Nota: Todos los personajes de Rurouni Kenshin, incluyendo al sexy y perfecto Aoshi Shinomori y la tierna Misao, son propiedad del genial y talentoso Nobuhiro Watsuki. Esta historia tiene como principal, y único, objetivo la de entretenerlas, entretenerme y perder el tiempo.
Advertencia: Este FanFic es lemon, tiene un alto contenido en descripciones sexuales gráficas. Así que no es recomendable para todo el público.
Sin Escapatoria
Uno
Ya casi estaba anocheciendo. Y ni rastro de ella. ¿Dónde podría estar a una hora como aquella? Y peor aun… ¿Con el tonto de Seta? Un joven de veintiséis años de ojos azules miraba atentamente hacia la puerta del restaurante.
No debió permitir que ella se fuera con él. No debió siquiera darle hospedaje a ese… A ese… Aoshi cerró el puño fuertemente mientras imágenes de Misao y Soujiro paseando por Kyoto como si fueran novios invadían su miente.
"No debías preocuparte tanto por ella. Misao ya es una mujer y sabe cuidarse perfectamente de si misma." Okina hizo una pausa antes de volver a hablar. "Además ella esta con Soujiro-san."
Si fuera otra situación, Okina no hubiera dudado en reír al ver como el ex okashira fruncía el entrecejo levemente ante lo que acaba de escuchar.
"Humf…"
"Tampoco tienes porque ponerte celoso de Soujiro-san. Dudo mucho que él intente hacerle alguna cosa…"
"¡No estoy celoso! ¡Y mucho menos de Seta!"
"Claro… Lo que tu digas…" Dijo Okina con una maliciosa sonrisa en el rostro. Tarde o temprano él perdería el control sobre si mismo y hay ya no había marcha atrás. Cuando ese momento llegase iba a disfrutar muchísimo de la cara que él pondrá. Oh si iba.
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Sonrió enormemente al verla. No podía negarlo, estaba enloquecido con aquella chica. Adoraba estar con ella, escuchar sus quejas y maravillarse con su alegría. Su belleza no tenía comparación, le encantaba, en verdad le encantaba. Cada centímetro de ella era perfección, su carácter la hacía especial, y eso lo traía como loco desquiciado.
Era la única chica que hacia que le hacia sentir como si en verdad fuese alguien especial y importante. No podía creer que a pesar de conocerla durante años, aún se pusiera nervioso al verla, en realidad era la una chica que lo hacía sentir así. Pero desde que había dado hospedado a Soujiro Seta en su hogar que ella ya no estaba junto a él como antes. ¿Había echo algo malo para que ella lo ignorarse de aquella manera?
Envió aquellos pensamientos lejos de si, e intento acerca se a ella.
Dio pasos lentos y se colocó tras de ella.
"Hola…" Le susurró al oído en un tono bastante sensual.
Ella sintió un escalofrío en toda su espalda y volteó a ver quien era la persona que había irrumpido su poca tranquilidad, aunque ya sabía quien era la persona en realidad…
"¿Qué hace aquí, Aoshi-san?"
"Pues…" Comenzó. "Vine a verte, ¿es que acaso hay otro motivo?" Ella sólo contestó con un bufido de desesperación. "Vamos, no te molestes, gatita."
"¿Qué es lo que quiere, Aoshi-san?" Comenzó a caminar en dirección a su habitación, dejándolo atrás.
"Ya te dije…" Contestó siguiéndola. "A ti."
Ella giró los ojos.
"¿No tiene otra cosa más importante que hacer, Aoshi-san? No sé, como meditar."
"Pero si tú eres lo más importante." Él sólo sonrió con dulzura que muy pocas veces demostraba. "Acaso te molesta mi presencia."
Un corto silencio se apoderó del lugar. Durante se ese lapso, el pelinegro no podía dejar de verla y de sentir aquella desesperación por besarla. Y necesitaba hacerlo ahora, porque ya no soportaba más, así que una idea algo traviesa surcó por su mente.
Trato de visualizar si estaban realmente solos como él lo creía y se volvió hacia ella.
"¿Por qué no me preparas un te y platicamos un poco?"
"Tengo prisa, Aoshi-san." Contestó cortante.
"Por favor, solo será un rato."
Sus ojos se volvieron de lo más tierno, y Misao no tuvo más remedio que aceptar la petición de aquel sensual pelinegro al que siempre había amado y amara hasta el día de su muerte.
Después de un rato, Misao regreso hasta donde se encontraba Aoshi sentado y le puso el te en el pequeño vaso.
"¿Y de que quería hablar, Aoshi-san?" Se sentó en su frente y cruzó los brazos.
"Pues quería preguntarte algo." Puso el vaso vació sobre la diminuta mesa y la miró a sus penetrantes ojos azules. Ella alzó una ceja algo confundida. "¿Por qué nunca me llamas por mi nombre sin el honorífico?"
Misao sonrió intentando ocultar sus mejillas rojas como el cabello de Himura.
"Yo…"
Él rió sonoramente, estar con ella era de lo más mágico del mundo.
"Vamos." La alentó. "Di aunque sea una vez mi nombre, sino lo haces yo…"
"¿Tú qué?" Preguntó algo molesta. No le gustaba para nada la forma en como Aoshi s venia comportando en los últimos días. Era demasiado cariñoso, atento… Y sentía insegura, ya que nunca podría prever lo que Aoshi Shinomori iba hacer.
"Tendré que obligarte a decirlo, aunque me cueste trabajo."
"Mire tengo cosas que hacer…" Pero sus palabras fueron interrumpidas cuando sintió la escasa distancia que ahora había entre ellos dos.
Se había tomado el descaró de ir rápidamente hasta el lado de la mesa donde ella se encontraba, encerrando así la poca distancia que había entre ellos. Podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo, el latir desesperado de su corazón y su cálida respiración combinándose con la suya.
"Si no dices mi nombre sin el honorífico, me veré obligado acortar más la distancia entre nosotros." La malicia que había en su voz pareció haber excitado a Misao, como nunca antes en su vida.
Y lo peor de todo es que Aoshi se dio cuenta del estado en el que se encontraba su protegida.
"Es… ¿una amenaza?" Lo miró con el ceño fruncido. ¿Por qué actuaba así? Hasta poco más de una semana ni siquiera se fijaba en ella y ahora era tan… sexy y atrevido.
"No sé." La miro como si no entendiera lo que había dijo. "Tómalo como quieras, mi koneko-chan."
"Esto no debería de pasar… Yo no…"
"Parece que no entiendes…" Ahora sus cuerpos estaban mucho más juntos. Los labios del atractivo pelinegro casi junto de los suyos, dejando a la chica nerviosa. "Cada vez que no me llames por mi nombre, tendré que hacer algo."
"Por favor, deténgase."
Trató de empujarlo para poder separarse de aquel embriagante hombre, pero lamentablemente él era mucho más fuerte que ella. Y sentirlo tan cerca suyo, la estaba dejando cada vez más nerviosa.
"Solo di mi nombre sin el honorífico y me iré."
"No."
"Tendrás que decirlo, te guste o no. " Se callo un rato divertido por el nerviosismo de ella, antes de seguir hablando. "Porque sino lo haces, tomare medidas drásticas."
Al no recibir ningún tipo de respuesta por parte de ella. Aoshi se proponía entonces hacer lo que su mente (y corazón) le dictaban desde hace algún tiempo.
Besarla.
Aoshi sonrió. Cuando sus labios ya estaban por tocar los suyos, su instinto detecto una tercera presencia en el pasillo. Y no necesito girarse para saber de quien se trataba.
El pelinegro se alejó lentamente mientras sus ojos poco a poco se iban a quedar fríos y distantes.
"Al fin os encuentro. Necesito hablar con ambos sobre algo muy importante." Soujiro Seta se callo de repente, al ver el estado agitado de Misao. "¿He interrumpido algo?"
Aoshi se vio obligado a cerrar el puño con fuerza y a morder su lengua, para no decir una palabrota no muy bonita.
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Después de un buen baño de agua caliente, Misao terminó de vestir la yukata y se preparaba para dormir. Había sido un día bastante agitado. Primero había tenido que liar con el lado sexy, atrevido, cariñoso de Aoshi Shinomori y después decepcionarse cuando Soujiro le pidió la mano de Misao.
¿Por qué en un momento la besaba y la trataba como a una princesa y al otro como si no fuera más que basura para él?
Estaba tan raro últimamente, que le era bastante difícil convivir con aquel nuevo Aoshi Shinomori.
Cuando ya estaba por acostarse en el futón una voz sensual y muy varonil sonó en la oscura habitación.
"¿Qué es lo que quieres de mi?" Los ojos verdes de Misao se dirigieran mecánicamente para el rincón más oscuro de la habitación, donde se hallaba Aoshi. "Me dijiste tantas veces que me amabas y cuando estoy dispuesto a darte una oportunidad te entregas al primer tonto que parece."
Misao parpadeo confusa. Aoshi parecía realmente enfadado con ella.
"Yo no dije que había aceptado en momento alguno."
"Eso es lo que tu dices, pero no es lo que paso hace rato."
En aquel momento, Misao estaba enojada, Aoshi se dio cuenta de ello. ¡Pero quién tenía el derecho de estar molesto era él!
Misao sintió ganas de llorar. Aoshi estaba hermoso allí oculto entre las sombras y mirándola como si fuera realmente suya. Misao sintió ganas de abrazarlo y besarlo hasta que ambos quedasen sin aliento.
Pero no podía hacer eso. Ahora no era que todo entre ello se había reducido a cero, no podría darse al lujo de perder a su corazón también.
"¿Puedes perdonarme?" La pregunta de él la sorprendía y Misao quedo muda.
"¿Perdonar?" Ella balbuceo.
"Por haber comportado como un tonto."
¡Dios, como lo amaba! Supo que no podaría quedar sin él desde la primera vez cuando aun era una niña pequeña e inocente. Y lo que nutria por él era tan fuerte que a veces le desgarraba el corazón.
"Deja de mirarme así…"
"¿Cómo?" Que fue lo que el quiso decir con aquello. "No entendí, Ao-kun…"
"¿No entiendes? Me miras como si no soportases la necesidad de amarme y aun me llamas de Ao-kun? ¿Estas loca? ¿Quieres que me olvide de las reglas de caballerosidad y te lleve ahora mismo para la cama?" El la miro con la mirada ardiendo en deseo.
Las mejillas de Misao se encendieron súbitamente y trato de ocultarse en su futón. Aoshi camino hasta ella y se detuvo a escasos milímetros de cuerpo femenino.
"Aun no me haz respondido… ¿Quieres hacer el amor conmigo?"
"Si…" Dijo ella sin pensarlo siquiera un segundo.
Cuando se dio cuenta de la palabra que había dijo ya era demasiado tarde. Él ya estaba junto de ella. Besándola has dejarla sin aire. Cuando Misao pensó en protestar Aoshi callo sus labios con un beso calido y totalmente sofocador. Era más que una mujer enamorada podría soportar.
Intentado negar lo que estaba sintiendo, Misao trato de apartase de él, pero los fuertes brazos de Aoshi la agarraban, presionando aquel cuerpo contra el suyo.
La boca de Aoshi deslizo, exploro la curva del cuello y cuando llego a los senos, ella suspiro. Aquella sensación provocadora de la boca caliente la hico arquear el cuerpo, frotando sus caderas contra las de él, casi agonizando por la pasión. Ella estaba tan entregada a sus caricias que no se dio cuenta cuando él la acostó en la cama, no sin antes quitarle ferozmente la yukata.
"Aoshi … Detente…" Ella suplico.
"Se que quieres esto tanto como yo…" Él susurro con la boca colada al pezón enrojecido de su seno.
Misao sintió como su cuerpo respondía a todo lo que Aoshi le hiciese. Misao se sintió abandonar cuando él se levanto para quitar sus propias ropas. Ella quería tanto aquello...
Quería desesperadamente.
Acostada, completamente esclavizada al deseo de Aoshi, sintió su feminidad doler de excitación y cerro los ojos.
Aoshi se acostó sobre ella.
"¡Abre los ojos!" Él ordeno. "Quiero que veas que soy yo quien esta haciendo el amor contigo..."
"Hablas como si otro tuviese esa libertad..." Ella gimió.
"No, cariño." Aoshi hablo más con rabia que con cariño. "Tu eres solo mía y de nadie más."
Entonces las rodillas de él entreabrieran las piernas de ella. Ella sintió como el miembro caliente suplicaba por entrar en su cuerpo, pero para su sorpresa fue los dedos de él, fuertes y firmes, que deslizaran por sus labios íntimos y húmedos.
"Ahh… Aoshi…" Ella grito.
Aoshi sonrió para ella, satisfecho en ver como la domaba. Después deslizo su miembro con urgencia para la humedad de su centro femenino.
Aoshi se estaba perdiendo dentro de aquella mujer, que lo hacia sentir mas vivo que nunca, su auto control amenazaba con destruirse. Él avanzaba y retrocedía para dentro de ella en movimiento lentos.
Aquello la mareaba.
"Quiero mas…" Ella susurro en sus oídos.
Aoshi se sintió desfallecer. La suplica de ella aumento su deseo y la danza sensual de los cuerpos se fue tornando cada vez mas frenética en medio a espasmos, y gemido ellos llegaran al éxtasis.
"Aoshi…"
Ella temblaba bajo suyo y Aoshi no resistió y beso sus labios. Cuando ya casi estaba pos llegar al clímax, Misao araño dolorosamente la espalda de Aoshi mientras lo sentía enterrar su cabeza en el valle de sus senos y su cabello hacer contacto con su piel.
"Mía… Únicamente mía…"
Y planto su semilla en lo más profundo de aquel cuerpo al que acaba de poseer.
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Notas de la autora: Este es mi primer Fan Fic que hice de Aoshi & Misao, por lo que ya esta terminado. Y también el primer lemon que hago de ellos. :oops:
Espero que les haya gustado. Cualquier comentario sobre el fic será muy bien recibido por mi.
¡Hasta el próximo capítulo!
PD: He tenido que editar el capítulo porque no permite que pongamos letras de canciones.
