Padre e hijo
Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Nakamura-Sensei, yo solo escribo por diversión.
Resumen: Minific. Akihiko recién está estrenando su vida sin cadenas familiares, pero el sonido del timbre en su nuevo departamento, le volteara la vida de cabeza para siempre: Una carta y un bebé le esperan del otro lado.
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-¿Quién demonios interrumpe a esta hora del día?- se preguntó aun acostado- bueno, ya que, tengo hambre de todas formas, pediré algo a domicilio.
Miro el reloj de su habitación vacía, un oso grande era su único compañero, no estaba de muy buen humor, tenía un nuevo amigo llamado Takahiro, que no caía rendido a sus pies, y es que ¡todos caían a sus pies!
Estaba de vacaciones, era su último año en la escuela preparatoria, exitoso escritor, ganador del premio Naomori, ¿Qué le podía pedir a la vida?
Arrastro sus pies hasta la entrada, le daría un golpe a quien lo hubiera despertado, su fuerte no era levantarse, sobre todo porque recién había descubierto que sus mejores letras se daban en la madrugada.
Abrió la puerta pero no se encontró a nadie.
"Si fue el mensajero, la próxima vez lo golpeare"
Iba a cerrar la puerta, cuando un balbuceo vino desde sus pies, ahí, en una canasta, se encontraba un bebé, su par de esmeraldas lo miraron con curiosidad.
-¿Qué es esta cosa?
Su cara malhumorada no le hizo mucha gracia al bebé, y comenzó a llorar.
-¡Que delicado! ¡Tranquilo, silencio!
Akihiko movió sus manos como si intentara apaciguar a un león hambriento.
-¿Hay alguien ahí? Este no es el orfanato, ¡hey!
Esperaba que algún bromista saliera del elevador o de las plantas, pero nadie apareció, tuvo que recoger la canasta y meterla a su departamento, no le gustaba ser ruidoso y molestar a los vecinos. Dejo la canasta en el suelo, aun no decidía los muebles que irían ahí, entonces se percató de una carta.
"Estoy segura que te acuerdas que en una fiesta del año pasado, tuviste relaciones con una chica castaña, pues yo soy esa chica, y aquí te dejo el resultado, pensé que podría con el paquete, pero realmente no puedo, me enamore y me estorba, me entere que tienes dinero, así que hazte cargo.
Por cierto, me gusta el nombre de Misaki, y creo que al bebé también, adiós.
Pd. Tiene seis meses de edad, te dejo el documento que acredita su nacimiento"
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El engranaje de Akihiko rodo a mil por hora, entonces recordó esa fiesta, a él no le gustaban las mujeres, solo esa vez experimento.
"Ahora recuerdo porque no me gustan"
El niño no paraba de llorar, lo único que atino a hacer fue llamar a su editora, una muchachita sin mucha experiencia- según él- , pero era mujer, así que ella sabría que hacer.
-Akihiko-san, lo primero que debe hacer- dijo la chica cargando al bebé y dándole un biberón- es ver la situación legal, te conozco poco, pero no creo que sea bueno que te quedes con él, sería mejor que lo dieras en adopción.
-¿verdad que es buena idea?- pregunto esperanzado.
-Si, pero, ¿enserio no te arrepentirías?
-¡No lo se, maldición!
-Bueno piénsalo por lo menos esta noche, ya te enseñé como cambiar el pañal y darle el biberón, eres un chico listo, así que sobrevivirás, hasta luego.
Deposito al bebé dormido en los brazos de Akihiko y lo dejo solo.
Ya era muy tarde, se dirigió a su habitación con el bebé en brazos, lo acomodo en la cama, tenia seis meses, asi que podría caerse, le puso al oso como barricada.
-Suzuki-san, por esta noche dormiremos acompañados.
Y se quedó dormido.
En la madrugada lo despertó el llanto de Misaki.
-¡Que te pasa! ¡según Aikawa ya no debes comer tan seguido! ¡¿Qué quieres?!
El bebé hizo una pausa, pero cuando Akihiko termino de gritar, comenzó a llorar con más ímpetu.
Akihiko lo tomo en sus brazos y se levantó, casi de inmediato el bebé se tranquilizó.
-¿Quieres pasear?
Salió de su habitación, y camino a los ventanales, la noche estaba repleta de estrellas.
-¿Cuándo dejaras de llorar y comenzaras a hablar? Misaki.
Ante la mención de su nombre el pequeño rio.
-Ah, ya veo, la bruja de tu madre si acertó, te gusta tu nombre, Misaki.
Y volvió a reír, enseñando sus encías vacías.
-Misaki, Misaki, Misaki- dijo levantándolo en brazos.
El niño no paraba de reír. Akihiko más relajado le paso el dedo por la cabeza, y la nariz, no supo como, pero el pequeño Misaki le tomo el dedo con su manita, y ese agarre, fue la perdición de Akihiko, como si en esa manita estuviera toda la verdad del universo.
-Misaki Usami, no estaría nada mal.
Aun cuando Misaki se durmió, Akihiko no lo pudo hacer, pensó en miles de cosas, si, si quedaría con el pequeño, aunque pensaba que era como si hubiera dejado pasar al demonio a la paz, y acabar con su libertad recién adquirida, pero tampoco podía dejarlo a su suerte, eso si, se haría la prueba de paternidad, no era idiota, la chica pudo haberse acostado con otros ese día, había sido más que una fiesta un bacanal, y también estaba su familia, el odiaba a su familia, y si era su hijo, no estaba dispuesto a que le arruinaran la existencia como casi hicieron con él.
Los días siguiente hizo todo, incluso se mudó, en un intento de desaparecer, para que su familia no se enterara, cuando recibió la prueba de paternidad, fue el segundo día mas difícil de su existencia, por un lado pensaba que si no era su hijo, pues buscaría por cielo, mar y tierra a la madre sin entrañas de la criatura, para que diera santo y seña de otros posibles padres, pero en el caso de - comenzó a abrir la carta, Misaki se encontraba despierto y sentado, mordiendo la pata de Suzuki-san - que si fuera el padre, cosa que nunca pidió, lo asumiría, y mostraría ser mejor padre que el que tuvo, si eso haría, dejaría al niño hacer lo que quisiera, pero si le pondría limites, le daría todo, pero también seria estricto y más que nada: no importarían sus preferencias sexuales.
Positivo
-¡Bienvenido a nuestra familia! -Suzuki-san y Akihiko incluido- ¡Misaki Usami!
Le dio un pequeño empujoncito a Misaki y este se fue para atrás, riéndose cual bebé.
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Como era menor de edad, solo por unos meses, Akihiko hizo arreglos, para que sus padres no fueran avisados, y como era un experto en el arte de engañar, con su sonrisa radiante y aspecto pulcro, vieron que no había problema en que se quedara con el pequeño Misaki, pero como tampoco Akihiko quería ser esclavo del biberón o de los pañales, contrato a una nada de entrada por salida, y claro, cual joven todavía, también tenía servicio especial por si se le antojaba salir.
Durante el primer año de Misaki todo fue de maravilla, Akihiko seguía escribiendo, todo en absoluta calma, pero una noche que regreso acompañado a su departamento, el hombre un poco mayor que venía con él, dispuesto a seguir la noche, escucho el llanto del niño, y aunque la nana en turno apaciguo al pequeño rápidamente, fue un gran bajón para la pasión.
-Akihiko, bueno, otro día nos vemos, ¡adiós!
Esa tontería, hizo enfurecer a Akihiko, el tipo le había gustado mucho, así que al otro día, decidió en base a su enojo, el comienzo de su no-paternidad, compro una casita de campo, contrato personal especial para el cuidado de su hijo, y mando al pequeño Misaki ahí.
Solo así volvió a su vida de antes, con salidas ocasionales, sexo, ya más tranquilo comenzó a escribir más rápido, pero sus novelas se volvieron tristes, sin que el mismo se diera cuenta, en su cama el espacio vacío que había dejado Misaki- pues nunca había comprado cuna- , era frio, recordó que a pesar de todo, la presencia de Misaki le traía paz, paz de verdad, y no ese remedo de paz. Pero también fue lo mejor, trataba de convencerse, porque un día de tantos su padre llego a su departamento, tenía una foto de Misaki en la sala, y la tuvo que esconder, fue una visita como cualquier otra, pero al mismo tiempo, le dejo algo claro: estaba siendo peor que su padre, por lo menos el viejo lo había intentado, ¿y él?
Aun así, no lo decidió tan rápido, incluso se fue al extranjero un tiempo, y regresando cambio de departamento, el anterior sentía que olía todavía a su hijo, pero tuvieron que pasar seis años, así que lo mando a traer de regreso.
Lo fue a esperar a la estación del tren, cuando llego Misaki con la mujer que lo cuidaba, Akihiko corrió y lo abrazo.
-Misaki, hijo, ¿Cómo estás?
La nana en turno quiso advertirle algo.
-Usami-sama, como le dije por teléfono…
-¡Silencio, puedo comunicarme con mi hijo! ¿Puedes hablar, verdad? Soy tu Papá, dime papá.
Misaki abrió la boca, solo para articular dos silabas, pero no las esperadas por Akihiko.
-¡Baka!
Akihiko se lo había ganado a pulso, aunque no lo reconociera, Misaki, cual niño, se echó a correr.
…
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Una linda castaña, llevaba unas bolsas de super, iba tan entretenida hablando por teléfono con su marido, que no se fijo al doblar la esquina, y tropezó con un hombre de mirada achocolatada.
-Lo siento, fue mi culpa- dijo ella dando una leve reverencia.
-¡Tu!
-¿Eh?
Hiroki la señalo, recordando que fue aquella chica, la única mujer con la que se había acostado, no es que hubiera querido, estaba drogado cuando paso aquello, pero no tanto como para olvidarla, pues ella después, se había metido con Akihiko, su amor platónico desde niños.
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Comentarios
Es oficial estoy deprimida, pero no se porque es cuando más se me ocurren historias del tipo yaoi, porque esto si será yaoi, solo déjame calentar motores, y espero a la de ya, retomar mis otros fics, tampoco quiero hacerme mala fama :P
Esto no será muy largo, ya en el otro capi, verán como Akihiko lidia con la adolescencia de Misaki.
Hasta pronto!
Espero!
