y lo demás sonrieron.
—Ahora la están revisando—añadió la anciana. El medico salió de la habitación para comentar las noticias.
—La paciente se ha recuperado excelentemente, en una semana podrá salir de alta—dijo leyendo el expediente—pero tendrá que estar en rehabilitación—agregó mirando a Ryoma.
—Yo me encargo—contestó Echizen.
—Una cosa más, la paciente apenas empieza a recordar, así que de a poco tendrán que ir adaptándola a la realidad, iré por unos papeles y vendré a decirles el resto—comentó, luego se fue.
—Entremos todos—mencionó Sumire, lo demás asintieron.
En la habitación, Sakuno se encontraba sentada mirando por la ventana a dos pájaros danzar en el aire, sonreía cálidamente y no notó la presencia de los demás hasta que la llamaron.
—Sakuno, ¿Cómo te sientes? —preguntó su abuela, Ryusaki la miró y sonrió, luego volteó a ver los pájaros.
—Me siento muy bien, abuela—dijo sin dejar de mirar el paisaje a través de la ventana.
—Ryusaki-chan, ¿me recuerdas, verdad? —preguntó Eiji emocionado.
—Claro que si, Eiji-sempai—respondió volteando hacia Eiji—los recuerdo a todos—miró a todos los que se encontraban allí y se detuvo en Ryoma, el la miró con una sonrisa.
— ¿Quién eres tu? —preguntó señalando a Ryoma. A Echizen se le borró la sonrisa del rostro.
—Ryusaki, ¿Cuántos años tienes? —preguntó Tezuka.
—Once años—respondió tranquilamente.
—Regresó en el tiempo—comentó Momo, Ryoma se acercó a la chica.
—Mi nombre es Echizen Ryoma y soy tu kinesiólogo, desde mañana comenzaremos con tu rehabilitación—contestó lo más normal que pudo.
— ¡Ah! Echizen-sensei, lo siento, lo siento—dijo repetidamente—no debí hablarle groseramente. (A los médicos y kinesiólogos se les dice sensei)
—No te preocupes—dijo, apretando sus puños, los demás miraban con compasión a su amigo.
—Sakuno, hoy es tu cumpleaños y todos vinimos a celebrarlo—anunció su abuela para distraer a todos.
— ¡Ah! Lo había olvidado—dijo, miró que Ryoma iba a salir de la habitación—Echizen-sensei ¿No quiere quedarse? —preguntó tímidamente con las mejillas sonrojadas.
—…—.Ryoma apretó el regalo que tenía para la chica—N…—
—Se quedará, ¿Verdad sensei? —dijo Momoshiro reteniendo a Ryoma, este asintió desganado.
— ¡Que alegría! —exclamó la chica, los demás sonrieron, aunque por dentro estaba tristes por la situación de Ryoma.
El doctor entró y Tezuka le explicó la regresión que tenía la chica, los dos conversaron y Fuji también se les unió. Los tres concluyeron lo mismo y lo anunciaron a los demás fuera de la habitación.
—La paciente regresó a esa edad por que esta bloqueando los recuerdos que tiene a partir de los doce años, su mente ha bloqueado sus memorias y generalmente, esta se recupera cuando la paciente convive con la gente que ha olvidado o cuando ella decide por si misma recordar todo—explicó el medico, Ryoma tuvo un poco de esperanza.
Cuando todos se fueron, Ryoma se quedó un poco más para entregar su regalo a la chica, sacó el paquete de sus bolsillos y se lo tendió a la chica.
—No tenía porque, sensei—dijo recibiendo el regalo con su típica timidez, algo en el hombre la hacia sentir muy bien y hasta podía sentir su cara roja y su rápido palpitar del corazón. Abrió el regalo y observó un hermoso anillo decorado con un diamante carmesí, tenía una grabado "Para mi ángel carmesí". Era un anillo de compromiso— ¡Que lindo de su parte sensei!, muchas gracias (ingenua, no sabe que Ryoma le iba a pedir matrimonio).
—De nada—.Sonrió al ver la ingenuidad de la chica, esa era su Sakuno después de todo y además tenía la ventaja que todos sabrían que ella tenía dueño (machista).
A la mañana siguiente, Ryoma vino a la habitación de Sakuno temprano para comenzar con la rutina, ella llevaba sus trenzas largas y su sonrisa era simplemente hermosa. La colocó en una silla de ruedas y la llevó hacia la sala de kinesiología.
— ¿Lista para tu primer día de rehabilitación? —preguntó amablemente, ¡por favor! Tenía veinticinco, su carácter frío y tosco debía dejarlo de lado, el debía ser amable con sus pacientes, era un profesional.
—S…si—contestó nerviosa, la cercanía de Ryoma le ponía los nervios de punta.
Comenzaron con el caminador, Ryoma la levantó y la posicionó en las barras, luego se puso delante de ella para ir guiándola paso a paso y para que no se cayera.
—Comienza con tu pie derecho—pidió Ryoma, Sakuno lo comenzó a mover arrastrándolo un poco, luego lo mismo con el izquierdo, llegó con esfuerzo hasta el final y Ryoma le sonrió complacido por su logro.
—Bien Ryusaki, hazlo de nuevo—dijo Ryoma. Sakuno, al oír esas palabras se le vino un recuero a la mente.
—Ryusaki, flexiona tus rodillas—dijo un chico de doce años, tenía puesta una gorra, pero no lograba ver su rostro—afirma tu raqueta y golpea la pelota.
—Si Ryoma-kun—.Golpeó la pelota y esta se dirigió a la pared con gran velocidad.
—Bien Ryusaki, hazlo de nuevo—felicitó Ryoma, Sakuno sonrió tímidamente por el gesto amable de su príncipe.
—Ryoma-kun—susurró Sakuno, abrió lentamente los ojos y observó a un angustiado y sorprendido Ryoma.
— ¿Estas bien, Ryusaki? Me preocupé mucho cuando te desmayaste—dijo Echizen. Sakuno lo miró. ¿Su nombre no era Ryoma? No, el sensei es adulto, lo que vio era un niño de du misma edad.
—Si, es sólo que tuve un sueño, sostenía una raqueta y alguien me daba instrucciones, que yo recuerde, no juego tenis—mencionó.
—Pues no lo sé, deberías preguntarle a tu abuela—dijo, dentro de el tenía cierta esperanza, ya estaba recordando algo—ahora debes descansar, así que te dejo.
—Sensei, ¿Cuándo volverá? —preguntó con la mirada baja y un pequeño sonrojo en sus mejillas, Echizen sonrió.
—Volveré en la tarde para nuestra sesión—respondió, se acercó a la chica y besó su frente—descansa—susurró, luego se fue dejando a una Sakuno sonrojada al máximo.
Al salir del hospital, Ryoma volvió a su actitud de siempre, si no estaba Sakuno a su lado, volvía a ser el rey del hielo y eso no lo podía evitar, sólo teniéndola cerca, podía ser el mismo…La necesitaba y ella a el.
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RYOSAKU FOR EVER.
