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EL PARADIGMA DEL VIDEO DE LA DOBLE DEBACLE
Antes que nada este es el primer fanfic que publico, por lo cual sepan disculpar cualquier error que pueda cometer. Esto es principalmente producto de una descarga que necesitaba liberar de mí, en otras palabras, estoy haciendo catarsis. He sido gran fan de la serie en las primeras tres temporadas (sobre todo las primeras dos) y sólo por eso me mantuve fiel a las siguientes dos aunque haya apreciado que la calidad bajó notoriamente. Como sea, esta última temporada va más allá de lo que puedo soportar. No quiero ofender a nadie que aún esté enamorado de TBBT o que crea que lo de ahora es mejor que lo de antes. Es mi opinión, y no tiene que ver con la idea de que apoye el shenny (aunque creo que era lo mejor de la serie y me escandaliza que ya no haya interacción entre ellos), siempre tuve en claro que la idea romántica del S/P nunca estuvo en la idea de los guionistas. Pero no puedo tolerar al desastre atómico que es el Lenny (siempre lo fue) y últimamente el Shamy. Así que si alguien no está de acuerdo con esto, simplemente no lea este ff. Siento que los personajes no sólo no están progresando sino que los están matando día a día. Y por lo menos en mi cabeza, quería salvarlos. Perdón por la digresión, espero no aburrir a nadie, pero me parecía necesaria. Ahora sí, el primer capítulo...
The Big Bang Theory y sus personajes pertenece a sus autores y no a mí.
Capitulo 1
"¡De acuerdo, ya es suficiente!", chilló Sheldon para sí mismo luego de un suspiro exasperado. Esto ya había cruzado largamente el umbral de tolerancia que él estaba dispuesto a soportar. A pesar de lo que dijeran los demás, él se consideraba una persona bastante flexible y permeable a adecuarse (de mala gana, por supuesto) a los más irritables cambios que afectaban su rutina. Especialmente en los últimos meses.
Sin ir más lejos, el último jueves había accedido estoicamente a una aberrante alteración a la tradición establecida hace tiempo para la vivencia en su apartamento, que apenas unos años atrás, hubiera sido inaceptable. El grupo había decidido modificar su pedido habitual de pizza napolitana con queso mozarela (excepto para la porción de Leonard) por una provenzal. Y todo esto sin más que un pequeño berrinche de su parte (claro que en visión de los demás Sheldon había armado un verdadero escándalo… Ahhh qué exagerados podían ser en ocasiones…). Cómo es que ninguno de sus amigos parecía apreciar sus encomiables esfuerzos para sobrellevar las odiosas disrupciones a su vida estaba completamente fuera de su comprensión.
Y si algo podía demostrar esos esfuerzos, era su ingreso voluntario a un paradigma de relación de novio/a que nunca había perseguido o creído necesario para su vida. Cuando Sheldon conoció a Amy quedó un tanto impresionado por su inteligencia, lógicamente, era refrescante poder compartir tiempo con alguien que aportara una visión valiosa para su trabajo o que significara un relativo desafío intelectual para él (aunque fuera sólo en unos pocos tópicos).
Por ello - y porque además le servía para evadir las conversaciones cada vez más desagradables de su grupo de amigos que sólo parecían girar circularmente en torno a un solo tema: el coito-, Sheldon se había encontrado con la necesidad de incrementar los lapsos de tiempo que pasaba junto Amy. Y así es como todo terminaría con la confección de un contrato de noviazgo entre ambos, pero siempre con la seguridad de que una práctica tan deleznable como la de las relaciones sexuales, nunca llegara a tener lugar.
Al principio Sheldon pensó que Amy estaba de acuerdo en este punto, hasta que con el tiempo ella empezó a ceder más y más a sus básicas urgencias carnales, arrastrándose patéticamente hacia cualquier gesto de afecto o contacto físico que su novio le pudiera ofrecer. Sheldon culpaba de esto al resto del grupo, era cuestión de tiempo que sus sucios pensamientos vulneraran la débil conciencia de Amy. Especialmente, sospechaba de su desconcertante acercamiento con Penny. Penny, siempre Penny.
No es que él nunca hubiera sentido atracción hacia una mujer. Muy a su pesar, seguía siendo un hombre y de tanto en tanto su libido (sí, Sheldon tiene una libido) buscaba liberación. Afortunadamente la práctica de Kolinahr se había revelado como un método bastante efectivo para reprimirla aunque a veces (sólo unas pocas veces) no había sido suficiente. De cualquier forma Sheldon, como el homo novus que pretendía ser, debía estar más allá de esos instintos, sus objetivos no podían ser tan elementales como contentarse con la satisfacción de necesidades básicas en la pirámide de Maslow. No, él debía aspirar a la cima de su rama profesional, al Premio Nobel.
Al principio los vanos intentos de Amy para seducir a Sheldon podían ser considerados como juegos más infantiles que los que realiza un adolescente que recién ingresa a la pubertad para robarle un beso a la chica que le gusta. Pero con el tiempo éstos se habían incrementado, empeorado, volviéndose más y más manipuladores. Usando la lógica Sheldon debió prever que finalmente las cosas llegarían hasta este punto. Quizás tendría que haberlo detenido mucho antes.
Prohibir a su pareja realizar las actividades que le gustan, llenar su oficina con su esencia femenina distrayéndolo de su trabajo, enseñar sus partes íntimas contra la voluntad del otro, o fingir estar enferma para lograr un poco de contacto físico, no contribuyen a forjar una relación saludable. Incluso Sheldon puede darse cuenta de que esos actos manipulativos no son arrastrados por un sentimiento de amor (aunque ese concepto sigue sin dejar de confundirlo) sino por lisa y llanamente, lujuria.
Aún así, nada lo había preparado para esto. Luego de decirle a Alex y Raj que sus trabajos ya estaban cumplidos y que podían marcharse hacia sus hogares, Sheldon se encontraba solo en su oficina a minutos del cierre de su jornada laboral. Cómo había sido una especialmente agotadora, no había tenido tiempo de chequear su correo electrónico hasta ahora.
Después de identificar y abrir un correo electrónico enviado por Amy, Sheldon casi se desmayó en su propio escritorio al observar su contenido. Era de lo más repugnante que pudiera haber visto en su vida: Un video de Amy auto complaciéndose con un cepillo de dientes eléctrico al que llamaba "Gerard".
Si su objetivo era en verdad poner celoso a Sheldon diciéndole cómo el tal "Gerard" y no él estaba disfrutando de "los dulces y jugosos fluidos emanados de las entrañas de una joven y bella mujer en la plenitud de su sexualidad", claramente no estaba funcionando. A no ser que los celos conlleven una necesidad casi incontrolable de inducción al vómito. Al fin y al cabo, Sheldon no estaba familiarizado con el sentimiento.
La decisión estaba tomada, la próxima vez que viera a Amy le notificaría su decisión de cancelar el contrato que los vinculaba en forma romántica. Durante su relación con ella, Sheldon sentía que había pasado de ser el malvado e implacable Darth Vader de Episodio 4: Una Nueva Esperanza al quejoso, llorón e inmaduro Anakin Skywalker de Episodio 2: El Ataque de los Clones. Maldito sea George Lucas.
No tenía caso seguir engañándose a sí mismo. Él claramente no se sentía atraído por Amy, aunque interiormente sabía que lo había intentado. Simplemente ese sentimiento no estaba ahí. Con suerte, al enterarse de la decisión de Sheldon, Amy dejaría de presionarlo para participar en coito, y su relación volvería ser aquella de sus comienzos cuanto se dedicaban a compartir sus avances en sus trabajos, que era en verdad lo que él echaba de menos.
Ya cuando estaba finalizando su reflexión sobre el asunto, Sheldon oyó unos pocos golpes en la puerta de su oficina para enseguida ver a Leonard abriendo levemente ésta y asomando su cabeza.
"Hey Sheldon, es hora de ir a casa"
"De acuerdo, estaré listo en un minuto" respondió, apurándose a apagar su laptop que, en medio de todo su desconcierto, aún no había podido desconectar.
TBBT
En el camino de vuelta Leonard podía apreciar claramente que algo andaba mal con su compañero de apartamento. No había dicho ni una sola palabra (no es que Leonard se estuviera quejando), parecía tener la vista enfocada en ningún lugar en particular, y estaba apretando sus labios tan fuerte que podía jurar que en cualquier momento vería un chorro de sangre salir de ellos.
Como sea, si algo no quería Leonard era escuchar los tontos problemas de su lunático amigo. Ya tenía suficiente con los suyos propios, a pesar de que Penny finalmente le había dicho que lo amaba, nada había cambiado en su relación, ambos seguían confrontando tanto o más que antes, sin lograr encontrar ningún momento confortable entre ellos, a no ser que estuvieran teniendo sexo. Y ni siquiera allí se encontraban totalmente cómodos, era simplemente la forma más rápida de terminar de pelear.
"¡Ojos en el camino, Leonard!" exclamó Sheldon.
"Ah sí, lo siento. Sabes Sheldon, ahora vamos a pasar a recoger nuestro pedido de comida Thai e ir hacia el apartamento. Todos estarán allí." Dijo, con la esperanza de distraerlo de lo que lo estaba perturbando.
"Ya lo sé Leonard" contestó, girando su cabeza hacia él y dándole una mirada de incredulidad por su inacabable estupidez. "Es lunes, los lunes son noches de comida Thai, no necesitas recordármelo."
Genial, me alegra que al menos siga siendo el mismo Sheldon, pensó sarcásticamente para sí Leonard. Finalmente viendo que no iba a tener forma de evitar el asunto decidió preguntar: "¿Algo anda mal Sheldon?"
"Sí", respondió él secamente.
"¿Quieres hablar de ello?"
"No"
"Bien", suspiró aliviado Leonard de no tener que escuchar lo que sea que lo estuviera molestando, aunque tenía un mal presentimiento de que tarde o temprano lo escucharía de todas formas.
TBBT
Cuando Leonard y Sheldon llegaron al apartamento 4A ya todos estaban allí. Sheldon vio a Amy y a los demás y se sintió incómodo instantáneamente.
"Hola a todos chicos, la comida está lista", anunció Leonard luego de cerrar la puerta y dejar su llave en el bol.
Amy estaba sentada en la parte media del sofá, levemente inclinada hacia el lugar de Sheldon; Penny al lado suyo del otro lado del sofá; Raj en el sillón individual y abajo de él, se encontraba el matrimonio Wolowitz sentado sobre la alfombra acurrucados entre sí.
Sheldon se quedó paralizado durante un momento, sin atreverse aún a sentarse en su lugar. ¿Sabrían todos ya del video pornográfico recibido en su casilla electrónica? El imaginó que sí, las mujeres, incapaces de resistir un chisme, se cuentan todo. No le sorprendería incluso que el completo asunto no hubiera sido una idea original de Amy.
A pesar de aún carecer de habilidad suficiente para leer correctamente los gestos faciales, Sheldon observó detenidamente a cada una de las tres mujeres: Su todavía novia Amy lo estaba mirando con su habitual rostro inexpresivo, la única diferencia que él podía encontrar era que la comisura de sus labios parecía estar levemente inclinada hacia arriba. Penny estaba mirando hacia el televisor, aunque sin parecer demasiado concentrada en ello, sus ojos reflejaban la misma mirada triste de hace ya varios días y Bernadette estaba otra vez restregando desagradablemente su nariz contra la de Wolowitz.
Sin decir nada, lentamente se acercó a su lugar y se sentó ceremoniosamente, mientras Leonard luego de buscar una silla para él se dedicó a servir la comida. El recuerdo de la imagen del video de Amy no le estaba haciendo favores a su apetito. Tampoco ayudaba que ésta intentara continuamente tocar su muslo con una de sus manos.
Había resuelto internamente que comunicaría su decisión una vez que todos terminaran de comer. Sabía que el anuncio causaría un shock en los demás y no quería agregar a sus existentes problemas el tener que limpiar el piso de restos de comidas masticadas por las sucias bocas de sus amigos o tener que hacer una visita al hospital porque alguno de ellos se había atragantado. Asimismo, decidió que lo comunicaría enfrente de todos, ya que aparentemente crear una escena era efectivo y porque además así evitaría tener que contar su resolución una y otra vez a los demás por separado. Su tiempo era demasiado valioso.
Afortunadamente, por fuera de los silenciosos acosos de Amy, la noche había transcurrido sin eventos de destacar y nadie le había preguntado por su sombrío humor que hacía juego con los de Leonard y Penny.
Sin decir nada, se retiró lentamente hacia su habitación ante la mirada de los demás y un rato después volvió con una carpeta en sus manos. Cuando la apoyó en la mesa de café, todos pudieron ver que se trataba del contrato de relación amorosa. Parándose firme enfrente de Amy con sus manos cerradas sobre su espalda, levantó la cabeza y con su habitual aire de suficiencia finalmente dijo:
"Amy, debo informarte que he decidido la cancelación nuestro contrato de relación amorosa".
