Otro año ha pasado desde la última cosecha, el bosque esta tranquilo, es nuestra despedida como cada años desde que cumplí los doce, otro año más que me sentiré angustiado por ella aunque eso nadie lo sepa, ni mi mejor amigo y compañero de caza, Gale, ni mi casi hermana Delly; sin embargo hoy es el día y tengo que dejar suficientes víveres para mi madre y mi hermana, porque puede que este año sea elegido en la cosecha aunque se que Gale no las dejará desamparadas, lo hemos pactado, en caso que alguno de los dos salga sorteado, el vería por mi familia y yo por la de él. Aunque sé que por lo menos pan nunca faltará ya que como desde hace cuatro años, el panadero del distrito 12 deja un par de ricos y nutrientes panes en la puerta de entrada y yo a cambio todos los días le entrego una ardilla y eso hace que nuevamente piense en ella, en sus ojos grises, en su cabello castaño, y finalmente otra vez en ese hecho por el cual llegué al trato con el Panadero y por la que se que nunca intercambiaré una palabra con ella.
Un suspiro sale desde el fondo de mi pecho y recuerdo cómo fue que mi padre y el de Gale murieron en una explosión en la mina, aunque Gale es dos años mayor que yo, ninguno de los dos teníamos edad suficiente para comenzar a trabajar en las minas, la madre de Gale estaba embarazada por lo cual trabajar en las minas no era una opción, por otra parte mi madre era sanadora pero al morir papa su corazón se rompió en mil pedazos y su mente se fue de gira por un lugar obscuro del que no la pude sacar hasta tiempo después; debido a esta situación poco a poco se fueron consumiendo los pocos recursos con los que contábamos y yo con casi doce años me quedé como hombre de la casa y tenía que ver por el sustento de mi pequeña hermana Prim y de mi madre, llevábamos ya casi una semana sin comer apenas, los últimos tres días solo habíamos tomado te de menta y el precario estado de Prim me decía que no aguantaría dos semanas más, fecha en que cumpliría los doce y podría por fin firmar por una tesela a cambio de que mi nombre saliera mas veces en la cosecha de cómo me correspondía, estaba desesperado, tenía que hacer algo así que reuní el valor suficiente como para ir a mendigar un mendrugo de pan para Prim a la panadería.
Cada paso que daba a la zona de comercios me sentía más débil, no es que el trecho que tenía que caminar desde la Veta hasta la panadería fuera muy largo, solo que con afán de que Prim y mi madre pudieran comer más yo llevaba más días sin comer, para mi mala suerte el día presagiaba una gran tormenta que comenzó por mojarme poco a poco hasta que terminó calándome hasta los huesos, ya me encontraba cerca de la panadería sin embargo no me sentía capaz de dar un paso más por lo que me desplomé debajo de un manzano, creo que era un buen lugar para morir al fin y al cabo por lo menos Prim no me vería morir ni yo a ella.
La lluvia caía y caía interminablemente sobre mi cuerpo fue entonces que me sentí a alguien cerca, abrí un poco los ojos y ví un par de ojos grises preocupados por mí, solo fue un segundo, volví a cerrar los ojos y escuché solo un grito pidiendo ayuda a un padre, después caí en la inconsciencia.
No se cuanto tiempo llevaba durmiendo pero me sentía mejor, soñaba con mi Padre en como cantaba y los sinsajos callaban hasta que el terminaba de cantar y repetían la melodía entonada por su cadenciosa voz, era triste no escucharlo mas pero escuché otra voz, una voz infantil cantando cerca de mi la canción del valle, …las margaritas de cuidan y te dan amor, tus sueños son dulces y se harán realidad, y mi amor por ti perdurará… que lida voz, quizá sea un ángel, posiblemente si morí y me permití abrir un poco nuevamente los ojos para encontrarme otra vez con ese par de ojos grises, se que sonreí pero el sueño se apodero nuevamente de mí y me perdí en el mar tranquilo de un sueño sin pesadillas, no sin antes percibir un delicioso olor a canela.
Para cuando volví a abrir los ojos me encontré en mi cama y francamente no sabía cómo había llegado ahí, tenía un fuerte dolor de cabeza y una compresa fría en la misma lo cual me indicaba que había tenido fiebre y que posiblemente eso me hizo delirar con un par de ojos grises, fue entonces que reparé en la presencia de mama junto a la cama, dormida en una silla, me sorprendió verla ahí, desde la muerte de papá solo se levantaba para lo mínimo indispensable, creo que su sueño era ligero porque de repente abrió los ojos y me dio un fuerte abrazo, oh se sentía tan bien a pesar de la debilidad, nos separamos un poco y le pregunté qué había pasado.
-El día que saliste Prim estuvo llorando por horas porque no regresabas así que me percaté que desde hacia tiempo te habías marchado y no habías regresado, pensé que estarías resguardándote esperando a que pasara la tormenta sin embargo llegó la noche y tu seguías sin aparecer, no me sentía segura de dejar sola a Prim para salir a buscarte y tampoco podía salir con ella a buscarte ya que con el clima seguro podía enfermarse así que estaba pensando en las alterativas que tenía cuando llegó el Sr. Everdeen, el Panadero y me contó que su hija te había encontrado abajo del manzano, ellos te llevaron a su casa, y te cuidarían hasta el día siguiente mientras amainaba la tormenta y podían traerte para acá. Ahora hijo come un poco-dijo ella ofreciéndome un poco de Pan- ellos lo trajeron para ti.
Así que no fue un sueño-pensé- en verdad esos ojos grises existen y me estuvieron cuidando-no pude evitar sonrojarme, aunque mi madre seguro pensó que era por la fiebre-y la canción del valle también salió de ella. Me senté sobre la cama y mi atención se centró en la pequeña mesa junto a mi cama en la que había un pequeño vaso con agua y dentro un diente de león, fue ella-dijo mi madre- lo dejó aquí para ti.
Se quien es ella, la ve visto muchas veces, siempre está rodeada de muchos amigos y amigas, no pensé que ella supiera quién soy, eso me desconcierta pero bueno supongo que si hemos estado juntos desde el jardín de infantes en algún momento pudo haber reparado en mi presencia, por mi parte los únicos amigos que tengo son Delly y Gale, y mi única preocupación Prim por lo cual no presto atención a nadie más, pero esa chica, tomándose tantas molestias, no se me hace sentir un poco incómodo.
Bueno basta de recuerdos, debo de dejar de pensar en ella y apresurarme con las presas, pero, ahí está de nuevo esa sensación de ser observado desde las sombras, seguro es Gale y una de sus tontas bromas, vamos, pienso, no estamos como para juegos el día de hoy así que grito fuerte, ¡GALE, DEJA DE MOLESTAR Y MUEVE TU TRASERO QUE TENEMOS TRABAJO POR HACER! Solo escucho un suave murmullo, casi como una brisa y luego, si, las tontas carcajadas de Gale.
¡Vamos Peet que te estás volviendo un amargado con los años¡
Bueno quizá tenga razón porque me siento como alguien más viejo que solo un adolescente, en contestación solo digo:
-¡Me adelantaré al quemador y tú te quedas poniendo más trampas para mañana ¡!Nos vemos donde el panadero!-
Y corrí, corrí una última vez por mi amado bosque, despidiéndome de él porque tenía 56 posibilidades de salir el día de hoy sorteado así que las posibilidades francamente no estaban de mi parte.
