Growing Strong.

I. Loto

La flor de loto es la pureza del cuerpo y del alma, resurge de la tierra, floreciendo en la oscuridad e irradiando luz a todo el mundo.


Volvían de una misión sencilla, escoltar a un anciano, todo había ido bien hasta que volvían a la aldea y el equipo tuvo que escuchar las quejas del muchacho.

—Una misión rango C de nuevo ¿Es que el viejo nos cree tan inútiles?

—Boruto, no nos mandarán a misiones rango S de la noche a la mañana, idiota. — Suspiró una chica en verdad exasperada.

—Creo que el Hokage no quiere que corras tanto peligro, eres su hijo y en el mismo equipo la única hija del único sobreviviente del clan Uchiha.

Tanto Sarada como Boruto miraron a Mitsuki, pudieron haberle dado un fuerte golpe pero se limitaron dirigirle una mirada exasperada

—No necesito ninguna misión rango C dattebasa

Su sensei se detuvo para sorpresa de sus alumnos, había estado callado durante todo el camino y eso era extraño pues siempre estaba parloteando, gritando a Boruto, haciendo un comentario hacia Mitsuki o charlando de cualquier cosa con Sarada.

—Boruto, toda misión es importante, para ser un ninja hay un proceso que seguir

—Usted también quiere ser Hokage— dijo Boruto frunciendo el ceño y Konohamaru estaba a punto de darle un buen golpe en la cabeza.

—Escucha enano cabezón, eso te lo digo porque es cierto, me lo dijo tu padre, me lo dijo mi abuelo. — Konohamaru sonrió al recordar a su abuelo, como lo extrañaba.

— ¿Cómo era el tercer Hokage, sensei?

Konohamaru miró a Mitsuki y suspiró, dio media vuelta y comenzó a caminar.

—Un gran hombre, bastante fuerte, muy paciente y era un gran abuelo

El camino que le siguió fue silencioso, Mitsuki se limitaba a pensar en los que su maestro le había dicho y observaba las expresiones de sus compañeros.

Tanto la pelinegra como el muchacho rubio estaban sumidos en pensamientos.

"Tengo a la abuela Hana y al abuelo Hiashi, es algo frío pero él y mamá me enseñaron la técnica del puño suave incluso sin tener el byakugan" pensó Boruto y el simple recordatorio de la falta de ese Kekke Genkai… decidió ignorar ese pensamiento para recordar lo que le había dicho su sensei "Su abuelo era el tercer Hokage y mi abuelo fue el cuarto pero murió cuando papá nació al igual que la abuela… ¿Papá hubiera sido diferente si ellos hubieran estado aquí?"

Sus pensamientos no eran tan distintos de los de su compañera.

"Los abuelos Kizashi y Mebuki son los mejores, aunque el abuelo Kizashi a veces dice cosas extrañas y la abuela sea algo desesperada como mamá cuando el abuelo dice algo raro… ¿Cómo serían la abuela Mikoto? ¿El abuelo Fugaku era igual que papá? ¿Ambos eran igual de reservados como papá? Bueno, papá no es del todo expresivo, no dice mucho y rara vez abraza a mamá, o no lo hace si yo estoy presente" el pensamiento hizo que ella se sonrojara. "Papá tiene el cabello y los ojos de la abuela ¿Ella y el abuelo me hubieran querido?"

Sarada seguía imaginando a sus abuelos y sentía un pequeño nudo en su garganta.

"Ojalá el abuelo hubiera conocido a Mirai, estaría maravillado con ella, están fuerte como el tío Asuma pero tan cálida y linda como la tía Kurenai" Ante el recuerdo de su prima, el joven maestro sonrió, supo que durante la guerra tanto Asuma como su abuelo habían revivido pero no había podido hablar y de hacerlo, no habría sido un buen momento.

Cuando llegaron a la entrada era temprano, después de pasar el reporte al Hokage, Boruto seguía pensativo al igual que Sarada, Mitsuki por su parte decidió no interferir en sus pensamientos y se despidió apenas salieron de la oficina.

Caminaban sin dirección, uno al lado del otro pero sin siquiera importarles o al menos hasta que alguien se los hizo saber.

—Si siguen caminando sin rumbo y sin fijarse alguien puede pisarlos— Sarada y Boruto miraron al dueño de la voz y vieron a Shikadai Nara con algunas bolsas que parecían ser de diversas tiendas.

— ¿Y eso? — dijo Boruto señalando las bolsas que el muchacho traía.

—Mis tíos vinieron a la aldea, cuestión de política pero al parecer quisieron quedarse un día o dos

—Dudo que alguien genere tantos problemas en cuestión de dos días así que tío debe querer y merecer unas vacaciones—Exclamó Boruto mientras colocaba sus manos detrás de su nuca, Sarada alzó una ceja y se acercó a Shikadai.

— ¿Quieres que te ayudemos con eso?

Shikadai hizo una mueca pero terminó dándole una bolsa pequeña a Sarada, Boruto se acercó y tomó otra.

—Mamá quiere hacer una cena más… elaborada además de que el tío Kankuro me pidió que comprara algunas baratijas y cosas que él no consigue con facilidad en Suna.

Siguieron hablando de eso y de la misión durante unos minutos, la curiosidad no era algo que caracterizaba a Shikadai pero admitía que esta vez sí sentía algo.

— ¿Y a que se debía tanto ensimismamiento?

Ambos amigos se miraron y Sarada fue quien explicó el porqué de esos pensamientos, creyó que Shikadai se limitaría a encogerse de hombros y decir problemático pero el tema pareció captar su atención.

—Hombre, jamás te había visto con esa expresión 'ttebasa. —Dijo Boruto al ver a un Nara con las cejas alzadas y su mirada perdida en quién sabe dónde.

—A mí me daría curiosidad haber conocido a la madre de la mía, sólo tengo a la abuela Yoshino y el viejo me ha hablado mucho del abuelo y sé que no sólo era parecido a mí sino que tenía mi misma forma de ser pero, mi mamá no menciona a la abuela o el abuelo… del que lo único que sé es que fue Kazekage pero no lo sé, no me da curiosidad.

Estaba volviendo a estar absortos en sus pensamientos que no vieron cuando Boruto chocó con alguien.

—Oye tonto cuidado por dónde caminas.

—Lo siento Boruto.

Sarada vio a Inojin confundido, lo conocía pero no podría llegar a decir que eran mejores amigos o algo por el estilo, su mamá era la mejor amiga de la suya.

—Hola Inojin— dijo Shikadai.

—Me gustaría quedarme a platicar pero tengo que apresurarme, mi papá dijo que no tardara porque habría algo impresionante en el cielo esta noche y no quiero perdérmelo.

Y así como apareció, Inojin desapareció.

Después de un tramo, Shikadai les agradeció la ayuda pero les dijo que a partir de allí él podría llegar por su cuenta, se despidieron de un Shikadai aun pensativo, al igual que sus amigos.

—Bueno, te veré mañana Sarada

—Claro.


—Estoy en casa.

—Boruto-kun, bienvenido.

—Nii-chan— Himawari corrió a su encuentro, Boruto la abrazó durante unos minutos para después anunciar que tomaría una ducha, subió a su habitación y recordó lo que Inojin le había dicho.

—Quieres ver las estrellas conmigo, Hima-chan? — preguntó a su hermana durante la cena, su hermana sin dudarlo asintió, apenas terminaron de cenar y subieron a la terraza y sus padres decidieron quedarse en la sala viendo televisión.

— ¿Tú también viste a Boruto algo callado?

Naruto asintió pero no le dio importancia, desde que Sasuke solía entrenarlo su hijo se comportaba de una forma graciosa, tratando de imitar ese hermetismo de Sasuke aunque claro, no podía por más que lo intentara, el Hokage abrazó a esposa y besó su sien.

—Está bien, Konohamaru dice que estaba rezongando sobre las misiones asignadas.

Hinata se limitó a asentir, recordaba a Naruto quejarse cuando era chico sobre las misiones y antes él se lo había dicho, apoyó su cabeza en el hombro de su esposo, sus manos rozaron y Naruto las entrelazó.

—Aun así, es un poco extraño— Dijo su esposa después de unos segundos.

—Hablaré con él en la mañana, él no tiene ninguna misión así que podría acompañarme a la oficina, tal vez es una chica, no se ve tan ciego como yo lo era.

Hinata sonrió y se acercó a su esposo para dejar un beso en su mejilla.


Estaba recostado en el pasto, había sido un día largo y eso le reconfortaba, estar acostado y el pensamiento sobre su abuelo le había hecho recordar momentos divertidos.

"Si pudiera ver al abuelo de nuevo podría hacer ese jutsu sexy que Naruto me enseñó, apuesto que lo hubiera amado"

Konohamaru rió para sí y recordó lo que había hablado con la quinta Hokage esa tarde.

Había salido de la oficina del Hokage y creyó que lo más sensato que debía hacer en ese momento era ir por comida, fue a Ichiraku y se sorprendió de ver allí a la Quinta Hokage, aún se sentía algo bobo al recordar su primer encuentro, ella lo saludó y él le devolvió el saludo.

—Y cómo te va siendo el maestro de ese clon de Naruto y mi nieta

Konohamaru alzó una ceja incrédulo

— ¿Nieta?

Tsunade le sonrió de manera enigmática

—Veo a Sarada como una nieta, así que más te vale que no la hagas menos o algo por el estilo ¿Entendido mocoso?

—Esto es… es como repetir la historia ¿no lo cree?

Tsunade lo miró confundida pues no lo comprendía, Shizune que no había opinado también lo veía con curiosidad.

—Bueno, usted fue la alumna de mi abuelo y ahora yo soy quien enseño a su nieta, al nieto de Jiraya por así decirlo y al hijo de…

Tanto Tsunade como Shizune sintieron un escalofrío, después de los exámenes chunnin supieron la identidad del progenitor de ése misterioso Mitsuki, Tsunade sonrió, era verdad ¿Quién diría que un nieto de su sensei sería ahora el maestro de una niña a la que aunque le costó un poco terminó mirando como una nieta? recordó entonces a su abuelo y río por lo bajo ante la mirada de Konohamaru.

—Mi abuelo estaría contento pero por otro lado mi tío abuelo Tobirama estaría extrañado de que yo vea como "nieta" a alguien de sangre Uchiha pero sé que vería que Sarada Uchiha no es como los de su clan.

Ambos concordaron con eso.

—Ojalá vieras mi camino, abuelo— Suspiró Konohamaru y se sorprendió de ver una estrella fugaz.


—Estoy en casa.

Sarada se quitó las sandalias, escuchó una exclamación de sorpresa y vio a su madre sonrojada.

—Bienvenida Sarada.

Sin darse cuenta ahora ambas tenían las mejillas sonrojadas.

"¿Interrumpí algo?"

"¿Cómo es que Sasuke-kun ni yo pudimos darnos cuenta que se acercaba?"

Reprendiéndose a sí misma Sarada no pudo evitar echarle un vistazo a su madre, estaba vestida como siempre, nada de a medio vestir, desalineada o despeinada "Oh Dios, no seas sucia" Sarada quiso abofetearse, se acomodó sus lentes y vio que su padre salía del mismo lugar pero sin siquiera voltear como si quisiera pasar desapercibido.

—Bienvenida Sarada—Escuchó que decía mientras salía al patio.

—La cena estará pronto.

—Iré a asearme.

Tomó un baño y cenó junto a sus padres pero aún estaba pensativa con lo que había pasado durante toda la misión, ya durante la cena su madre hablaba sobre cosas que debía hacer, se habían mudado de nuevo a su casa, ya que habían pasado unos meses en unos apartamentos debido a que su madre había "destruido" gran parte de ésta.

—Papá

—Hn— Ese simple sonido era como un "¿Si?" o un "Te escucho, hija mía"

— ¿Cómo eran mis abuelos?

Sakura miró sorprendida a Sarada pero no dijo nada pues ese tema siempre le daba curiosidad, la primera vez que Sakura le hizo la misma pregunta a Sasuke, éste se había limitado a sonreír y decir que fueron grandes personas, Sakura no quiso ahondar en el tema pero esta vez…

Sasuke se sorprendió, aunque sabía que en algún momento tendría que hablar sobre eso, sonrió débilmente y dejó el vaso de té.

—Ellos… Bueno, tu abuelo era algo reservado, un hombre bastante inteligente y tu abuela era una mujer muy dulce, cariñosa y podía ser algo estricta respecto a cosas de mi escuela o en el orden de la casa.

Su tono era tranquilo como alguien que sabe a dónde va pero no tiene prisa, Sasuke no había dicho nada más por lo que madre e hija supusieron que eso era como punto y final.

—Entonces, eran como tú y mamá.

Sakura bajó la vista, se sonrojó de sobremanera.

—Exacto

Sólo esa palabra, hizo que el corazón de Sakura se detuviera de golpe y después latiera como loco, sentía que en cualquier momento estallaría y moriría allí mismo pero no pasó.


—Toma mi suéter, está refrescando— dijo el rubio mientras colocaba su chaqueta sobre los hombros de su hermana menor

Estaban viendo las estrellas aunque Boruto pensaba en su abuelo.

"¿Estaba igual de idiota que mi viejo?"

—Mira Nii-san, Una estrella fugaz! Pidamos un deseo


Su tío Gaara charlaba con su padre y su tío Kankuro lavaba los platos a regañadientes, no sabía como pero su madre lo había obligado, Shikadai se encontraba sentado en el tejado, acababa de apagar su videojuego, no había tomado importancia al comentario de Inojin pero su tío Gaara también lo había mencionado por lo que decidió al menos ver "algo", escuchó un ruido y pudo ver como su tío estaba sentado, sobre arena y mirando hacia el cielo, no le dijo nada ya que justo en ese momento vio una estrella fugaz.


Decidió darles su espacio a sus padres, después de esa "insignificante" afirmación había sido suficiente, su padre era tan tierno, sin pretenderlo.

"Ojalá papá pudiera pasar un día más con mis abuelos ¿Sería igual de reservado? La abuela Tsunade es muy dura con mamá pero conmigo incluso me ha abrazado y me ha regalado varios peluches, tal vez el abuelo Fugaku sería igual "se acercó a su ventana mirando el cielo y alzó sus cejas al ver una estrella cruzar el firmamento, no perdía nada.

Y justo en ese momento en el que una estrella fugaz atravesó el cielo cinco personas en distintos lugares pidieron un mismo deseo.

—Desearía que pudieran pasar un día conmigo, sólo un día. — dijeron mentalmente un rubio y un pelinegra, cada uno en su hogar.

"Desearía conocer a la abuela" pensó un muchacho mientras se levantaba y veía como su tío se acercaba en una nube de arena.

—Ojalá él pudiera vernos— El muchacho suspiró y se levantó del césped.

"¿Qué dirías de mi ahora, viejo? "Pensó una mujer mientras se giraba dándole la espalda a la ventana.

Ninguno de ellos esperaba tenerlos allí a la mañana siguiente.


Hoy no habría ninguna misión por lo que siguió durmiendo, un hilo de baba estaba mojando su almohada pero poco le importaba, sintió como alguien tocaba su hombro pero él gruñó.

—Deja dormir, mamá— masculló mientras hundía su rostro en la almohada y de nuevo sintió que alguien tocaba su hombro y reía nervioso, entonces reaccionó, no vivía con sus padres y si fuera su alumno simplemente hubiera tumbado la puerta, se levantó de golpe y vio a su abuelo Hiruzen

— ¿Qué DEMONIOS? ESTOY DENTRO DE OTRO SUEÑO. — Exclamó asustado al momento en el que hacía un sello para deshacerse del genjutsu si es que estaba en uno, su abuelo lo miraba con una sonrisa, se había puesto de pie, al ver que no desaparecía estaba por atacarlo ¿Y si era un Edo Tensei? Pero no, podría haberlo atacado desde hace mucho.

—Soy yo, Konohamaru y no sé qué hago aquí, yo estaba en…—El anciano se miró un poco aturdido, él tampoco sabía cómo había vuelto, simplemente lo había hecho, despertó al lado de su nieto que estaba profundamente dormido, antes de decir algo más sintió como era abrazado con fuerza.

—Pedí un deseo, sólo quería verte una vez más— Hiruzen Sarutobi alzó ambas cejas sorprendido, abrazó a su nieto aun sin poder creerlo pero era cierto, él estaba allí, no había ninguna técnica, sólo un deseo de su nieto, acarició su cabello y Konohamaru lo miró de nuevo.

—Naruto es el Hokage! Lo consiguió! Yo— El muchacho se separó y se señaló con una sonrisa inmensa —Soy el sensei de su hijo y de la hija de Sasuke Uchiha.

Hiruzen sonrió unos segundos para luego abrir su boca totalmente sorprendido —La hija de Sasuke Uchiha?

Konohamaru asintió—Sarada Uchiha, es una gran niña y quiere se Hokage, es tan dulce como Sakura nee-chan.

Eso lo había tomado desprevenido pero se sintió bastante feliz, Sasuke Uchiha había cambiado y ahora tenía una hija y su nieto era el maestro de ella y del hijo de Naruto.

— ¿Cuánto ha pasado desde la guerra?

—Casi 15 años, mis alumnos tienen 12 años, todo ha cambiado tanto abuelo pero sobre todo hay alguien a quien quiero presentarte. — Y entonces Konohamaru se vistió, esperaba que su prima no tuviera alguna misión.


No era una persona que se moviera demasiado al dormir pero sintió su cama más cálida de lo normal, extendió su mano y sintió un brazo ¿El tío Kankuro volvió a perderse a media noche y terminó durmiendo en su habitación? No, su tío pateaba y roncaba y éste brazo se sentía suave.

— ¿Rasa? —escuchó que decía la persona que estaba a su lado, Shikadai abrió los ojos y vio a una mujer de cabello rubio oscuro dormida en su cama, una mujer que podría ser su madre, se levantó de golpe tumbando una lámpara que tenía.

— ¿QUIEN ES USTED? — Apenas gritó y escuchó varios pasos que se acercaban, la mujer se sentó en la cama, asustada, abriendo sus ojos, eran de un color azul violáceo, Shikadai jamás había visto un rostro tan más dulce, la mujer lo veía confundida y después asustada, ella estaba en otra parte, con Rasa y Yashamaru y ahora había despertado en un lugar al lado de un niño.

—Shikadai te escuchamos….

Su padre y su tío Kankuro entraron por la puerta, Shikamaru estaba de piedra pues sabía quién era la mujer, Kankuro la miró, estaba pálido, la mujer miró sus manos, tocó su rostro.

— ¿Estoy viva? —alzó su vista y miró al hombre enfrente de él y llevó sus manos a sus labios tratando de contener un grito de sorpresa.

— ¿Qué pasó? muévanse— Temari no tardó en llegar seguida de un Gaara despeinado y somnoliento —Vago mue…—Miraron a la mujer que seguía en la cama la cual derramó una lagrima al verla y más importante, al ver a ese muchacho pelirrojo.

—Kankuro… Temari ¿Gaara, eres tú? — la mujer se levantó

— ¿Abuela? —Exclamó Shikadai totalmente sorprendido, la mujer miró al niño de nuevo, el hombre que estaba con sus hijos debía ser el padre y la mirada del niño era idéntica a la de Temari, los mismos ojos.

"No es el Edo Tensei, ella se vería diferente, ella… está viva" pensó Shikamaru quien se adentró a la habitación pero sólo para que su esposa y su hermano menor entraran, Temari temblaba y Gaara estaba en shock, Kankuro se acercó a Karura y la abrazó.

—Madre.


—Estás roncando— dijo Tsunade removiéndose y lanzando una almohada, el hombre gruñó pero atrapó la almohada y la abrazó.

—Mito no me golpees te juro que no vuelvo a llevar a la niña, Tobirama chismoso—murmuró y la rubia se limitó a seguir durmiendo, comenzó a roncar igual que el hombre y ambos se giraron

—Estás roncando— Tsunade y Hashirama abrieron los ojos pero Tsunade fue más rápida.

—Pervertido— dijo al momento en el que estampaba su puño en el rostro del hombre, éste salió volando y ambos se levantaron, Tsunade a punto de moler al tipo a golpes y Hashirama a punto de pedir perdón a su esposa pero se dio cuenta que la mujer frente a él no era pelirroja.

—Tsuna?! — dijo el hombre y la aludida lo miró de nuevo, gritó del susto y Hashirama también

— ¿Cómo? ¿Qué haces aquí? Qué vieja estás— Las primeras preguntas las habían dicho al mismo tiempo, la última fue un comentario que Hashirama pronto se arrepintió pues su nieta la veía justo como su esposa.

—Oye abuelo no es mi culpa que yo no haya sido asesinada siendo joven.

—No es el Edo Tensei ¿Enserio estoy vivo? — La Quinta Hokage recordó su pensamiento al ver pasar la estrella fugaz.

—Ayer pasó una estrella fugaz y…— Su abuelo ya estaba lloriqueando, sorbiendo sus mocos y demás.

— ¿Pediste verme? Tsuna, eres un encanto—Su abuelo lloriqueaba y Tsunade lo veía totalmente turbada, cuando era niña ella seguía la corriente pero ahora era raro verlo así, ella dio media vuelta sin saber qué hacer.

—Detente, te ves… tonto.

—Entonces ¿A dónde quiere ir mi princesa? — dijo Hashirama un poco más repuesto y los ojos de Tsunade brillaron, se giró para ver a su abuelo y parecía que se habían leído la mente.

—Tobirama no está para regañarnos! — entonces escucharon un ruido sordo cómo el de alguien que caía, Hashirama volteó y Tsunade se acercó.

— ¿Tu hija?

—No, mi aprendiz— dijo mientras acomodaba a una desmayada Shizune con ayuda de su abuelo.


— ¿A dónde vamos, Konohamaru? — El muchacho dijo que le presentaría a alguien, Hiruzen supuso que sería su novia pero no estaba tan seguro pues cuando él mencionó esa idea su nieto se limitó a sonrojarse y decir que no.

—A casa de alguien, tranquilo abuelo— cuando llegaron a la casa, Konohamaru tocó la puerta y se giró para ver a su abuelo —Ocúltate anciano, eres la sorpresa

El tercer Hokage miró confundido a su nieto pero éste lo hizo a un lado, casi caía en unos arbustos pero pudo equilibrarse.

La puerta se abrió y Kurenai saludó a Konohamaru.

—No esperaba verte hoy, generalmente vienes los domingos por Mirai ¿Sucedió algo con el Hokage?

Konohamaru negó.

—Bueno, ayer hubo algo en el cielo— Kurenai asintió, ella se enteró por su hija pero ambas se quedaron dormidas viendo televisión. —Pasó una estrella fugaz y pedí un deseo… —Kurenai se sorprendió, le diría algo a su sobrino, podría burlarse de él pero sabía que esas cosas podría volverse realidad, la cuarta guerra demostró que hay muchas que creemos entender y no es así, cosas que creemos suficientes y no son ni la mitad de lo que en verdad nos espera.

— ¿Y bien? — Kurenai pensó en alguien pero no quería ilusionarse y no lo hizo, en el fondo no; Konohamaru entonces se sintió como el más grande perdedor, pudo… pudo haber pedido algo mejor, suspiró y bajó la cabeza.

—Yo—miró a su abuelo e hizo una seña para que se acercara y él lo hizo, Kurenai estaba pálida.

—Hokage-Sama— dio un paso hacia atrás y escuchó que alguien se acercaba.

—Mamá, creí escuchar a Konohamaru, él…— se detuvo al ver a su primo y a un anciano pero ella lo conocía, en la Academia habían hablado de él, su madre había hablado de él y Konohamaru también.

— ¿A-Abuelo Hiruzen? — El tercer Hokage sentía que caería de rodillas, ella era tan parecida a Kurenai pero tenía algo en ella, había algo en ella que la hacía ser idéntica a Asuma.

—Abuelo, te presento a Mirai Sarutobi hija del tío Asuma.

La chica sonrió, era alta, tenía el cabello corto y revuelto, sus ojos eran rojos como los de su madre, era alta y tenía una complexión un poco menos delicada que la de su madre, era una jovencita preciosa.

—Mi niña— Mirai había escuchado a Konohamaru desde el momento en el que llegó y aun si no lo hubiera hecho no quería explicaciones, se acercó para abrazar a su abuelo con fuerza.

—Pasen— dijo Kurenai mientras entraba, su hija y suegro entraron seguidos de su sobrino.

— ¿Y qué edad tienes Mirai?


—Enserio siguen sin haber casas de apuestas ¿aquí? — dijo Hashirama mientras seguía mirándose, Shizune le había hecho el gran favor de conseguirle ropa más acorde a la época, se sentía un poco extraño con esa chaqueta rojiza aunque admitía que lo hacía ver "peligroso"

—Si las hay pero creí que te gustaría ir a otras— Dijo Tsunade encogiéndose de hombros, su abuelo pasó su brazo por sus hombros.

—Vamos, estás con tu viejo y la suerte está de nuestro lado, además si te portas bien iremos por sake, aunque también quisiera una sopa de hongos

Tsunade no había comido nada ¿Cómo privar a su abuelo de su comida favorita? Lo miró fijamente, él había muerto cuando ella tenía 12, justo cuando ella fue asignada al equipo con el Hiruzen-sensei, Nawaki era sólo un bebé, gracias a su jutsu ahora se veía de unos 30 pero, podría hacer algo mejor, Tsunade hizo unos sellos y tras una nube de humo y la mirada sorprendida de Hashirama se encontró con una rubia de 13 años mirándole juguetona.

—Pensaba en ser de 5 años pero sería más torpe además de que te verían raro por darle sake a una pequeña— antes de terminar Hashirama se había acercado a ella y la cargó.

—Eres mi favorita, Tsuna

—Soy tu única nieta…


Había sido todo muy rápido en cierto modo incómodo tanto para Shikamaru y para Shikadai ya que, estaban en la habitación de éste último en una esquina observando.

Después de que Kankuro se lanzara a los brazos de su madre ambos sollozaron, a los pocos segundos Temari se había acercado haciendo lo mismo que su hermanos, Karura miró a su hijos y limpió sus lágrimas, para luego mirar al joven que aún no se había acercado, la mujer se levantó de la cama y se acercó al muchacho acariciando su mejilla.

—Tan pequeño, tan frágil, prometí protegerte sin importar lo que sucediera— Gaara la estrechó entre sus brazos, escondiendo su rostro entre el cuello y el hombro de su madre, ella correspondió al instante acariciando su espalda y su cabello.

—Y lo hiciste, aun lo haces— la voz de Gaara se escuchaba entrecortada, Shikamaru desvió la mirada, era un momento bastante personal muy familiar, miró hacia otra parte de la habitación y vio a su hijo con la misma mirada que él.

Karura se separó de él y besó su mejilla —Rasa me dijo que ya no eras un Jinchuriki pero que eras el Kazekage.

Gaara sonrió, disfrutaba cada palabra dicha por su madre, su voz era tan suave, su mirada era tan hermosa.

—Esto, esto no es Suna…—No sentía tanto calor, era temprano pero en Suna el calor no conocía horarios, aquí el sol apenas se asomaba y era una mañana fresca.

—De hecho, está en Konohagakure, Gaara hizo una visita de hecho. —Karura miró al muchacho que había hablado, lo había visto pues era de los primeros en entrar a la habitación en la que había despertado, ella estaba a punto de preguntarle pero parece que él había comprendido que no se había presentado.

—Yo, yo soy Shikamaru Nara, soy el esposo de Temari. — La rubia vio a su hija que se acercaba hacia Shikamaru, tenía las mejillas sonrosadas y ese hecho que Shikamaru se pusiera nervioso, su esposa no se sonrojaba o no lo hacía con facilidad.

—Él es tu esposo— no sonó como una pregunta sino una afirmación, ella se acercó y le sonrió—Soy Karura, mucho gusto, debes saber quién soy obviamente, yo… no sé cómo es que estoy aquí pero enserio lo agradezco de sobremanera.

—Fui yo, ayer vi una estrella fugaz y pedí… pedí conocer a mi abuela— Todos miraron a Shikadai sorprendidos, él se acercó un poco, con una mano en la nuca y la otra acomodando la playera que usaba para dormir, iba a decir más pero le tomó por sorpresa que ya estaba entre los brazos de su abuela. —Gracias, Shikadai ¿Cierto? — el muchacho asintió.

—Creo que son demasiadas emociones y aún no hemos desayunado—dijo Kankuro, Temari lo vio con un aura asesina.

—Tienes razón, quiero prepararles algo—Gaara miró a su madre sorprendido ante su comentario, Kankuro no sabía que decir.

—Eh… creo que podríamos vestirnos— el moreno tomó el hombro de Gaara y salieron de la habitación aun cuando Gaara no quería, tenía miedo de salir de la habitación y que su madre desapareciera pero al fin obedeció a su hermano mayor.

—Te prestaré algo de mi ropa— Dijo Temari quien tomó del brazo a su madre y salieron hacia su habitación, para tranquilidad de Gaara su madre no desapareció.

La habitación estaba casi vacía a excepción de dos personas, Shikadai se sentía extraño, no había querido separarse de su abuela pero ahora que estaba cerca de su padre se sintió culpable ¿Por qué no pidió al abuelo Shikaku? Sintió una mano en su hombro.

—Valió más, incluso yo a estas alturas hubiera pedido eso. — ¿Cómo era posible que su padre pudiera leerle el pensamiento si sus expresiones no eran nada obvias?

—Lo siento

—No deberías, estoy feliz si tu madre es feliz yo lo soy, ahora vamos a vestirnos, nos espera un largo día.


—Entonces cuando aprobé el examen Chunnin llegué a casa y el tío bichitos estaba aquí con Akakiba, la tía Hinata, Shikamaru, la tía Anko… y me regalaron unas cuchillas de Chakra como las de papá, Shikamaru me enseñó a usarlas, las manejo tan bien como papá— Ya era una adulta pero no podía evitar referirse a Shino y a Kiba de otra forma, especialmente con él, recordando todos los paseos que le daba Akamaru cuando ella era niña.

Hiruzen por su parte no dejaba de estar sorprendido al escuchar a su nieta, siendo una gennin, una chunnin, era una jonin y una de las mejores, de la más alta elite de su generación.

Kurenai miraba la escena divertida, Konohamaru seguía comiendo pero se acercó a su tía.

—Tía… yo siento no haber.

—No lo digas, tranquilo Konohamaru, él sabía que tendríamos un hijo y sé que sabe que Mirai es todo lo que deseamos, simplemente lo sé.

—Mamá, puedo salir con el abuelo y Konohamaru, para ver la aldea— Kurenai asintió.

—Claro, yo podría ir a ver a Anko.


El hombre golpeó la mesa por tercera vez y miró a esa chiquilla rubia con rabia.

—Estoy harto de esta mocosa.

—Estás haciendo trampa, idiota. — El hombre se levantó y lanzó las cartas sobre la mesa cuando lo vieron salir del lugar, Hashirama vio a su nieta y frunció los labios haciendo un puchero. —Tú fuiste la que hizo trampa.

— ¿Quieres ir a comer ya con el dinero que ganamos o quieres que perdamos y hacer que Shizune nos encuentre, con tanto que nos costó deshacernos de ella?.

Ambos salieron en busca de un buen restaurant.

—Entonces… si ganas es porque pasan cosas malas—Dijo el hombre acariciando el cabello de su nieta.

—Pero es cuando no hago trampa y bueno es 100% certero, así supe que Orochimaru vendría por mí después de que asesinó a Hiruzen-sensei y después así supe que perdí a Jiraya.

Se quedaron callados pero porque habían llegado a un lugar dónde comer, pidieron sus órdenes y Hashirama observó a su nieta.

—Entonces Shizune es la sobrina de Dan, fue un gesto muy lindo de tu parte pero no sólo tienes una sino dos hijas— Tsunade lo miró con una ceja arqueada

—Vi a esa chica, la de cabello rosa, llevaba el mismo diamante que tú y debería ser un idiota para no saber que ella era tu aprendiz al igual que Shizune, las quieres como tus hijas— Tsunade hizo un mohín y sonrió apoyando su mentón en su brazo mientras miraba por la ventana.

—No se las puse fácil

Hashirama rió —Yo sé que no, tu abuela no te la puso fácil a ti, aún recuerdo la vez que volviste llorando por el golpe tan fuerte que recibiste, lloré contigo, le reclamé a Mito y ella me golpeó— el primer Hokage acarició su mejilla recordando el fuerte golpe que le dio su esposa y después el beso que le dio y el beso que le dio su nieta en la frente a modo de agradecimiento por haber intentado enfrentar a la abuela.

—Ella tiene una hija, Sakura la chica del cabello rosa…. A su hija la considero una nieta, no las visitó seguido pero creo que sé lo que sentías al verme, la primera vez que la cargué—La rubia suspiró, podría verse de trece años pero su mirada podría delatar su verdadera edad, miró a su abuelo y rió.

— ¿Recuerdas cuando intentamos buscarle una cita al tío Tobirama?

—Sí, yo tuve que aguantar su sermón de "Estoy casado con Konoha, Hashirama" — El hombre imitó la pose y la voz de su hermano.

—Si él hubiera estado vivo probablemente le hubiera tenido la cita perfecta— su abuelo alzó ambas cejas sorprendido, la mesera trajo su comida, probó su comida pero seguía expectante.

—La ex quinta Mizukage, es amiga mía, aunque claro si ella fuera unos 10 años más joven…. Y el abuelo estuviera vivo, serían la pareja perfecta.

Comieron entre risas y burlas, recuerdos y sueños, era una tarde bastante entretenida.


—Y fue así como pudimos resolver ese asunto. —Su madre lo miraba maravillado, ya se había cambiado y llevaba un vestido largo y negro parecido al que usó Temari durante un tiempo, había sido el almuerzo más delicioso que hubiera comido, Shikadai había platicado sobre él, sus gustos, su equipo y como le había ido en los exámenes chunnin, después le tocó el turno a Gaara de hablar, Temari y Kankuro ponían atención a cada palabra y cada gesto de su madre.

—Haz hecho tanto por la aldea, Gaara— ella volvió a inclinar su cabeza en su hombro y miró a Kankuro. —Cariño… ¿Por qué no te has casado?

El castaño miró a todas partes—Qué, oye yo… bueno, es que tú sabes, soy el… yo tengo…

—La última vez dijo que estaba saliendo con alguien pero quien sabe—dijo Temari disfrutando de ver a su hermano en aprietos.

Su madre sonrió y miró a Temari —No dejo de mirar tu casa, es preciosa ¿no echas de menos Suna?

No tardó ni dos segundos cuando Temari dio su respuesta—A veces, una parte importante de mi familia está allí pero, también aquí y no me había sentido tan feliz como aquí.

Su madre asintió y miró a su nieto —Shikadai ¿Quieres mostrarme el bosque que dijiste? Rara vez estuve en uno, salvo en una o dos misiones pero éste debe ser más pacífico.

Shikadai miró a su abuela y asintió —Vamos— era perezoso, él lo admitía pero era su abuela, estaría sólo un día y cómo podría negarle algo, no era tan atemorizante como su madre.


—Este lugar era llano y ahora está lleno de edificios, es simplemente maravilloso—Hiruzen cerró sus ojos sintiendo el viento en su rostro, sus nietos hicieron lo mismo, sintiendo el viento en su rostro, era un día increíble, vivo, sin deberes y en compañía de sus dos nietos, sintió como ambos apoyaban su cabeza en él.

—Estoy seguro que a ambos se lo han dicho una vez o más pero quiero tener el placer de decirlo, me siento inmensamente orgulloso de ustedes, Konohamaru, eres tan hábil como tus padres pero posees esa misma perseverancia que yo demostré alguna vez — el muchacho asentía tratando de que sus labios no temblaran y no lo vieran llorar porque su prima comenzaría a burlarse, ella era muy ruda, resultado de estar siempre cerca de personas como Kiba o Anko.

—Y tu Mirai, jamás creí que tendría la misma bendición que mis maestros que es la de haber tenido una nieta pero la tengo y pude conocerte, eres bella, fuerte yhabrás escuchado muchas veces que tu padre estaría orgulloso, yo en cambio puedo decirte que lo está, posees la voluntad de fuego, tienes una vitalidad incomparable y sé que estás destinada a gandes cosas— Konohamaru no se resistió y comenzó a llorar y a limpiarse los mocos, se giró para ver a su abuelo y para su asombro vio que tanto como él y Mirai lloraban abrazados.

— ¿Por qué me dejan a un lado? —Se quejó al momento en el que extendía sus brazos para abrazarlos. — ¿Podemos ir a comer ramen?


Se prometieron no tomar tanto, sabían que sin Shizune, sin Tobirama o Takeda quien era el padre de Tsunade, no estaban por lo que ellos no podrían ayudarlos si se metían en problemas, no se tambaleaban ni reían más de lo usual pero su voz se notaba algo pastosa.

— ¿Podrás recordar todo esto mañana? —Dijo acariciando el cabello de su nieta y ésta resopló.

—Claro que sí, no me dejaste tomar tanto.

Caminaron sin rumbo hasta llegar sin querer al monumento de los Hokages, ambos lo observaron, pensando en muchas cosas, ambos podían sentír como la nostalgia los invadía, los buenos y los malos recuerdos.

—Nunca quise una familia, no otra que no fueras tú, la abuela, Nawaki… cuando los perdí supe que no quería nada de eso y después conocí a Dan yo... creí que podría, él cumpliría su sueño, ambos lo haríamos, no creí que quedaría tan destrozada hasta que el tonto de Jiraya— Tsunade limpió sus lágrimas mirando al suelo, dejando de mover sus piernas, se sentía extraña hablando de familia con una apariencia de 13 años pero al mismo tiempo se sentía libre, libre de poder llorar sobre eso junto a su abuelo. —Nawaki sólo era un niño, incluso Orochimaru estaba atónito, Sakura… esa mocosa, jamás creí que encontraría a alguien tan parecida a mí, me siento abuela sin serlo realmente ¿y sabes que es lo gracioso? Ella está casada con Uchiha Sasuke así que se podría decir que soy la nieta de una Uchiha—Tsunade rió mientras se tallaba los ojos con su antebrazo, miró a su abuelo y vio que él no hacía nada para limpiar esas lágrimas o esos mocos.

—Entonces soy el bisabuelo de una Uchiha, por fin estamos en paz, Tsuna saliste a tu modo con esas heridas—Hashirama gimoteaba acercándose a su nieta y abrazándola —Pero ninguna de esas pérdidas fueron tu culpa y ellos están felices que tu fueras de sus vidas y que hubieras cumplidos sus sueños, Nawaki… pude verlo, después de la guerra y él, él estaba tan feliz.

No dijeron más, no podían decir más debido a las lágrimas además del miedo, la muerte era dura, incluso para Hashirama quien se había dado cuenta que muchos al igual que él, habían estado en la nada pero después del Edo Tensei habían podido reunirse con sus seres queridos, pudo ver a Itama, Kawarama, Mito, Nawaki y conoció a Dan. Lloraron durante varios minutos.

—Somos un par de ancianos llorando, jamás me sentí más tonta, abuelo. — Hashirama hizo un puchero y abrazó a su nieta y ésta lo miró unos minutos, cerró sus ojos concentrando su chakra pareciendo una niña de 5 años, su abuelo aguantó las ganas de llorar, aun más, cargó a su nieta

—Es hora de volver, pequeña princesa.


—Es todo un paraíso— dijo al momento de encontrarse rodeada de árboles y al ver un ciervo se quedó quieta.

—No te harán nada— Dijo Shikadai mientras miraba a su alrededor, habían tardado en dar el paseo porque su mamá entretuvo a su abuela pero ella dijo que ya tendría tiempo con ellos, se sentaron en un claro y ella tocaba el césped con una cara de total felicidad

— ¿Has ido a Suna, Shikadai? — El muchacho asintió mientras se acostaba y apoyaba su cabeza en el regazo de su abuela.

—Me gusta el clima, no me molesta como a papá aunque siento que es algo vacío.

—Lo es pero al mismo tiempo eso le da una calma, aunque no lo creas Suna está dentro de ti, eres un príncipe de la arena. —Acarició su cabello y el niño desvió la mirada, podía hacer eso pero no podría disminuir el sonrojo en sus mejillas, su abuela era… no entendía por qué lo hacía sonrojar mucho. —Te pareces mucho a tu madre cuando te sonrojas, no es necesario pasar tanto tiempo para darme cuenta que eres demasiado inteligente, como tu mamá y tu papá y me encanta esa forma de ser tuya eres muy relajado, algo que hizo falta cuando yo no estuve para mis hijos.

Shikadai se incorporó viendo a su abuela y tocó su hombro y ella sonrió, acarició su mejilla y se acercó para dejar un beso en su frente —Muchas gracias, Shikadai.

Quiso decir algo como "No es nada abuela "pero su boca no se abría, sentía sus mejillas arder, su abuela lo volvió a abrazar y ella comenzó a tararear una canción para después cantarla, Shikadai estaba atento hasta que llegó a una parte que él mismo entonó, al terminarla el niño tenía un nudo en la garganta.

—Sólo sabía una parte de ella, mamá me la cantó un par de veces.

—Creo que es hora de volver, está a nada de que el sol se oculte.


—Estamos en casa y trajimos la cena

Kurenai los recibió, parecía aliviada y Mirai supo que acababa de volver de estar con Anko.

—Perfecto

Se sentaron en la mesa, charlando de todo y de nada, de su paseo por la aldea, Kurenai hablando de qué había sido de los demás ninjas de su generación, Hiruzen escuchaba atento, Konoamaru habló de su equipo, hablo de las misiones, al terminar la cena, Kurenai les dio las buenas noches a todos, abrazó a Hiruzen —Gracias

—Le daré tus saludos— Kurenai le sonrió y fue a su habitación, Mirai miraba a su primo y a su abuelo de manera alternaatva.

—Podemos dormir aquí si…

Se sentaron en el sillón, siguieron contándose nimiedades, sus dos nietos estaban a punto de caer dormidos pero se negaban, no querían.

—Ha sido un gran día pero al despertar siempre estaré con ustedes aunque no me puedan ver.

Y la sonrisa de ambos fue lo último que vio el tercer hokage.


—Tsunade-Sama!

Shizune se acercó al primer hokage quien llevaba a una niña en brazos, no le costó nada saber que era su maestra.

—Ella está bien, se durmió hace 20 minutos, supongo que volverá a la normalidad pronto, siento mucho habernos desaparecido yo no tengo nada contra ti.

Shizune negó con la cabeza—No se preocupe, no es la primera vez que Tsunade-sama me hace esto.

Caminaron tranquilamente, hablaban de la aldea y de Tsunade, hasta que se toparon con Hana Inuzuka.

—Shizune, que lindo novio. —Tanto el Senju como Shizune se sonrojaron y comenzaron a negarlo pero de nada servía, la muchaha estaba muy lejos.

—Lo siento, es que…

—No, no digas nada, está bien, eh… bueno, ya casi llegamos.

"Tsunade-Sama hubiera golpeado a Hana"

"Espero y Mito no esté viendo, me matará si es que eso es posible"

Llegaron a la casa de ambas, Shizune se ofreció a preparar algo, Hashirama agradeció pero dijo que estaba lleno, ella asintió, también había comido y ahora sólo necesitaba descansar, Hashirama acostó a su nieta y él se acostó a su lado, la observó dormir, estaba cansado, besó la frente de su princesa.

—Te quiero abuelo.

El hombre sonrió y cerró sus ojos.


Llegaron a la casa al cabo de unas horas, la cena transcurrió tranquila, Temari se enternecía de sobre manera por la forma en la que Gaara no quería separarse de su madre, ni ella de él.

Por debajo de la mesa ella tomó la mano de su esposo, él la miró sorprendido pero no alejó su mano, se acercó para dejar un beso en su mejilla, hecho que no pasó desapercibido por nadie pero no quisieron decir nada.

Terminada la cena ninguno quería irse a dormir pero debían de hacerlo, Gaara y Kankurovolvían a Suna y Shikamaru había ido sólo unas cuantas horas al trabajo.

Karura salió al patió y encontró allí a su hija, se sentó a su lado y la abrazó.

—Gracias por haber cuidado de ellos

El labio inferior de Temari tembló, respiró hondo —No siempre estuve así

—Y lo puedo entender pero aun así, no dejaste de preocuparte, no dejaste de ver por ellos y al ver a Shikadai… Estoy feliz con tu felicidad, Temari, eres una gran madre.

Ambas se abrazaron sin darse cuenta que Kankuro, Gaara y Shikadai se acercaron, Karura besó la frente de todos ellos.

—No te vayas mamá— dijo Kankuro con voz entrecortada, todo el día se había vuelto tan blando pero poco le importaba.

—Nunca me he ido—tomó la mano de Gaara y la de su nieto y comenzó a cantar la misma canción de cuna, tanto Temari como Kankuro la reconocieron al instante, Gaara por su parte, tenía un gran nudo en la garganta.

Shikadai se despidió de ellos.

—Te quiero abuela—ella lo abrazó y le deseó buenas noches, Kankuro no podía con el cansancio y se fue a dormir, Temari y Gaara no querían separarse.

—Nos volveremos a encontrar, espero y no pronto pero lo haremos— dijo con tono enigmático y Temari se despidió de su madre, Shikamaru estaba esperándola.

—Shikamaru— volteó ante el llamado de Karura —Gracias, hijo— el hombre asintió y se despidió con una sonrisa.

—Debes dormir, Gaara— el pelirrojo la miraba, sólo hacía eso.

—Iré contigo— aún no estaba convencido pero lo hizo, al levantarse Karura lo abrazó con fuerza.

—Te amo y siempre lo haré, siempre estaré para ti mi pequeño niño— Karura besó a Gaara justo dónde estaba el tatuaje de éste, el pelirrojo cerró los ojos dejando que esa calidez lo invadiera, cuando abrió los ojos ella ya no estaba pero tenía razón, ella seguía en él.