¡Hola a todos! Este es uno de mis primeros fics, así que ¡Muchas gracias por tomarte el tiempo de leerlo!
El ship principal es KotoUmi y de momento solo tendrá un poco de otros ships, un poco. Quizá más adelante tengan un poco más de relevancia.
No los entretengo más y los dejo con la historia. Saludos.
Capítulo 1: Un anuncio inesperado
Era una noche tranquila de un domingo cualquiera.
Me levante de la cama ante el llamado de mi mamá para ir a cenar. Salí de mi habitación y bajé por las escaleras. Al llegar, encontré a mamá y papá ya esperándome en la mesa, sus miradas no reflejaban emoción alguna. No podía adivinar que es lo que pasaba por sus cabezas.
Caminé en dirección a ellos y me senté al frente de donde se ubicaban. Al ver el plato que preparo mamá, me percate que había hecho alguna clase de curry que no reconocía, estos currys que solo hacía cuando tenía algún anuncio importante que mencionar. Y como es de costumbre ni papá ni yo, preguntamos de qué sabor es, porque lo más importante, es lo que dirá mamá en cualquier momento.
—Gracias por la comida —susurramos los tres.
Sin más, empezamos a comer. Pasaron unos minutos hasta que papá comenzó la conversación. Debo admitir que no sabe mal el curry en comparación de la última vez...
—Kotori, ¿cómo te va en la escuela? —preguntó papá.
—Nada fuera de lo normal —respondí con desinterés, mientras metía una cucharada de curry a mi boca.
—Parece que últimamente no prestas mucha atención, cariño —intervinó mamá—, Kotori sigue en los primeros puestos de su salón.
—No es la gran cosa... —dije mirando mi plato.
—Bien —dice, tras suspirar aliviado—. Espero que te mantengas con las mismas calificaciones durante todo el año, jovencita.
—Por cierto, tengo una noticia que me gustaría compartirles —lanzó mamá. Recalcando en "noticia" con un tono muy amigable.
Aquí vamos… el motivo por el cual hizo el curry.
—¿Enserio? —Cuestionó papá, levantando una ceja.
—Sí, amor. Al parecer, los Sonoda después de mucho tiempo han vuelto al vecindario…
¿Sonoda? donde escuche ese apellido antes...
—Ayer me encontré con Yuu-chan en el supermercado —continuó mamá—. Kotori, ¿Recuerdas a Umi-chan? Tu amiguita con la que jugabas cuando tenías cinco años. Me preguntó cuánto habrá cambiado…
Umi-chan... Al escuchar ese nombre, mi corazón dio un pequeño brinco.
—Ohhh sí, sí. Los Sonoda. Aún recuerdo el trato que hicimos con ellos hace mucho tiempo, espero que no se acuerden de ello... —las palabras de papá se escuchaban con alteración, y se veía un cansancio conforme terminaba de hablar—. Kotori, espero que no bajes tus notas ahora que tu amiga vendrá —finalizó divertido.
—¿Que? Pero si no la recuerdo tanto... —voltee la mirada para evitar que notaran el rubor en mis mejillas.
Era mentira. La recuerdo muy bien, demasiado.
—Viven como a una cuadra de aquí —añadió mamá—, en esa gran casa que estuvo en construcción durante varios meses, finalmente la han terminado. —Tan repentino... —. Lo más probable es que estén ocupados con cosas de la mudanza, así que será mejor no molestarlos...
—Jajaja… —Ese "jaja" parecía artificial. Como cuando alguien te menciona alguna anécdota desagradable y vergonzosa del pasado y no tienes más opción que reír incómodo—. La última vez que intentamos ayudarlos en la mudanza —añadió papá—, descubrimos su desagradable secreto.
—Lección aprendida…
¿Cuál secreto? No recuerdo nada de un secreto. Y menos de uno desagradable. Un conflicto se formaba en mi mente. La palabra desagradable no parecía juntarse con nada relacionado a la Umi-chan que conocía. Eran como dos conceptos incompatibles.
—¿Qué secreto? —pregunté frunciendo un poco el ceño.
—Más adelante tendrás que saberlo, Kotori. —contestó papá de manera minuciosa, como escogiendo con cuidado las palabras que estaba usando. Lo miré a los ojos. Otra vez, nada. Sin embargo, ese viejo rostro mostraba índices de tristeza. Se me había quitado el hambre.
—Yuu-chan me contó que, a partir de mañana, Umi-chan estará asistiendo a la misma escuela que Kotori —comentó mamá, tratando de romper el extraño ambiente que se había formado—. Estoy segura que quieres verla. Así que cuando vuelvan ¿Porque no le muestras los alrededores del vecindario?
—Es-está bien —respondí—. Ya no tengo hambre…
—Puedes dejar tu plato en el lavadero.
—Gracias…
Lo deje ahí como ella dijo y rápidamente abandone la sala, dirigiéndome a mi habitación. Dejando atrás a mis padres, apenas lograba escuchar como ellos sumergían en una seria conversación. Sus tonos de voz de reducían cada vez más, volviéndose susurros y luego a nada. Y mientras sus voces disminuían, la voz de mis pensamientos empezaba a tomar presencia, acrecentándose.
Muchos sentimientos surgían en mi interior a medida que subía las escaleras: nostalgia, amor, euforia.
No recordaba su apellido, pero si su nombre. Cuando era pequeña apenas podía recordar los apellidos de los pocos amigos que tenía. Para mí, Umi-chan siempre fue Umi-chan. Quería verla de una vez. Quiero ver cuánto ha cambiado, quiero ver lo hermosa que se ha vuelto, quiero ver si sigue siendo la misma persona bondadosa que era en ese entonces.
Llegué al segundo piso, abrí la puerta de mi habitación y la cerré poniendo el seguro de la puerta. No quiero que nadie me moleste en este momento. Al terminar de colocar el seguro, me quedé inmóvil enfrascada en mis pensamientos, luego recosté mi espalda en la puerta y di un grito muy fuerte de alegría. Estoy casi segura que mis papás lo oyeron.
Enseguida me lancé a la cama, agarre mi almohada favorita y la aplaste contra mi pecho, mientras daba vueltas por toda la cama. Percibía lo caliente que estaba mi cara cuando pensaba en Umi-chan. Aún sigo sin creerlo, después de tanto tiempo Umi-chan volverá y estaremos en la misma escuela. Debe ser un sueño. Si es así, por favor no me despierten.
Recuerdo a la pequeña Umi-chan a la perfección: cabello azul, ojos marrones, linda voz, extremadamente tímida (Eso la volvía más linda), muy refinada. Se-se me acaban los adjetivos para describirla, pero el caso es que era una ternurita.
La conocí cuando tenía cinco años, en ese entonces no tenía muchos amigos, pero entonces la familia de Umi-chan se mudó al frente. A nuestros papás les gustaba mucho el Póker, se reunieron varias veces para jugar unas partidas, hasta que un día nos invitaron a los tres a su casa. Ahí fue cuando la conocí, al principio era muy tímida conmigo, pero posteriormente nos volvimos más cercanas, a tal punto de ser inseparables. Recuerdo que hicimos una que otra cosa vergonzosa entre las dos, de tan solo recordarlo hace que me ardan las mejillas.
Según sé, la familia de Umi-chan viaja mucho por todo Japón. Fue muy doloroso el día que tuvo que irse. Las dos lloramos como nunca, nuestros padres tuvieron que batallar para separarnos ese día. Estoy segura que no volveremos a llorar de esa manera en nuestras vidas. Y después de tantos años, ella ha vuelto. No se imaginan lo feliz que estoy.
No puedo esperar a ver a Umi-chan mañana...
En lo que miraba el techo tratando de imaginar cómo sería nuestro reencuentro, el sonido de mi celular me saco de mis pensamientos.
Nuevo mensaje(1):
Honoka-chan:
Kotori-chan necesito que me prestes la tarea de matemática ¡Por favor! T_T
KotoBird (・8・):
Está bien Honoka-chan, como estoy de buen humor te prestare la tarea ;)
Honoka-chan:
Eso fue inusualmente fácil... ¿A qué se debe? 7u7
KotoBird (・8・):
Verás... Una amiga de la infancia volverá después de muuuucho tiempo y a partir de ahora estudiará en nuestra escuela ¡No puedo esperar a verla!
Honoka-chan:
Ohhh no puedo esperar a que me la presentes n.n 7u7
KotoBird (・8・):
Estoy segura que se llevarán bien, bueno nos vemos más tarde tengo que alistar mis cosas para mañana. Nos vemos Honoka-chan (・8・)
Honoka-chan:
Buenas noches Kotori-chan, ya quiero conocer a tu amiga 7u7
Coloqué el celular al lado y comencé a alistar las cosas para mañana. Una vez terminado eso, proseguí a ponerme el pijama, apague las luces y termine echándome en la cama, cubrí mi cuerpo con la sabana lista para dormir. Al cabo de un tiempo, cerré los ojos.
¡Y nada! Observe la hora en el reloj de la mesa de noche y decía ¡11:52 PM! ¡Cómo se supone que despierte temprano para ver a Umi-chan si no puedo dormir! Ohhh eso es. Comenzaré a contar ovejas, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… trescientos veintidós, trescientos veintitrés, trescientos veinticuatro… ¡Esto no está funcionando! Intente todos los métodos posibles, cubrí mi cabeza con la almohada, dormí desde el otro lado de la cama, intente dormir boca abajo ¡Y nada! ¡Qué agonía! En definitiva, el tictac del reloj no estaba ayudando, ese sonido monótono ¡Está volviéndome loca! Será mejor que lo apagué, antes de eso me di cuenta de la hora ¡2:07 AM! Mamá, confío en que logres despertarme... Sin más espera, apagué el molesto artefacto que interrumpía mi sueño y volví a tratar de dormir.
Antes de que haya dado cuenta, ya estaba dormida.
