Disclaimer: Todos los derechos reservados a J.K Rowling por Harry Potter, Masashi Kishimoto por Naruto y a Russell Mulcahy por la trama de Highlander que tiene parte de este pequeño Oneshot.
Su corazón estaba extasiado, jamás había visto en su vida tal despliegue de poder, ni siquiera Dumbludore o algún mago famoso, no desde Merlin, los había visto atravesarse con sus armas, sucumbir a tan poderosos ataques que seguro los habrían matados al instante, pero no, ahí estaban luchando.
Las armas metálicas resonaban en aquel oscuro bosque quien era azotado por una tormenta elemental de grandes proporciones, agua, tierra, fuego, viento y rayo hacían presencia. Uno de ellos parecía tener un cetro dorado y un enorme diamante en su punta, como defensa utilizaba un escudo circular con el cual rebotaba los ataques, vestía extrañamente una armadura ligera de metal y cuero que cubría solo sus piernas hasta las rodillas, torso y antebrazos, solo cubriéndose con una enorme túnica.
El otro sujeto solamente tenía ropa ligera, lo que parecía una camiseta de mallas, junto a unos pantalones bombachos, calzando unas tabis, en su mano solo una espada, una katana, era de cabellos negros a coletas.
Pudo contemplar como el individuo de armadura era atravesado por el otro por lo que parecía un haz de energía eléctrica, pero fue repelido por una ráfaga de viento que lo impulso hacia unos metros.
– ¿Listo para morir? – Logro escuchar por parte de quien fue atravesado.
– Peleas bien, lo admito – Encogió los hombros el otro, pero repentinamente abrió sus ojos– ¡Mangekyo Sharingan!
Su oponente no se esperaba eso, su cuerpo se sentía totalmente paralizado, como si lo hubiesen atado con fuertes cadenas. Lo siguiente que había deslumbrado era como aquel individuo se había paralizado y de solo un parpadeo, el otro lo había decapitado y envainado su katana en el acto. Lo siguiente que vio fue como el cielo se ennegrecía mas de la cuenta y comenzaba a relampaguear, pudo ver como el poder de aquel muerto era traspasado hacia su ejecutor.
Su cuerpo temblaba de miedo, temblaba de emoción, lo quería, quería ese poder, una sonrisa maléfica se formo en sus labios, sus dientes blancos brillantes y como parte de su saliva salía a flote, como si tuviese un orgasmo, haría lo que fuese por tener ese poder.
Lo que nadie sabía era que desde ese momento a Tom Ryddle le había nacido la idea crear los Horrocruxe
