Disclaimer:los personajes perteneces a Marvel y Disney (Porque Disney se estáadueñando del mundo). Esta historia es sin fines de lucro. Historia dividida en dos partesp
¡Enjoy it!
ONE CALL AWAYAcababa de quitarse el visor protector de los ojos cuando la luz llamó su atención. Frunció el ceño confundido, avanzó unos pasos en dirección a la luz titilante. Un sonido débil se desprendía del aparato. Se detuvo abrupta mente, el pulso se le disparo. Busco alrededor de la habitación por una salida, sintiéndose atrapado.
La angustia dio paso rápidamente a otra emoción más familiar, la ira. Y eso estaba mejor, podía manejar la ira.
Tenía un ladrido furioso en la punta de la lengua.
-Lo siento-las palabras llegaron apagadas, dichas en un susurro angustioso contra su oído. Se sentía demasiado íntimo, demasiado personal, demasiado desagradable.
-Pudiste decirlo antes-soltó furioso y entre dientes. La ira picaba en sus manos, deseaba apretar tan fuertemente el aparato de metal en sus manos que este se disolverá en polvo.
-Si, bueno,estaba un poco ocupado corriendo por mi vida-murmuro la voz del otro lado.
-Adiós Barnes.
Cerro con brusquedad el teléfono. Repentinamente noto que le dolía la mandíbula, con tal fuerza había apretado los dientes. Su nariz picaba, con esa angustiosa molestia previa al llanto. Inspiró hondo, adentro, afuera, adentro, afuera, repitiendo las veces necesarias para calmarse y no entrar en pánico.
Tony no estaba seguro del porque tomó el teléfono la segunda vez que sonó. Observó el malévolo aparato en sus manos antes de decidirse a atenderlo.
-Voy a volver al hielo-fue el saludo del otro lado.
-¿Por que? - preguntó su lengua traicionera y curiosa antes de poder mandar al tipo al diablo.
-Tengo miedo.
El ingeniero se revolvió incomodo.
-Aún no puedo sacarme lo de la cabeza-prosiguió Barnes- está ahí, lo sé y lo siento. Va a salir y matara a alguien.
-Ellos sabrán que no eres tú-dijo Tony. Era difícil mantenerse enojado con la voz angustiada que recurría a él como terapia.
-No se cuantas muertes tengo en mis manos. No quiero dañar a los que me están ayudando.
-¿Cuando? - preguntó.
-Pronto. Están trabajando en una cámara más avanzada que la de Siberia.
A Tony no le faltaba preguntar quienes estaban trabajando. T'challa era todo un genio.
Sintió pasos por el pasillo a su taller y se sintió atrapado. Como si estuviera haciendo algo malo y fueran a pillarlo.
-¿Le has dicho a alguien que me estas llamando? - aunque ambos hombres sabían el específico de "alguien".
-No, tomó el teléfono cuando estoy solo.
-Señor, el joven Parker se acerca.
La voz de Viernes lo hizo respingar.
-Buena suerte Barnes-fue su abrupta despedida
-Viene Steve-murmuró la voz del otro lado-debo irme.
Antes de poder responder ahí estaba el familiar tono de teléfono desconectado. Tony suspiro con resignación. Aparto el teléfono de su oído y observó la pantalla un momento antes de cerrar la tapita y ponerlo a un lado.
En una parte de su mente él lo entendía, de la misma forma que entendió porque Barton no fue en realidad culpable de sus actos previos a la batalla de New York. Era Loki, sobre él debía poner el peso de las muertes que acosaban las pesadillas del arquero. Pero prefería apartarla, como si esquivara un mosquito molesto.
Se enderezó, guardo el móvil en el bolsillo de los vaqueros y volteo a recibir con una sonrisa ladina a su invitado.
-Ya era hora Parker. ¿Cuánto te toma columpiarte unas cuantas cuadras hasta mi torre?
Peter se sonrojo-son más que unas cuantas cuadras.-apostillo-y me trajo el coronel.
Tony abrió los ojos asombrado - ¿Ah si?
-Si-Respondio Rodhey, siguiendo a Peter por la puerta.
Las prótesis de Rodhey eran casi imperceptibles, se había acostumbrado lo suficiente a ellas como para que sus pasos no fueran pesados. Sólo demostraba una leve cojera. Tony sonrió satisfecho. Era uno de sus mejores logros.
-¿A que debo el honor de esta visita? - preguntó elevando una ceja con sospecha.
Rodhey lo observó con los brazos cruzados. Peter mantenía una sonrisa de anticipación en el rostro.
Aunque no necesitaba preguntar. Ellos eran un equipo confabulado para mantenerlo el menor tiempo posible en su taller. O al menos evitar que quedara solo. Rodhey lo conocía demasiado, y era por eso que tenía miedo que un día Tony colapsara, en llantos, histeria y alcoholismo. Lamentablemente tenía buenas referencias en las que basarse.
Sin protestar Tony se dejó guiar la reconfortante cena familiar que ellos tenían planeada. De todas formas no hubiera faltado, Visión se hubiera ofendido.
Sin necesitar una orden,Viernesbloqueo el taller. Y el pequeño teléfono quedó por el momento olvidado.
Y aunque cada día se prometía a sí mismo que la próxima vez solo dejaría al aparato sonar. O mejor aún, lo desconectaria, ahí estaba otra vez, repatingado en el suelo frio. Los brazos descansando en las rodilla y la cabeza inclinada.
-Lo que ustedes tenían... Lamento arruinarles eso.
Tony se mantuvo en silencio, inseguro de que responder.
-Steve y tú...Él dijo algo. Te extraña
-"Dijo algo" - repitió con voz gruesa.
Había un matiz en la voz de Bucky, algo que sonaba ligeramente a acusación.
-Ustedes no eran solo amigos.
Era en ese tipo de momentos que maldecia internamente el anticuado aparato que le procurará el Capitán. Tan anticuado como el mismo. Si tuviera un modelo más reciente sería capaz de identificar el tipo de expresión que tenía el soldado del otro lado de la línea.
-Hice todo lo que pude por rescatar... - comenzó a replicar a la defensiva.
-Lo sé. Yo solo lo siento.
Resistiendo la urgencia de colgar y hechar a correr, Tony contestó, forzando cada palabra fuera de si.
-Tienes que dejar de disculparte tanto.
Una risa apagada vino del otro lado.
Automáticamente el mismo sonrió.
-Sería mejor si hubiera muerto cuando caí de ese tren-susurro. Escuchaba el rítmico sonido de la respiración de Bucky como si estuviera junto a él, susurrando junto a su oído.
-¿Crees en algo así como el destino?
La pregunta le tomó por sorpresa. Elevó su mirada al techo, como si estuviera buscando allí las respuestas.
-Tal vez-respondió al fin- tal vez fue el destino el que me llevó a esa cueva en Afganistán. No habría dejado de ser "El mercader de la muerte", no sería Ironman ahora. Yo era un desastre, aún más de lo que soy ahora.
Tenía una sonrisa amarga en los labios.
-Si yo no hubiera matado a tus padres...
-lo hubiera hecho otro-le corto Tony, y se dio cuenta, sorprendiendose a sí mismo, que lo decía en serio.-Que te enviaran a ti fue una jodido broma de mal gusto.
Podía imaginar como debieron reírse por ello, enviar a James Barnes tan cerca de su hogar a matar a uno de sus amigos sin que este pudiera hacer nada. Tenía la libertad en la punta de los dedos pero volvería obedientemente a ellos.
Tony se sintió enfermo.
-¿que caso tiene entonces luchar contra lo que ya esta escrito?
Tarde en la noche, repetía incesantemente las preguntas en su mente.
¿Como había acabado filosofando con Barnes?
La música resonaba en el taller. Era una mezcla pop pegajosa que se había habituado a escuchar cuando trabajaba con el chico en el taller. Tarareaba distraído, sostenía entre las manos un destornillador y mantenía una sonrisa taimada en los labios, como un niño al que le han ofrecido una piruleta.
Movía las caderas rítmicamente cuando contestó.
-Él regresó.
iba su buen humor.
Del otro lado de la línea podía oír la respiración agitada de Bucky, como si estuviera hiperventilando. Tony sabía reconocer el inicio de un ataque de pánico.
-Calma-módulo despacio- ahora respira lentamente, James enfócate en mi voz ¿Estas conmigo?.
-Si- susurro James al otro lado.
-¿Qué sucedió?
-Veíamos una película, estaba todo bien, entonces comenzaron los disparos y enloqueci. No pude detenerlo, podía sentir la realidad desvaneciendo ante mis ojos, desperté en el suelo, con Steve sobre mi espalda inmovilizando mi mano.
La explicación fue seguida por un sollozo. Tony podía imaginarse a Bucky asustado al otro lado.
-Todos me estaban mirando asustados. No podía quedarme ahí.
Tony quería preguntar como fue que lo detuvieron, si alguien había resultado dañado. Pero solo conseguiría herir más James.
-¿y que hiciste? - preguntó en cambio.
Bucky vaciló antes de responder - salí corriendo y vine contigo.
El corazón de Tony dio un brinco. Había recurrido a él.
-Oye, Muchos veteranos de guerra suelen tener episodios de regresiones si se exponen a sonidos o imagenes similares. Incluso sucede con fuegos artificiales. - Explicó.
-¿entonces es normal? -la pregunta venía impresa de esperanza.
-Todo lo normal que pueda para tus parámetros.
-Si no fuera por Wanda... Yo no se lo que hubiera hecho.
Las palabras amorosas brotaron de sus labios como un bálsamo para las heridas del soldado.
-No te atrevas a culparte a ti mismo James. Deja que te ayuden, no vuelvas a huir.
Tony cerró sus ojos y se concentró en el suave resuello en su oído.
No pudo evitar la mueca que contrajo su rostro. El hubiera deseado que alguien le dijera algo parecido cuando comenzaba a descender a la locura.
-Gracias Tony. Se que no tengo derecho a recurrir a ti.
-Estoy a una llamada de distancia.
Aveces las brechas entre llamadas podían hacerse realmente largas. Como ahora que había transcurrido más de una semana.
Paseaba nervioso por el taller, tomando una herramienta y otra para abandonarla poco después. Estudiaba planos y diseños sin llegar a enfocarse por completo.
No se atrevía a abandonar su taller por miedo a que el teléfono sonara y el no pudiera contestar. Aún se negaba a llevar el pequeño aparato consigo, como si fuera a explotar entre sus manos si no lo tenía a buen resguardo.
Se preguntaba si ya había regresado al hielo. Originalmente lo habían descongelado para iniciar el programa de recuperación, bajo la atenta mirada de T'challa. Pero en vista que el avance era nulo, lo podrían otra vez a dormir por un tiempo.
Aunque eran apenas las nueve de la noche ya se estaba preparando para ir a dormir. En algún momento las noches continuas de insomnio le pasaban factura.
-Viernes, apaga las luces linda-pidió,rindiendose y pensando que a fin de cuentas está noche tampoco habría llamada.
Entonces el teléfono sonó y le hizo respingar.
-¿Sabes que son las cuatro de la mañana allá verdad?
Fue satisfactorio escuchar a James reír al otro lado.
-¿Qué tal tu día?-Preguntó Bucky.
-Oh lo usual, tratando de salvar el mundo.
-No sabes cuánto te envidio-fue la irónica respuesta.
Tony fingió ofenderse-oye, no todos podemos tomarnos un año sabático.
-podrías hacerlo-sugirió Bucky-tomarte unas vacaciones. Ve a algún lugar soleado. Hawaii, las Bahamas...
-Africa-dijo Tony sin pensarlo.
-He escuchado que es buena temporada en África ahora-respondió en un murmullo.
Tony quería morderse la lengua, James tenía algo nocivo que siempre le hacía hablar de más.
-Lo tendré en cuenta.
Se despertó sudoroso y sobresaltado. Le apretaba la garganta, como si el grito que profirió en sus sueños hubiese sido completamente real. Tomó un tiempo para serenarse y ordenar las imágenes ahora inconexas de su subconsciente. Recordaba subir, subir, subir. Estaba muy arriba cuando la oscuridad lo rodeo y le estaba absorbiendo, sentía que los pulmones le hiban a estallar por la falta de oxígeno, entonces con lo poco que le quedaba de aire grito, enfrentándose a la muerte.
Era Nueva York otra vez, como casi siempre.
James recurría a él aveces para escapar de sus pesadillas o para vencer el insomnio, por primera vez se descubrió deseando poder hacer lo mismo.
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Entonces ahí estaba, en un vuelo directo en su Jet privado. Jugueteaba nervioso con la Starkpad en las manos. Sus pies bailan incansables en el suelo.
Venía sólo, sin visión, sin Rodhey. Incluso se había arriesgado en venir sin ninguna Mark.
Se había excusado diciendo que era un viaje de negocios aburrido, solo a la vuelta de la esquina, y que estaría de regreso para la cena. Mentira.
Prefería no pensar en el caos que lo esperaría cuando finalmente volviera.
Las horas de vuelo se le hicieron larguísimas, los nervios no le dejaron dormir así que asumía que se presentaría con profundas ojeras bajo sus ojos.
El Jet aterrizó sobre el complejo. T'Challa se había asegurado de que la visita de Tony era privada y amistosa. El Rey había sido claro, sin armas y sin agentes del gobierno americano. Sólo entonces le había dado precisas coordenadas de vuelo.
Bajo alisando su traje.
Sólo había avanzado unos pasos cuando fue interceptado por Natasha.
-Aún desarmada puedo contigo.
-sacaría una bandera blanca pero la olvidé en el jet. Ve por ella para proclamar que vengo en son de paz.
La pelirroja lo guio adentro. El primer encontronazo fue como no, con Rogers.
-No te emociones Cap. Estoy aquí por tu amigo.
La mandíbula del rubio se tenso, cuadro los hombros dispuesto a atacar. T'Challa vino convenientemente entonces.
-Es por aquí-indicó, ahorrando saludos y formalidades.
Dirigió una mirada despectiva al hombre rubio-Tu amigo tiene más pelotas que tú. Me llamó la primera vez que lo descongeralon.
La mirada sorprendida en el Capitán le dio la satisfacción que esperaba.
Siguió avanzando decidido. Dejándose guiar por el rey T'Challa. Bajaron por largas escaleras metálicas que le daban al lugar un aspecto estéril e inocuo. Casi se da de bruces cuando T'Challa se detuvo abrupta mente.
-Tienes que saber Tony, no sabemos quién despertara.
Tony asintió, quitándose las gafas.
En el interior de la cámara, rodeado por denso hielo, reposaba James.
Casi se sintió culpable de despertarlo, parecía en paz y relajado. Lo que sabía muy bien que no ocurría cuando estaba despierto. Pero para eso estaba ahi.
A su lado, T'Challa hizo un movimiento de cabeza, antes de adelantarse y posar la mano sobre el vidrio transparente.
Tony reconoció que era una buena idea. Con reconocimiento dactilar se aseguraba de que la persona equivocada no consiguiera despertar al soldado.
Aire limpio comenzó a filtrarse a la cámara. Los signos vitales aumentaron. Y el soldado abrió los ojos, un brillo feroz en ellos.
Parecía que el peor de los temores, despertar al Soldado de Invierno, si había sucedido.
Entonces James se enfoco en Tony y su mirada se suavizó.
-Tony, no-dijo tras el el Capitán.
La abertura se deslizó a un lado. Dando acceso a la libertad de Bucky.
James extendió una mano, en muda invitación.
-Quedate tranquilo-pudo escuchar murmurar a Natacha, probablemente interponiendose en el camino de Rogers.
Este era el mismo hombre con el que había estado hablando por ya seis meses. El mismo que le contaba sus pesadillas y recurría a él por confort. No era momento de acobardarse.
Tony tomó la mano, fue jalado a un abrazo, contra el duro y desnudo pecho de James.
-Viniste-murmuro este en su oído.
-Se me ocurren mejores ideas que mantenerte como guisantes congelados.
La suave risa de James llegó por primera vez a sus oídos sin el teléfono de por medio.
-Además tenías razón. Africa es agradable en esa época del año.
