Primer KuroKen que escribo y publico, no iba a hacerlo pero la vida pasa, en fin, espero que alguien lo disfrute.
Advertencias: Menciones del juego The last of us y de su final.
Disclaimer: Ni haikyuu ni sus personajes me pertenecen, todo de Haruichi Furudate-sensei.
- At the end -
La pantalla quedó en negro por unos segundos y acto seguido las letras que formaban los créditos comenzaron a pasar de abajo a arriba acompañadas por esa melodía tan característica y que podría reconocer fácilmente. Kenma había acabado el juego en un poco más de tiempo del que había pensado en un inicio, pero al fin obtenía su recompensa: la música después de la escena final y la sensación de satisfacción.
Pero esta vez, el final fue agridulce. Estaba sentado en el suelo frente a la televisión, aun con el mando entre las manos cuando escuchó la voz de Tetsurō llegar por su espalda.
—Con este te has tomado tu tiempo, ¿eh? Ibas tan despacio...
—Esta muy bien hecho, quería verlo bien todo.
Al girarse en dirección a Tetsurō le vio tumbado sobre su cama, leyendo uno de sus mangas. Dejó el mando a un lado en el suelo, fue hacia la cama a gatas, la escaló y se tumbó a su lado boca abajo, entre él y la pared.
—Levanta la cabeza, te vas asfixiar —dijo sin levantar la mirada del manga que leía. Kenma obedeció con un pequeño gruñido y giro sobre sí mismo quedando su espalda pegada a la pared—. Te pones muy decaído en el espacio de tiempo entre el juego que acabas y el que empiezas, deberías superarlo. O buscar rápido otra cosa para jugar.
—No es eso, bueno sí, pero no del todo. Creo que estoy mal. —Tetsurō dejó a un lado el manga y se fijó en Kenma—. Kuro, Si estuviéramos en un mundo infectado y yo fuera la única posible cura, ¿qué harías?
Siempre pasaba igual, al completar un juego Kenma entraba en lo que Tetsurō llamaba la "fase oscura", en la que pasaba unos días sin jugar nada en serio, algunas partidas online a algún juego de disparos. Nadie notaba esta fase, pero Tetsurō sí, notaba las manos de Kenma se aferrarse con fuerza a las asas de su mochila, al coger el balón sus dedos lo golpeaban creando secuencias extrañamente rítmicas, sus pies se arrastraban por el suelo más de lo habitual, las posibilidades de perderse aumentaban y sobretodo los suspiros en el tren. Esta fase terminaba cuando elegía un juego nuevo, un brillo cruzaba sus ojos y volvía a su estado normal. Pero esta vez, parecía ser distinto, nunca antes se había cuestionado nada fuera de rendimientos, niveles tecnológicos o visuales.
—Pues te entregaría y sería un héroe.
—¿Y si entregarme significara mi muerte?
—Pero has dicho "posible cura", lo único seguro aquí sería tu muerte, pero si no te entrego anulo la posibilidad de la cura... Lo poético sería que murieras, pero me gustaría ser egoísta. Oye que difícil, ¿por qué no juegas al tetris y te dejas de complicaciones? ¿Tu que elegirías?
Kenma resopló y volvió a girar mientras balbuceaba "tetris, tetris", ahora Tetsurō estaba a su espalda. La elección políticamente correcta sería entregarle, pero sin tener en cuenta las curas, las infecciones o toda la gente del mudo, la que no podría importarle menos, entregar a Tetsurō sería quedarse solo. Kenma sería egoísta, huiría con él y esperaría pacientemente su último día acompañado.
—Yo moriría en la primera hora del juego, no llegaría ni a salir de la ciudad.
Tetsurō rió, aceptando la realidad de la temprana muerte que les esperaría. Le abrazó por la espalda pegandole a él y le susurró que al día siguiente irían a buscar un juego nuevo. Kenma se acurrucó y asintió, era un buen plan.
La música de los créditos seguía sonando para los egoístas.
