Altaïr Ibn-La'Ahad un magnifico asesino de Siria se encontraba galopando directo a Jerusalén, tenía que encontrar información sobre su siguiente víctima un mercader de esclavos de Jerusalén y uno de los más grandes mercaderes de esclavos pero que en secreto era un templario, dio un ligero golpe al caballo para que se diera más prisa pues tan solo en pensar que aquel mercader era un templario quería llegar más a prisa para poder acabar con su vida y así pasar al siguiente en su lista, dio orden a su cabello para que frenara y desde lo alto de una pequeña loma pudo tener una gran vista de la entrada de Jerusalén, con su caballo se dirigió a dicha puerta, desde los lejos había visto que la entrada estaba custodiada por guardias, bajo de su caballo y con su mirada buscaba alguna oportunidad de poder distraer a los guardias o algún tipo de camuflaje y para su buena suerte encontré a unos eruditos que se encaminaban directo a la entrada no dudo en acercarse a ellos y ponerse en medio y ponerse en una posición que pareciera que estaba rezando, entraron a Jerusalén sin ningún problema, ya dentro Altaïr se separo de los eruditos y comenzó a seguir su propio camino, Altaïr caminaba por las calles de Jerusalén se oía las voces de los mercaderes ofreciendo sus productos, Altaïr caminaba pensando en su objetivo, una mujer en muy malas condiciones se le acercó pidiendo algo de dinero mas Altaïr siguió su camino ignorando a aquella mujer, iba caminando en dirección a la casa de los asesinos de Jerusalén donde ahí mismo se encontraba.

Malik –menciono su nombre apenas en un pequeño susurro, a su mente vino el recuerdo cuando los enviaron en aquella última misión que compartió con él y también se le vino a su mente la imagen de él, con su brazo realmente destrozado.

No le dio importancia a sus pensamientos y siguió su camino, un hombre que caminaba de un lado a otro, hablando con si mismo se le acercó a él y le dio un tremendo golpe asiendo que Altaïr tumbara a unos guardias, estos no se hicieron de esperar e intentaron golpear a Altaïr, Altaïr como un verdadero asesino esquivo el golpe rápidamente, el no buscaba pelear pero aquellos guardias no lo iban a dejar y Altaïr no dejaría que aquellos guardias lo golpearan como si nada, se puso en posición de pelea.

Te atreves a retarnos, insolente –Dijo uno de los guardias, saco su espada y ataco a Altaïr, pero Altaïr era más rápido que aquel guardia, en un movimiento rápido Altaïr le quito el arma al guardia estaba a poco centímetros para poder atravesar su estomago con la espada, pero recordó que no debía llamar tanto la atención, así que tiro la espada al piso y lo golpeo en la cabeza dejando al guardia fuera de combate.

Otro guardia mas se acercó listo para atacar con su espada, Altaïr intento quitarle su arma blanca pero este guardia era un poco más hábil que anterior, el asesino lo golpeo un par de veces antes de quitarle la espada, al igual que con el anterior guardia tiro a espalda al suelo y ataco al guardia este se cayó al suelo y Altaïr aprovecho para golpear su estomago y dejarlo fuera de combate, el tercer y último guardia estaba algo indeciso, no sabía si hacerle frente a aquel sujeto encapuchado o salir corriendo e ahí, había visto lo que les paso a sus compañeros y eso que ellos eran mucho más fuerte que él, no sabía qué hacer el encapuchado tomo aquella oportunidad de distracción del guardia y lo ataco, con un solo movimiento lo dejo fuera de combate.

Altaïr no quiso llamar mucho la atención así que en cuanto termino con los guardias comenzó a caminar, la gente comenzó a acercarse y se quedaba asombrada al ver el estado de aquellos guardias.

El asesino ya estaba lo suficientemente lejos para que pudieran dudar de él, estaba cerca de la casa de asesinos de Jerusalén, se detuvo un momento para poder observar aquella casa, comenzó a trepar por los tejados sin ninguna dificultad pudo ver a Malik que estaba descansando un poco, el abrió los ojos y de inmediato se puso en pie, Altaïr estaba a punto de entrar cuando vio que algo caer de un tejado alto, se dio cuenta que la gente se acercaba a curiosear.

¿qué esperas para entrar novicio? –Se escucho la voz de Malik algo irritada, estaba claro que la presencia de Altaïr lo molestaba y demasiado, Altaïr lo ignoro y de inmediato fue hacia tanta gente estaba reunida.- Estúpido Novicio. –Se escucho el grito de Malik dirigido a Altaïr.

Altaïr no era como las demás personas, el no le gustaba curiosear si no era asunto suyo o si no era asunto que de la hermandad, pero esta vez sintió enormes ganas de ver qué pasaba, sentía una necesidad de ir, así que fue lo más rápido para ver qué pasaba, estaba sobre un tejado observando, no se lo podría creer era una personas, mejor dicho una joven se miraba algo… rara, si esa era la palabra bajo del tejado y se acerco mas para poder observar mucho mejor a aquella joven, era muy realmente muy diferente a las demás, esta joven no llevaba un vestido largo que pudiera ocultar su piel, en cambio ella llevaba algo parecido a los pantalones pero era mucho más corto, además llevaba una blusa roja, no llevaba un velo que pudiera cubrir su pelo, no era realmente necesario que las mujeres usaran velos pero para las mujeres que tenían el cabello de color llamativo debían, mejor dicho tenían que usarlo y esta joven tenía el cabello, muy llamativo, en su vida Altaïr nunca había conocido ni mucho menos visto a una mujer con cabello rosa.