Hola todos ¿cómo están? Espero que bien. El actual fic participa en el reto especial semana OTP, del foro Yo amo Hetalia y tu?

Y como siempre yo entregandolo a última hora ¿por qué seré así? Bueno solo espero que me fascina esta pareja y espero haber plasmado mi gusto por ella en estos capitulos siguientes. Este drabble corresponde a la temática de: Basándose en una canción, me tocó LOVE STORY BY TYLOR SWIFT.

Espero que les guste.

Hetalia no me pertenece.

Disfruten su lectura


Era una mañana triste, la pequeña Lien caminaba desolada por un parque. Su hermano podía ser muy cruel, si las cosas no se hacían a su modo. Lien no lo entendía, era una niña de 9 años que olvido sacar la basura y en lugar de eso decidió ir a jugar. Sus gritos aún resonaban dentro de su cabeza.

‒ ¡Niña inútil! ‒ gritó su hermano mientras le halaba del brazo muy fuerte ‒ te dije que sacaras la basura, una tarea tan sencilla no la pudiste hacer ¿eh? ‒

‒ hermano me lastimas‒

La encerró en su habitación‒ te quedaras ahí hasta que lo hayas pensado y desees disculparte‒

‒ ¡tú no me quieres!‒

‒ ¿Quién quiere a una niña tan fea e inútil como tú? ‒ cerró con un portazo.

La habitación estaba en el primer piso, la ventana abierta. Ella solo salto hacia afuera y corrió lo más rápido posible.

Después de correr tanto llegó a un parque, sola y triste se sentó en una banca con la cabeza mirando al suelo.

Sus lágrimas no dejaban de brotar hasta que alguien le ofreció un pañuelo. Ella alzó la vista, vio a un niño, tal vez de su misma edad, con lindos ojos cielo y cabello cenizo. Su sonrisa y mirada pararon sus lágrimas de inmediato.

‒ Hola, me llamo Alfred ‒ dijo mientras le extendía el pañuelo para que se secara el rostro. ‒ ¿Cómo te llamas? ‒

‒ Lien... ‒ susurró

‒ ¿Lion? ‒

‒LIEN‒ gritó

‒ ¿Necesitas ayuda para volver a casa? ‒

‒ no‒ dijo ella enojándose de pronto y devolviéndole el pañuelo‒ no pienso volver a casa‒

‒ ¿eh? ¿Por qué? ‒

‒ Mi hermano me odia‒

‒ Ah, pues mi papá también me odia a veces‒ decía el niño mientras se sentaba a su lado.

‒ ¿ah sí? ‒

‒ sí, es cuando no hago lo que me dice; me regaña y encierra en mi habitación, pero siempre me disculpa‒

‒Yao no es así ‒

‒ debes volver, de seguro está preocupado, te acompaño‒

‒ De acuerdo‒

Lien bajó del asiento y empezó a caminar. Alfred le tomó de la mano para que no se pusiera a llorar otra vez. Después de caminar unas calles, Lien escuchó la voz de alguien.

Yao corría desesperado buscando a su hermanita menor. A los pocos minutos de haberle gritado reconoció que había sido muy duro con ella. Así que regresó a la habitación a disculparse, pero al no oír respuesta se atrevió a abrir lentamente la puerta. Al no encontrar a nadie se puso a buscarla, primero dentro de casa, luego en el jardín y finalmente en el vecindario.

‒ ¿es ese tu hermano? ‒

‒ sí‒

‒ ve con él‒ dijo soltándole la mano. Alfred sonrió y se despidió regresando al parque.

En seguida Lien corrió hacia su hermano ‒ ¡YAO! ‒

El joven regresó a ver y corrió hacia ella, le alzó en brazos y abrazó contra sí fuertemente. Ambos regresaron felices a casa. Al día siguiente Lien volvió al parque, y encontró al niño jugando en la caja de arena. Él le sonrió y llamó para que se acercara.

Desde ese día, todos los días sin falta, Lien y Alfred se encontraban en el parque después de las clases. Habían pasado 9 años desde entonces. Y a pesar de que ya no tenían edad para jugar en el arenero. Se sentaban a conversar mientras tomaban unos refrescos. Sin embargo un día Alfred llegó con una maleta enorme a sus hombros.

‒ ¿Al Amazonas? ‒

‒ sí, me ofrecieron una pasantía para tomar fotografías‒ dijo Alfred ‒ solo serán dos meses‒

‒ está bien, ve y diviértete ‒

‒ en cuanto regrese serás mi novia ¿no? ‒

‒ ¿quién sabe? ‒ dijo ella en tono de burla ‒ son dos largos meses sin verte‒

Las campanas del reloj del ayuntamiento les marcaron la hora del adiós, ninguno pronunció una palabra. Alfred se paró tomó su mochila, y con un movimiento rápido le dio un beso en la mejilla a la chica a su lado. Y salió corriendo por su vida antes de que esta lo golpeara.

‒ Dos meses‒ le gritó ‒ no lo olvides‒

Pasaron los dos meses, y Alfred no volvió; Lien se atrevía a pensar que el trabajo se había alargado, solía pasar decían en los blogs de fotógrafos profesionales. Aun así ella iba al parque todos los días después de sus clases en la Universidad.

Después de darse cuenta de que ya habían pasado 6 meses, se había vuelto buena en poner escusas para no salir con sus amigas, o con algún chico. Inventaba cosas como trabajo y clases extra, cuidar sobrinos que no tenía. Yao estaba preocupándose.

‒ Lien‒ dijo Yao encontrándola en el parque‒ esto ya ha ido demasiado lejos‒

‒ ¿de qué hablas? ‒

‒ han pasado 11 meses ‒ Lien calló ‒ Despierta, él seguramente se quedó ahí con alguna nativa‒

‒ No lo estoy esperando, me gusta sentarme aquí todos los días‒

‒ Esas son tonterías, vienes conmigo ahora‒

Yao no esperó más y con toda la fuerza que tenía se la llevó a casa. Lien no tenía las fuerzas para defenderse o zafarse de su agarre.

Enfermó, la neumonía era grave. Lien fue hospitalizada. En cuanto pudo se escabulló del hospital y fue al parque. Se sentó en la misma banca. Sus lágrimas empezaron a brotar de sus ojos y se le dificultaba el respirar, tenía frío a pesar de que su cuerpo estuviera caliente. Se resignó a morir ahí cuando alguien le pasó un pañuelo.

‒ Alfred... ‒

Alfred se sacó su abrigo se lo puso a Lien, la alzó en brazos y corrió de vuelta al hospital.

‒ Te casaras conmigo en cuanto salgas del hospital‒ dijo mientras corría ‒ le pediré permiso a Yao, te graduaras, trabajaré como mesero para darte todo a ti, ¿qué dices? ‒

‒ Sí‒ dijo Lien sonriendo.


P.D.: Escribir con tan solo 1000 palabras fue muy duro para mí, así que me disculpo si algo no es congruente.